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Un nuevo proyecto desde Baltimore da visibilidad a las personas LGTB católicas

Lunes, 7 de marzo de 2016
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bap-1-2016-02-25-at-09_640x345_acf_croppedCrece la visibilidad LGTB dentro de la Iglesia católica, a pesar de que la supuesta apertura del pontificado de Francisco se haya limitado por el momento a gestos y palabras que se han acompañado de reafirmación de la doctrina tradicional (como el reciente compromiso común con el patriarca ortodoxo de Moscú para luchar contra el matrimonio igualitario). Sin embargo, fuera o no planeado, la nueva situación sí que está facilitando que algunos católicos LGTB se animen a vivir públicamente su fe. Más aún, comunidades enteras están haciendo una apuesta clara por la visibilidad.

Hoy nos ocupamos de una de estas apuestas, que ha ganado notoriedad en el ámbito anglosajón. Se trata del LEAD (LGBT Educating and Affirming Diversity) Ministry, en la iglesia de San Mateo en Baltimore (Maryland, Estados Unidos). Sus orígenes se sitúan en el año 2010, aunque como ellos mismos cuentan su proceso de definición y consolidación ha llevado tiempo. Actualmente están acompañados por el padre Joseph Muth y reúne a unas 50 personas, tanto LGTB como heterosexuales que les apoyan en su labor. Entre sus cometidos, se encuentra sobre todo ofrecer un lugar seguro para que la comunidad LGTB pueda reunirse y compartir experiencias en el seno de una iglesia que, en su conjunto, no les acepta plenamente. Según ellos mismos cuentan, el arzobispo de Baltimore, Edwin O’Brien, está al tanto de este ministerio pastoral y lo permite, aunque requirió del padre Muth que dimitiera de la junta directiva del grupo. La actitud inclusiva de esta parroquia de Baltimore ha sido reflejada por el artista gráfico Eric Kruszewski en su trabajo The Lost Flock (El rebaño perdido).

Las historias que se reflejan muestran una variedad de trasfondos vitales, de razas y de diferentes identidades. La más conocida es posiblemente la de John y Michael Sawyer, una pareja de hombres que bautizó a su hija adoptada en la propia iglesia de San Mateo, una historia que ha tenido cierta relevancia mediática. Pero hay más, como la de Gigi Biabo, procedente de Camerún y adoptada por una familia de Baltimore que la rechazó tras salir del armario. O la de Henry Kimani Mburu, procedente de Kenia, padre de familia heterosexual que ha descubierto en el LEAD Ministry una perspectiva diferente sobre la realidad LGTB.

Kruszewski también ha retratado la historia del padre Joseph Muth, quien señala las insuficiencias de la actual doctrina o de las aproximaciones pastorales que se han hecho a nivel oficial. Y la de Carolyn Scheide, una madre que casi llegó a perder el contacto con su hijo gay y que ahora se ha convertido en una luchadora a favor de la dignidad de las personas LGTB. También está la historia de una pareja de mujeres: Rachel y Vania Christian dos Passos. Ellas encontraron en la parroquia de San Mateo un lugar para celebrar, pero cuando quisieron casarse no pudieron hacerlo en la iglesia. Algo que deja claro que iniciativas como los LEAD Ministries tienen sus límites mientras no haya cambios doctrinales.

Un proyecto que es parte de un movimiento mayor

Esta iniciativa se suma a otra similar que citamos también en estas páginas, y que también surgió en el seno de una parroquia. Se trata de Owning Our Faith (cuya traducción más fiel al sentido original puede ser “apropiándonos de nuestra fe”). Surgió en noviembre de 2014, cuando algunas personas LGTB católicas de la iglesia de San Pablo Apóstol en Nueva York decidieron abordar públicamente la cuestión de la relación entre la Iglesia católica y las minorías sexuales y de género. También en su caso existe un proyecto (en este caso dirigido por Michael Tomae) para utilizar su realidad como plataforma de visibilización. En este sentido, se han publicado una serie de vídeos. El cortometraje de introducción fue presentado en esta página y cuenta con subtítulos al castellano, pero posteriormente han ido añadiéndose otros con las historias detalladas de los diferentes participantes.

Pero además de estos proyectos, que buscan una visibilidad de mayor alcance, hay otros casos de parroquias y comunidades que realizan una pastoral dirigida a personas LGTB. Es el caso, por ejemplo, de la parroquia de los jesuitas de San Francisco Javier, en Nueva York, que cuenta con un grupo de “gay catholics” desde hace años que se anuncia en su propia página web. Igualmente, en el Reino Unido se llevan a cabo desde hace años las “Misas del Soho”. Eso sí, después de que el arzobispo de Westminster ordenara poner fin a su celebración original en pleno Soho londinense, ahora tienen lugar en la parroquia de la Inmaculada Concepción en Farm Street (Londres) también de los jesuitas. Una actividad pastoral integrada en la capellanía LGTB de la diócesis de Westminster, lo que conlleva un importante reconocimiento oficial.

Os dejamos con el video de introducción al LEAD Ministry de la iglesia de San Mateo realizado por Eric Kruszewski. En la página de su proyecto podéis encontrar agrupados el resto de vídeos.

Fuente Dosmanzanas

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Un matrimonio de dos hombres católicos, personas del año para la principal publicación católica de Estados Unidos

Sábado, 2 de enero de 2016
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@mx_595Un matrimonio de dos hombres, Greg Bourke y Michael DeLeon, han sido nombrados personas del año por el National Catholic Reporter, una de las publicaciones católicas más prestigiosas de Estados Unidos. Michael y Greg son participantes activos de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en su ciudad y además fueron una de las parejas participantes en la demanda que llevó a la legalización del matrimonio igualitario en todo el país.

Llegados al final del año, llegan las habituales recopilaciones de noticias y, en especial, las propuestas de “personas del año”. Entre todas ellas, queremos destacar la del National Catholic Reporter, que ha señalado como personajes del año a un matrimonio de dos hombres, Greg Bourke y Michael DeLeon. Pareja desde hace 33 años, Bourke y DeLeon residen en estos momentos en Louisville (Kentucky) y tienen dos hijos. Son además católicos practicantes y miembros activos de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Louisville desde hace 28 años. En 2004, viajaron a Ontario, en Canadá, para contraer matrimonio. La pareja fue una de las que presentaron ante el Tribunal Supremo la demanda que desembocó en la sentencia que el pasado junio extendió el matrimonio igualitario a todo el territorio de los Estados Unidos.

En un largo editorial, la publicación religiosa estadounidense explica sus motivos. El texto señala, en primer lugar, que la legalización del matrimonio igualitario será un acontecimiento histórico que se estudiará en el futuro. Tampoco le cabe duda del enorme impacto que tendrá entre los católicos estadounidenses. El editorial presenta, en este sentido, las diferentes visiones sobre este impacto. Si algunos, como el arzobispo de Filadelfia Charles Chaput, hablan de “consecuencias dolorosas”, otros dudan de que vaya a ser así, invitan a la serenidad y están incluso abiertos a ver los posibles beneficios, sobre todo en relación a las personas LGTB que viven en el seno de las comunidades católicas. Esta última es, de hecho, la posición del Reporter.

Greg y Michael, junto sus hijos, constituyen precisamente uno de los ejemplos que, a juicio del Reporter, invita a apreciar esos efectos beneficiosos: “Una pareja católica que puede contar la historia de los beneficios del matrimonio entre personas del mismo sexo —y así lo hacen— es la de Greg Bourke y Michael DeLeon (…) Desde cualquier punto de vista, se han hecho vitales para su comunidad”. Citando una entrevista que les hicieron en The Huffington Post en marzo, el Reporter destaca cómo los periodistas los encontraron de voluntarios tomando pedidos de comida en una actividad parroquial, y señala asimismo las palabras del párroco: “Sencillamente, son buena gente, y de eso al final va todo el asunto, ¿no?”. Una visibilidad que ha sido uno de los factores determinantes para ser nombrados personas del año. El otro ha sido su papel como demandantes ante el Supremo. “Por su papel histórico como demandantes en Obergefell v. Hodges y por su testimonio público y creyente como gais católicos, nombramos a Greg Bourke y Michael DeLeon personas del año del National Catholic Reporter”, concluye el editorial.

El National Catholic Reporter es una de las publicaciones católicas más prestigiosas de los Estados Unidos. Aunque no esté orgánicamente vinculada a la Iglesia católica, su influencia en el país norteamericano y más allá es indudable. Por ello, su decisión resulta muy significativa, aunque no deja de ser coherente con su tradicional línea de apertura a la realidad LGTB. Ya hace un tiempo la publicación se pronunció, por ejemplo, a favor de la permanencia de los trabajadores en instituciones católicas que estuvieran casados con otra persona de su mismo sexo (en 2015, al menos 10 personas perdieron sus trabajos en instituciones católicas de Estados Unidos por ese motivo).

Discriminados, pese a todo, por su iglesia

Esta defensa de la no discriminación hacia las personas LGTB en la iglesia católica tiene también relevancia para Greg y Michael. Y es que ser miembros activos y respetados de su parroquia no los ha librado de ser discriminados. En su caso, debido a la pertenencia de Greg a los Boy Scouts. Hace cuatro años Greg fue retirado de su posición de líder de tropa debido a su matrimonio con Michael. Durante ocho años había sido voluntario en la tropa donde estaba su hijo, seis de ellos como líder. Precisamente, el eco mediático que obtuvo su caso fue lo que atrajo la atención a quienes, por entonces, buscaban personas que se ofreciesen como demandantes en la causa que, años más tarde, dio como fruto la legalización del matrimonio igualitario.

Este año 2015, cuando los Boy Scouts levantaron la prohibición, Greg quiso recuperar su puesto. Sin embargo, permanece en vigor una cláusula que permite que ciertas ramas ligadas a comunidades religiosas tengan sus propias reglas de pertenencia. Aprovechando esto, el obispo de Louisville, Joseph Kurtz, ordenó a todos los sacerdotes de su diócesis que no aceptaran a personas abiertamente homosexuales como líderes, lo que ha impedido que Greg pueda volver a ser líder de tropa en los Scouts.

En definitiva, si la visibilidad de Greg y Michael ha dado frutos en la sociedad civil con el reconocimiento de su matrimonio, en la iglesia a la que pertenecen siguen siendo personas discriminadas. En el campo religioso, y a pesar de su posición más bien privilegiada (son voluntarios y no dependen de la iglesia para mantener sus puestos de trabajo), Greg y Michael tienen aún mucho camino por delante. Esperemos que el simbólico espaldarazo de una publicación como el National Catholic Reporter contribuya a cambiar algún día esta realidad.

Funt Dosmanzanas

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Jóvenes católicos alemanes se pronuncian a favor de la inclusión de las personas LGTB en la Iglesia

Miércoles, 9 de diciembre de 2015
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BDKJ_logo_kleinEl amor de Dios no hace distinciones”, así de rotundo se pronuncia el documento aprobado en Bonn por la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-). En él también se afirma que las personas homosexuales pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Declaraciones que forman parte de un texto titulado “Todos son bienvenidos”, emitido tras el encuentro anual de la división local de Colonia de la mencionada organización juvenil, en la que participaron alrededor de 90 delegados. Un gesto que confirma de nuevo la enorme distancia entre muchos fieles y las enseñanzas de la Iglesia en comunidades católicas de gran peso.

En el documento, los jóvenes católicos lamentan que su Iglesia excluya a las minorías sexuales y afirme la heterosexualidad como norma única. Esto hace que las personas LGTB católicas sientan desde el principio “que no son normales”. El texto también critica la exigencia del celibato, pues “esta doctrina eclesiástica no tiene en cuenta la realidad vital que nosotros vivimos con niños y jóvenes”.

Frente a ello, el documento proclama que “el amor de Dios no hace distinciones”. Lo importante, afirma, es que alguien se comporte con su pareja con amor y responsabilidad, no el sexo de sus componentes: “Si como personas que somos nos remitimos a una moral autónoma y a nuestra libertad en nuestro pensar y actuar respecto de nuestra sexualidad, entonces queda claro que la sexualidad viene ligada a la responsabilidad. Esta responsabilidad puede ser igualmente asumida en relaciones no heterosexuales”.

