Víctima de violación pide su readmisión en la homófoba escuela militar que le expulsó
“Necesito un claro mensaje que venga de arriba”. Peter Schydlowski le ha enviado una carta al ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian, en el que le pide que le vuelvan a readmitir para graduarse en la prestigiosa Escuela Militar Especial de Saint-Cyr. Tras tres años formándose en este centro, este militar gay fue expulsado alegando “mal comportamiento” y “malos resultados” académicos, pero Schydlowski mantiene que abusaron sexualmente de él y que sus mandos superiores buscaron una excusa perfecta para ‘deshacerse’ de un militar homosexual entre sus filas.
Durante la noche del 2 al 3 de junio de 2011, Pierre fue víctima de una violación en El Paradiso, una discoteca gay de Munich, donde estaba destinado en prácticas. Drogado contra su voluntad, despierta por la mañana en los servicios del establecimiento. Tiene hematomas y el local está vacío. En la universidad, el médico militar le hace los primeros exámenes, pero se niega a darle el tratamiento de emergencia preventivo contre el VIH que Pierre pide y lo manda a la oficina del capitán. El aspirante a oficial recuerda haber escuchado: “Estaba seguro que iba a ocurrir. Admite que te ha dado gusto”. Este es el relato que resume el calvario por el que tuvo que pasar este joven. Atónito y vejado, tuvo que soportar la homófoba incomprensión de sus superiores.
‘Ellos no me quieren de vuelta porque defienden el prestigio de un cuerpo militar ultra-reaccionario y conservador. Quieren dar la imagen de una escuela sin mancha’, asegura este joven que ha estado durante tres años preparándose en esta academia militar. Pierre recurrió la decisión de su expulsión ante los tribunales sin éxito. Actualmente está a la espera de la decisión del Tribunal Administrativo de Apelación de Nantes.
En el juicio ante el tribunal de Orleáns se las ingenió para demostrar sus buenas calificaciones. Pero con respecto a su comportamiento, el ejército había puesto de relieve las sanciones disciplinarias impuestas en su contra en el expediente de su exclusión, lo que provocó que la Justicia se pronunciara a favor del ejército. Pierre Schydlowski apeló y el procedimiento que ha llevado a cabo en paralelo desde dentro del ejército ha dado sus frutos, el Jefe de Estado Mayor del Ejército anuló la acción disciplinaria.
Antes de la suspensión le quedaba tan sólo un año de estudio para graduarse y tiene la intención de finalizarlos pero se topa con una férrea burocracia que le impide acceder hasta a sus calificaciones. Schydlowski se mantuvo firme a pesar de la “presión indirecta” y “amenazas de desalojo” de la habitación que ocupa. “Nos ponen palos en la rueda”, se lamenta. Ahora realiza trabajos administrativos que no son acordes a su competencia. Es una manera de castigarlo.
El hecho de que cerca de 18.500 personas han firmado ya la petición en Change.org en la que solicita que sea readmitido es un consuelo. Algunos militares le han brindado su apoyo pero discretamente y siempre en privado porque rehuyen de los problemas.“Una vez que haya recogido 25.000 firmas presentaré la petición al Ministerio de Defensa. Y si no tengo una respuesta volveré a preguntar’, asegura con firmeza.
Durante tres años que ya dura el litigio Pierre defiende a capa y espada una ‘negociación justa’ para terminar sus estudios y graduarse. Por eso, aceptaría llegar a un acuerdo.
‘Con su silencio, el Ministerio es cómplice de estas prácticas discriminatorias’, asegura. Está convencido que la homofobia del ejercito en Francia le han llevado a esta situación absolutamente injusta. El año pasado, se anunció un plan para luchar contra la discriminación de la mujer en las fuerzas armadas que también se aplicaría a la discriminación por razones de religión, color de piel, orientación sexual pero con este joven no se ha aplicado.
Cuando le pregunta que si gana el caso se quedará en el ejército, Pierre contesta: “Tuve una gran ilusión cuando entré. Ahora, no sé la respuesta. Me fascinó, pero hoy me siento decepcionado por las prácticas de algunas personas. El trabajo todavía me interesaba. Pensé que podía cambiar las cosas desde dentro. Incluso si estoy sólo contra la institución, mi lucha sería justa. Y con toda la gente que me apoya, no me siento solo“.
Pierre Schydlowski se merece no sólo que vuelvan a readmitirlo y que termine sus estudios sino que aquellos que lo vejaron e intentaron anular por su condición sexual le ofrezcan una disculpa oficial.
Fuente Ragap
Comentarios recientes