Entrevista al candidato brasileño Pastor Everaldo: ‘La unión de dos personas homosexuales no puede ser legal’
El Pastor Everaldo, candidato a las elecciones de Brasil. EL MUNDO
Leonardo Boff: Las muchas razones para votar a Dilma
Los evangélicos, decisivos en la elección del inquilino presidencial de Brasil
Uno de cada cinco electores profesa este credo, lo que les da una influencia enorme
Los candidatos han aparcado temas como el matrimonio igualitario o el aborto
Este pastor evangélico quiere ser jefe del Estado para recuperar valores tradicionales
Gran admirador de EEUU, sostiene la necesidad de reducir el aparato estatal al mínimo
Germán Aranda
La mayoría de los ciudadanos en las calles de Río de Janeiro no le conoce, aunque las encuestas le sitúan como el cuarto en intención de voto de cara a las elecciones presidenciales de Brasil de la próxima semana, con un 1%. Saluda y repite compulsivamente su nombre, Pastor Everaldo, a comerciantes viandantes, pero no conversa con ninguno de ellos. En la entrevista, no tiene muchas ganas de profundizar sobre el porqué de sus razones, pero al menos se muestra claro, contundente y sin titubeos sobre los principios de este pastor evangélico que también es dueño de una empresa de seguros, después de haberse criado en la favela de Acarí y haberse pagado los estudios de economía con el dinero ganado desde que a los 12 años empezó a ser vendedor ambulante en el mercado del barrio.
Usted representa a un partido formado exclusivamente por evangélicos. ¿Si llegara a la presidencia, peligraría el Estado laico brasileño?
De ninguna manera. Defiendo la libertad religiosa y no hay que olvidar que la mayor democracia del mundo, Estados Unidos, fue fundada por protestantes y es donde hay más libertad. Tampoco quiero introducir la religión en la escuela, puesto que yo la aprendí en mi casa.
¿Cuáles son las propuestas que le diferencian?
Quiero reducir lo máximo posible el aparato del Estado y pasar el máximo número de competencias a la iniciativa privada, dejando que el Gobierno se enfoque en lo esencial, que es la educación, la sanidad y la seguridad públicas. Hay que cambiar el eje de un Gobierno que hoy se sirve del ciudadano y le absorbe la sangre con su corrupción endémica para que sea el ciudadano quien se sirva del Gobierno. Defiendo el libre comercio entre todos los pueblos y no restringido al Mercosur, como está haciendo Rousseff.
En la ONU, la presidenta declaró que condena los bombardeos contra el Estado Islámico. ¿Qué le pareció?
Otra actitud drásticamente equivocada en la política internacional, que viene privilegiando sólo a los peores aliados del mundo, como Cuba y Venezuela, y chocando constantemente contra la mayor democracia del mundo, que es Estados Unidos.
Usted defiende el papel de la familia en su programa, ¿Cómo pretende preservar su importancia?
Quiero que la familia vuelva a ser la familia tradicional, nacida de la unión entre hombre y mujer.
No obstante, el Tribunal Supremo dictó una sentencia que permite la unión civil entre homosexuales.
Estoy en contra de esa unión.
Y si dos hombres o dos mujeres quieren estar juntos…
Que hagan lo que quieran, es problema de ellos, pero, si de mí depende, no será legal esa unión estable como contrato.
¿Qué opina de los intentos de que se promulgue una ley que penalice la homofobia?
Ya existe una ley que castiga cualquier tipo de discriminación. La cristofobia, la homofobia o cualquier otro tipo.
¿Cree que un gay podría votarle a usted?
Puede ser, creo que incluso yo ya voté a algún gay no reconocido… El elector quiere votar al mejor candidato, especialmente por la salud, la educación, la seguridad, independientemente de su religión.
Los enfrentamientos entre un diputado de su partido, el Pastor Feliciano, y el líder de los LGBT Jean Wyllys ha dado mucha visibilidad a ambos. ¿Qué opina de esos conflictos?
Por parte de Feliciano, no hubo conflicto. Este colectivo, que es una minoría que no respeta la democracia, no aceptó la elección del pastor como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso.
Sabemos que están frontalmente contra del aborto, que es ilegal en Brasil salvo excepciones, pero mueren diariamente mujeres por las condiciones en que se practica. ¿Cómo combatir esta situación desde la ilegalidad del aborto?
Haré todo lo posible para que las mujeres no necesiten abortar. Estoy en contra del aborto.
En un hipotético segundo turno entre Dilma y Marina Silva, ¿apoyaría a Marina, también evangélica?
Como soy cristiano, parafraseo a Mateo: “A cada día le basta su afán”. Así que ya veremos en caso de que llegue.
Fuente El Mundo
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