Cataluña obliga a HazteOir a quitar los mensajes transfobos del autobús
Los Mossos aplican la ley contra la LGTBfobia catalana y obligan a HazteOir a retirar todos los vinilos del autobús del odio si quieren circular con él.
Arsuaga avisa que recurrirán la ley ante el Constitucional.
Tras días de burlas y provocaciones, por fin la Generalitat de Catalunya ha hecho cumplir la ley, dejando temporalmente fuera de juego el autobús cubierto de mensajes tránsfobos fletado por HazteOír: el vehículo no ha podido abandonar el territorio de esa comunidad autónoma sin proceder a su retirada. Y es que, después de fletar por primera vez el autobús en Madrid (donde ya se produjo una primera reacción institucional y judicial) y de continuar después su campaña con escaramuzas diversas para disimular su discurso de odio, este viernes la organizacion ultraconservadora llevaba su campaña a Barcelona. Pero se han encontrado con una respuesta contundente. El autobús de HazteOir había intentado llegar a Pallejà, donde tenían organizado un acto, pero no lo habían conseguido. En cuanto el bus entró en Cataluña la Generalitat ordenó a los Mossos que lo inmovilizaran, la consejera de Acció Social anunció que se abría un expediente sancionador a la organización e Ignacio Arsuaga, que estaba en Pallejà esperando el bus, tenía que ser escoltado por la policía autonómica porque no paraban de lloverle huevos.
A finales de febrero la organización ultraconservadora fletaba un autobús con mensajes de transfobia explícita, que recorría las calles de Madrid. “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vagina. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo”, lucía el vehículo, versión tránsfoba de la excelente campaña de concienciación ciudadana sobre la transexualidad infantil que semanas antes promovió en varias ciudades del País Vasco y Navarra Chrysallis Euskal Herria, organización vasca de familias de menores trans. Pero la puesta en marcha del autobús no era un hecho puntual: se enmarcaba en una campaña más global que el grupo ultraconservador ponía en marcha meses atrás, con la publicación y envío a colegios de toda España de un panfleto en el que denigra los avances legislativos que se están produciendo en diferentes comunidades autónomas en materia LGTB, en particular en el ámbito educativo, del que el autobús hace promoción.
La campaña de negación de la realidad de los niños y niñas transexuales, y el consiguiente menosprecio a sus familias y a sus derechos, despertó una importante reacción social e institucional en contra. Las primeras en reaccionar fueron las instituciones madrileñas: tanto la Asamblea de Madrid como el Ayuntamiento. Este último, de hecho, dio orden a la Policía Municipal para que paralizase el autobús mientras mantuviese los mensajes tránsfobos (acción respaldada tanto por la Fiscalía como por el Juzgado de Instrucción). Pero también en la Comunidad Valenciana y en Cataluña, los siguientes puntos que el autobús tenía previsto visitar, se produjeron reacciones. En Cataluña, en concreto, la Generalitat reaccionó con presteza, abriendo el correspondiente expediente, en aplicación de la ley catalana contra la LGTBfobia.
De campaña de odio al falso debate sobre “la libertad de expresión”
A partir de ahí, y como era previsible, HazteOír inició su ronda de escaramuzas mediáticas, intentando derivar el foco de la atención desde su campaña de odio tránsfobo hacia un supuesto debate sobre “la libertad de expresión”. Algo en lo que, por cierto, encontró la complicidad de algunos analistas y opinadores “progresistas”, incapaces de diferenciar entre las medidas que un verdadero Estado de derecho está obligado a adoptar contra una campaña planificada de odio hacia una minoría y la represión injustificada de opiniones individuales políticamente incorrectas o provocadoras.
Opinadores que se olvidaban de que no estamos hablando de los tuits de HazteOír (que hasta ahora nadie había perseguido), ni de su página web (que hasta ahora nadie ha cerrado), ni siquiera de sus newsletter cargadas de mensajes de odio, pero que al fin y al cabo hay que hacer un esfuerzo activo por recibir. Hablamos de un autobús “publicitario” que circula por la vía pública, financiado por una organización que se beneficia de un estatus fiscal privilegiado, que pasa por delante de los colegios a los que también acuden los hijos de las familias LGTB y los niños y niñas LGTB, y que difunde un panfleto cargado de mensajes LGTfobos que ha llegado a enviar a cientos de colegios tanto públicos como privados.
Trucos y provocaciones
En cualquier caso, HazteOír ha tenido que ir modificando su campaña para encubrir y disimular sus mensajes: los ha cubierto con la palabra “censurado”, ha puesto en marcha una caravana en la que les añadió un signo de interrogación (y que fue multada por el Ayuntamiento de Madrid), e incluso les ha añadido una mención a la Biología y se han permitido el cinismo de pedir “respeto para todos” y añadir “no al bullying”. Hasta no han tenido empacho en utilizar el apoyo de Charlotte Goiar, primera mujer trans en reasignar su sexo con el respaldo del Supremo .
