El pasado sábado muchos de nosotros nos reunimos en torno al televisor para ver la 64º edición de Eurovision, un certamen que tuvo lugar en Tel Aviv y que contó con la presencia de Madonna. En una larga gala marcada por las reivindicaciones de los islandeses Hatari y del staff de bailarines de la ambición rubia, ambos con banderas del estado de Palestina, el intérprete holandés se hacía con el micrófono de cristal tras interpretar la balada ‘Arcade’. Horas antes, Duncan Laurence salía del armario como bisexual.

Sucedió durante la conferencia de prensa previa, donde el holandés, uno de los favoritos de acuerdo con las casas de apuestas, explicaba qué suponía para él y para su país alcanzar la final. En ese momento, Duncan Laurence declaraba:

Lo que significa para mi personalmente, antes de que todo esto comenzara, yo era un compositor que escribía canciones en su habitación y esta oportunidad se traduce en que puedo mostrarme como soy como artista, pero también como ser humano. (…) Soy más que un artista, soy una persona, soy bisexual, soy músico… estoy orgulloso de tener la oportunidad de mostrar quien soy.

Por supuesto, Duncan Laurence no fue el único concursante de LGTBI, si bien Bilal Hassani, el representante de Francia, se identifica como gay. Precisamente el representante francés tuvo que soportar una horrible campaña homófoba en las redes sociales, tanto es así que las organizaciones galas SOS Homophobie y Urgence Homophobie acabaron reportando casi 2.000 tweets a la policía.

En la gala, además de Madonna, aparecieron otros iconos LGTBI como Dana International o Conchita Wurst. No obstante y como ya es tristemente costumbre en uno de los certámenes LGTBI por excelencia, la diversidad convive con países abiertamente homófobos como Rusia y su ley de propaganda gay ante la tibieza de la organización de Eurovision, que incluso llegó a aceptar prohibir la entrada de banderas acoiris en la pasada edición.

Fuente Gaytimes, vía AmbienteG

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La ex ganadora de Eurovisión, Dana International, regresó al escenario del concurso de canto, trayendo una ‘kiss cam’ para celebrar el amor en todas sus formas.

Dana International, que llevó a Israel a la victoria en Eurovisión en 1998 con la canción “Diva”, interpretó “Just the Way You Are” de Bruno Mars el primer día de las semifinales de Eurovisión el martes 14 de mayo.

El concurso se celebra en Tel Aviv, Israel, tras la victoria de la artista israelí Netta Barzilai en 2018 -según las normas de Eurovisión-, el país ganador se convierte en anfitrión de la competición al año siguiente.

Mientras Dana International cantaba, una ‘kiss cam’ en forma de corazón escudriñaba a la audiencia en busca de tortolitos -encontrando a muchas parejas del mismo sexo, que felizmente se abrazaban y se besaban.

Un par de besos para la cámara durante la actuación de Dana International en Eurovisión. (Captura de pantalla/BBC)

Una pantalla detrás de la cantante proyectó varios mensajes, incluyendo el eslogan del matrimonio igualitario “Love is love”.

También se pudieron ver varias banderas del Orgullo LGBT+ entre el público durante la actuación. Una bandera del arcoíris incluso llegó al escenario gracias a un miembro del grupo islandés Hatari, que la agitó ante el público mientras la banda era llamada a unirse a los otros nueve países que llegaron a la gran final: Grecia, Chipre, República Checa, San Marino, Eslovenia, Bielorrusia, Serbia, Estonia y Australia.

Dana International fue la primera cantante trans en ganar Eurovisión y el presentador israelí, Assi Azar, le dio crédito por haberle dado el coraje para salir del armario. Dijo: “En 1998, tenía 20 años, en el fondo del armario, un armario del que nunca pensé que saldría”. Azar añadió: “Pero entonces, Dana International, una joven cantante de Israel con una voz increíble y una historia vital increíble, subió al escenario de Eurovisión y lo cambió todo. Su victoria ayudó a millones de personas alrededor del mundo, incluyéndome a mí, a sentirse cómoda con quienes son.“

La ex ganadora de Eurovisión Dana International muestra un mensaje pro-LGBT durante su actuación. (Captura de pantalla/BBC)

Los artistas internacionales se preparan para tomar el escenario de Eurovisión. La cantante israelí es una de las artistas de Eurovisión que se preparan para volver a la competencia de canciones, pero ninguno de ellos interpretará su propia canción, sino que cantará los éxitos de sus compañeros ex concursantes.

La austriaca Conchita Wurst interpretará el tema “Heroes” de Måns Zelmerlöw, que ganó el concurso sueco de 2015. La ucraniana Verka Serduchka interpretará el “Toy” de Netta, que ganó el concurso de 2018, mientras que Måns Zelmerlöw volverá a interpretar el “Fuego” de la chipriota Eleni Foureira, subcampeona de 2018. Por su parte, Eleni Foureira interpretará el subcampeón de 2007 de Verka Serduchka “Dancing Lasha Tumbai”.