Elena Stötzel, la presidenta de la Alianza en la diócesis de Colonia, ha declarado que “reclamamos de nuestra iglesia que sea un lugar en el que ninguna persona experimente intolerancia o discriminación. Nuestra iglesia debe estar lista a entrar en diálogo con las personas que no se sienten aceptadas por causa de su identidad sexual. Debe estar dispuesta a escuchar y aceptar nuevas valoraciones de sus miembros acerca del trato con personas que viven como lesbianas, gais, bisexuales, trans, inter o queer”.

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Alemania: una comunidad católica especialmente audaz

No es de extrañar que un pronunciamiento así se haya producido en Alemania, uno de los países donde se han producido los gestos más claros de apertura hacia la realidad LGTB incluso de parte de la jerarquía. De hecho, en septiembre pasado —poco antes del Sínodo de la Familia— Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück, se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

Además, ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Más allá de estas declaraciones de la jerarquía, el movimiento a favor de las personas LGTB tiene notable arraigo entre los católicos del espacio de lengua alemana. Un ejemplo especialmente ilustrativo fue el documento firmado 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias. Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud especialmente progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores (en particular con el también alemán Joseph Ratzinger).

En este contexto, la declaración de los jóvenes católicos alemanes supone un paso más adelante y deja clara la divergencia entre la doctrina oficial y los fieles en países tradicionalmente católicos, como Irlanda, o con una fuerte comunidad católica, como Alemania o Estados Unidos.

Fuente Dosmanzanas

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Un nuevo libro cuenta en primera persona la vida de 34 personas LGTB católicas de Europa

Lunes, 9 de noviembre de 2015
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61wTZEGOMnL._SX339_BO1,204,203,200_Un libro recientemente editado por el Fórum Europeo de Grupos Cristianos LGTB narra la historia de vida de 34 personas católicas LGTB de Europa. Se trata de una obra que va más allá de las declaraciones habituales de los miembros de la jerarquía católica y da voz a las personas que al fin y al cabo son las más directamente afectadas.

Las noticias sobre realidad LGTB e Iglesia católica suelen centrarse casi siempre en las posiciones y pronunciamientos de la jerarquía, lo que oscurece e invisibiliza a menudo la existencia del activismo LGTB católico, del que es buen ejemplo el libro que presentamos. Su título es Y vio Dios que todo era bueno (And God Saw that it was All very good), y recoge las historias de vida, narradas en primera persona, de 34 personas LGTB católicas repartidas en 13 países europeos. Se trata de una iniciativa del Fórum Europeo de Grupos Cristianos LGTB, asociación ecuménica que reúne a colectivos de todo el continente, y que ya anteriormente ha publicado otro libro con autobiografías de mujeres LGTB: Oíd nuestras voces (Let our voices be heard).

En este caso, el proyecto comenzó a alumbrarse con ocasión de la asamblea anual del Fórum en 2008. Su promotor fue el teólogo católico alemán Michael Brinkschroeder (que luego fue copresidente del Fórum). La razón fue considerar que la realidad de los católicos LGTB merecía una atención especial. Si con las mujeres el problema era la invisibilidad, con los católicos el problema era la situación especialmente difícil que viven en su iglesia.

El proyecto ha tenido sin embargo una historia accidentada. Nació siendo papa Benedicto XVI, periodo durante el cual, como comentan sus editoras Sandra Taylor y Hazel Barnes, cundió el desánimo y costó encontrar testimonios. Casi se llegó a renunciar, pero nuevos colaboradores y lo que se percibían como nuevos aires en el Vaticano lo reanimaron. Se recabaron nuevos testimonios y se logró financiación de la Arcus Foundation, organización dedicada a la promoción de los derechos LGTB. La editorial que finalmente lo ha publicado (al igual que Oíd nuestras voces) es la holandesa Esuberanza.

El libro ha sido presentado en la Asamblea de la Global Network of Rainbow Catholics, que tuvo lugar en Roma mismo fin de semana en que daba comienzo el Sínodo de la Familia. Aprovechando la conyuntura, además, se entregó a cada uno de los obispos participantes una separata con tres historias, con lo que estos ya no pueden decir que no hayan tenido acceso alguno a la realidad de las personas LGTB católicas…

34 historias de toda Europa y de todas las identidades

El libro contiene los relatos autobiográficos de 34 personas de 13 países europeos, desde Reino Unido hasta Albania, encontrándose representadas todas las identidades LGTB. La mayor parte se siguen identificando como católicas, con pocas excepciones, y narran un largo camino autoaceptación especialmente complicado por el hecho de querer conciliarla con su fe religiosa. A ello se sumó la discriminación social, en muchos casos fomentada en sus países por la propia iglesia a la que quieren pertenecer.

El resultado es un mosaico de historias de vida muy diferentes, como la de Andrea y Dario, de Italia, una pareja que ha tenido que superar numerosas dificultades, o la de Eduard, un joven albanés que culminó su proceso de autoaceptación en Londres. Está también Karly, una joven mujer transexual de Malta, que ha mantenido su fe y afirmado su realidad en un entorno social complicado. También de Malta es Pyt Farrugia, un joven que rechaza fijarse según las categorías vigentes de género. Las personas bisexuales están representadas por Meneldil Palantír, de Francia, que ha encontrado en su esposa una influencia decisiva en su camino religioso. Destacan también las historias de quienes han estado en congregaciones religiosas (en uno de los casos, de hecho, sigue dentro).  Son historias ambivalentes, pues hablan de dificultades pero también de su etapa en la vida religiosa como ocasión para asumir su sexualidad.

De España hay una representación apreciable. Está la historia de Paulina, extremeña afincada en Barcelona, quien cuenta el duro enfrentamiento con su familia por su relación con la que ha sido su pareja desde hace más de 40 años. También tenemos a Enric, antiguo presidente de ACGIL (asociación LGTB cristiana de Cataluña) y a Alberto, Juan y Óscar, vinculados al colectivo madrileño CRISMHOM y otras organizaciones.

El libro cuenta con dos introducciones, una de las editoras y otra de los actuales copresidentes del Forum europeo (Wielie Elhorst y Sharon –Shannon- Ferguson). A ellas se suma un prefacio de Jeaninne Gramick, monja cofundadora de New Ways Ministry, organización de Estados Unidos que busca defender los derechos de las personas LGTB católicas.

Esperemos que en algún momento el libro esté disponible en castellano, como ya lo está el dedicado a las mujeres LGTB, ayudando así a comprender la realidad de los católicos LGTB, tanto en el seno de la Iglesia católica como de parte de cristianos de otras confesiones más inclusivas o de personas LGTB seculares, que no entienden su empeño por permanecer dentro de una institución que los discrimina. En este contexto, el principal atractivo del libro es que habla de personas concretas y sus historias de vida, no de teorías o ideologías. Como señala Gramick en su prefacio: “La gente se ve afectada por las historias de la gente (…) Cuando era joven, nunca escuché a ningún líder de la Iglesia hablar de homosexualidad. Nunca mencionábamos la palabra. No lo hacíamos porque ya conocíamos la ética sexual (…) Pero cuando escuché las historias de gais y lesbianas, esta ética sexual mostró ser muy injusta. Estas historias cambiaron mi vida, y las historias de los 34 católicos lgtb de este libro marcará una diferencia en su vida también”.

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Falleció John J. McNeill, pionero en el activismo LGTB dentro de la Iglesia católica

Viernes, 23 de octubre de 2015
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26McNeill-Obit-master675Rev. John McNeill, segundo desde la derecha, en la marcha del orgullo gay de Nueva York en la década de 1980Crédito Carlos Chiarelli

El pasado 22 de septiembre, acompañado del que ha sido su pareja durante casi cincuenta años, falleció John J. McNeill poco antes de cumplir los noventa. Pionero del activismo LGTB cristiano, publicó en 1976, siendo sacerdote jesuita, The Church and the Homosexual. Era este el primer libro dedicado a defender un cambio en la doctrina católica sobre las parejas del mismo sexo.

El día que se escriba la historia del activismo LGTB cristiano, la figura de John J. McNeill tendrá un lugar destacado. Pocos años después de la revuelta de Stonewall, el entonces sacerdote jesuita publicaba un libro con un título entonces llamativo, The Church and the Homosexual (traducido al castellano como La Iglesia ante la homosexualidad), que por primera defendía, en el seno de la Iglesia católica, la necesidad de un cambio de postura en la enseñanza sobre homosexualidad.

McNeill nació en Buffalo (Nueva York) en 1925. En 1942 entró en el Ejército y participó en la Segunda Guerra Mundial. Fue hecho prisionero por los nazis. Durante su cautiverio vivió un acto de generosidad por parte de un extraño: un prisionero polaco le acercó una patata, y cuando McNeill le hizo un gesto de agradecimiento aquel le respondió con la señal de la cruz. Esta experiencia fue determinante para que ingresara en los jesuitas en 1948. Fue ordenado sacerdote en 1959, y cinco años después se doctoró en Filosofía en Lovaina.

Fue a lo largo de los años sesenta cuando McNeill aceptó su propia homosexualidad. Al poco de ordenarse, sufrió una profunda depresión con ideas de suicidio. Fue entonces cuando se enamoró de otro hombre, y lo vivido a su lado le convenció de la legitimidad una relación amorosa entre personas del mismo sexo. Algo más tarde, hacia 1970, empezó a atender pastoralmente a gais y lesbianas, y en 1972 cofundó la sede en Nueva York de Dignity (asociación católica de personas LGTB en Estados Unidos). Mientras, se formó como psicoterapeuta. Su creciente convicción de que las relaciones entre personas del mismo sexo podían ser buenas (incluso “santas” desde los parámetros cristianos) le llevó a visibilizarse cada vez más y hablar en público sobre catolicismo y homosexualidad.

Publicación de The Church and the Homosexual y activismo posterior

Esta creciente visibilidad desembocó en la publicación, en 1976, de The Church and the Homosexual, un libro que cuestionaba tanto los argumentos bíblicos como los más típicamente católicos acerca de la tradición y la ley natural sobre la homosexualidad. El texto concluía afirmando que las razones de la condena carecían realmente de base y que por tanto debía afirmarse la posibilidad de relaciones entre personas del mismo sexo moralmente buenas desde el punto de vista cristiano.

Hoy muchas de las tesis de McNeill son aceptadas. No ciertamente en la doctrina oficial, pero sí han influido en muchas personas dentro de la Iglesia católica y se han extendido más allá de la misma. Sin embargo, en su momento el libro causó un notable revuelo, a lo que contribuyó el hecho de contar con el imprimi potest, autorización oficial de la Iglesia para su publicación (ello había retrasado la publicación del libro tres años, mientras era analizado por una comisión de teólogos). Eran los años posteriores al Concilio Vaticano II, cuando por un tiempo pareció que en el seno de la Iglesia católica las cosas podían cambiar de forma rápida.

El fuerte impacto de este libro inquietó a no poca gente dentro de la Iglesia. McNeill era invitado a numerosas charlas y llegó a aparecer en programas de televisión de gran audiencia, como el Phil Donauhe Show o el Today con Tom Brokaw. En este último programa, el sacerdote declaró públicamente que era gay. Fue demasiado: poco después su libro vio retirado el imprimi potest y en 1977 se le prohibió hablar públicamente sobre catolicismo y homosexualidad.

McNeill obedeció la orden durante casi diez años, mientras continuaba su atención psicológica y pastoral a personas LGTB. Durante estos años tuvo lugar también la aparición del VIH/sida y su rápido avance, que le llevó a fundar un servicio para personas afectadas, atendiendo a personas sin hogar en Harlem. De esta época es también la fotografía con la que abrimos la entrada, y que muestra a McNeill, en compañía de otros sacerdotes, en una marcha del Orgullo. Sin embargo, la publicación en 1986 del documento vaticano Sobre la atención pastoral a las personas homosexuales le hizo cambiar de idea. Dicho documento calificaba la orientación homosexual de tendencia “objetivamente desordenada” y prohibía toda atención pastoral que aceptase las relaciones entre personas del mismo sexo. McNeill se rebeló y decidió pronunciarse públicamente en contra en una declaración enviada a The New York Times. Se le ordenó retractarse, y al no hacerlo, fue expulsado de los jesuitas a principios de 1987.

