Activistas de Kirguizistán piden ayuda ante la posible aprobación de una ley contra la “propaganda homosexual” más dura que la rusa
Activistas LGTB de la república exsoviética de Kirguizistán han lanzado una llamada de auxilio al resto del mundo para denunciar las intenciones de su Gobierno de aprobar una ley contra la “propaganda homosexual” mucho más dura que ya la vigente en Rusia. Como no podía ser de otra manera, desde dosmanzanas nos hacemos eco de la llamada y pedimos la colaboración de todas las personas, organizaciones e instituciones que a cualquier nivel puedan contribuir a difundirla o presionar a las autoridades de ese país.
Ya en marzo recogíamos la noticia, gracias al esfuerzo de difusión de Human Rights Watch (HRW). El Gobierno de la república centroasiática de Kirguizistán (también conocida como Kirguistán y Kirguisia) ha iniciado la tramitación de un proyecto de ley que persigue castigar con multas y/o cárcel a todos aquellos que difundan una actitud positiva hacia “la sodomía, el lesbianismo y otras formas de comportamiento sexual no tradicional”. Según el borrador, sería ilegal transmitir “nociones distorsionadas de equivalencia social entre relaciones sexuales tradicionales y no tradicionales” o “información sobre relaciones sexuales no tradicionales que despierte interés en dichas relaciones”. La norma restringiría también la participación en “asambleas pacíficas que intenten divulgar públicamente cualquier información sobre cualquier forma de relación sexual no tradicional”. Sus promotores justificaban la reforma en la necesidad de “salvaguardar y proteger los valores familiares, humanos, morales e históricos tradicionales de la sociedad kirguís”.
Se trata de un proyecto, en definitiva, en la línea del ya vigente en la vecina Rusia, pero aún más duro, en tanto que ya ni siquiera se contempla la excusa de “proteger a los menores”. Toda información positiva sobre homosexualidad quedaría vetada, aunque esté dirigida solo a adultos. Según la propuesta inicial, las penas podrían ascender hasta seis meses de prisión y una sanción de hasta 5.000 som (unos 67 euros), que se incrementarían -si los destinatarios de la información son menores- hasta el año de cárcel y 6.000 som de multa (80 euros). HRW denunciaba que para ello Kirguizistán modificaría sus leyes sobre libertad de prensa y de asociación, algo que según su director para Europa y Asia Central, Hugh Williamson, va en contra de la Constitución kirguís y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, firmado y ratificado por Kirguizistán.
Petición de ayuda
Es por eso que los activistas de Kirguizistán, que a diferencia de otros países apenas si recibe atención mediática fuera de sus fronteras, han pedido ayuda para difundir la situación y conseguir al menos una cierta presión internacional que haga a su gobierno pensárselo dos veces. Piden, por ejemplo, que se organicen concentraciones de protesta frente a embajadas y consulados de Kirguizistán, y que en la medida de lo posible se traslade a las autoridades de los diversos países la preocupación por este proyecto.
En este sentido, los activistas valorarían especialmente las acciones que provengan de países de Asia o de América Latina, para evitar la sensación de que se trata de una campaña promovida solo por países occidentales. También serían muy bien recibidos pronunciamientos de líderes religiosos musulmanes inclusivos.
A los países y organizaciones donantes de fondos a Kirguizistán los activistas LGTB de ese país piden que se aseguren que los receptores de ayuda sean agentes que no promuevan o apoyen políticas homófobas y tránsfobas, pero que no se presione con amenazas de retirar la ayuda, que consideran pueden ser contraproducentes. También han publicado un listado de personalidades LGTBfobas de Kirguizistán para que en la medida de lo posible se les haga el vacío a no ser que condenen el proyecto.
Insertamos por último el contacto de varios activistas LGTB de Kirguizistán a los que se puede escribir directamente en inglés para más información. Se trata de correos electrónicos que son públicos y que pueden compartirse:
- Dastan Kasmamytov (Danik) dastanurbek@gmail.com
- Ruslan Kim ruslan.kimm@gmail.com
- Syinat Sultanalieva sultanalievas@gmail.com
- Amir Mukambetov a.mukambetov@gmail.com
La dura realidad del colectivo LGTB
La situación del colectivo LGTB en Kirguizistán es muy dura, como demuestra otro informe de HRW que recogimos en febrero. Los testimonios hablan de tormentos diarios como amenazas, violencia psicológica y física, detenciones arbitrarias, abusos sexuales o violaciones. Especialmente frecuentes son el chantaje y la extorsión, de forma que muchos de los extorsionados se ven obligados a pagar cantidades de dinero a los agentes para impedir que estos revelen su orientación sexual a amigos y familiares y les expongan al rechazo social o a la pérdida de sus trabajos. En las semanas que siguieron a la publicación del informe, uno de los activistas que contribuyó a la elaboración de este informe fue amenazado de muerte. Los políticos del país también añaden leña al fuego de la estigmatización social de gays, lesbianas y transexuales desde los medios de comunicación.
Kirguizistán es el séptimo país de la órbita de la antigua Unión Soviética en discutir un proyecto de este tipo, tras Rusia (que inició la senda homófoba), Ucrania, Moldavia, Lituania, Armenia y Kazajistán, aunque solo en el primero ha entrado plenamente en vigor la ley.
Fuente Dosmanzanas
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