Prohíben abrazarse a pareja gay en un shopping de Paraguay
Rodrigo Paredes (23) y Daniel Moreno (30) fueron el domingo al shopping Pinedo, ubicado en la ciudad de San Lorenzo, a 12 km de Asunción. Cerca de las seis de la tarde, se sentaron en uno de los banquitos del pasillo y se abrazaron, cuando una guardia de seguridad de nombre Claudia Herreira les llamó la atención. “No pueden estar así”, les dijo. “¿Cómo es así?”, pregunta Rodrigo. “Así abrazados”, responde. “¿Es porque somos gays?”, inquirió el joven. Herreira afirmó y reforzó que no podían estar así, “a no ser que sean heteros”.
El caso se dio a conocer a raíz de las publicaciones que hizo Rodrigo desde sus redes sociales. “Me da mucha impotencia porque uno va queriendo pasar el rato como cualquier otra persona, compartir con su pareja, con amigos y recibir ese trato de manera discriminatoria. Vimos a otras parejas heterosexuales que estaban tranquilamente abrazados pero nosotros no podíamos por ser dos varones”, subrayó.
La pareja dejó una queja a la gerencia del centro comercial contando lo sucedido y, al cabo de seis días, recibieron una respuesta en la que se disculpaban “si hubo una equivocación”. Cuando Cecilia Figueredo, gerente de marketing del shopping Pinedo fue consultada por Presentes, expresó que el espacio es “inclusivo”, pero que, por política del centro comercial, las parejas deben mantener “el buen comportamiento” en público, indistintamente de su orientación sexual.
Sin embargo, el ejemplo que aportó para esta definición es que las personas no deben estar acostadas en los bancos, lo que no coincide con la versión de los hechos de Rodrigo y Daniel.
“Pinedo es un shopping de familia”
“Acá siempre vienen personas trans, lesbianas, no tenemos problemas con eso. Lo que nosotros cuidamos es el buen comportamiento porque el Pinedo es un shopping de familia y hay gente que nos reclama. Abrazarse y tomarse de la mano, para nosotros, no es ningún problema. El jefe de monitoreo le comunicó al guardia lo que vio y ella les pidió que se moderen”, dijo Figueredo, y se justificó varias veces con que no les pidieron que se retiraran.
“Es un hecho de discriminación porque somos una pareja homosexual y llama la atención que seamos dos chicos abrazados. Se supone que si vos le querés a una persona querés demostrar cariño”, manifestó Daniel.
“El derecho de admisión en ningún caso es reconocido como un derecho absoluto ni tampoco sujeto a criterios del titular del establecimiento, sino que se encuentra sometida al previo control administrativo con el fin de garantizar su cumplimiento y finalidad adscrita por la ley”, expresó en uno de sus tuits. Además, el mismo día que elevaron el reclamo a la gerencia del shopping, escribieron a las redes del shopping Paseo la Galería para consultarles si tenían políticas similares a las del Pinedo, y se acercaron para verificar que sostuvieran su discurso.
Recrudecieron las denuncias en el 2019
Simón Cazal, cofundador de la organización SomosGay, recordó que este año incrementó la cantidad de personas que se acercaron a la organización a denunciar discriminación y violencias y que a la fecha ascienden a 13, tanto de espacios privados como públicos. A este número se suma este caso del shopping Pinedo y el de Bruno Olmedo.
“Este año recibimos un pico de agresión en relación a las violencias registradas en los últimos 10 años. Hay una militancia constante y activa no solo por parte de los sectores fundamentalistas sino también del Estado y creemos que esa es la causa de este escenario”, sostiene Cazal y considera que el derecho de admisión es la excusa que usan los locales para discriminar abiertamente.
De acuerdo al informe anual de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY) que se publicará el 10 de diciembre, hasta el mes pasado se registraron tres denuncias de discriminación a lesbianas en lugares públicos (restaurante, club deportivo y negación de alquiler de casa).
“La mayoría de casos que recibimos sobre violencia y discriminación hacia lesbianas suceden en el ámbito familiar”, explicó Rosa Posa, activista de Aireana, grupo por los derechos de las lesbianas.
Sin ley antidiscriminatoria
El documento fue elaborado por Rosa Posa, de Aireana; Erwing Augsten, de la Red contra toda forma de discriminación (RCTD) y Mariana Sepúlveda, de Panambí (Asociación de travestis, transexuales y transgéneros del Paraguay).
En junio, a Lola Asunción, una mujer trans, le prohibieron el ingreso al Shopping del Sol. En septiembre, echaron a Adison Montiel y Mattias Ayala del shopping Mariscal López por besarse, el mismo mes en que el centro comercial inició una campaña por la inclusión LGBT.
En noviembre, Daniel Guerrero sufrió un ataque de homo-odio en un shopping de la ciudad de Mariano Roque Alonso mientras se estaba cambiando en el baño. Una limpiadora le derramó lavandina en la cara. “Sos un asqueroso de mierda, dejá de espiar a las personas”, le gritó. Llamó a la policía, narró los hechos pero no le creyeron.
El martes, en el Villa Morra Park (una plaza de comidas ubicado sobre la Avenida Mariscal López, en Asunción) a Adriana Lezcano y su pareja le pidieron que no se besen públicamente delante de familias con niñes.
En Paraguay, aún no existe una ley contra forma de discriminación y el gobierno de Mario Abdo Benítez reafirmó su posición en contra de los derechos LGTBIQ+. Ya en campaña declaró que “se le acabaría la tinta” vetando proyectos de leyes que atentaran “contra la familia”.
No obstante, el artículo 25 de la Constitución Nacional refiere a la expresión de la personalidad y refiere que: “Toda persona tiene el derecho a la libre expresión de su personalidad, a la creatividad y a la formación de su propia identidad”.
Fuente Agencia Presentes
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