Esta expulsión significó una nueva etapa en el activismo de McNeill. Continuó ofreciendo sus servicios de pastoral y atención psicoterapéutica a personas LGTB. Publicó otros libros en los que iba más allá de su simple aceptación, buscando desarrollar una espiritualidad en positivo para las personas LGTB. De esta época son sus obras Taking a Chance on God y Freedom Glorious Freedom. En 1997 publicó su autobiografía Both Feet Firmly Planted in Midair.

En 2011 viajó a Roma y junto al Fórum Europeo de Grupos Cristianos LGTB le entregó a Benedicto XVI una carta invitando al diálogo y urgiendo a que el Vaticano condenara la violencia contra las personas LGTB. En 2012, se estrenó un documental sobre su vida, titulado igual que uno de sus libros: Taking a Chance on God, dirigido por Brendan Fay, que resumía su trayectoria. En sus últimos años, John McNeill vivió retirado en Fort Lauderdale junto a Charles Chiarelli, su pareja desde hacía casi cincuenta años. De hecho, como se supo después, The Church and the Homosexual se basaba en su formación académica, pero también en su experiencia personal.

Su fallecimiento ha traído consigo las habituales muestras de reconocimiento. “John McNeill fue un auténtico pionero y muchas hemos seguido sus pasos. Aprendí mucho de su investigación y de sus escritos. Pero aprendí todavía más de la interacción personal con él. Siendo testigo de la pasión y preocupación humana que tenía por toda persona LGTB con la que se encontraba”, expresaba Jeaninne Gramick, fundadora de New Ways Ministry, otra asociación que busca la inclusión plena de las personas LGTB en la Iglesia católica.

En la historia personal de quien escribe esta entrada, McNeill tiene un significado especial. Con apenas 20 años, me hice con un ejemplar de The Church and the Homosexual. En el proceso personal de aceptación como gay y cristiano, este libro fue determinante. Si alguna duda me quedaba de cuál era el camino que debía seguir en mi vida, el libro de McNeill sirvió para borrarlas. Por ello, esta breve nota sirve también de expresión de agradecimiento de quien se benefició de su libro años después de haberlo publicado. Su vida y su obra han ayudado a muchos, incluyendo a quien ha escrito este obituario.

Os dejamos con el tráiler del documental sobre su vida, Taking a Chance on God. (subtítulos en italiano)

Fuente Dosmanzanas

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Sínodo de la Familia y realidad LGTB: se consolida la tendencia a suavizar las formas sin cambios doctrinales de fondo

Domingo, 18 de octubre de 2015
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beso-gay-vaticanoInteresante reflexión de Dosmanzanas:

Tras su comienzo el 4 de octubre bajo el impacto de la salida del armario del sacerdote Krysztof Charamsa, el Sínodo sobre la Familia que está teniendo lugar en Roma ha cumplido ya su primera semana. Aunque la información es ahora más escasa que cuando hace un año tuvo lugar un primer sínodo sobre el tema, es un secreto a voces que la forma de abordar la realidad LGTB es uno de los asuntos que está sobre la mesa. Predomina, y esa parece que será la línea que se imponga, la idea de que debe mantenerse a capa y espada la doctrina oficial pero “suavizando” las formas. Un equilibrio difícil que se muestra aún más complicado si se recuerdan algunos puntos hirientes de esa doctrina.

El actual Sínodo de la Familia, que se extenderá hasta el próximo 25 de octubre y tiene carácter ordinario, es continuación natural del Sínodo extraordinario sobre la Familia que tuvo lugar hace ahora un año. Como se recordará, los documentos surgidos de aquel encuentro tuvieron entonces una notable repercusión, especialmente el informe preliminar que introducía una referencia a los dones que las personas homosexuales aportaban a la Iglesia Una referencia que fue retirada del informe final, que se atuvo al discurso habitual. Tras la esperanza que despertó inicialmente, aquel encuentro se saldo con un resultado que cualquiera interesado en la realidad de las personas LGTB católicas no podía sino considerar decepcionante.

En esta ocasión, a diferencia de entonces, no se conocerá ningún documento durante la reunión, y de hecho es muy posible que ni siquiera se elabore un informe final. Ello no impide conocer que la discusión sobre la realidad LGTB sí está presente, con una repercusión probablemente mayor de la que se preveía tras la bomba lanzada por Charamsa un día antes del inicio del Sínodo. Como era de esperar, el resultado de las discusiones no se adivina precisamente satisfactorio desde el punto de vista LGTB –hay una negativa rotunda a cambiar la doctrina– pero ello no oculta las tensiones internas y las cada vez mayores dificultades para mantener el discurso oficial. En especial, crece la conciencia de que el lenguaje tradicionalmente empleado por la jerarquía es percibido como inadecuado y falto de respeto.

En este sentido han de entenderse las palabras de Thomas Rosica, uno de los portavoces del Vaticano para el Sínodo, y que han sido especialmente difundidas (como pasa últimamente con casi cualquier declaración que no sea puramente condenatoria). El pasado martes 6 de octubre, en una rueda de prensa, Rosica señaló queno nos compadecemos de las personas gais, sino que las reconocemos como lo que son. Son nuestros hijos e hijas, y hermanos y hermanas, y vecinos y colegas”. Por su parte, el cardenal italiano Edoardo Menichelli, arzobispo de de Ancona-Osimo, señalaba que si uno examina la misión y vocación de la familia, se da cuenta de que “un hermano gay” es parte de ella y que eso tiene repercusión en toda ella. También resultaban significativas las palabras de Charles Palmer-Buckle, arzobispo de Acra (Ghana) por provenir de una región con una potente LGTBfobia de base religiosa, que aseguró que el mundo debe tener paciencia con África para que esta aborde de una forma propia el tema de la homosexualidad. “Dadle a los países tiempo para tratar los asuntos desde nuestra propia perspectiva cultural”, afirmó, añadiendo que debe preservarse la “dignidad” de las personas.

Especial atención han llamado las palabras del cardenal Philippe Barbarin, primado de Francia y que destacó por su ferocísima oposición al matrimonio igualitario cuando era debatido en su país. Su intervención no se produjo en el Sínodo, sino en una conferencia que tuvo lugar en nuestro país, pero son sin duda indicativas del ánimo general. Barbarin señaló señala que la doctrina de la Iglesia “no es nueva” pero que el papa la explica “de una manera diferente” y añadió que “la Iglesia no puede rechazar a nadie por ser homosexual”, aunque dejó claro que se refería a un trato amable, no a un cambio doctrinal. Para Barbarin, “hay dos tipos de sacerdotes al recibir a los homosexuales, uno les dice que el reglamento de la Iglesia es una tontería y el otro solo se ciñe a él… mientras que el primero mata a Dios, el segundo mata a las personas”.

Los límites de “suavizar las formas”

En definitiva, el Sínodo se niega a modificar la doctrina, aunque parece consciente de que desde fuera esta es vista como discriminatoria. De ahí los esfuerzos por “suavizar las formas” y expresarse con un mayor respeto. Muy lejos estamos ni siquiera de los tímidos avances sugeridos por algunos obispos del norte de Europa, como aquel prelado alemán que hace poco llegó a hablar de bendiciones de parejas del mismo sexo (eso sí, en privado).

Es evidente, sin embargo, la poca coherencia de este enfoque de “suavidad en las formas y firmeza en el fondo”. No hace falta entrar en profundidades teológicas para ver que hay elementos de la doctrina oficial que difícilmente admiten “palabras amables”. Basta con ir a los propios documentos vaticanos. Así, por ejemplo, la Carta a los obispos sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, de 1986, calificaba la “inclinación homosexual” de “objetivamente desordenada” por conducir a un “mal moral”. O puede recordarse también otro documento de 1992, Algunas Consideraciones acerca de la respuesta a propuestas legislativas sobre la no discriminación de las personas homosexuales. En este último documento se decía literalmente: “Existen ámbitos en los que no se da discriminación injusta cuando se tiene en cuenta la tendencia sexual: por ejemplo, en la adopción o custodia de niños, en la contratación de profesores o instructores de atletismo, y en el alistamiento militar”.

Decía este documento además que “las personas homosexuales, en cuanto personas humanas, tienen los mismos derechos que todas las demás personas, incluso el derecho a no ser tratados de una manera que ofenda su dignidad personal (cf. n. 10). Entre otros derechos, todas las personas tienen derecho al trabajo, a la casa, etc. Sin embargo, esos derechos no son absolutos. Pueden ser limitados legítimamente a causa de un comportamiento externo objetivamente desordenado. Esto, a veces, no sólo es lícito, sino también obligatorio; no sólo se impondrá a causa de un comportamiento culpable, sino también en el caso de personas enfermas física o mentalmente”.

Con textos así, “suavizar” la forma y tratar con respeto a las personas LGTB sin cambiar la doctrina se antoja muy difícil.

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Comunicado del colectivo de cristianos LGTB CRISMHOM tras la salida del armario del sacerdote Krzysztof Charamsa

Jueves, 8 de octubre de 2015
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logo-crismhom_0Nota de Prensa:

Desde CRISMHOM (Cristianos/as Homosexuales de Madrid), comunidad cristiana ecuménica de diversidad sexual que acoge a personas LGTB y también heterosexuales comprometidos con los derechos del colectivo, y cuyo objetivo es manifestar y promover la dignidad de las personas LGTB, luchar por sus derechos dentro de las Iglesias cristianas y demostrar con la vida y con las obras la compatibilidad entre la fe cristiana y la orientación homo o bisexual o la identidad transexual de género, queremos agradecer públicamente la valentía del sacerdote Krzysztof Charamsa, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por haber hecho pública su homosexualidad la víspera del comienzo del Sínodo de los Obispos sobre la Familia.

Y queremos también instar a las más altas jerarquías de la Iglesia católica y singularmente al Santo Padre Francisco, a iniciar un camino de acogida y reconocimiento de la multitud de cristianos, hermanos nuestros del colectivo LGTB, entre ellos numerosísimos sacerdotes y religiosos, que han sido siempre discriminados y rechazados y por ello han sido obligados a esconder su orientación sexual, si querían permanecer en el seno de la Iglesia. Queremos pedir la apertura de un diálogo franco, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, que tenga en cuenta los nuevos conocimientos que sobre la persona, su afectividad y sexualidad ha alcanzado la Humanidad, y que permita a las personas LGTB cristianas manifestarse abiertamente como lo que son en el seno de la Iglesia, para que puedan ofrecer sin miedo, ni hipocresía a la comunidad creyente, sus carismas y vocaciones particulares.

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La Casa Blanca invita a un católico gay y disidente de la doctrina oficial a su encuentro con el papa

Miércoles, 23 de septiembre de 2015
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Aaron-LedesmaLa Casa Blanca ha invitado a su encuentro con el papa Francisco a un joven católico abiertamente gay y discrepante con la doctrina oficial de la Iglesia. La maniobra de la administración Obama, cuyo efecto es básicamente simbólico (al acto de Washington han sido invitadas miles de personas) sortea de alguna forma el veto que los organizadores del denominado “Encuentro Mundial de las Familias”, que comienza este 22 de septiembre en Filadelfia, había impuesto a quienes no acataran las indicaciones oficiales.

Como explicábamos hace unos días, la octava edición del Encuentro Mundial de las Familias –al igual que las que la precedieron, por otra parte– ha sido concebido con una forma de reafirmar las tesis más tradicionales de la Iglesia católica y como escaparate de sus grupos más conservadores. A él asistirá el papa Francisco, como parte de la que es su primera visita a los Estados Unidos.

Sin embargo, en esta ocasión diversos colectivos LGTB habían mostrado su interés por asistir y visibilizar otras formas de entender la familia. La respuesta de los organizadores no solo fue negativa, sino que invitaron a participar a Ron Belgau, que aunque habla públicamente de su homosexualidad como parte de su identidad (lo que suscita no poca desconfianza en sectores tradicionales) asume la postura oficial de la Iglesia y defiende por ello el celibato como opción de vida. Belgau, eso sí, rechaza las peligrosas “terapias” de conversión (las cuales, por cierto, también estarán representadas en el evento).

