Activistas y colectivos LGTB plantan cara al estado de Carolina del Norte por su política transfóbica y es aprobada nueva ley LGTBfoba en Kansas
Carolina del Norte frena las iniciativas legales contra la transfobia
Legisladores republicanos del estado de Carolina del Norte han aprobado un proyecto de ley que impide que gobiernos locales y municipales aprueben sus propias normas contra la discriminación.
El proyecto de ley fue, además, aprobado de urgencia por las cámaras estatales, en un proceso muy criticado. La ley prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer medidas de protección contra la discriminación de las personas LGTB y deroga las ya existentes. Sus efectos tendrán lugar el próximo 1 de abril.
La iniciativa, firmada por el gobernador Pat McCrory, ha sido un duro golpe para el movimiento LGBT después del éxito conseguido con las últimas protecciones legales para evitar la discriminación en las ciudades de todo el país.
La Asamblea General, controlada por los republicanos, actuó después de que los líderes municipales de la ciudad de Charlotte aprobaran el mes pasado una medida que permite que las personas transexuales puedan utilizar sin ningún obstáculo los aseos públicos acordes con su identidad de género. McCrory, que fue alcalde de Charlotte durante 14 años, ha criticado la ordenanza local. Aunque 12 demócratas se unieron a los republicanos presentes contra el proyecto de ley, posteriormente todos los demócratas en el Senado salieron del recinto durante el debate en señal de protesta. Los restantes republicanos en la cámara alta respaldaron la iniciativa transfóbica de forma unánime. “Elegimos no participar en esta farsa“, afirmó Dan Blue de Raleigh, líder de la minoría en el Senado. Phil Berger de Eden, líder de la cámara alta, dijo que no recordaba haber visto un acto así por parte de algunos legisladores antes de una votación, lo que consideró una “violación grave de su obligación hacia los ciudadanos que votaron para elegirlos”.
Como decimos, el detonante fue el proyecto de ley aprobado en la localidad de Charlotte, que amparaba a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales ante cualquier tipo de discriminación de que fueran objeto en lugares donde se ofrecen servicios, como comercios, restaurantes, hoteles o taxis. Entre esas medidas se hallaba la de permitir a las personas transexuales que dispusieran de los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares.
Y esta última medida fue la que se tomó como excusa para organizar con carácter de urgencia plenos en ambas cámaras del estado para derogar la normativa de Charlotte, a semejanza de lo que ocurrió en Houston (Texas), donde la campaña contra el uso de los baños femeninos por las mujeres transexuales fue feroz y vergonzosa.
Pero lo que no hubo en Carolina del Norte fue un debate sobre el alcance de las medidas antidiscriminatorias, sino dos sesiones vertiginosas llevadas a cabo el pasado miércoles en la Cámara de Representantes y el Senado estatal. En este último, los senadores estatales del Partido Demócrata, en minoría, abandonaron la sesión como protesta. En ambas cámaras el resultado fue abrumadoramente mayoritario, por lo que el proyecto de ley fue enviado al gobernador McCroy para su promulgación.
Enarbolando una vez más el fantasma (inventado) del “depredador sexual disfrazado de mujer”, el gobernador firmó inmediatamente la ley, con lo que las normativas antidiscriminatorias para las personas LGTB existentes en los distintos municipios y condados de Carolina del Norte quedaron derogadas. Muchas de ellas llevaban años en vigor, sin que se haya producido ningún ataque a ningún menor en los baños de los centros escolares por “depredadores disfrazados”. Sin embargo, para el gobernador, “la expectativa básica de intimidad en el más personal de los lugares, un baño o un vestuario para cada género, ha sido violada por la extralimitación del gobierno y la intrusión del alcalde y el consejo de la ciudad de Charlotte”, y esa es la única y mendaz razón dada para no solo derogar una normativa antidiscriminatoria para todo el colectivo LGTB, sino además para impedir que puedan establecerse medidas semejantes en el futuro.
Activistas por los derechos de la diversidad sexual han impugnado la nueva ley de Carolina del Norte, al iniciar una demanda federal el lunes en la que califican la ley de discriminatoria y da al colectivo LGTB un “tratamiento desfavorable”.
Para la ACLU, la más importante organización de defensa de los derechos civiles del país, se trata de la ley más regresiva de todas las aprobadas contra las personas LGTB, pues los legisladores de Carolina del Norte “en lugar de ampliar las leyes antidiscriminatorias para proteger a todos los ciudadanos de Carolina del Norte, malgastan más de 42.000 dólares en un proyecto de ley extremista, que deshace todas las leyes antidiscriminatorias locales y excluye específicamente a los homosexuales y las personas transgénero de cualquier protección legal”.
