Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Discípulos de Emaús’

Miedo y Paz

Domingo, 18 de abril de 2021
Comentarios desactivados en Miedo y Paz

Bulgaria.6Domingo III de Pascua

18 abril 2021

Lc 24, 35-48

 

En principio, el miedo es un componente de nuestro propio sistema biológico. Constituye una señal que nos alerta de algún peligro o amenaza, con lo cual nos predispone para hacerle frente, a través de los conocidos mecanismos de huida, ataque o congelación.

 Sin embargo, todo se complica por dos motivos: por un lado, porque el cerebro no distingue las amenazas reales de las imaginarias; por otro, porque la mente pensante es una fábrica incesante de pensamientos, preocupaciones y, en no pocos casos, de peligros que únicamente existen en ella.

 Más allá de aquellos factores que, fruto de la propia psicobiografía, son la causa del miedo mental, podría decirse que el miedo es hijo de la ignorancia, de la misma manera que la paz es hija de la comprensión.

 La ignorancia es desconocimiento de nuestra verdadera identidad y, en la misma medida, creencia de estar separados de la vida. O por decirlo brevemente: ignorancia es sinónimo de consciencia de separatividad. A partir de esta creencia, el miedo es tan inevitable como imposible de superar.

 La comprensión nos hace salir de aquella ignorancia mental al reconocer que somos uno con la vida. Más allá de la “apariencia” del yo, somos Aquello que está “detrás” de él, lo que es consciente de él y de las formas que lo acompañan. La comprensión de lo que somos es fuente de paz: lo que somos es uno con todo lo que es y se halla siempre a salvo. Nuestra peripecia existencial podrá atravesar circunstancias de todo tipo, pero lo que somos se halla siempre a salvo. Quien sabe que es vida ha encontrado la fuente de la paz.

¿Qué ocupa más espacio en mí: el miedo o la paz?

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Todos somos discípulos de Emaús

Domingo, 18 de abril de 2021
Comentarios desactivados en Todos somos discípulos de Emaús

apasc03bnk02Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

  1. Los dos de Emaús.

         El texto del evangelio de hoy es el final del relato de los dos de Emaús.

Nos encontramos -una vez más- con una escena postpascual que ya nos es familiar: los Apóstoles reunidos comentando los sucesos de los últimos días. Los dos discípulos se marchan de Jerusalén tras el trágico fracaso de Jesús el Viernes en el Calvario, pero el encuentro con el Señor, los “ha devuelto” al grupo.

En cierto sentido todos somos discípulos de Emaús. Nosotros esperábamos, le dicen a Jesús los dos caminantes.

         La pandemia con sus confinamientos también está haciendo mella en la psicología humana, mina la esperanza y pueden inducir a situaciones de hundimiento psicológico, a acedia, tal vez de depresión, etc.

Por otra parte, también “nosotros esperábamos” muchas cosas y logros en la vida. En la esfera personal,-familiar esperábamos dar más de lo que hemos dado de sí, esperábamos más de los hijos. Esperábamos que, al salir de la dictadura, en la democracia la sociedad fuesen mejor, pero vamos de decepción en decepción. Pensábamos y esperábamos que el Concilio siguiera adelante con su gran tarea, pero en este ámbito eclesiástico se vienen produciendo tantos recortes y tan frustrantes como en el económico.

Nosotros también esperábamos, pero hace ya tres días o treinta años o toda la vida que caminamos con la frustración a cuestas.

  1. Iban caminando y hablando.

         Los dos de Emaús iban caminando …   Lo propio del ser humano es caminar, pensar y hablar.

         En estos textos de resurrección aparece con frecuencia que los discípulos recuerdan, hablan, no han olvidado todo lo vivido con Jesús. Se van de Jerusalén porque el “asunto Jesús” había terminado de mala manera, pero no pierden la memoria, siguen hablando, recordando, evocando.