No obstante, si lo que querían los organizadores era silenciar a las personas LGTB católicas que disienten de la enseñanza oficial, han fracasado en su intento, al menos parcialmente, gracias a la maniobra de la presidencia estadounidense, que no ha pasado desapercibida en los medios. Y es que el día 23 de septiembre tendrá lugar otro encuentro con el papa Francisco en la Casa Blanca, entre cuyos asistentes figura un conocido bloguero católico, Aaron Ledesma, de 23 años, antiguo alumno de la Universidad Marquette (también católica, por cierto). Abiertamente gay, Ledesma discrepa públicamente de la enseñanza oficial, defendiendo la compatibilidad de una vida sexual activa con el ser católico. Junto a él habrá otras personas LGTB, ya no directamente católicas. Eso sí, a este encuentro en la Casa Blanca está calculado que acudan unas 15.000 personas, lo cual relativiza su alcance.

Aaron Ledesma, bloguero gay, católico… y contrario al celibato

Como relata el propio Aaron Ledesma, el pasado 13 de agosto recibió una llamada de la Casa Blanca invitándole al encuentro con el papa. “Rompí a llorar en cuanto colgué el teléfono. Fue un momento en que me di cuenta de lo lejos que había llegado. Vi que todos aquellos años —en que creí que las cosas iban mal o tenia miedo— me estaban llevando a este punto”, asegura.

Según cuenta él mismo, Ledesma supo que era gay desde que tenía 11 ó 12 años. A pesar de ello, no salió del armario hasta los 21 años, primero con sus compañeros de fraternidad en Marquette y luego con su familia. Tras un primer alejamiento acabó acercándose de nuevo a la fe católica, un regreso en el que su madre desempeñó un papel esencial. En la actualidad, tiene un blog titulado significativamente The Gay Catholic, en el que defiende que puede ser católico y gay sin permanecer célibe. En el futuro querría además casarse y tener hijos. Consciente de las dificultades y la lentitud que previsiblemente traerá consigo cualquier posible aceptación en la iglesia a nivel institucional, Aaron Ledesma ha optado por profundizar por su cuenta en su vida de fe: “Me di cuenta de que la vida es demasiado corta para dejar que otra gente te dicte cómo va a ser tu relación con Dios. Me di cuenta de que si voy a vivir mi vida con toda plenitud, necesito dejar de preocuparme sobre lo que otros pensarán sobre mi fe, y concentrarme sólo en mi fe”.

Lo cierto es que el dinamismo de los grupos LGTB cristianos en los Estados Unidos hace que no pierdan ocasión de hacerse notar. Así, la iniciativa Owning Our Faith (que busca visibilizar a las personas LGTB católicas y de la que informamos en su momento) ha recobrado actualidad y ha recibido una mayor atención de los medios. Ya han ido más allá del primer cortometraje, presentando testimonios extensos de los distintos participantes. Además, se ha iniciado una petición en internet para que el papa reciba a personas LGTB. Si no se da el encuentro, no será porque no hayan dejado de requerirlo.

Esta circunstancia, en cualquier caso, no ha pasado desapercibida en la Curia vaticana. Según indican algunas informaciones, y a pesar de que parece poco probable, habría bastante inquietud simplemente con la eventualidad de que el papa acabe finalmente dialogando con cristianos LGTB que no siguen los preceptos de su iglesia.

Fuente Dosmanzanas

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La revista Vida Nueva da voz a Álex Salinas mientras en el mismo reportaje su obispo dice que el “comportamiento transexual” es inmoral

Miércoles, 16 de septiembre de 2015
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Alex-SalinasUn reportaje de la revista católica Vida Nueva que completa lo que ya publicábamos hace unos días, y para el que se nos pidió opinión, aunque poco se refleje de lo que se les envió, se ocupa del papel de las personas trans en la Iglesia católica. Junto a una entrevista con Álex Salinas y otras declaraciones que hablan a favor de la inclusión, si por algo ha llamado la atención el reportaje es por las palabras del obispo de Cádiz-Ceuta, Rafael Zornoza, triste muestra de la transfobia más descarnada.

La discriminación sufrida por Álex Salinas al impedírsele ser padrino del bautizo de su sobrino sigue dando de qué hablar. Vida Nueva ha querido ocuparse con detalle del caso. La mejor parte del reportaje es sin duda la entrevista con Salinas, en la que el joven se expresa con sinceridad. “Estoy mal porque es volver a sentir el rechazo que he experimentado en tantos momentos de mi vida; ese rechazo es el que me plantea llegar a apostatar, sabiendo que esa opción es muy fuerte para un cristiano como yo. ¿Por qué voy a estar en la Iglesia, si no me aceptan ni me acogen con los brazos abiertos, como predican?”, asegura. Álex explica además que no ha obtenido respuesta acerca de los encuentros que se le prometieron, ni por parte del obispo ni del sacerdote de su parroquia.

No es Álex la única persona trans que tiene voz en la revista. También hablan Antonio Gallego, que explica que “no somos un término medio; ser transexual es algo que te sucede y con lo que naces” y Rodrigo Alonso, quien señala que “vivimos atrapados en un cuerpo biológico que no nos corresponde”. Este último habla con claridad sobre lo que busca en su iglesia: “queremos que se nos permita ser cristianos y ejercer dignamente como tales, que deje ya de estigmatizarnos y discriminarnos, porque Cristo no lo hace”. Julio Prieto, presidente de CRISMHOM (colectivo de cristianos LGTB radicado en Madrid) recuerda por su parte que la transexualidad no es una elección.

A la vista de todos estos testimonios, el redactor de la crónica en Vida Nueva establece la conclusión de que “a partir de los testimonios recogidos para este artículo, las respuestas que la Iglesia ofrece no responden a las demandas de transexuales, asociaciones y profesionales”. En su editorial, la revista expresa una postura típica de un catolicismo “abierto”: sin pronunciarse abiertamente sobre la decisión de discriminar a Álex, reconoce que “más allá del sí o del no” afrontar la realidad de las personas trans en la iglesia “no es cuestión baladí”.

La otra cara, la de la inmisericordia cruel: Zornoza se reafirma

Sin embargo, el reportaje tiene otra cara. Es la que representa, en primer lugar, Ignacio Serrada, profesor de Teología Moral en la Facultad eclesiástica de San Dámaso (Madrid). Con un lenguaje académico, Serrada reafirma la posición oficial de la Iglesia: “la moral cristiana trata de profundizar en la diferenciación sexual y como esta, a la luz de la Revelación, subraya el carácter positivo de esta diferenciación para el bien de la persona”.

Pero lo que sin duda impacta más es la entrevista con el obispo de Cádiz-Ceuta, Rafael Zornoza, que asegura haber vivido “con tranquilidad” el proceso de consulta a Roma sobre la materia para decir a continuación que “lo que es inmoral es el comportamiento transexual, por lo que es incoherente con la fe de la Iglesia. Así no se puede apadrinar a nadie”. El obispo llega cuestionar las motivaciones de Álex y su presencia en los medios. “Cuando llegó [la respuesta de Roma], confirmaba lo que resultaba ya evidente después de tantas declaraciones y manifestaciones muy reveladoras de unos propósitos y conductas que nada tenían que ver con la vida cristiana, el sacramento del bautismo ni la transmisión de la fe”. Parece que Zornoza hubiera preferido que Álex hubiera llevado el ser discriminado con una mayor “discreción”. En este sentido, es significativa la comparación que el obispo establece con Diego Neria, hombre transexual que en su momento fue recibido por el papa, al apreciar “actitudes muy diferentes en cada uno de los casos”.

Zornoza se ocupa también de precisar en qué consiste, según él, la “misericordia” de la que habla Francisco. Según su interpretación, la acogida se limita a recibir con afecto, pero sin cambiar la doctrina ni alterar el juicio sobre la persona: “mostrar afecto en vez de rechazo es un signo precioso de la cercanía de la Iglesia para cada persona. Francisco lo hace de maravilla y sus gestos conmueven al mundo. Pero no dice que da por bueno todo, ni renuncia a los presupuestos doctrinales o morales de la Iglesia, ni rebaja sus exigencias, ni les otorga derechos… Hay muchos ejemplos recientes de esta interpretación equívoca, que confunde las cosas”.

En definitiva, no solo se impide a Álex ser padrino después de transmitirle mensajes contradictorios, sino que se califica su “comportamiento” como inmoral. En paralelo esta realidad indiscutible, algunos dentro de la Iglesia parecen querer todavía dar voz a las personas transexuales. Desde el punto de vista de quien escribe esta noticia, uno se pregunta si de verdad alguien les puede pedir legítimamente que participen en debates sobre lo que sencillamente es su vida o reclamarles aún más paciencia de la que ya han tenido. También es muy significativo que haya molestado tanto la actitud activista de Álex. En nuestra opinión, este puede sentirse orgulloso: todos los activistas por la justicia siempre han sido atacados por ello y cuestionados en sus intenciones.

Fuente Dosmanzanas

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Convulsión en entornos católicos tras la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el matrimonio

Domingo, 5 de julio de 2015
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matrimoniogay1Los últimos logros en materia de igualdad para las parejas del mismo sexo están conmocionando el mundo cristiano, en general, y católico, en particular. Primero fue el sí de Irlanda y luego la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, sumados a las campañas de movilización y apoyo en redes sociales. Algo parece quedar claro en las reacciones: la conciencia de estar viviendo un auténtico punto de inflexión. Nos fijamos en algunas de ellas.

No es exagerado calificar de terremoto el efecto que ha tenido la legalización completa del matrimonio igualitario en Estados Unidos en entornos cristianos, y en particular en la Iglesia católica. Si en Irlanda el impacto se produjo por ser un país de fuerte tradición católica, ahora la reacción se debe sobre todo a la importancia objetiva de los Estados Unidos en el mundo y a la profunda polarización que ha conocido la sociedad en estos últimos años. Esto ha hecho que se viva la sentencia como una auténtica derrota para los contrarios a la igualdad matrimonial y una victoria para quienes la han defendido. La auténtica guerra cultural que se ha desarrollado en los últimos años ha alcanzado un punto de inflexión. Quizá no haya acabado, pues los sectores contrarios piensan seguir plantando batalla (los impedimentos que en algunos estados se están oponiendo a la ejecución de la sentencia son buen ejemplo). Pero a partir de ahora se sitúan claramente en el bando “contracultural”. No en vano, como señalan ciertos comentaristas, quizá su mayor miedo sea el de verse relegados a los márgenes.

El número de comentarios, artículos, publicaciones en redes sociales, etc., es sencillamente imposible de cubrir en su totalidad. Pero sí hemos seleccionado algunas reacciones que nos parece oportuno destacar. Por otro lado, y aunque en esta entrada nos centramos sobre todo en las reacciones que han tenido lugar en los Estados Unidos, es preciso hacer notar que lo sucedido va más allá y alcanza, por ejemplo, a España. Baste señalar dos artículos en la web EntreParéntesis, de los jesuitas, uno crítico con los apoyos en la red y otro resueltamente celebrativo. Y es que después de esta sentencia, ya no puede decirse en modo alguno que el matrimonio igualitario se dé solo en “casos aislados”, como fue en su día argumentado en España por los contrarios a la igualdad (incluido, por cierto, el actual presidente del Gobierno).

Reacción muy negativa desde la jerarquía

Las reacciones oficiales han sido, lo que no resulta sorprendente, negativas. En primer lugar, tenemos la del presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, Joseph E. Kurtz, que ha calificado la decisión de “error trágico” y ha reafirmado la tesis de que el matrimonio sigue siendo por esencia heterosexual, con independencia de las leyes positivas: “Independientemente de lo que una mayoría estrecha de la Corte Suprema puede declarar en este momento en la historia, la naturaleza de la persona humana y el matrimonio permanecen inalterable e inmutable. Así como Roe v. Wade no resolvió el asunto del aborto hace más de cuarenta años, Obergefell v. Hodges no resuelve hoy el asunto del matrimonio. Ninguna decisión se arraiga en la verdad, y como resultado, ambas eventualmente fallarán. Hoy la Corte se ha equivocado nuevamente. Es profundamente inmoral e injusto que el gobierno declare que dos personas del mismo sexo pueden constituir un matrimonio”.

Kurtz termina invitando a los católicos a oponerse a la ley, apelando además a los poderes públicos: “pido a todos en posiciones de poder y autoridad que respeten la libertad dada por Dios a buscar, vivir y dar testimonio de la verdad”. Resulta fácil adivinar cuál será el próximo frente: oponerse a las medidas antidiscriminatorias y al pleno reconocimiento de la igualdad apelando a la libertad religiosa.

