La Virgen sube al cielo en vaqueros: así es el provocador retablo en una iglesia románica alemana
El altar ha sido diseñado por Thomas Jessen, e inaugurado en Pentecostés
“El arte, al menos el mío, no quiere provocar. Ofrece una imagen auténtica, una persona auténtica, una escena auténtica. Simplemente está ahí y todo el mundo puede posicionarse en relación a él y decir sí o no, o esta es María y esto es un retablo”, explica el autor
El párroco, encantado con la imagen: “A pesar de todas las grandes cosas que creemos y confesamos acerca de María en nuestra fe, esto no se puede negar, ella también era una mujer como cualquier otra. Una mujer del pueblo”
La Virgen María, en vaqueros y con jersey de cuello alto. Santo Tomás, con el torso desnudo, a su lado. Al fondo, santa Verónica, también con jeans, esculpe el pañuelo en el que quedó impregnado el resto de Jesús. No es una ‘performance‘, sino un altar real, que se encuentra en la iglesia de Sant-Clemens, en la localidad alemana de Drolshagen.
El retablo, diseñado por el artista contemporáneo Thomas Jessen, muestra a la Virgen subida a una escalera, entregándole a Tomás un cinturón, como prueba de su ascensión a los cielos, sobre un fondo rojo. El diseño es absolutamente rompedor, y más aún teniendo en cuenta que se trata de un templo románico.
Altarbild für Drolshagen: Warum Maria in Drolshagen auf der Leiter steht: Der Künstler Thomas Jessen aus Eslohe malt einen zeitgenössischen Altar für St. Clemens in Drolshagen. Wir haben im Atelier zugesehen https://t.co/vSnhYdNVoj (bot) pic.twitter.com/u1k1eyIrXW
— Sauerland (@DasSauerland) May 7, 2021
El pastor Markus Leber encargó el trabajo a Jessen y este ha sido el resultado. El párroco está encantado con la imagen. “El arte, al menos el mío, no quiere provocar. Ofrece una imagen auténtica, una persona auténtica, una escena auténtica. Simplemente está ahí y todo el mundo puede posicionarse en relación a él y decir sí o no, o esta es María y esto es un retablo”, explica el autor.
Por su parte, el clérigo incide en que “a pesar de todas las grandes cosas que creemos y confesamos acerca de María en nuestra fe, esto no se puede negar, ella también era una mujer como cualquier otra. Una mujer del pueblo”. El arte eclesiástico siempre se ha atrevido a hacer algo nuevo: “Tenemos que seguir intentando volver a hablar el viejo mensaje”, dijo Leber.
Fuente Religión Digital
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