Al mismo tiempo, cuando Cristo se incorpora en el camino a su vida (y a la nuestra), afloran cuestiones y problemas y también afloran horizontes, les explica las Escrituras, el Señor resucitado les abre la mente parta comprender, etc.

         La parte final del texto que hemos escuchado hoy, repite la idea de hablar, conversar: la Palabra, las Escrituras:

  • o Los creyentes estaban hablando, discutiendo.
  • o Jesús les dice, les explica las Escrituras, la Palabra

La palabra, el diálogo son algo específicamente humano. Nos hacen conservar la memoria, nuestra memoria histórica, nuestra cultura, nuestra fe. Si el asunto Jesús no se ha perdido es por la fe en la Palabra, por el testimonio de los cuatro evangelios, el Nuevo Testamento, por la Palabra que nos transmitió la familia, la catequesis en la Parroquia, las homilías (la palabra homilía significa: conversación) que hemos tenido en nuestra vida.

La palabra es memoria, creatividad y futuro.

         La lectura de la Palabra, la conversación con quien merece mi confianza, el diálogo en la comunidad eclesial, en política, en los ámbitos de amistad y quizás familiares, la Palabra es recordar, proyectar, crear, compartir, perdonar, abrir caminos hacia la vida.

  1. ¿Lo propio de la postmodernidad es no hablar y ocultar?

         No es lo mismo información que formación

         Utilicemos la “misma expresión”: información y formación. Hoy en día vivimos sobre-informados, lo que ya no sé es si estamos formados, construidos. Disponemos de infinidad de datos informativos por los diversos medios: internet, móvil, medios de comunicación, lo que ya no sé es si nos enteramos de los problemas, de la vida, de la muerte. Vivimos en un folklore y un maremagnum de datos, estadísticas, encuestas, opiniones, wasaps, videos, pero sin tocar el fondo de la vida.

         La pandemia en la que estamos insertos es un buen ejemplo. Vivimos en un vértigo de opiniones sobre vacunas, confinamientos, intereses, pero ¿alguien se plantea el problema de la enfermedad y de la muerte como problema humano, humanista?

         Hoy en día vivimos no en la Palabra, sino en la superficialidad informática, en las corrientes de la moda, del “opinionismo” como dogma de fe.

         Por otra parte, y es más grave, quizás lo propio de la postmodernidad en que vivimos es no hablar, no plantear las grandes cuestiones de la vida, no permitir que afloren las cuestiones de la vida.

Quizás por ello, tal vez, la actitud y solución que tenemos ante los grandes problemas de la persona humana es la anestesia. Ante el sentido de la vida, ante la muerte, el tratamiento lo más que se nos ocurre es la sedación, el ocultar, maquillar las cuestiones.

En la escuela (ámbitos intelectuales) no se puede pensar, ni se permite que afloren las grandes cuestiones de la vida. Es preferible el ordenador a la filosofía, a los problemas de la ética, de la muerte, de la esperanza, etc.

         En ciertos momentos y ante ciertas crisis habrá que sedar el dolor, pero la solución a la cuestión del sentido de la vida y a la angustia no está, al menos no está solamente en la farmacia, ni en la ciencia, sino en la Palabra, en el Logos (pensemos en la logoterapia), en la esperanza. El problema de la muerte no se soluciona con una “muerte dulce”. La muerte no se soluciona con la eutanasia, sino con el horizonte que pueda tener la muerte, con una Palabra sensata de esperanza y resurrección. La salida al problema de la culpabilidad no está, al menos no está únicamente, en la psicología, sino en la gracia, en el perdón.

  1. profundidad de la palabra.

Profundo es lo opuesto a lo superficial. Hay personas que viven siempre en la cresta de la ola, en la moda, en lo que se dice, en una inmensa superficialidad, añadiendo capas y más capas de superficialidad a la vida. Lo más profundo que tienen es la camisa, la sotana o el uniforme que llevan o el chisme del “Hola” o del hábitat eclesiástico o político.