No menos duro ha sido el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima. Miembro del Opus Dei, Cipriani es bien conocido por su fuerte conservadurismo (y además mantiene desde hace años un pulso con la Universidad Católica del Perú). No ha dudado en calificar de “imperialista” la decisión: “Por un voto de una corte estadounidense se quiere cambiar el modo de vivir en el mundo. Ese es un colonialismo, un imperialismo peor que el económico (…) Estados Unidos no es el cerebro que tiene que dictar las conductas del mundo de hoy”.

Dos respuestas desde los jesuitas

No todo han sido reacciones negativas en el mundo católico, y aunque no puedan ponerse al nivel que las de la jerarquía, es significativo que se produzcan. Destacamos dos que no provienen de grupos de fieles ni de grupos “de frontera” que hayan mantenido, en circunstancias difíciles, posiciones aperturistas, sino de publicaciones en The Jesuit Post, un medio jesuita.

Tenemos en primer lugar una entrada titulada “#LoveWins”, referida al ya conocido hashtag. La escribe un joven jesuita, Jason Welle, y habla de su experiencia personal. Y es que su abuela vivió en pareja con otra mujer durante 50 años. Nana, su abuela, y su pareja, Dot, se mudaron a California poco después de la Segunda Guerra Mundial. Buscaban poder realizar una vida en familia junto con los dos hijos de Nana, el padre de Jason y su tío. En aquella época, tenían que ocultarse y corrían todo tipo de riesgos, incluido perder la custodia de sus hijos. Nada de ello impidió para que la pareja se viviera profundamente católica. De hecho, fueron determinantes en la experiencia religiosa de su nieto jesuita: “Nana y Dot fueron también la mayor influencia en el crecimiento de mi fe católica. Su casa en un lugar de oración y piedad. Eran ministros de la Eucaristía en su parroquia, daban la comunión a quienes no podían salir de casa y a los mayores hospitalizados. Me enseñaron a rezar el rosario. Más aún, me enseñaron los valores del amor, la fidelidad y el cuidado mutuo. Y lo mismo que estaban encantadas con que fuera monaguillo, estarían muy felices de que falten solo meses para que me ordene de diácono y presbítero en los jesuitas”. Tras reconocer que muchos aún seguirán discutiendo sobre el tema, termina diciendo: “rezo para que esta decisión, que acerca a gais y lesbianas al centro de la sociedad americana más que nunca, sea una oportunidad para un mayor entendimiento, amor mutuo y cuidado de los unos con los otros”.

Como si se tratase de una respuesta a este mensaje, un editorial firmado por el editor jefe de The Jesuit Post, Michael Rossmann, se titula “#LoveHurts” (“el amor duele”), y busca hacer ver la situación en que se encuentran algunos católicos, que por un lado conocen personalmente a personas LGTB y se alegran de la noticia (saben que la decisión del Supremo supone no solo la igualdad legal sino también un acto de reconocimiento a quienes han sufrido años de marginación) pero por otro lado se sienten miembros de la Iglesia y saben de la contrariedad que otros están viviendo. Rossmann no resuelve el problema, se queda en la tensión de los que se sienten entre dos orillas. De ahí lo de “el amor duele”. Espera, eso sí, que esta posición intermedia, vivida con dificultad, sirva para acercar posturas: “Quienes nos vemos incómodamente atrapados entre nuestros dos amores —el amor por nuestra Iglesia y el amor por nuestros hermanos y hermanas LGTB— tenemos así un papel crucial que desempeñar al interactuar con cada uno de ellos. Deberíamos, al menos, ayudar a cada lado a valorar lo bueno en la otra. En un mundo ideal, podríamos quizá incluso ayudar a cada uno a dialogar con el otro. Pero entonces, en un mundo ideal, no estaríamos atrapados entre dos amores. Este no es un mundo ideal. En nuestro mundo, en este momento, #LoveHurts”.

El fundador de Exodus se dirige a sus antiguos compañeros

Fuera del entorno católico las reacciones han sido también numerosas. Destacamos una: la de Alan Chambers, fundador de la desaparecida Exodus International, que en su momento se retractó de sus posiciones. Ahora, sin apoyar realmente el matrimonio igualitario, hace una apelación al diálogo y la acogida, cercana a la del editorial jesuita. En un artículo en The Washington Post titulado “Una vez dirigí un ministerio ex-gay. He aquí por qué apoyo ahora a los gais que se casan”, Chambers apunta a cómo todo su combate contra los derechos LGTB respondía en realidad al miedo y la angustia: “Mientras que una vez viví con miedo de todo lo gay y confundí mi homofobia religiosa creyendo que era pasión por la verdad de Dios, ahora puedo decir que me angustiaba por nada. Libre de aquel espacio de preocupación, me doy cuenta de que vivía realmente atado, con miedo de decepcionar a Dios, de fallarle”. Termina apelando a tender puentes: “mientras la batalla continúa  —porque siempre lo hace sé que hay muchos cristianos que elegirán acoger el cambio, orar para una comprensión más profunda, para centrarse en el Dios que nos desafía a ser como él: llenos de amor y con  miedo a nada. Habrá cristianos que, como Leslie y yo, verán en esto una maravillosa oportunidad para hacer nada no otra cosa sino cumplir las leyes de Dios: amarle y amar a las personas”.

En definitiva, la sentencia del Tribunal Supremo ha supuesto una conmoción profunda en el mundo cristiano estadounidense, católico y protestante. Pero incluso las reacciones más negativas dejan clara una cosa: se ha producido un cambio fundamental que ya parece no tener vuelta atrás. Como señala el articulista Peter Beinart, del periódico israelí Haaretz: “los cambios culturales cambian lenta y calladamente durante largos periodos de tiempo. Y luego, de repente, se rompe el dique”. Parece que esta vez muchas personas religiosas se han dado cuenta de ello.

Fuente Dosmanzanas

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Un joven jugador de lucha libre sale del armario y se suma al activismo en el deporte y como católico LGTB

Jueves, 23 de abril de 2015
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cole fox Cole Fox, un adolescente de Iowa, ha salido del armario ante su padre, que es también su entrenador de lucha libre, y que había tenido palabras homófobas en diversas ocasiones. La respuesta del padre ha sido sin embargo muy positiva. Además, Cole está decidido a continuar el activismo LGTB en el deporte y como creyente católico.

Cole Fox es estudiante de secundaria en Iowa y practica la lucha libre. Lo hace en el equipo del centro católico donde estudia, el Don Bosco Catholic High School, que cuenta con un palmarés notable, pues en los últimos 20 años ha ganado ocho campeonatos estatales y ha sido finalista en otros cuatro, sumando en total 18 títulos. Por otro lado, se da además la circunstancia de que su propio padre es su entrenador.

Cole no era precisamente alguien encerrado en el armario. Al contrario, ya había hecho pública su realidad con sus compañeros de instituto y equipo de lucha. Siempre que le preguntaban por los rumores acerca de que era gay los confirmaba sin rodeos. Sin embargo, aún no había reunido el valor para hablarlo con su padre. Tenía sus razones: reiteradamente este había hecho en su presencia comentarios homófobos.

Fue en marzo pasado, según cuenta, cuando se animó a dar el paso. Decidió hacerlo, eso sí, por carta. Aprovechando un viaje de trabajo que le haría ausentarse tres días, introdujo la carta en la chaqueta de su padre. En sus palabras se hace visible la voluntad de decirle la verdad pero también la importancia que su reacción tiene para él: “Cualquier enfado, humillación, tristeza, felicidad -o lo que sea que sientas- es completamente válido. Por lo que sé, no tienes vínculos con nadie LGTBQ. Solo quiero que sepas que he tardado casi 17 años en aceptarme. Te voy a dar tiempo y espacio. No tienes que hablar sobre ello. Puedes sacar el tema todo lo que quieras… o no tener en cuenta para nada esta carta. Te seguiré queriendo independientemente de lo que pienses o hagas”.

Afortunadamente, la reacción del padre no tuvo nada que ver con lo que temía: “Sigues siendo un gran hijo y estoy orgulloso de ti”, le dijo en un mensaje de texto ese mismo día. Manifestó, eso sí, su pesar por haber propiciado un ambiente en el que su hijo podía interpretar que no iba a ser querido tal y como era.

Superado el trance, Cole mira con optimismo su futuro universitario. Ha recibido una beca de la Fundación Matthew Shepard para adolescentes LGTB con aptitudes académicas y capacidad de liderazgo. Está decidido a aprovechar la circunstancia para trabajar por la normalización de las personas LGTB, y quiere hacerlo en dos ámbitos que suponen todo un desafío. Por una parte, Cole desea promover la aceptación en el mundo del deporte, especialmente en la lucha libre: “Quiero ser aquel chico que necesitaba cuando estaba al principio de la secundaria y al principio del bachillerato. Nadie debería sentirse excluido… y todos deberían poder dedicarse a lo que les gusta y tener éxito”.

El otro campo de acción es el de las personas LGTB en la Iglesia católica, ya que Cole es un católico convencido que se siente llamado a trabajar en ese ámbito. Para empezar, querría que su propio centro muestre un cambio de actitud en el modo de recibir la concesión de la beca Matthew Shepard. Como cuenta Cole, hace ya diez años otro alumno del centro recibió esa misma beca y este quiso que pasara desapercibido: “el feedback de la comunidad hace 10 años fue inaceptable. El colegio no habló públicamente del premio y no reconoció el logro del alumno. Ésta es una oportunidad para que Don Bosco muestre su progreso en los últimos diez años. La forma en que mi familia y mi comunidad han reaccionado hasta ahora ha sido una gran señal”.

Por otro lado, se muestra optimista con los gestos aperturistas del papa Francisco, gracias a los cuales cree que cada vez más católicos están abriéndose a las personas LGTB. “La doctrina social católica es la enseñanza de la Iglesia sobre la dignidad humana. Creemos que todos los humanos tienen una dignidad que han recibido de Dios y que no hay nada que puede quebrantar esa dignidad (…) Tiene mucho que ver con la posición del catolicismo en justicia social y caridad en el mundo. El papa Francisco ha estado haciendo presente la doctrina social católica y eso es asombroso”, ha declarado. Esperemos que el optimismo de Cole se vea confirmado con el tiempo, y que los gestos aperturistas de Francisco -que, no olvidemos, se han acompañado también de guiños a las posiciones más conservadoras en materia LGTB– acaben por plasmarse en cambios reales.

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La Iglesia presbiteriana de EE.UU. aprueba el matrimonio igualitario

Viernes, 20 de marzo de 2015
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PCUSAGAY COUPLE EMBRACE DURING WEDDING CEREMONY IN TORONTO CHURCH*

El matrimonio entre parejas del mismo sexo será considerado cristiano por la iglesia presbiteriana a partir de ahora.

Entrará en vigor el 21 de junio

Una cuarta parte se declaran contrarios a la medida

La Iglesia presbiteriana de los Estados Unidos ha aprobado esta semana el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo, al incluir un “compromiso entre dos personas”, convirtiéndose en el grupo protestante más grande de Estados Unidos en reconocer formalmente el matrimonio igualitario. El sí mayoritario de los presbiterios pone el broche de oro a un largo proceso que llevó en septiembre del año pasado a recomendar el cambio en su Constitución. La nueva definición fue aprobada el año pasado por la Asamblea General de la iglesia, pero requería la aprobación de una mayoría de 171 distritos regionales de la denominación, o presbiterios.