HazteOír también ha prodigado sus apariciones en televisión, incluyendo una entrevista en el programa La Sexta Noche a su presidente, Ignacio Arsuaga, en el que este aseguró que “los heterosexuales nos vemos discriminados por los derechos especiales de los LGTB” (nos cuesta imaginar, en ese mismo programa, una entrevista al presidente de una organización abiertamente racista o antisemita). Y ha reunido a varias decenas de sus simpatizantes en Madrid, en una supuesta concentración en favor de la libertad de expresión y contra las leyes que protegen contra la LGTBfobia. La organización ultraconservadora también anunciaba una querella contra la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena, contra Rita Maestre (portavoz del Ayuntamiento) y contra Javier Barbero (su delegado de Salud, Seguridad y Emergencias), además de una denuncia contra varios de los políticos que con más claridad han expresado su rechazo a la campaña (entre ellos Cristina Cifuentes, Alberto Garzón, Iñigo Errejón, Javier Maroto, Eduardo Madina y Pedro Sánchez).
Cataluña dice “No” al autobús tránsfobo
En definitiva, un cúmulo de trucos mediáticos y provocaciones públicas que culminaban este viernes con la llegada del “autobús tránsfobo” en su versión más reciente a Cataluña, una comunidad que, como arriba indicamos, ya había abierto expediente a la campaña de HazteOír en aplicación de la ley autonómica contra la LGTBfobia, y cuyo Parlamento, con la única abstención del Partido Popular, la ha condenado.
El autobús, sin embargo, era inmovilizado por los Mossos d’Esquadra a la altura del peaje de Martorell, en la autopista A7, antes de llegar a Barcelona, y obligado a retirar los mensajes adhesivos tránsfobos para poder volver a la circulación. Los propios Mossos anunciaban en su perfil oficial de Twitter la salida del vehículo del territorio catalán, ya sin la rotulación:
Procedim a la immobilització i posterior retirada de la via pública del bus @hazteoir d’acord amb la mesura cautelar d’@aferssocialscat pic.twitter.com/1vf66lJMFu
— Mossos (@mossos) 17 de marzo de 2017
Pues esperamos que además de tener fondos suficientes para la tintorería Arsuaga tenga preparada una partida para comprar vinilos nuevos, porque algunos niños tienen pene, algunas niñas tienen vulva… Pero el autobús de HazteOir ya no tiene vinilos:
.@hazteoir retira el missatge del bus transfòbic, que segueix al dipòsit. Sortirà en breu, i diuen a @btvnoticies “no sabem cap a on” pic.twitter.com/DeVkRCCRaZ
— Lluís Cruz (@lluiscruz) 17 de marzo de 2017
En cumplimiento de la Ley 11/2014 contra la LGTBfobia, los Mossos d’Esquadra han hecho saber a Arsuaga que o retiraban absolutamente todos los mensajes y dibujos del autobús o no podrían circular.
.@mossos diuen a @hazteoir que el bus transfòbic no ha de tenir ni missatges ni dibuixos. A @btvnoticies:”pot ser que el bus passi nit aquí” pic.twitter.com/dXEQI6xCKN
— Lluís Cruz (@lluiscruz) 17 de marzo de 2017
Arsuaga aseguraba a la prensa que el autobús continuaría su recorrido, pero es bastante complicado teniendo en cuenta que estuvieron un buen rato arrancando vinilos y que el conductor del autobús sólo tenía permiso para conducir hasta las 23:00:
El bus @hazteoir marxarà del dipòsit quan estigui net. El xofer té permís per conduir fins les 23h. A @btvnoticies “sortirà en breu” pic.twitter.com/r7Okq5UsH6
— Lluís Cruz (@lluiscruz) 17 de marzo de 2017
Si alguno aún se pregunta para qué necesitamos leyes como la 11/2014 que protejan al colectivo LGTB, tal vez esta acción de la Generalitat deje claro el motivo.
“El autobús de HazteOír se vuelve para Madrid y sin mensajes”, anunciaba por su parte, también en Twitter, el Departamento de Asuntos Sociales de la Generalitat:
Cap a Madrid i sense missatges discriminatòria. #stophomofòfia! pic.twitter.com/Wvv0Dew7Bq
— MireiaMata_DGI (@MireiaMata_DGI) 17 de marzo de 2017
En Cataluña se ha inmovilizado en cuanto ha llegado y los vinilos no le han durado ni media tarde.
Por supuesto Ignacio Arsuaga ha dicho ya que su organización está dispuesta a llevar la Ley 11/2014 frente al Tribunal Constitucional. Buena suerte con eso. HazteOir ha dicho que lo que ha hecho la Generalitat ha sido un “secuestro” y desde la organización han anunciado que también denunciarán las agresiones que ha “sufrido” Arsuaga.
Fuente Dosmanzanas/EstoyBailando
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