Humildad
“Tengamos bajos sentimientos de nosotros mismos, acordémonos de nuestros pecados, repasemos con frecuencia en nosotros mismos la doble historia de las gracias recibidas de Dios y de nuestras infidelidades, de nuestras ingratitudes, de nuestras faltas de correspondencia y de nuestros pecados. Hundámonos en conocimiento de nosotros mismos: hagamos con cuidado nuestros exámenes de conciencia y pidamos humildemente perdón. Que el recuerdo de nuestros pecados nos haga suaves tolerantes, indulgentes para los otros, llenos de esperanza en la conversi-on y en la santificación de toda alma, cualquiera que pueda ser… Seamos verdaderamente hermanos y hermanas del Corazón de Jesús imitando su humildad”
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Carlos de Foucauld,
Consejo Evangélicos o Directorio
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