Aún con algunos presbiterios pendientes de votación, ya el martes quedaba claro el resultado, pues se contaba entonces con 87 presbiterios a favor frente a 41 en contra (de un total de 171). El crítico voto número 86 del “sí” lo dio la noche del martes un presbiterio en Nueva Jersey, según informó la agencia de noticias AP. Esta decisión satisface la recomendación de cambio ya hecha por la Asamblea general de esta iglesia, que tuvo lugar en 2014, y culmina el movimiento paulatino hacia posiciones progresistas en materia LGTB de esta confesión religiosa, que agrupa a 1,8 millones de fieles. De hecho,en 2011, la más importante de las iglesias presbiterianas de los Estados Unidos aprobó la presencia de pastores y responsables que vivieran en pareja con otra persona de su mismo sexo. La decisión de ordenar pastores homosexuales que mantengan además una relación de pareja (esta iglesia ya permitía la ordenación de homosexuales, siempre que se mantuvieran célibes) había recibido en julio de 2010 el aval del 53% de los delegados en su Asamblea General bianual; la decisión debía recibir el apoyo de la mayoría de los 173 presbiterios en que está dividida la iglesia. Se inició entonces un proceso de votación presbiterio a presbiterio, que culminaba este martes cuando el presbiterio de Twin Cities, en Minnesota, se convertía en el número 87 en refrendar la decisión, que fue efectiva a partir del 10 de julio. Dos años antes una medida similar había sido rechazada por 94 presbiterios…

El cambio se ha realizado a través de una enmienda a la Constitución de la iglesia. Eso sí, como concesión al sector más conservador, la redacción se ha hecho de tal forma que se admite que el matrimonio puede llevarse cabo entre dos personas, con independencia de su sexo, pero se reconoce como “tradicional” la idea de que es entre personas de distinto sexo. Así, donde se decía que el matrimonio era “entre un hombre y una mujer” ahora se lee que es “entre dos personas, tradicionalmente un hombre y una mujer”. No ha sido la única cesión a los conservadores, pues también se ha acordado que quienes no quieran realizar bodas entre personas del mismo sexo podrán continuar sin celebrarlas.

Después de que todos los órganos regionales vote, y los principales líderes presbiterianos acepten oficialmente los resultados, el cambio entrará en vigor el 21 de junio. A partir de ese momento para los presbiterianos el matrimonio entre dos personas del mismo sexo será considerado cristiano y se podrá celebrar en todas las iglesias de la congregación. Hasta el momento, 41 presbiterios han rechazado la redefinición.

La iglesia tiene cerca de 1.800 millones de miembros y cerca de 10.000 congregaciones. El año pasado, la iglesia había permitido a los ministros presidir bodas entre personas del mismo sexo en los estados donde fueron reconocidos legalmente.

Con todo, el paso dado por la Iglesia presbiteriana es sin duda muy importante. Se trata de una denominación de primer orden, que se suma a otras confesiones que aceptan el matrimonio igualitario en Estados Unidos, como:

– La Iglesia Unida de Cristo (United Church of Christ). Es una denominación cristiana protestante de los Estados Unidos, formada en 1957 por la unión de dos denominaciones, la Iglesia Reformada y Evangélica y las Iglesias Cristianas Congregacionales. Pertenece a la tradición reformada pero ha recibido muchas influencias del luteranismo a lo largo de su historia. La UCC nació en 1957, poseyendo en la actualidad 5320 congregaciones y 1,1 millones de miembros.

– Algunas corrientes cuáqueras (a imitación de sus correligionarios del Reino Unido: ”Trataremos los compromisos entre personas del mismo sexo de la misma forma que hemos tratado los matrimonios entre personas de distinto sexo, reafirmando nuestra opinión de que el matrimonio es el trabajo de Dios, y nosotros somos meros testigos. La cuestión del reconocimiento legal por el estado es secundaria”). Los cuáqueros (Sociedad Religiosa de los Amigos) son una comunidad religiosa surgida en Inglaterra en el siglo XVII y diseminada después por el resto del mundo, de inspiración cristiana, pero sin un credo formalmente definido. Para los cuáqueros, cada persona lleva algo de lo divino dentro de sí y puede tener un contacto directo con la divinidad. En la práctica, son muy diversas las creencias que conviven dentro de la comunidad cuáquera. Por lo que se refiere a la aceptación de la homosexualidad, el rango es muy amplio, y va desde los que la aceptan con naturalidad (como sucede en Australia, Nueva Zelanda, Canadá o el Reino Unido) hasta los que la condenan, como en las mayoría de las comunidades de Estados Unidos o África.

– La Iglesia episcopaliana (rama estadounidense de los anglicanos, que en 2009 autorizó la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo). La convención que la iglesia episcopaliana (rama estadounidense de la confesión anglicana) está celebrando esta semana en California está deparando sorpresas positivas para sus fieles LGTB. Si el lunes los obispos episcopalianos decidían poner fin a la moratoria que se habían impuesto tres años antes para ordenar obispos homosexuales, ayer miércoles decidían, por 104 votos a favor, 30 en contra y dos abstenciones, autorizar de forma expresa la bendición tanto de los matrimonios entre personas del mismo sexo como de las uniones civiles en aquellos estados en los que sean legales. Aunque muchos pastores episcopalianos ya bendecían uniones del mismo sexo, lo hacían a título personal, sin contar con una autorización explícita. La iglesia episcopaliana, queriendo facilitar una transición difícil de digerir para sus miembros más conservadores, ha preferido por el momento dar libertad a las diócesis para impartir las bendiciones, dejando para su próxima convención, dentro de tres años, la discusión sobre la institucionalización de un rito litúrgico para unir a las personas del mismo sexo. A la espera de que esto suceda, la iglesia episcopaliana habilita esta solución para poder dar una respuesta inmediata “al número cada vez mayor de parejas del mismo sexo que se acercan a la iglesia para ver bendecida su unión”.

– Fuera de Estados Unidos:

* La Iglesia Luterana de Suecia aprobó ya en 2009 el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo, decisión respaldada por la mayoría de los 251 miembros de su Sínodo General (en concreto, 176 de los 249 que ejercieron su derecho al voto). Se trata de una decisión histórica, al ser la primera de las grandes iglesias cristianas del mundo en otorgar plena igualdad a gays y lesbianas en su seno. La iglesia de Suecia, que cuenta tanto con pastores como con obispos abiertamente homosexuales (la propia obispa de Estocolmo es abiertamente lesbiana) ya bendecía las uniones civiles entre personas del mismo sexo, posibles en ese país desde 1995, pero la decisión del Parlamento sueco de abrir el derecho al matrimonio civil a gays y lesbianas, adoptada ese mismo año, ha impulsó a los luteranos suecos a dar un paso más en ese sentido. La iglesia de Suecia se colocó así a la vanguardia de las iglesias cristianas por lo que a la inclusividad de gays y lesbianas se refiere, una senda que ya están recorriendo otras importantes confesiones cristianas, como la iglesia episcopaliana (rama estadounidense de los anglicanos), que ha decidido volver a ordenar obispos gays y lesbianas después de una moratoria de tres años y bendecir las uniones entre personas del mismo sexo, o la iglesia luterana evangélica de América, que ha aprobado la ordenación de gays y lesbianas sexualmente activos.

* También la Iglesia Luterana de Dinamarca lo permite desde 2012. El Parlamento danés ha aprobó por 85 votos a 24 una legislación matrimonial totalmente neutra respecto al género de los contrayentes -de forma análoga a la legislación española- y que entró en vigor el 15 de junio de este año. Además, el Parlamento rechazó una enmienda de la oposición, que pretendía introducir una institución diferente para parejas homosexuales (incluida una nomenclatura diferente). Asimismo, la reforma legal permitió a la Iglesia Luterana Evangélica de Dinamarca (a la que pertenece el 80% de la población) celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo. La ley no obliga a ningún sacerdote a oficiar dichos matrimonios, pero sí a ayudar a las parejas que lo soliciten a encontrar a alguien que lo haga.

– Por su parte, más allá del cristianismo, dos corrientes del Judaísmo, el Judaísmo Reformado, favorable al matrimonio igualitario, y el Judaísmo Conservador (no confundir con el ortodoxo), que lo ha aprobado formalmente, también se han unido a la ola igualitaria. Conviene precisar que el judaísmo está conformado por ramas y tradiciones dispares entre sí, también en lo que a la aceptación de la homosexualidad se refiere. No faltan las corrientes inclusivas, a las que nos hemos referido en numerosas ocasiones.

El Judaísmo Conservador -segunda denominacion judía más importante de Estados Unidos- celebrará matrimonios religiosos entre personas del mismo sexo. Así lo decidió su comité rabínico de reglas y estándares, que aprobó dos modelos de ceremonias de boda, así como las directrices para los posibles divorcios. Por 13 votos a favor, ninguno en contra y una abstención, el comité rabínico aprobó un documento (que puedes consultar pinchando aquí) que establece que si bien las relaciones entre personas del mismo sexo son distintas de aquellas recogidas por la tradición judía como “acordes a la ley de Moisés”, serán celebradas “con el mismo sentido de santidad y alegría que los matrimonios heterosexuales”. Conviene precisar que al hablar de judaísmo conservador nos referimos a una corriente específica de dicha religión que propugna la fidelidad a la tradición, pero que no implica su adherencia al conservadurismo político. Se trata, de hecho, de una denominación que permite desde hace años la ordenación como rabinos de gays y lesbianas. Por ejemplo, el Seminario Teológico Judío de Nueva York, uno de sus centros más importantes, ordenaba a Rachel Isaacs como su primera rabina abiertamente lesbiana. El judaísmo, a diferencia de otras confesiones más monolíticas, está conformado por diversas ramas y tradiciones muy dispares entre sí, también en lo que a la aceptación de la homosexualidad se refiere. En diciembre de 2009 conocíamos la invitación a la Casa Blanca a otra rabina lesbiana, Sharon Kleinbaum, con motivo de la Hanukkah (Fiesta de las Luminarias), una tradicional celebración judía. Meses antes recogíamos las tesis de Steven Greenberg, rabino adscrito a la corriente ortodoxa del judaísmo estadounidense y abiertamente gay, que defendía la compatibilidad entre el hecho de ser abiertamente homosexual y creyente judío. Es profesor en el National Jewish Center for Learning and Leadership (Centro Nacional Judío para el Aprendizaje y el Liderazgo, CLAL) y es el autor del libro “Wrestling with God and Men: Homosexuality in the Jewish Tradition”. Es también uno de los fundadores de Open House Jerusalén, una organización que lucha en favor de la tolerancia social en Israel. Greenberg defiende una nueva perspectiva en la relación entre homosexualidad y religión, a través del examen y la reinterpretación de los textos que tradicionalmente se usan para justificar la exclusión de gays y lesbianas de las comunidades religiosas.

 

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Un cortometraje da inicio a un proyecto de visibilización de personas LGTB católicas

Miércoles, 18 de marzo de 2015
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2012-04-12.rainbow_ichthys“Queremos que nuestras historias sean parte del debate porque la comunidad LGTB posee habilidades únicas a la hora de contribuir en el día a día de la iglesia”

Mientras en España se suceden las declaraciones homófobas  por parte de la jerarquía, despegan las iniciativas que buscan visibilizar a las personas LGTB católicas. Es el caso de Owning Our Faith, un proyecto que inicia su andadura con un corto documental que recoge el testimonio de diferentes personas, tanto LGTB como no LGTB que apoyan su causa.

La apertura de un proceso sinodal sobre la Familia en el Vaticano, aunque ha defraudado las expectativas iniciales, ha tenido sin embargo el efecto -en parte imprevisto- de una creciente visibilidad de personas LGTB católicas, que poco a poco pierden el miedo a hablar. Un ejemplo es esta iniciativa que reflejamos, que ha encontrado eco ya en medios como The Advocate o The Huffington Post, entre otros.

Owning Our Faith es un cortometraje documental de 14 minutos en el que varios católicos LGTB, sus familias y representantes religiosos hablan de lo que supone combinar su fe con la aceptación de su orientación sexual o identidad de género dentro de la comunidad religiosa. Michael Tomae, productor ejecutivo y director, afirma que decidió rodar el film cuando trabajó como voluntario en un albergue para jóvenes sin techo en Nueva York. Allí pudo ver como muchos de esos jóvenes habían sido repudiados por sus familias católicas por ser gay, lesbiana, bisexual o transexual. Entonces contactó con la comunidad LGTB de la Iglesia de San Pablo Apóstol y se aliaron para contar sus historias.

Owning Our Faith (cuya traducción más fiel al sentido original puede ser “apropiándonos de nuestra fe”) surge en noviembre de 2014, cuando algunas personas LGTB católicas de la iglesia de San Pablo Apóstol en Nueva York deciden abordar públicamente la cuestión de la relación entre la Iglesia católica y las minorías sexuales y de género. “Queremos que nuestras historias sean parte del debate porque las personas LGTB tienen unos dones únicos con los que contribuir a la vida de la Iglesia”, señalan los impulsores del proyecto, en clara alusión a la primera Relatio del Sínodo extraordinario sobre la Familia (palabras que luego desaparecieron de la versión definitiva). “Esperamos que la Iglesia reconozca que Dios está actuando a través de las historias de nuestras vidas. Queremos inspirar un cambio que fortalezca a las familias, estimule la aceptación de las personas LGTB, fomente una comunidad inclusiva y promueva un diálogo abierto y con aceptación entre católicos alrededor del mundo. Ante todo, queremos mostrar a todo el mundo que son amados y que no están solos”, añaden.

