“El desarrollo humano integral es el paso para cada uno y para todos de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas”
De su blog La Iglesia se hace diálogo:
El Evangelio en una sociedad laica y en la ambigüedad del mundo (VII)
“Nos estamos ahogando en la fría lógica del mercado y en un progreso técnico éticamente des-finalizado”
“Como sino de nuestro tiempo, cada vez se levanta con más fuerza el justo clamor de lo empobrecidos o excluidos en distintos ámbitos. Sin decirlo expresamente piden un desarrollo humano integral”
“Esa lógica se concreta en la práctica con nueva jerarquía de valores. En el área de las posesiones el valor es compartir”
| Jesús Espeja teólogo
VII. Cómo crecer en sociedad
“El principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales, es y debe ser la persona humana, la cual por su misma naturaleza, tiene absoluta necesidad de la vida social. Recuerden todos los ciudadanos el deber y el derecho que tienen de contribuir por sí mismos al progreso de su propia comunidad” (Vaticano II)
1. Progreso sin ética humanitaria
Nuestro deslumbrante progreso técnico que avanza según el principio: hagamos todo lo que podemos. Inventamos el armamento nuclear y ahora todos nos vemos amenazados. Dominamos el espacio abriendo rutas a otros planetas, pero sigue y aumenta la pobreza escandalosa en nuestra tierra. Sin duda la inteligencia artificial es invención significativa en el progreso de la humanidad, y las empresas procurarán ponerse al día en la lógica del mercado. Pero ¿qué metemos en las máquinas y con qué intenciones? ¿Nos hacernos cargo de los resultados?
Nos estamos ahogando en la fría lógica del mercado y en un progreso técnico éticamente des-finalizado. En el mundo que cada vez más es como una aldea en que todos estamos esa lógica mercantil, esa lógica está sembrando rivalidad, inequidad, violencia y escandalosa pobreza. Este progreso sin ética va contra el humanismo de la humanidad
2. Urge un desarrollo humano integral
Las personas no se resignan a su aplastamiento; una y otra vez se levantan de sus propias cenizas para defender su dignidad. No aceptan un crecimiento inhumano que las impide ser ellas mismas, y tratan de buscar salidas.
Como sino de nuestro tiempo, cada vez se levanta con más fuerza el justo clamor de lo empobrecidos o excluidos en distintos ámbitos. Sin decirlo expresamente piden un desarrollo humano integral.
Un desarrollo de toda la persona y de todas las personas. Hay en la persona una dimensión trascendente que le saca de su propia tierra para ir hacia los demás reconociendo su dignidad y derechos fundamentales. Si no desarrolla esa dimensión no has desarrollo integral de la persona. Si desarrolla esa dimensión solidaria, el crecimiento de su persona en humanidad se prueba en el crecimiento de la otras personas.
El desarrollo humano integral es el paso para cada uno y para todos de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas. Paso de las carencias vitales que sufren muchos y de las carencias éticas de las que están mutilados otros por el egoísmo. A condiciones más humanas para que los excluidos puedan vivir con dignidad y los potentados se libere de su fiebre posesiva. Un paso de la deshumanización al verdadero humanismo.
3. Lógica de la compasión y de la gratuidad.
Es el remedio para sanar los estragos que está generando la fría lógica del mercado. Sin duda el mercado en un medio muy eficaz para el funcionamiento eficaz de la economía. Pero para que ese funcionamiento no degenere y se vuelva contra el desarrollo integral del ser humano, en las relaciones tiene que entrar también la lógica de a compasión y de la gratuidad.
Esa lógica se concreta en la práctica con nueva jerarquía de valores. En el área de las posesiones el valor es compartir. En el área de las relaciones personales, la persona es valiosa por sí misma, por dignidad. El ejercicio del poder debe ser mediación del amor. Y a la hora de vivir en sociedad, el valor es ser solidarios n vistas al bien común.
La compasión inspira la opción eficaz en favor de los pobres. Según los padres de la Iglesia, “Si alguno tiene bienes de este mundo y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo es posible que resida en él el amor de Dios? No es parte de tus bienes —así dice San Ambrosio— lo que tú das al pobre; lo que le das le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias”.
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