Los finalistas de Eurovisión 2019 posan en el escenario, donde un miembro del grupo islandés Hatari ondeó una bandera de orgullo LGBT. (Jack Guez/AFP/Getty)

También se espera que Madonna cante dos canciones en la Gran Final de Eurovisión el sábado (18 de mayo), a pesar de que el supervisor ejecutivo de Eurovisión, Jon Ola Sand, dijo el lunes (13 de mayo) que todavía no se había firmado un contrato para la actuación y que estaba en la “fase final” de las negociaciones.

La superestrella fue uno de los objetivos de una campaña internacional, apoyada por algunos activistas LGBT+, para boicotear al país anfitrión de la competición por el historial de derechos humanos de Israel.

La Comunidad Creativa para la Paz, sin fines de lucro, se ha opuesto a los llamamientos al boicot con una carta firmada por varias celebridades que atestiguan el poder de Eurovisión -que pretende ser un acontecimiento apolítico- para “salvar nuestras diferencias culturales y unir a personas de todos los orígenes a través de su amor compartido por la música”.

Madonna se dirigió a los llamados a boicotear la competencia en una declaración a la prensa: “Nunca dejaré de tocar música para adaptarme a la agenda política de alguien ni dejaré de hablar en contra de las violaciones de los derechos humanos en cualquier parte del mundo en que se encuentren”, dice la declaración, citada por Reuters. “Mi corazón se rompe cada vez que oigo hablar de las vidas inocentes que se pierden en esta región y de la violencia que tan a menudo se perpetúa para adaptarse a los objetivos políticos de las personas que se benefician de este antiguo conflicto. Espero y rezo para que pronto nos liberemos de este terrible ciclo de destrucción y creemos un nuevo camino hacia la paz”, añadió.

Los medios de comunicación israelíes informaron que Madonna aterrizó en el país el martes.

Fuente Cromosomax

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“¡Viva la España!” ha exclamado, divertida y espontánea, la última ganadora de Israel en Eurovisión (Tel Aviv, 1972) en un encuentro con la prensa en Madrid.

Todos los países del mundo deberían “aprender de España” por su manera de tratar a la comunidad homosexual, según uno de sus iconos mundiales, la artista israelí Dana International, a quien no le gusta hablar de “orgullo gay” porque, dice, da a entender que hay “algo de lo que avergonzarse”.

“¡Viva la España!” ha exclamado, divertida y espontánea, la última ganadora de Israel en Eurovisión (Tel Aviv, 1972) en un encuentro con la prensa ayer en Madrid al que asistió Cáscara amarga. Dana llegó tarde a causa del “mucho tráfico” formado por la comitiva de Michelle Obama en el paseo de la Castellana.

Sharon Cohen, que así se llama realmente tras su cambio de sexo, actuará esta noche en el escenario de la Puerta de Alcalá dentro de las actividades del Orgullo y ayer dio la “enhorabuena” a España por contar con lugares “llenos de gays” como Sitges, Las Palmas o Benidorm, en los que “a nadie le importa si vas vestida de drag queen”.

Para Dana, que participó en 1988 en Eurovisión con el popular tema “Diva” y, de nuevo en 2011, esta situación contrasta con otros países europeos, “especialmente los del este”, donde todavía queda “mucho trabajo por hacer” en torno a los derechos de los homosexuales, que son, dice, “simplemente derechos humanos”.

“Ser gay no es algo de lo que estar orgullosos o avergonzarnos, es como somos, como fuimos creados y como elegimos ser”, ha argumentado para explicar por qué no le gusta hablar de “orgullo” para referirse a las celebraciones reivindicativas como la que vive Madrid.

Pese a no simpatizar con la denominación, el Orgullo Gay de la capital española, en el que actúa por primera vez pero al que ya ha acudido en varias ocasiones, le parece “impresionante”: “La primera vez que vi el desfile me quedé en shock, no podía imaginar tantísima gente”, ha recordado.

Aunque lejos de las cifras de Madrid, la ciudad de Dana es también sede de una importante celebración del Orgullo Gay, que en su última edición congregó a decenas de miles de personas en las calles de Tel Aviv, el pasado 3 de junio.

“Israel -asegura- es un lugar complicado pero podemos estar orgullosos de muchas cosas y quiero difundirlo. La mayoría de nosotros somos liberales y tolerantes”.

Al contrario de lo que indica el título del tema que le dio fama mundial, la cantante israelí no se considera una “diva” ya que ese es un “trabajo a tiempo completo” que no se adapta a su “gusto por la normalidad“.

Como “imperdonables” e “inaceptables” ha calificado los ataques terroristas del pasado 12 de junio contra un pub gay de Orlando aunque, a su juicio, “no son diferentes” a los de otros lugares como la parisina sala Bataclan porque todo forma parte de una sociedad “conservadora, impensable hace veinte años”.