Gay-Catholics-x400Católicos LGBT cuentan sus historias en Owning Our Faith.

El primer fruto del proyecto es un corto documental de 14 minutos que presenta varios testimonios, como los de Matt y Rick Vidal, una pareja que participa regularmente en la vida de su parroquia. Mientras Rick reconoce sentirse “frustrado” más a menudo, Matt manifiesta la convicción de que se debe insistir en permanecer, pues de lo contrario nunca habrá cambio. Entre las personas trans, destaca por ejemplo Mateo Williamson, quien describe su proceso de transición como “inmensamente espiritual… Creo que mucha gente ve esto solo como un proceso físico y sólo miran los aspectos físicos de la transición pero se trata de un proceso emocional y espiritual”. Mateo cuenta como la primera vez que se confesó después de tres años, tras terminar el proceso de transición, tuvo una acogida positiva por parte de su sacerdote, quien reconoció que nunca había conocido antes directamente a personas transgénero.

 El testimonio de Eve Tushnet, mujer lesbiana, es especialmente llamativo, dado que se convirtió al catolicismo siendo consciente de cuál era la doctrina oficial. Para ella, lo inspirador es encontrar relaciones entre personas de diferente e igual género en la Biblia como “modelos y reflejos del  amor entre Dios y el alma humana”. Pero tampoco faltan las afirmaciones críticas. Matt Putorty, hombre gay, dice por ejemplo que “la Iglesia católica piensa probablemente que acepta a las personas LGTB porque su mensaje es ‘las personas gais existen y deberíamos amarlas y no discriminarlas’. Pero la Iglesia también le dice a las personas gais esencialmente que tienen que ser célibes, entonces les está diciendo ‘no puedes vivir con plenitud’… y eso es inherentemente discriminatorio”.

Hay también personas heterosexuales que se describen como “aliadas”. Es el caso de Cheryl y Francis Putorty, un matrimonio que apoya a su hijo Matt. También llama la atención la presencia de Patrick Conroy, sacerdote capellán de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, que se pregunta cómo pueden “ser más acogedores y servir mejor a los gais y lesbianas católicos… ¿Qué está haciendo Dios con esta comunidad que anhela participar en la vida sacramental de la Iglesia?”.  Matt Putorti, apunta que: “La Iglesia Católica posiblemente crea que acepta a la comunidad gay. La iglesia también dice a los gays que, principalmente, deben practicar el celibato. Así no se puede vivir completamente. Puedes ser gay pero no puedes vivir esa vida. Eso es discriminatorio“.

Otro gay católico, el septuagenario Mike Roper explica que: “No es solo una cuestión de que nos acepten, o nos toleren, debemos tener el coraje para ser quienes somos. Somos la creación de Dios. Y negar eso es negar que él es consciente de lo que está haciendo“.

El cortometraje está protagonizado por otras 20 personas, incluyendo al capellán Patrick Conroy, Hilary y Celestine, una pareja católica que han permanecido casados durante la transición de género de Hilary, los compresivos padres de Putorti y Eva Tushnet, una mujer lesbiana que se convirtió al catolicismo.

Con todo, para terminar esta reseña, destacamos sobre todo el testimonio de Nana Fotsch, una abuela con tres nietos gais y una nieta lesbiana. Cuando supo de sus nietos, no tuvo dudas y es clara: “si tuviera una amiga con un hijo que está saliendo del armario y tuviera dificultades, le preguntaría ‘¿quieres a tu hijo o hija?’. Ella diría naturalmente que sí y yo le diría entonces que es mejor que lo aceptes o vas a perderlo”. Al final del corto, Nana añade: “la canción que cantamos en la iglesia, el himno que dice ‘todos son bienvenidos en este lugar’, ¿lo decimos en serio, o solo son palabras bonitas?”.

El proyecto tiene ya una página web, así como perfiles en Facebook, Twitter y YouTube. Os dejamos con el vídeo del corto con subtítulos en español. Si no aparecen automáticamente pueden activarse en la pestaña de subtítulos:

El comunicado de prensa remarca que el corto se ha rodado con la intención de que el Papa Francisco y la jerarquía católica estén mejor informados para el próximo sinodo sobre la vida familiar entre los católicos. “Queremos que nuestras historias sean parte del debate porque la comunidad LGTB posee habilidades únicas a la hora de contribuir en el día a día de la iglesia”, afirma Tomae. Para reforza ese intento de llegar a toda la iglesia católica, los responsables de la cinta también están pidiendo a otros católicos LGTB que rueden vídeos con sus historias personales y las publiquen en YouTube.

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Sacerdote transexual predicó en la Catedral Nacional de Washington

Jueves, 26 de junio de 2014
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CAMERON PARTRIDGEHace unos días recogíamos la noticia de que un pastor transexual, Cameron Partridge, había sido designado para predicar por primera vez en la Catedral Nacional de Washington (un templo episcopaliano) con ocasión del Mes del Orgullo LGTB. Dicha predicación tuvo lugar el pasado domingo y contó con la presencia de Gene Robinson, el primer obispo abiertamente gay de la iglesia episcopaliana y de toda la comunión anglicana.

Poco antes de ordenarse, Partridge le comentó a su obispo, Thomas Shaw, que estaba en transición de mujer a varón. El obispo apoyó su decisión y Cameron fue ordenado. Partridge ya había marcado un hito al ser nombrado capellán en la Universidad de Boston en 2011, además de dar clases en Harvard. Durante estos años ha trabajado activamente a favor de la inclusión de las personas trans.

“Mientras nos contemplamos en estos días de celebración, honremos la manera en que nos sostenemos entre sí”, predicó Partridge. La misa incluyó lecturas y oraciones por parte de miembros de la comunidad de gays, lesbianas y transexuales.

La misa estuvo a cargo de Gene Robinson, el primer obispo episcopal abiertamente homosexual. La iniciativa fue parte de la celebración de la catedral del mes de orgullo LGBT.

Gary Hall, decano de la catedral, dijo que espera que la participación de Partridge “envíe un mensaje simbólico en apoyo de una mayor igualdad para la comunidad transexual.

La Catedral Nacional de Washington es uno los templos cristianos más importantes de Estados Unidos, con una notable trayectoria en la defensa de las personas LGTB. En enero de 2013, por ejemplo, se anunció que se celebrarían allí bodas entre personas del mismo sexo. Y con motivo de la sentencia del Tribunal Supremo anulando la sección tercera de la DOMA, la norma que prohibía a la administración federal reconocer estos matrimonios, sus campanas tañeron durante casi una hora. La predicación de Partridge es pues plenamente coherente con su línea de acción.

La Iglesia Episcopal de los Estados Unidos es la iglesia nacional estadounidense de la Comunión Anglicana. En 1976, la Convención General de la Iglesia Episcopal declaró que “las personas homosexuales son hijos de Dios y que tienen un derecho pleno e igualitario con el resto de personas. Desde entonces, fieles episcopales han estado trabajando hacia una mayor comprensión e inclusión radical de todos los fieles. La iglesia en 2012 abrió las puertas hacia la ordenación de los episcopales lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales.

Os dejamos con un vídeo que muestra parte de la predicación, así como declaraciones de Gene Robinson y reacciones de varios asistentes. En ellas se destaca el valor de visibilidad del acto, especialmente de cara a aquellos lugares donde la realidad LGTB, y especialmente la transexual, sigue siendo incomprendida:

https://www.youtube.com/watch?v=N8ZtVi7a43Y

Fuente SentidoG y Dosmanzanas

 

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Una iglesia baptista de California cambia su postura sobre la homosexualidad tras la salida del armario del hijo del pastor

Miércoles, 11 de junio de 2014
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new-heart-community-church-pastor-danny-cortez-address-his-congregation-on-february-9-2014-about-why-he-changed-his-position-on-homosexualityUna iglesia baptista de California ha modificado su postura sobre la homosexualidad a raíz de que se hiciera pública la condición de gay de uno de los hijos del pastor. Mientras, la Catedral Nacional de Washington (Iglesia episcopaliana) acoge por primera vez la predicación de un sacerdote abiertamente trans. Estas y otras noticias apuntan a que la inclusión de las personas LGTB gana terreno en las iglesias cristianas de Estados Unidos más allá de las ramas consideradas tradicionalmente “liberales”.

La New Heart Community Church, de confesión baptista, ha decidido cambiar su posición en torno a la homosexualidad después de que su pastor, Danny Cortez, haya hecho público que su hijo es gay. El propio pastor cuenta su historia en el blog Christianity with Humanity. Ya antes de la revelación de su hijo él había cambiado de opinión: a lo largo de 15 años, había podido conocer a diversas personas gays y lesbianas en su congregación. Esto le había llevado primero a cuestionarse sus ideas sobre orientación sexual y finalmente a cambiarlas. Narra así que un día de agosto de 2013, estando en la playa, se dio cuenta de que “ya no creía en las enseñanzas tradicionales sobre la homosexualidad”.

Mientras conducía su coche pensando en cómo transmitiría este cambio a su congregación, le preguntó a su hijo qué canción estaba sonando en la radio. El cantante era Macklemore. Cuando el padre le comentó que le gustaba la canción, su hijo le preguntó si sabía que este cantante era favorable a los derechos LGTB. Le contestó que precisamente por eso le gustaba la canción. Esto le animó a confiarse a su padre y revelarle que él mismo era gay, a lo que le contestó que le quería tal y como era. Como él mismo comenta: “No pude evitar pensar que mis 15 años de trayectoria transformadora estaba preparándome para ese momento. Si no fuera por ella y mi cambio de teología, podría haber destruido a mi hijo con terapia reparativa”. Tanto su hijo como él mismo han publicado videos en internet explicando su historia.

Al hacer público este cambio de actitud, Danny Cortez arriesgaba que su congregación le expulsara. En su lugar, la mayor parte votó a favor de mantenerle como pastor. Decidieron también convertirse en una “iglesia de tercera vía”, es decir, que ni condena ni aprueba, lo que conlleva aceptar la presencia de personas abiertamente LGTB. No toda la congregación aceptó el cambio y decidieron “separarse pacíficamente”. Un cambio de actitud que puede parecer poco, pero en una iglesia baptista es mucho. No debe olvidarse que los baptistas, agrupados en su mayoría en Estados Unidos en la Convención Baptista Sureña, son profundamente conservadores y que su postura oficial afirma que “los cristianos deberían oponerse al racismo, a toda forma de avaricia, egoísmo y a toda forma de inmoralidad sexual, incluyendo el adulterio, la homosexualidad y la pornografía”. No en vano, la exclusión de la congregación de Cortez de la Convención es inminente.

Pastor trans predica en la Catedral Nacional de Washington

CAMERON PARTRIDGENo es la única noticia positiva que nos ha llegado del ámbito religioso estadounidense. Esta semana hemos conocido también que en la Catedral Nacional de Washington, de la Iglesia episcopaliana, ha predicado por vez primera un pastor trans, Cameron Partridge. Se trata, conviene recordar, de uno de los templos cristianos más importantes de Estados Unidos, con una notable trayectoria en la defensa de las personas LGTB. En enero de 2013, por ejemplo, se anunció que se celebrarían allí bodas del mismo sexo. Con motivo de la sentencia del Tribunal Supremo anulando la sección tercera de la DOMA, la norma que prohibía a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo, sus campanas tañeron durante casi una hora. La predicación de Partridge es pues plenamente coherente con su línea de acción. En palabras del reverendo Gary Hall, decano de dicha catedral, “Como activista tanto dentro de la Iglesia como en la comunidad en general, espero que la presencia de Cameron en el púlpito enviará un mensaje simbólico de apoyo a una mayor igualdad para la comunidad transgénero, que sufre violencia, discriminación, desempleo, carencia de hogar y desigualdad económica”.

