Viernes, 26 de junio de 2020
“En cierto sentido, estamos siempre viajando, y viajando como si no supiéramos a dónde vamos. En otro sentido, ya hemos llegado. No podemos llegar a la perfecta posesión de Dios en esta vida, y por eso estamos siempre viajando y en tinieblas. Pero ya lo poseemos por la gracia, y por eso, en este sentido, ya hemos llegado y habitamos en la luz. ¡Pero cuán lejos tengo que ir para encontrarte a Ti, en quien ya he llegado!”.
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(La montaña de los siete círculos, p. 419)
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“¿Cuál es mi nuevo desierto? Su nombre es compasión. No existe yermo tan terrible, tan bello, tan árido y tan fructífero como el yermo de la compasión. Es el único desierto que verdaderamente florecerá como el lirio. Se convertirá en un estanque. Echará brotes y florecerá y saltará de gozo. En el desierto de la compasión, la tierra sedienta ve brotar fuentes de agua, el pobre posee todas las cosas. No existen fronteras que controlen a los moradores de esta soledad, en la cual yo vivo solo, tan aislado como la Hostia sobre el altar, que, siendo el alimento de todos los hombres, pertenece a todos y no pertenece a nadie, porque Dios está conmigo y se asienta en las ruinas de mi corazón, predicando el evangelio a los pobres”.
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(29 de noviembre de 1951, en Diarios I, p. 130)
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad
Diarios I, Dios, Jesús, La Montaña de los Siete Circulos, Otro, Thomas Merton
Sábado, 5 de enero de 2019
Del blog de Amigos de Thomas Merton:
Hemos compartido este texto muchas veces, y lo seguiremos haciendo, porque vale la pena que volvamos a él una y otra vez. Ahora que se acerca la Navidad, recordemos lo que somos de verdad ante los ojos de Dios, la fragilidad y la belleza que compartimos. Todo eso está ahí, en el niño de Belén:
“Ayer, en Louisville, en la esquina de las calles Cuarta y Walnut, comprendí de pronto que yo amaba a todo el mundo y que nadie me era o podía ser totalmente extraño. Fue como si despertase de un sueño: el sueño de mi distanciamiento, de la vocación «especial» de ser diferente. Realmente, mi vocación no me hace diferente del resto de los hombres ni me sitúa en una categoría especial, a no ser de manera artificial, jurídicamente. Yo sigo siendo un miembro de la raza humana, y ningún otro destino es más glorioso para el hombre, si tenemos en cuenta que la Palabra se hizo carne, convirtiéndose también en miembro de la Raza Humana.
¡Gracias, Dios! ¡Gracias, Dios! Yo soy un miembro más de la raza humana, como el resto de los seres humanos. ¡Tengo la inmensa satisfacción de ser un hombre! ¡Como si los sinsabores de nuestra condición pudieran importar realmente cuando empezamos a entender quiénes somos y lo que somos, como si pudiéramos empezar alguna vez a comprender esto en la tierra!”
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Diarios I,
Thomas Merton,
19 marzo 1958.
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad
Diarios I, Epifanía, Thomas Merton
Sábado, 22 de agosto de 2015
Del blog de Amigos de Thomas Merton:
“¿Cuál es mi nuevo desierto? Su nombre es compasión. No existe yermo tan terrible, tan bello, tan árido y tan fructífero como el yermo de la compasión. Es el único desierto que verdaderamente florecerá como el lirio. Se convertirá en un estanque. Echará brotes y florecerá y saltará de gozo.
En el desierto de la compasión, la tierra sedienta ve brotar fuentes de agua, el pobre posee todas las cosas. No existen fronteras que controlen a los moradores de la soledad, en la cual yo vivo solo, tan aislado como la Hostia sobre el altar que, siendo el alimento de todos los hombres, pertenece a todos y no pertenece a nadie, porque Dios está conmigo y se asienta en las ruinas de mi corazón, predicando el evangelio a los pobres.”
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Thomas Merton.
Diarios I. 29 de noviembre de 1951.
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad
Compasión, Desierto, Diarios I, Thomas Merton
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