Sábado, 8 de mayo de 2021
Del blog Pays de Zabulon:
El otro, en la pareja nos revela a nosotros mismos …
El otro no nos hace daño: simplemente nos revela que nuestras heridas no fueron curadas. Creíamos que conocer a otro nos sanaba. Fue una ilusión, porque la curación nunca viene del exterior, siempre del interior.
La relación con el otro es, por tanto, para nosotros una revelación de nuestras carencias y nuestros sufrimientos ocultos.
Creer que una relación, sea cual sea su naturaleza, puede hacernos olvidar nuestras deficiencias y nuestro sufrimiento es una ilusión. Esto inevitablemente conduce a la decepción. Al contrario, si vemos nuestras relaciones con los demás como una oportunidad para conocernos a nosotros mismos, podemos comenzar a satisfacer nuestras necesidades y sanar nuestras heridas.
Mientras nos mecemos en la ilusión de que el otro tiene la clave de nuestra felicidad, permanecemos en un estado de adicción. El otro representa una droga cuya abstinencia nos resulta intolerable. La carencia despierta nuestro sufrimiento, nuestro miedo y por tanto nuestra ira.
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Thierry janssen
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Foto: Raúl Borges y Zeh Moreira fotografiados por Bruno Barreto para Vanity Teen.
"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad
El otro, Otro, Pareja, Ser
Martes, 23 de junio de 2020
El triunfo sobre el otro sólo se consigue haciendo que su mal termine muriendo, haciendo que no encuentre lo que busca, es decir, la oposición, y con esto un nuevo mal con el que pueda inflamarse aún más. El mal se debilita si, en vez de encontrar oposición, resistencia, es soportado y sufrido voluntariamente. El mal encuentra aquí un adversario para el que no está preparado.
Naturalmente, esto sólo se da donde ha desaparecido el último resto de resistencia, donde es plena la renuncia a vengar el mal con el mal. En este caso, el mal no puede conseguir su fin de crear un nuevo mal y queda solo.
El sufrimiento desaparece cuando es sobrellevado. El mal muere cuando dejamos que venga sobre nosotros sin ofrecerle resistencia. La deshonra y el oprobio se revelan como pecado cuando el que sigue a Cristo no cae en el mismo defecto, sino que los soporta sin atacar. El abuso del poder queda condenado cuando no encuentra otro poder que se le oponga. La pretensión injusta de conseguir mi túnica se ve comprometida cuando yo entrego también el manto, el abuso de mi servicialidad resulta visible cuando no pongo límites. La disposición a dar todo lo que me pidan muestra que Jesucristo me basta y sólo quiero seguirle a él. En la renuncia voluntaria a defenderse se confirma y proclama la vinculación incondicionada del seguidor a Jesús, la libertad y ausencia de ataduras con respecto al propio yo. Sólo en la exclusividad de esta vinculación puede ser superado el mal.
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Dietrich Bonhoeffer,
El precio de la gracia. El seguimiento,
Sígueme, Salamanca 51999, pp. 89-90.
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad
Dietrich Bonhoeffer, El otro, El precio de la gracia. El seguimiento, Sufrimiento
Miércoles, 10 de mayo de 2017
Del blog Pays de Zabulon:
“Habría podido no salir de allí, es decir no aceptar vivir con la herida del exilio, de la separación. Tengo amigos desde la infancia, con los que todavía me relaciono, que han salido de allí mucho peor que yo.
Sin la escritura, yo también estaría, ciertamente depresivo y sin consuelo, una persona desesperada, incapaz de ir hacia el otro.
Verdaderamente es por esto por lo que escribo: crear una relación con el otro, prolongarme en él.”
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Gaël Faye,
Télérama 3492, 14/12/2016.
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Fuente Foto : Philip Gladstone, Untitled (kneeling male nude), Mixed-media on paper
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El otro, Escribir, Escritura, Gaël Faye, Resiliencia
Sábado, 21 de mayo de 2016
Del blog Pays de Zabulon:
… Nos damos cuenta de que no tenemos que quedarnos
sobre el pequeño terreno de nuestro sufrimiento,
y que podemos ir más allá.. . .
Dejamos de centrar nuestra vida en nosotros mismos.
Atraemos a otros con nosotros
y les invitamos a una danza más grande.
Aprendemos a hacer espacio para los demás
– Y para el otro tan bueno en nuestro centro.
Y cuando llegamos a estar presentes
en Dios y en el pueblo de Dios,
encontramos nuestra vida más rica.
Nos damos cuenta de que el mundo entero
Es nuestra pista de baile.
Nuestros pasos se hacen más ligeros
porque Dios ha llamado a los demás
a bailar también.
(…)
La oración nos pone en contacto
con el Dios de la danza.
Henri Nouwen
Extracto de Turn my mourning into dancing
(Thomas Nelson Publishing Company, 2004).
Fuente: thewildreed.blogspot.fr
¡ A mi amigo extraordinario,
y sus amigos tan extraordinarios!
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad
Danza, Dios de la danza, El otro, Espacios para la Oración, Henri Nouwen, Presencia
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