José M. Castillo: “Para la Iglesia de Almería, salvar de la muerte a los que quieren escapar de la muerte es “meterse en política”
De su blog Teología sin censura:
La ‘Cruz de Lampedusa’ no llega a Almería ¿Estamos locos?
Me resulta escandaloso que a no pocos clérigos les abrumen las preocupaciones cuando, en política, gana la izquierda, por lo que algunos prelados y no pocos sacerdotes piden a sus feligreses que recen
Que recen, ¿para qué? ¿para que el clero no se vea privado de los beneficios y privilegios que disfruta? Para Jesús, lo decisivo no era la ética de los políticos, sino la conducta de la gente
“La Cruz de Lampedusa” recientemente ha estado en Málaga. De Málaga, la iban a llevar a Almería, pero de Almería ha venido la orden de que “allí no se meten en política”. Y no han podido llevar esa cruz a Almería
En el momento decisivo de la Pasión, quien defendió la inocencia de Jesús fue Pilatos, que se resistió a condenar a Jesús, mientras que quienes querían matar al Hijo de Dios fueron precisamente los sacerdotes
Como es bien sabido, el reciente y escaso triunfo de la política de izquierdas le está quitando el sueño a algunos obispos y a no pocos clérigos en España. Debe ser por eso, por lo que algunos prelados y no pocos sacerdotes piden a sus feligreses que recen. Que recen, ¿para qué? ¿para que el clero no se vea privado de los beneficios y privilegios que disfruta? ¿para que la gente que lo está pasando peor salga de la miseria en que vive?
A mí me resulta escandaloso que a no pocos clérigos les abrumen las preocupaciones cuando, en política, gana la izquierda. ¿Y no les preocupa lo mismo cuando gana y manda la derecha, de forma que no dicen “ni pío” cuando los políticos corruptos (sean de la tendencia que sean) roban cientos de millones a la población humilde y trabajadora, que se ve desamparada? ¿Entonces – precisamente entonces – es cuando los “hombres de Iglesia” no se meten en política?
Insisto en que todo esto es más escamante de lo que algunos se imaginan. Por la sencilla razón de que estas conductas, que la Iglesia tolera, son escándalos patentes, que alejan a la gente, de forma que ya es la mayoría de la población la que no quiere saber nada ni de Dios, ni de la religión. Lo digo como lo siento: mucha gente de Iglesia es la que tiene la culpa. Porque se rige más por sus intereses que por las necesidades de los ciudadanos.
El Evangelio es elocuente en este orden de cosas. Cuando Herodes asesinó a Juan Bautista (Mc 6, 17-29; Mt 14, 1-12; Lc 9,7-9), Jesús no dijo ni palabra. Y cuando Pilatos degolló a unos galileos cuando ofrecían un sacrificio religioso en el templo, Jesús no protestó contra Pilatos, sino que le dijo a la gente: ¿“Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás… Os digo que no; y si no cambiáis de vida, todos vais a perecer también” (Lc 13, 1-5). Para Jesús, lo decisivo no era la ética de los políticos, sino la conducta de la gente.
Pero lo más notable, que hay en el Evangelio, en cuanto se refiere a este asunto, es que cuando llegó el momento decisivo de la Pasión, lo más chocante es que quien defendió la inocencia de Jesús y no quería que lo mataran, fue el Procurador romano, Pilatos, que se resistió a condenar a Jesús, mientras que quienes querían matar al Hijo de Dios fueron precisamente los sacerdotes. Y se empeñaron en matarlo de la manera más humillante, colgándolo de una cruz, cosa que los profesionales de “lo sagrado” no pararon hasta que lo consiguieron. Y quienes se burlaron de Jesús crucificado cuando agonizaba, fueron también los sacerdotes. Mientras que el primero que bien en Jesús muerto en la cruz al Hijo de Dios, fue, no un sacerdote, sino un centurión romano (Mc 15, 39). Es evidente que “lo sagrado” fue más cruel con Jesús que “lo político”.
Todo esto me hace pensar en lo que está pasando ahora en España. Me obliga a pensar en “la Cruz de Lampedusa”, que recientemente ha estado en Málaga. De Málaga, la iban a llevar a Almería, pero de Almería ha venido la orden de que “allí no se meten en política”. Y no han podido llevar esa cruz a Almería. Porque, para quien lo haya decidido, sin duda alguna, salvar de la muerte a los que quieren escapar de la muerte, eso es “meterse en política”.
¿Quién se mete más en política? ¿Quien defiende a toda costra sus intereses, privilegios y ganancias? ¿O quien más se parece a la conducta de Jesús?
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