Pizzaballa: “Nunca se ha dado una limpieza religiosa como la que hoy se da en Oriente Medio”
El Patriarca de Jerusalén denuncia ataque a los cristianos
“Corremos el riesgo de destruir para siempre un patrimonio de convivencia que ha permanecido durante siglos”
“Oriente Medio ha sido, y seguirá siendo, el centro neurálgico de las civilizaciones y las religiones. No podemos permanecer indiferentes ante el drama que estamos viviendo hoy“
(Jesús Bastante).- Pierbattista Pizzaballa es un hombre alto, enjuto, que tras una permanente sonrisa esconde un lenguaje duro y claro. El actual administrador apostólico del Patriarcado Latino participó esta mediodía en la inauguración de la exposición “España en Tierra Santa“, que se muestra en la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Y lo hizo con un llamamiento a la protección de las minorías religiosas. “Nunca se ha dado una limpieza religiosa como la que hoy se da en Oriente Medio“, señaló.
El prelado llegó a San Dámaso acompañado por el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, y el portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo y, tras visitar brevemente la exposición (junto a los responsables de la Obra Pía y representantes del Gobierno), habló “en castellano, con mi terrible acento italiano”, para agradecer “la presencia española en Tierra Santa, que nos permite un futuro esperanzador”.
“Estamos en la tierra de Jesús, la misión de la Iglesia es proclamar a Cristo”, destacó Pizzaballa, quien destacó que “a lo largo de siglos de historia, en esta tierra ha existido este hambre y esta sed de Jesús”. Pese a las dificultades, abogó por que “”estos lugares continúen siendo piedras vivas, que los cristianos sigan vivos en Tierra Santa”.
“Ésta es mi misión: asegurar que estos lugares, que han visto el paso de Jesús, continúen siendo piedras vivas que hablen, y que la comunidad de discípulos de Cristo siga viva en Tierra Santa”, señaló Pizzaballa, quien agradeció la ayuda de nuestro país “con su trabajo a los más necesitados con aquella tierra”.
Una presencia “llamada a continuar en el futuro, un futuro que humanamente no es fácil y que hay que construir desde la esperanza en el Evangelio”, y que precisa “la superación de los conflictos en Oriente Medio, que hoy es sinónimo de guerra, conflictos religiosos y problemas políticos”.
“Oriente Medio ha sido, y seguirá siendo, el centro neurálgico de las civilizaciones y las religiones. No podemos permanecer indiferentes ante el drama que estamos viviendo hoy”, clamó el arzobispo, quien incidió que “el futuro de los cristianos está ligado al de las personas“.
Siria, Irak, Yemen… lamentó Pizzaballa, quien clamó por “el rechazo a las acciones terroristas. No es posible que haya persecución por razones étnicas o religiosas”. En este punto, denunció cómo “la atroz lucha de poder en Oriente Medio está cambiando su composición política y religiosa, pero corre el riesgo de destruir para siempre el patrimonio único de convivencia que durante siglos ha caracterizado esa parte del mundo”.
“Oriente Medio ha sido y es crisol de culturas. Ha sido cuna de diferentes religiones (…). La convivencia nunca ha sido fácil, las persecuciones a lo largo de los siglos siempre se han dado, pero nunca se ha dado una limpieza religiosa como hoy”, denunció.
Así, recalcó el objetivo de los fundamentalistas, que no es otro que “uniformar una sola identidad cultural“, en mitad de “un cambio de época: nada será como antes, no se podrá retornar a las situación previa. Estamos ante un punto de no retorno, algo similar a lo que fue la I Guerra Mundial para Europa“.
En lugares como Alepo, señaló, “todas las referencias a la vida cotidiana y de la población han sido destruidas, han saltado por los aires. En muchas partes del país ya no existe seguridad, escuelas, hospitales… todo lo que supone una vida normal ha desaparecido. Alepo tiene que ser reconstruida”. En esa tesitura, los cristianos se presentan como “signos de vida, que animan y dan esperanza”.
Porque “los cristianos no han dejado de existir, su corazón continúa latiendo. Algunos han preferido morir, o huir, pero no han abandonado la luz de la fe”, señaló. “No destruyeron sus cruces o sus imágenes, han mantenido los signos de su identidad, de su fe”.
En Palestina, “la situación no es mejor. Las divisiones cada vez son más profundas en su interior, entre los diversos componentes de la sociedad. El diálogo entre Israel y Palestina está arruinado“, añadió Pizzaballa. “Sobre el conflicto palestino-israelí ya se ha dicho todo. La novedad es que el elemento religioso parece prevalecer sobre el político”, lo que provoca “una sensación de frustración y abandono entre las gentes sencillas“.
Frente a la “falta de respuesta” de parte del mundo islámico, Pizzaballa clamó por el diálogo. “No hay alternativas al diálogo (…). “Líderes cristianos, judíos y musulmanes que trabajan juntos contra el fundamentalismo son la imagen que los radicales quieren destruir, son más necesarios que nunca”.
Fuente Religión Digital
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