ACLU también denuncia que se ponen en peligro los más de 4.500 millones de dólares de fondos federales que Carolina del Norte recibe para subvencionar centros escolares, y que están condicionados a que en los mismos no exista discriminación por razón, entre otras, de la orientación sexual o identidad de género. También han expresado su repulsa a la ley promulgada por el gobernador la Liga de Municipios de Carolina del Norte y empresas como Red Hat, Dow Chemical, Apple, Siemens, Microsoft,y AT&T.
El fiscal general de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, ha comunicado por su parte que no defenderá ante los tribunales la constitucionalidad de la ley LGTBfoba si esta es denunciada.
La ley, a la que también se oponen enérgicamente grandes empresas como Apple y Google, fue sancionada por el gobernador republicano Pat McCrory la semana pasada. La legislatura, dominada por los republicanos, aprobó la ley en respuesta a una ordenanza del municipio de Charlotte que permitía a las personas transexuales utilizar los baños correspondientes al género con que se identifican. La nueva ley del estado, prohíbe a ciudades y condados aprobar disposiciones que protegen la orientación sexual y la identidad de género de la discriminación en establecimientos públicos.
“Al brindar a las personas LGBT un tratamiento desfavorable e incluir explícitamente la discriminación de las personas transexuales en el derecho estatal, la nueva ley viola las garantías básicas de tratamiento igualitario y la Constitución de Estados Unidos”, reza la demanda.
Así, a partir de la sanción de la ley, Carolina del Norte se ha convertido en el primer estado que obliga a estudiantes de escuelas y universidades públicas a usar los baños que corresponden a sus certificados de nacimiento.
Los detractores de esta discriminatoria ley dicen que los legisladores estatales presentan argumentos falsos y los partidarios dicen que la nueva ley protege a las personas de tener que compartir el baño con gente que les provoca “inquietud”.
La demanda fue presentada por dos personas transexuales, una profesora lesbiana de la Universidad de Carolina del Norte y varios grupos defensores de las libertades civiles.
Ray Cooper, secretario de Justicia del estado y perteneciente al Partido Demócrata, también es otro de los acusados a pesar de su oposición la ley y sus declaraciones a favor de que se derogue, debido a que su oficina defiende al estado en la Corte.
Kansas
Por su parte, el gobernador de Kansas, Sam Brownback, ha promulgado también una ley motivada por esa supuesta defensa de la libertad religiosa, que permitirá que las asociaciones de estudiantes de los centros de enseñanza secundaria y universitarios puedan rechazar el ingreso de quienes “no se adhieran a las convicciones religiosas de la asociación”. Eso permitirá que se deniegue formar parte de esas asociaciones a los estudiantes LGTB, incluso en instituciones financiadas mayoritariamente con fondos públicos. La excusa del gobernador para la promulgación es que “la libertad religiosa es parte de lo que somos como nación y como estado”.
Según Human Rights Campaign, la ley pone en peligro políticas de no discriminación ya establecidas en instituciones educativas de Kansas, incluida la propia univesidad estatal. Estas instituciones prohíben que las organizaciones estudiantiles puedan discriminar por motivos de raza, sexo, religión, orientación sexual o identidad de género para seguir recibiendo apoyo financiero. También denuncian el daño que producirá a miles de estudiantes, que no podrán incluir en sus currículos la pertenencia a determinadas asociaciones de prestigio que se adhieran a la nueva ley.
Para el presidente de Human Rights Campaign, Chad Griffin, “la historia nunca ha estado de parte de los líderes que promueven la discriminación, y el gobernador Brownback ha abandonado imprudentemente su responsabilidad de asegurar que todos los estudiantes sean tratados con dignidad y respeto. Este es un día oscuro para Kansas, y tenemos que encontrar la manera de que esta deplorable ley sea finalmente derogada”.
Para Thomas Witt, director ejecutivo de Equality Kansas, la ley es una muestra más de la intolerancia del gobernador, pues “la administración Brownback se ha pasado seis años tratando de incluir la discriminación en las leyes de Kansas. Dirigirse contra los estudiantes universitarios con un proyecto de ley que les obliga a financiar grupos que les discriminan activamente es intolerante y vergonzoso. Este es un día triste para Kansas“.
Agencias/Cáscara Amarga/Dosmanzanas
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