‘El sexo intermedio’, reivindicación de la homosexualidad a principios del siglo XX
Considerada una pieza fundamental en la construcción del discurso homosexual que desembocaría en los movimientos de liberación gay de la segunda mitad del siglo XX, nunca había sido traducida al español hasta ahora, que lo ha hecho ‘Amistades Particulares’.
El sexo intermedio se publicó en 1908, en un momento en que en Inglaterra, donde aún coleaban las secuelas de la condena a Oscar Wilde por sodomía, existía un riesgo real para el autor de un texto que se atrevía a abogar públicamente por los hombres y mujeres que amaban a los de su propio sexo.
Partiendo de la idea, hoy día considerada errónea, de que existía un tercer sexo –o sexo intermedio–, Edward Carpenter buscó argumentos, tanto culturales e históricos como científicos, para reivindicar un espacio en la sociedad británica para las personas homosexuales de su época.
En su momento resultó un libro muy valiente y avanzado, lleno de material valioso y que jugó un gran papel entre los gais y lesbianas de entonces, al ofrecerles herramientas de aceptación, modelos identitarios y una narrativa positiva que les explicaba su manera de sentir diferente, demostrándoles que no estaban solos, convenciéndolos de que no tenían por qué sentirse avergonzados, pues en muchos aspectos eran superiores a los hombres y mujeres normales, todo lo cual proporcionó consuelo y tranquilidad a muchos de ellos.
Aunque no todo el mundo lo recibió de igual manera, pues el British Medial Journal lo condenó por su reiteración de “alabanzas y adjetivos laudatorios para criaturas y costumbres que generalmente se consideran odiosas”.
Fuente Cáscara Amarga
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