Obispos anglicanos apuestan por apoyar a las personas LGBT+ a “explorar su vocación”
Mientras, Francisco ante la entrada de homosexuales en los seminarios afirmó que “Si hay dudas, mejor que no entren”:
“Todos son bienvenidos en la Iglesia de Dios: todos tienen un lugar en la mesa”
La homosexualidad o la identidad de género no son “una señal de inmadurez o una falta de fe“
“Nadie debe ser informado de que su identidad sexual o de género, por sí sola, los hace inadecuados para asumir posiciones de liderazgo en la Iglesia”
(Cameron Doody).- Cuatro obispos de la Iglesia de Inglaterra han pedido a sus curas y fieles que hagan más por reconocer la “gran contribución que los cristianos LGBT+ ofrecen”. En una carta que promete marcar un giro importante en la actitud de la Iglesia anglicana hacia estas personas, los prelados afirman que “su identidad sexual o de género, por sí sola, los hace inadecuados para asumir posiciones de liderazgo en la Iglesia”.
“Queremos afirmar que gente LGBT+ puede ser llamada a papeles de liderazgo y servicio en la Iglesia local“, declaran los obispos Michael Ipgrave de Lichfield, Mark Rylands de Shrewsbury, Geoff Annas de Stafford y Clive Gregory de Wolverhampton, en una misiva que delinea una serie de nuevas pautas de cuidado pastoral a seguir en sus respectivas diócesis.
Partiendo de lo que califican como un “principio básico” de la vida eclesial –“que todos son bienvenidos en la Iglesia de Dios: todos tienen un lugar en la mesa”– explican cinco “consecuencias prácticas” que derivan de aquello y que deben ser desarrolladas en todas las parroquias.
Primero, que siempre ha de reinar en la Iglesia un cuidado minucioso a la hora de hablar sobre la sexualidad, para estar “atentos a la naturaleza personal y sensible de estas cuestiones”. “No es correcto esconder nuestras visiones éticas y teológicas”, afirman los obispos, “pero necesitamos proceder con cuidado cuando las expresamos, y estar preparados para escuchar con sensibilidad aquellos para quienes nuestras palabras pueden ser difíciles”.
En segundo lugar, los obispos explican que se deben evitar “preguntas íntimas sobre las prácticas o deseos sexuales de las personas, o su experiencia de género”, que “casi siempre son inapropiadas”. “También resulta inaceptable”, advierten los prelados, “decir o insinuar que su orientación sexual o identidad de género será cambiada por la fe, o que la homosexualidad o identidad de género es señal de la inmadurez o falta de fe”.
Tercero, “que nadie debe ser excluido de recibir los Sacramentos del Bautismo o la Cena del Señor por razón de su orientación sexual o identidad de género”. Cuarto, que las personas LGBT+ “deben ser apoyadas en la exploración de su vocación a ministerios laicos u ordenados”. Y quinto, quizás la más importante: que la Iglesia debe acercarse a la gente LGBT+ con la buena noticia del amor de Dios, la bienvenida y el cuidado de Dios hacia todos”.
La Iglesia de Inglaterra -durante muchos años pionera en el reconocimiento de la dignidad de fieles LGBT+- prepara un importante documento de enseñanza sobre la sexualidad que se prevé sea implementado a nivel nacional en 2020. En este debate, la carta de los obispos de Lichfield cobra mayor relevancia.
Fuente Religión Digital
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