La diversidad sexual y las desigualdades de género en la vejez
“La diversidad sexual no tiene edad”
“Ellos viven menos, pero con menor discapacidad”
Feminización de la población adulta mayor
“En la vejez las mujeres tenemos más enfermedades crónicas y discapacitantes que los varones. Enviudamos y es muy difícil generar nuevas parejas, en cambio los varones mueren estando casados o en un uniones de hecho”.
Las desigualdades sociales que sufren las mujeres y que se potencian en la vejez, la invisibilización de las personas mayores del colectivo lésbico, gay, trans y bisexual y los prejuicios en torno a la sexualidad fueron analizados, entre otros temas, por especialistas nacionales y extranjeros durante el Primer Seminario Internacional sobre Género y Diversidad Sexual en la Vejez.
“Quisimos visibilizar estos temas, que se vean porque existen, ponerlos en agenda y ocuparnos. Las mujeres vivimos más tiempo que los varones pero en peores condiciones porque hemos sido un subgrupo vulnerado a lo largo de toda la vida y esto se potencia en la vejez”, manifestó la titular de la Dirección Nacional de Políticas para Adultas Mayores (DINAPAM), Mónica Roqué.
En declaraciones al Diario Popular, Roqué destacó “las mujeres somos quienes cuidamos pero luego no tenemos quien nos cuide. En la vejez tenemos más enfermedades crónicas y discapacitantes que los varones. Enviudamos y es muy difícil generar nuevas parejas, en cambio los varones mueren estando casados o en un uniones de hecho“.
También señaló que si bien “en nuestro país (Argentina) las mujeres mayores tienen cobertura previsional gracias a la moratoria (conocida como jubilación de ama de casa)” pero ellas reciben “una remuneración inferior a los varones porque ellos sí tuvieron trabajo formal” y mayores aportes. Estas desigualdades socio culturales, afirmó, “pone a las mujeres mayores en situación de vulnerabilidad”.
Asimismo se visibilizó la problemática de las personas mayores del colectivo lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI), quienes enfrentan “un doble prejuicio“. Primero, porque mantener una sexualidad activa aún “es tabú” en la vejez; y segundo, porque “no se asocia la diversidad sexual” con esas edades, sino solo “con la juventud”.
La especialista resaltó que el tratamiento de esta temática fue posible “gracias a que en Argentina se proclamó la Ley 26.618 de Matrimonio Igualitario y la Ley 26.743 de Identidad de Género”. Asimismo recordó la reciente sanción de la ley de cupo laboral mínimo, de al menos 1%, para las personas trans y travestis en la administración pública de la provincia de Buenos Aires.
Cabe destacar que la DINAPAM trabaja conjuntamente con la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA) dictando cursos de cuidadores/as domiciliarios. .
El Primer Seminario Internacional sobre Género y Diversidad Sexual en la Vejez, realizado durante tres jornadas, fue organizado por la DINAPAM, de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social y la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
La actividad se enmarca dentro de la 4º Campaña Nacional de Buen Trato hacia las Personas Mayores. Este año, el lema es “La diversidad sexual no tiene edad”.
En el seminario expusieron la Dra. Sandra Huenchuan, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); la Dra. Guita Debertm de la Universidad Provincial de Campinas, Brasil; el Dr. Brian de Vries, de la Universidad de San Francisco, Chicago; la Dra. Toni Antonucci, del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, Estados Unidos; la Dra. Anna Freixas Farré, de la Universidad de Córdoba, España; la Dra. María Victoria Zunzunegui, de la Universite de Montreal, Canadá; la Dra. Susan Somers, presidenta de la Red Internacional de Prevención del Abuso y Maltrato a las Personas Mayores; el Dr. Alexandre Kalache, presidente del Centro Internacional de Longevidad de Brasil; la Dra. Lía Daichman, presidenta del Centro Internacional de Longevidad de Argentina; el Dr. Ricardo Iacub, de la Facultad de Psicología de la UBA; entre otros. .
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) indican que en el año 2010 se registraron un total de 4,1 millones de personas de 65 años y más: 2,4 millones son mujeres y 1,7 millones varones.
La Directora Nacional de Políticas para Adultos Mayores, Mónica Roqué, destacó que la sobrevida de las mujeres está relacionada a cuestiones culturales: asisten más a los médicos, previenen enfermedades y cumplen los tratamientos. De esta forma “algunas patologías se vuelven crónicas o producen discapacidad, pero no nos matan”, resaltó.
En cambio, los varones, por un mandato cultural machista, consideran que “son el sexo fuerte, no se tienen que enfermar, sino solo trabajar”; por lo que asisten tardíamente a los centros de salud.
Respecto a la situación conyugal, en la Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores se detalla que el 73% de los varones se encuentran unidos o casados mientras que entre las mujeres prevalece el matrimonio en un 40% y la viudez, 38%. En tanto, entre el grupo de 75 años y más, seis de cada 10 mujeres se declaran viudas, mientras que entre los varones esta situación afecta a algo más de dos de cada 10 hombres. .
Norma Castillo, presidenta del centro de jubilados Lésbico, Gay, Trans, Bisexual e Intersexual (LGTBI) “Puerta Abierta a la Diversidad” manifestó que junto a su esposa Ramona “Cachita” Arévalo “estamos contentas de contribuir en algo”.
Abordar la diversidad sexual en la vejez “era un tema que se necesitaba y se va a seguir necesitando porque apenas estamos comenzado” a derrumbar los prejuicios, sostuvo Castillo. “Cuando nos casamos, todo el mundo se quedó boquiabierto porque nadie espera que fuésemos personas mayores. Cuando se habla de amor, solo se piensa en jóvenes”, recordó.
Norma y Cachita se casaron el 9 de abril de 2010 habiendo conseguido la habilitación de la Justicia. En julio de ese año se aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario. “Nos dijeron que ayudamos mucho porque cuando se hablaba (de homosexualidad) se decían cosas horribles, pecaminosas, y de repente nos casamos nosotras tras 30 años de estar juntas. La gente se quedó sorprendida”, destacó. “Cuando éramos chicas, la palabra lesbiana no se pronunciaba. Me habían impuesto de tal manera el modelo heterosexual que hasta los 35 años era homofóbica. Cuando me di cuenta lo que me pasaba, me quería morir. Sufrí mucho porque la gente te decía “degenerada”, “maldita”, de todo. Pero tuve la suerte de encontrar a Cachita y salimos adelante”, contó.
Por su parte, Jorge Giacosa, quien fue miembro del Frente de Liberación Homosexual (agrupación que funcionó en los 70) sostuvo que “es fantástico que se haya tomado este tema”. “Nunca nos hubiéramos imaginado vivir este momento”, comentó. “En los 70 militaba para que los demás no pasaran todo el sufrimiento por el que pasé. Y ahora es al revés, milito para que a mis pares les pase todo lo maravilloso que a mí me pasa. Es un momento de oro”, destacó Jorge, quien se casó con Javier en marzo pasado.
Fuente Diario Popular
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