Hay personas que viven entre cosas serias y profundas y son unos perfectos superficiales. Por contraposición, gentes sencillas, rurales, amas de casa y obreros viven la existencia en profundidad.

Lo opuesto a la superficialidad es la profundidad como actitud vital y camino espiritual. Decía Paul Tillich, teólogo alemán de mediados del siglo XX:

El nombre de esta profundidad infinita e inagotable y el fondo de todo ser es Dios. Esta profundidad es lo que significa la palabra Dios. Y si esta palabra carece de suficiente significación para vosotros, traducidla y hablad entonces de las profundidades de vuestra vida, de la fuente de vuestro ser, de vuestro interés último, de lo que os tomáis seriamente, sin reserva alguna. Para lograrlo, quizá tendréis que olvidar todo lo que de tradicional hayáis aprendido acerca de Dios, quizás incluso esta misma palabra. Pero si sabéis que Dios significa profundidad, ya sabéis mucho acerca de Él. Entonces ya no podréis llamaros ateos o incrédulos. Porque ya no os será posible pensar o decir: la vida carece de profundidad, la vida es superficial, el ser mismo no es sino superficie. Si pudierais decir esto con absoluta seriedad, seríais ateos; no siendo así, no lo sois. Quien sabe algo acerca de la profundidad, sabe algo acerca de Dios.[1] La verdad es profunda y no superficial; el sufrimiento es profundidad,[2]

La Palabra, el diálogo no son charlatanería, una mera expectoración de vocablos, sino que toda palabra ha de llevar una dosis de contenido, que hemos de saber apreciar. La palabra es como una semilla y esperemos que sea de trigo, no de cizaña.

         Dice Isaías:

Como la lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, y producen la semilla para sembrar y el pan para comer, así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto. (Isaías 55, 10-11)

  1. ¿tenéis algo de comer? Vamos a comer.

         El relato de los dos de Emaús es la Eucaristía: la Mesa de la palabra y del Pan de Vida.

La comida es el lugar de encuentro, de amistad, de amor (bodas), de conversación, de fiesta familiar o popular, de amistad o de compartir sufrimiento (muerte).

         En el fondo todo eso es la Eucaristía y la mesa de la vida: reunirse, conversar, recordar, encontrarse, comer. En la tradición de la Iglesia se hablaba de la Eucaristía como con dos alimentos: la Palabra y el Pan de Vida.

Todos estos aspectos son muy importantes en nuestra vida personal, familiar, en el momento de nuestro pueblo.

La vida se compone de elementos muy sencillos, pero profundos, y creer en esta sencillez es creer en el Señor Resucitado. Una limosna, un poco de pan, cuidar la “herida” de un enfermo, saber escuchar son pequeños sacramentos de la Resurrección y de la vida.

[1] TILLICH, P. Se conmueven los cimientos de la tierra, 95.

[2] TILLICH, P. Se Conmueven los Cimientos de la Tierra, 90.

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , ,

El compañero de camino

Jueves, 4 de mayo de 2017
Comentarios desactivados en El compañero de camino

Del blog de Henri Nouwen:

tumblr_oijvy4n50d1uf2801o1_500 

“Después de que los dos discípulos reconocieron a Jesús en la posada de Emaús, Jesús <desapareció de su presencia>

(Lucas 24,31).

“El reconocimiento y la desaparición de Jesús son uno y el mismo acontecimiento al mismo tiempo. ¿Por qué? Porque los discípulos cayeron en la cuenta de que Jesús… vivía en ese momento EN ellos… que se habían convertido en portadores de Jesús. Por tanto, Jesús no está ya sentado al otro lado de la mesa, como un extraño… Ha llegado a ser UNO con ellos.

Les ha dado su propio Espíritu de Amor.

El compañero de viaje se ha convertido en el compañero del alma. Ellos están vivos, pero no son ya ellos mismos, sino Cristo viviente en ellos.”

*

Henri Nouwen

10099156443_ff2b50997a_z

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.