Una mujer ha sido detenida en Tanzania tras hacerse viral un vídeo en el que besa y regala un anillo a otra mujer. “Puedo confirmar que una mujer tanzana está bajo custodia policial por ese vídeo. Daremos más detalles cuando concluyamos la investigación”, ha declarado a Reuters Mponjoli Mwabulambo, jefe de policía de Geita, al noroeste del país. Se trataría, según asegura la agencia de noticias, de la primera detención de una mujer en el contexto de la ola de homofobia de Estado que vive en país africano.
El vídeo, que puede verse en YouTube, es de lo más anodino. En el curso de una celebración una mujer besa a otra, que de forma sostenida muestra a la cámara un anillo. A su alrededor varios invitados brindan y graban la escena con sus teléfonos móviles. Podría tratarse de una ceremonia de compromiso, pero más allá de eso nada hay en las imágenes que resulte ofensivo. Sin embargo, parece ser más que suficiente para motivar la detención de una de las mujeres. La otra (la perceptora del anillo) se encuentra en busca y captura.
Hay que recordar, en este sentido, la situación que vive Tanzania, cuyo ministro de Interior, Mwigulu Nchemba, amenazó abiertamente hace pocos meses con detener y juzgar a quienes defendiesen los derechos LGTB en el país africano. “Me gustaría recordar y advertir a todas las organizaciones e instituciones que hacen campaña y pretenden proteger los intereses homosexuales…, que vamos a detener a cualquiera que esté involucrado y presentar cargos ante los tribunales”, aseguró. Ya unos días antes, el presidente John Magufuli se había referido con crudeza al papel de las ONG extranjeras, a quienes prometió combatir aunque eso significara la pérdida de ayudas internacionales.
Una deriva fuertemente LGTBfoba
Pero no solo los defensores de los derechos LGTB están en riesgo. También los propios ciudadanos LGTB. En este sentido, el Código Penal tanzano castiga las relaciones “contra el orden de la naturaleza”, entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La “grave indecencia” entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas, sin embargo, solo están explícitamente castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares). La detención de esta mujer en el interior del país parece indicar, sin embargo, que las autoridades han apostado por hacer una interpretación más extensiva y menos garantista de la legislación homófoba, que de hecho apenas se aplicaba hace unos pocos años.
Además de que la homosexualidad en Tanzania puede ser castigada con hasta 30 años de prisión, en los últimos meses su gobierno ha demostrado reiteradamente su intención de perseguir al colectivo LGBT, con la amenaza de publicar listas negras de personas homosexuales, o la supresión de los tratamientos contra el VIH porque «la homosexualidad es ilegal» en su país, suspendiendo incluso los tratamientos de quienes son portadores. Pero no sólo es el colectivo LGBT el que está en riesgo en Tanzania porque el presidente también ha reafirmado una ley que impide que las niñas menores de edad que se queden embarazadas puedan terminar su educación porque, según su punto de vista, podría conducir a la corrupción de otros estudiantes.
El Código Penal tanzano castiga las relaciones “contra el orden de la naturaleza”, entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La “grave indecencia” entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas solo están castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares).
Hasta hace unos años, esos artículos del Código Penal eran raramente aplicados, pero fue en el verano de 2016 cuando comenzó a tenerse noticia de la deriva LGTBfoba de las autoridades tanzanas. Paul Makonda, comisionado de la ciudad portuaria de Dar es-Salam, la más populosa del país, anunciaba entonces una campaña de represión contra los homosexuales, lo que dio lugar a varias detenciones en locales de ambiente. Makonda también amenazó con detener a quienes siguieran en las redes sociales a hombres abiertamente homosexuales, por lo que muchos de ellos dejaron de publicar. Hace ahora unas pocas semanas, también en Dar es-Salam, doce hombres eran detenidos en un hotel.
La ofensiva se ha extendido incluso al ámbito sanitario: Un poco antes, el Ministerio de Sanidad comunicaba la prohibición de la importación y venta de lubricantes sexuales argumentando que son productos utilizados habitualmente por homosexuales y que fomentaban las relaciones entre varones y la propagación del VIH. Sólo cuatro meses después el gobierno suspende tanto los programas de prevención, sino también los tratamientos de los enfermos de VIH y sida, en hasta 40 centros de salud privados, acusándolos de atender a personas homosexuales, según el ministro de salud, Ummy Mwalimu, una medida insólita que pone en riesgo las vidas de personas afectadas por la enfermedad, amenazando su viceministro, Hamisi Kigwangalla, de su intención de publicar una lista negra de personas homosexuales que se dedican a la prostitución online, aunque no llegó a hacerlo.
En septiembre de 2016, el viceministro de Sanidad, Hamisi Kigwangala, emitía un comunicado en el que aseguraba que el Gobierno “protegerá siempre” los valores tradicionales de la sociedad tanzana, argumentando que “no puedo negar la presencia de personas LGTBI en nuestro país y el riesgo que presentan para la propagación del VIH/sida”. Con ese propósito, a principios de 2017, Kigwangala ordenaba la detención de tres ciudadanos tanzanos, acusándoles de “promover la homosexualidad” a través de las redes sociales.
En junio de este año las amenazas alcanzan a las personas extranjeras que simplemente defiendan los derechos del colectivo LGBT. Así, el gobierno de Tanzania amenazó con deportar a quienes ayuden y defiendan al colectivo LGBT. El ministro de Interior de Tanzania amenazó con detener y juzgar a quienes defiendan los derechos LGTB. También declaró que expulsará del país, con carácter inmediato, a los miembros de organizaciones extranjeras que defiendan los derechos humanos de la población LGTB tanzana. Un paso más en la escalada represora del gobierno tanzano, que en los últimos tiempos ha arreciado en su empeño de estigmatizar a sus ciudadanos LGTB, utilizándoles como cabeza de turco a quien culpar de los problemas del país.
En definitiva, parece que las autoridades tanzanas, a imagen y semejanza de lo que viene sucediendo en otros países de la región, han decidido estigmatizar a sus ciudadanos LGTB y utilizarlos como cabezas de turco a quienes culpar de los problemas del país. Un escenario que nos hace temor lo peor.
La homosexualidad es ilegal en 38 de los 54 países africanos, castigándose con la muerte en Sudán, Somalia y Mauritania. En 2014, Uganda trata de imponer la pena de muerte a los condenados por ser homosexuales, pero ante la controversia creada la ley fue rectificada. Amnistía Internacional denuncia en julio de este mismo año que las autoridades de Tanzania estaban «arrestando y persiguiendo a la población con cargos relacionados con la homosexualidad, sometiéndoles a exámenes anales forzosos».
Fuente Dosmanzanas
General, Homofobia/ Transfobia.
Dar es Salaam, Dar es-Salam, Discriminación, Geita, Hamisi Kigwangala, Homofobia, John Magufuli, Lesbianas, Lesbofobia, LGTBfobia, Mponjoli Mwabulambo, Mwigulu Nchemba, Paul Makonda, Tanzania
Comentarios recientes