“El mundo se está volviendo más derechista, muchos políticos están utilizando problemas como el de los inmigrantes para dar más fuerza a este mensaje”, ha lamentado la artista, para quien la situación política de países como Francia, Hungría o Austria prueban esta tendencia.

Una corriente que aleja al mundo del “liberalismo, la apertura y la tolerancia”, algo que afecta particularmente a la comunidad gay, a la que “todas las religiones invitan a tratar mal”.

Su cambio de sexo, asegura la israelí, no fue una “decisión” sino un “proceso” que no pilló “por sorpresa” a nadie de su entorno, aunque, ha confesado, “sabe” que, “en el fondo de sus corazones”, sus padres preferirían “otra forma de vida” para ella.

Fuente Cáscara Amarga

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Bajo el lema “Tel Aviv loves all genders” e inaugurada por el alcalde Ron Huldai

Tel Aviv celebró el viernes pasado su día del orgullo gay, el mayor de toda Asia, con alrededor de 180.000 personas que desfilaron por las calles de la ciudad festejando una jornada centrada este año en los derechos de la comunidad transexual.

El ya tradicional desfile de carrozas comenzó a mediodía precedido por una gran fiesta en el Gan Meir Park, considerado como el centro de la comunidad gay en Tel Aviv y en la que ondea continuamente la bandera del arcoíris, con actuaciones de los personajes más conocidos localmente. La fiesta ha transcurrido por Gordon Beach, una de las mejores playas de Tel Aviv.

Las fuerzas de seguridad, así como el ayuntamiento, en todo momento han estado en contacto con los organizadores del evento para garantizar el buen funcionamiento de la marcha. El evento de este viernes ha sido el broche final para una semana de celebraciones que comenzó el pasado domingo 7 de junio con un festival cultural en el que se proyectaron películas de temática LGTB, conferencias y juegos para los más pequeños, así como con el engalamiento por parte del ayuntamiento de las calles y los edificios más representativos de Tel-Aviv, al cual se han unido, con la tradicional bandera de colores, el resto de establecimientos de la cuidad.

“Tel Aviv ama a todos los géneros”. Ese fue el eslogan que acompañó a los manifestantes. “Nos sentimos orgullosos en nuestro país, que nos da derechos e igualdad”, dijo Oren, un israelí de 17 años que marchaba junto a varios amigos rumbo al parque de Charles Clore, donde la ganadora de Eurovisión en 2014, la artista austríaca Conchita Wurst, tenía previsto ofrecer un concierto para cerrar la fiesta.

El alcalde de la ciudad, Ron Huldai llamó la atención a los políticos israelíes porque “todavía queda mucho trabajo legislativo por hacer para promover a la comunidad LGTB”.

Hoshen, un colectivo educativo que recorre escuelas o centros oficiales para allanar el camino a jóvenes que necesitan reconocer su propia identidad: “En los colegios, por ejemplo, contamos nuestras historias personales de cuando salimos del armario y fuimos libres. Estamos convenciendo a directores de escuela, a gente del Ejército para que hablen con ellos”, expone uno de sus miembros, Oded Wilson, aunque reconoce que no es fácil adentrarse en la esfera pública porque la mentalidad conservadora sigue imperando en Israel.

Mijail Finkelstein colabora con un servicio centrado en la comunidad LGTB, que atiende por teléfono, en persona e incluso por chat para infundir ánimos, aclarar dudas, dar consejos o incluso prevenir posibles suicidios.

En Tel Aviv, cita EFE, hubo cinco días de festejos que tratan de mantener en alza el nombre que se ha forjado la ciudad como uno de los principales destinos turísticos para la comunidad homosexual, en los que las autoridades esperaban recibir al menos a 30 000 visitantes extranjeros.

“Me encanta esta ciudad y me encantan los hombres israelíes. Son muy guapos”, dijo Conchita Wurst, en la decimoséptima edición del Desfile del Orgullo Gay de Tel Aviv. La ganadora de Eurovisión en 2014 ha causado furor entre los miles de participantes reunidos en el Paseo Marítimo de Tel Aviv. Su actuación era uno de los platos fuertes de la jornada. “¡Esto es el paraíso!”, gritó Conchita.

Conchita confiesa su admiración hacia la que considera uno de sus referentes: la artista transexual Dana International. La israelí ganó el concurso de Eurovisión en 1998 con “Diva”. 16 años después, llegó el turno de la diva austriaca. “Dana es un personaje enorme en la comunidad gay y para mí fue todo un acontecimiento reunirme con ella hace unos meses en Londres en un acto relacionado con Eurovisión”, cuenta al diario israelí Yediot Ajaronot. De ese mediático encuentro, se queda con una anécdota: “Me quedé a una entrevista que concedió. Cuando la periodista preguntó a Dana qué debe hacer para ser una diva, Dana contestó sin pestañear: Parar de comer. Fue alucinante”.

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