Portland (EE.UU.) quiere acabar con los Drag Shows
El ayuntamiento de Portland (Tennessee) organiza un debate para decidir si prohibir los shows de drag queens en el distrito centro porque algunos consideran que son espectáculos para adultos.
El abogado de la ciudad avisa de que si aprueban esa ordenanza les van a llover las demandas.
Al parecer a los integrantes del ayuntamiento de Portland en Tennessee (Estados Unidos), un pueblo de unos 12.000 habitantes, no les hace ninguna gracia el ambiente festivo de los drag queens, pues quieren que los shows de este tipo no se realicen más en esa ciudad.
El Ayuntamiento se reunió para debatir una ordenanza que prohibiría los espectáculos de Drag Queens en el distrito financiero de la ciudad, situado en el centro. Y es que algunas personas consideran que ese tipo de espectáculos no deberían estar ahí porque son espectáculos para adultos y, por lo tanto, hay que enviarlos bien lejos. Como si las Drag Queens fueran strippers. Así es, se pasaron discutiendo por más de una hora con Ray Guillermo, quien trabaja en este negocio.
Durante más de una hora los concejales de la ciudad escucharon a varios vecinos que hablaron tanto a favor como en contra de la ordenanza, la 17-59; Algunos de los argumentos en contra fueron absolutamente delirantes y homófobos. Como por ejemplo los de Nicole Vestal, una residente, que dijo que aplaudía lo que estaban haciendo en el Ayuntamiento porque “A pesar de lo que diga la ACLU, creo que deberíais seguir adelante. Los shows transgénero no tienen cabida en el distrito centro. Si quieren hacer esto, pueden hacerlo en los clubs gais o en la privacidad de sus casas.”
Algo parecido le pasa a Tom King, un señor que lleva viviendo en el pueblo desde 1972, que dijo que él no es homófobo, que no tiene nada en contra de los homosexuales y que “si me encuentro a alguno con una rueda pinchada a un lado de la carretera pararé para ayudarle… pero no apoyo este tipo de actividad.”
En el lado opuesto, estaba Ray Guillermo, el propietario de la empresa Elite Star Productions que se encarga de producir muchos de esos espectáculos. Según Guillermo el problema es el desconocimiento de lo que es realmente un show de drag queens y por eso invitó a todo el consejo a acudir a uno de los shows a ver realmente sobre lo que están debatiendo: “No hay desnudez, no es entretenimiento para adultos.” A Guillermo se sumó Debbie Linson, que avisó a la junta de que tuvieran cuidado con lo que decidían porque “No creo que a ninguno de nosotros nos guste que nos digan cómo podemos o no podemos vestirnos.”
Hubo dos drag queens en la sala que reconvino al consejo municipal. Nicole Grace dijo a la junta que lo que estaban debatiendo era “un ejemplo claro de bullying“. Y Graceyn James Collins les dijo directamente que comparar los shows de drag con shows eróticos era, directamente, insultante: “Los chavales ven lo que hacemos y ésta es su forma de expresarse. En 2005 yo llegué a mi límite como adolescente y el drag salvó mi vida. Ese adolescente que está viendo ahora mismo, ése es el punto de inflexión. Vengan a ver lo que hacemos y tomen su decisión.”
La decisión de prohibir o no los shows de drag queens en el distrito centro se iba a tomar esa misma noche, pero finalmente se votó por un aplazamiento hasta el próximo 6 de noviembre porque algunos de los concejales no tenían claro lo que estaba pasando. Bueno, por eso y porque el abogado del ayuntamiento, David Amonette, les dijo que como aprobaran la ordenanza les iban a llover las demandas. El Ayuntamiento ya ha recibido varias cartas de abogados y organizaciones (entre las que están la ACLU y el Tennessee Equality Project) avisando de que si prohíben los shows drags irán a los tribunales y la aseguradora de la ciudad ha pedido que denieguen la moción porque el coste de esos juicios puede ser una locura económica: “Hay varios temas muy serios en esas cartas que me gustaría tener la oportunidad de revisar. Pero les puedo asegurar que si actúan precipitadamente la ciudad será demandada.”
Habrá que esperar al 6 de noviembre para ver qué deciden en Portland.
Fuente | The Tennessean, vía EstoyBailando
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