Cameron Partridge es uno de los siete sacerdotes abiertamente trans de la rama estadounidense de la comunión anglicana. Poco antes de ordenarse comentó a su obispo Thomas Shaw que estaba en transición de mujer a varón. El obispo apoyó su decisión y Cameron fue ordenado. Partridge marcó también un hito al ser nombrado capellán en la universidad de Boston en 2011, y durante estos años ha trabajado activamente a favor de la inclusión de las personas trans. Como uno de los resultados más visibles, la catedral episcopaliana de Boston celebra ahora cada año un homenaje en el Día Internacional de la Memoria Transgénero, en recuerdo de quienes han muerto a causa de su identidad de género.

Noticias, en definitiva, que dejan translucir movimientos importantes en el cristianismo protestante norteamericano hacia la igualdad de las personas LGTB. Es significativo además que estos movimientos se extiendan ya más allá de las iglesias “liberales”. Iglesias como la episcopaliana acumulan ya años de aceptación progresiva de las personas LGTB, pero las iglesias baptistas, por ejemplo, siguen siendo fuertemente homófobas. A ello hay que añadir el surgimiento de figuras como el activista gay y cristiano Matthew Vines, de quien ya hemos hablado en entradas anteriores. Procedente de una familia y entorno evangélicos muy conservadores, Vines acabó por aceptar su orientación y considerarla compatible con la Biblia. Un proceso de aceptación que resultó costoso no solo para él, también para su padre, quien ha contado lo duro que le resultó aceptar la homosexualidad de su hijo, que ha traído consigo el alejamiento de su iglesia local.

Como bien ha señalado un periodista de información religiosa de Estados Unidos, parece que las visiones progresistas ganan terreno en las iglesias norteamericanas después de años en que mayoritariamente el protagonismo y la presencia mediática parecían reservadas a los conservadores.

Fuente Dosmanzanas

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Petición de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales de que se mantenga la vigente ley de uniones civiles tras la aprobación del matrimonio igualitario.

Martes, 27 de mayo de 2014
Comentarios desactivados en Petición de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales de que se mantenga la vigente ley de uniones civiles tras la aprobación del matrimonio igualitario.

apmatrimoniogayreinounidoLos obispos católicos de Inglaterra y Gales han dado su respaldo explícito a ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo vigente en ese país ante la posibilidad de que esta figura legal acabe por suprimirse y quede solo el matrimonio. Todo ello ocurre al mismo tiempo que desde otros lugares llegan indicios de que persisten las actitudes de rechazo o incluso se refuerzan.

La petición de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales de que se mantenga la vigente ley de uniones civiles tras la aprobación del matrimonio igualitario. La petición forma parte de las respuestas a un cuestionario enviado por el gobierno británico a este respecto para valorar si es necesario que siga existiendo figura legal de las uniones civiles una vez el matrimonio ha quedado abierto a las parejas del mismo sexo (la ley británica de uniones civiles, recordemos, fue una ley creada específicamente para parejas del mismo sexo cuando a estas no se les permitía el matrimonio, y a ella no pueden acogerse las parejas heterosexuales). En caso de desaparición de esta figura, las personas que contrajeron unión civil verían estas convertidas automáticamente en matrimonios o han de poder seguir como unión civil.

La opinión de los obispos católicos es contraria a la desaparición de las uniones civiles. Según afirman, hay parejas del mismo sexo católicas que quieren seguir unidas civilmente porque creen que el matrimonio es entre un hombre y una mujer. “Hemos recibido representaciones de algunas lesbianas y gays católicos que afirman no desear contraer matrimonio homosexual y que temen que sus derechos queden eliminados si se abolen las uniones civiles. Hay lesbianas y gays católicos que han contraído uniones civiles para garantizar unos derechos legales importantes y necesarios pero que no desean casarse ante los ojos del Estado ni tampoco ver su unión civil automáticamente ‘convertida’ en matrimonio. Retirar el derecho legal de estas parejas del mismo sexo que no desean ‘casarse’ a contraer una unión civil significaría retirarle derechos legales para estas personas en el futuro”, argumentan.

Coexistencia de gestos de apertura y de reafirmación

Quizá lo más llamativo en la respuesta estriba en que, rigurosamente, las parejas católicas que contrajeron unión civil actuaron también en contra de la doctrina. Sin embargo, ante una petición de algunas de ellas de que se mantuviera su estatus, los obispos han reaccionado atendiendo su petición y reconociendo su legitimidad a reclamar sus derechos legales como parejas. Algo que ha sido interpretado como un signo de apertura. Es el caso del editorial de la publicación católica británica The Tablet, que reconoce no obstante que también podría leerse como una aplicación de la teoría del “mal menor”. No obstante, la opinión del periódico es clara: “Cuando el papa Francisco señaló el verano pasado en una rueda de prensa ‘si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?’, probablemente no se dio cuenta del importante efecto que tendría. La enseñanza de la iglesia católica sobre la homosexualidad no cambió. Pero su actitud ciertamente sí (…)”.

En definitiva, un signo más de la coexistencia de signos de apertura y actitudes discriminatorias en el seno de la Iglesia en este nuevo periodo. Entre los primeros, además de las declaraciones de los obispos británicos y brasileños (un portavoz oficial de la Iglesia católica del país sudamericano se ha pronunciado a favor de un “respaldo legal” para las parejas del mismo sexo), podemos mencionar el hecho que el arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, felicitara a Conchita Wurst por su victoria en Eurovisión, diciendo que “en el colorido jardín de Dios hay una variedad de colores. No todos que han nacido como seres masculinos se sienten como hombre, y lo mismo del lado femenino. Merecen como persona el mismo respeto al que todos tenemos derecho”.

En otros lugares las señales son sin embargo de signo contrario. En varias diócesis se redobla el esfuerzo por asegurar la estricta ortodoxia, de palabra y obra, por parte de los profesores en centros católicos. También acaban de ser excomulgados los fundadores de Somos Iglesia. Aunque los motivos inmediatos parecen tener que ver con otras cuestiones (como la celebración de misas sin presencia de sacerdote) se trata de una corriente que entre sus reivindicaciones incluye la igualdad LGTB.

Señales contradictorias que han generado análisis como los de Maureen Dowd, de The New York Times, quien afirma que se ha pasado solo del ceño fruncido a la sonrisa y que “quizá el ceño fruncido es más honesto”, o el ya citado de The Tablet, que aprecia un cambio de mucho mayor calado. Habrá que ver qué tendencia se acaba imponiendo.

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El activista LGTB cristiano Matthew Vines propone la abstinencia antes del matrimonio… también entre dos personas del mismo sexo.

Jueves, 15 de mayo de 2014
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matthew-vines_0Matthew Vines, un joven activista gay cristiano, defiende en un libro la compatibilidad de su fe cristiana y su sexualidad. Vines, que es su momento se dio a conocer con una charla que alcanzó gran difusión en internet, se caracteriza sin embargo por defender una aplicación estrictamente paralela de la enseñanza tradicional sobre sexo a las relaciones homosexuales. Así por ejemplo ha afirmado su propósito de abstenerse de tener relaciones sexuales antes de su matrimonio con otro hombre.

Con solo 24 años de edad, Matthew Vines ha adquirido ya cierta notoriedad. Tras estudiar dos años en Harvard, en 2010 interrumpió su estancia durante un año para estudiar la Biblia y su uso en el tema LGTB. En marzo de 2012 se dio a conocer con una charla titulada The Gay Debate (que puedes leer en castellano aquí), pronunciada en una iglesia de su ciudad natal (Wichita, Kansas). En ella defendía la compatibilidad de la homosexualidad con el cristianismo. La charla tuvo una amplia difusión (a día de hoy cuenta con más de 700.000 visitas en YouTube). En 2013 Vines inició The Reformation Project, una asociación sin ánimo de lucro.

Recientemente ha publicado un libro, God and the Gay Christian (“Dios y el gay cristiano”, en el que retoma los argumentos de aquella charla y los desarrolla con mayor extensión. Su objetivo es demostrar que los argumentos bíblicos habitualmente esgrimidos en contra de las relaciones homosexuales no tienen fundamento. Pero más allá de esta crítica, Matthew quiere defender que lo dicho en la Biblia tiene un mensaje positivo para las personas LGTB cristianas. Bien entendida, sostiene él, la Biblia no da un mensaje de rechazo sino de aceptación. Con todos estos razonamientos, Matthew persigue dirigirse más allá del colectivo LGTB e interpelar a los miembros de las diferentes iglesias, especialmente las evangélicas. No en vano, buena parte de sus charlas han tenido lugar en templos evangélicos estadounidenses. “Lo que realmente quiero hacer es sencillamente abrir un diálogo”, afirma.

Igualdad LGTB… pero aceptando los demás ideales “clásicos”

410jCs1smoL._SY344_BO1,204,203,200_Lo cierto es que si no fuera por su defensa de la inclusión de gays y lesbianas, Vines encajaría sin grandes problemas en el perfil del cristiano evangélico estadounidense. Destaca por ejemplo su compromiso personal de abstenerse de relaciones sexuales antes del matrimonio, de acuerdo al ideal clásico de “llegar virgen” a este, sólo que en su caso su matrimonio sería con otro hombre. “El Nuevo Testamento dice que el propósito del matrimonio es reflejar el amor de Cristo por la Iglesia; y en este sentido es un instrumento de nuestro propio sacrificio, de nuestra donación. Tener relaciones sexuales con alguien es el mayor don corporal que le puedes dar. No puedes dar más de lo que tú mismo eres físicamente (…) La idea es que si le estás dando a alguien todo lo que tú mismo físicamente eres, entonces eso tendría que corresponderse también con un compromiso emocional y personal equivalente”, sostiene.

Un debate abierto, más allá de lo religioso

La postura de Vines, por lo demás, entra de lleno en los debates sobre las diversas formas de vivir el amor y las relaciones. Éstos se dan tanto en el mundo homosexual “secular” como entre los colectivos LGTB cristianos. En el entorno LGTB en general, se han planteado desde hace tiempo otros modos de relación diferentes al paralelo con la pareja heterosexual monógama. Se habla así de parejas abiertas, de relaciones consensuadas entre diferentes personas, de soltería elegida, de relaciones esporádicas por opción, etc., todo ello al mismo tiempo que, en la práctica o por obra, otras personas eligen los ideales de pareja exclusiva o monógama. Entre los colectivos cristianos, hay quienes plantean que cuestionar la enseñanza tradicional sobre las relaciones homosexuales supone cuestionar el conjunto de las enseñanzas sobre sexualidad. Se habla así de replantearse cuestiones como las parejas abiertas o las relaciones esporádicas. Otros, en cambio, postulan que los cristianos LGTB están llamados a encarnar el ideal tradicional de la pareja monógama estable.

El debate lleva ya años y hay importantes voces a favor de una u otra opción. Desde parte de la teología queer, personas como Elizabeth Stuart defienden replantear el modelo, mientras que otras figuras como Jeffrey John (que ha llegado a ser candidato a obispo anglicano en dos ocasiones) defienden con firmeza la vigencia del ideal de pareja estable monógama. Más allá de lo puramente religioso, el de Matthew Vines puede tomarse en cualquier caso como un ejemplo más de la diversidad del colectivo LGTB, en el seno de cual caben las más diversas propuestas acerca de cómo vivir el sexo y los afectos.

Fuente Dosmanzanas

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El Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB expresa su preocupación por las declaraciones homófobas como las del obispo de Málaga.

Lunes, 14 de abril de 2014
Comentarios desactivados en El Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB expresa su preocupación por las declaraciones homófobas como las del obispo de Málaga.

ugly-betty-gay-400Al igual que lo hizo CRISMHOM, el Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales)  ha lamentado las recientes declaraciones homófobas del obispo de Málaga, Jesús Catalá, que ante un auditorio formado por estudiantes de secundaria y bachillerato de centros religiosos comparaba el matrimonio entre personas del mismo sexo con el “matrimonio entre una recién nacida de tres días y un hombre de 70 años o de un hombre y un perro”. En ambos casos los colectivos manifiestan su preocupación por cómo los jóvenes creyentes LGTB pueden recibir este tipo de manifestaciones. 

Ni qué decir tiene que Cristianos Gays suscribe ambos comunicados y la misma preocupación por los y las adolescentes LGTBI que han sido menospreciados, injuriados y “expulsados” de la comunidad cristiana por un obispo errado…

lesbianas-1“Un pastor cristiano debería cuidar más ese respeto a los sentimientos y a la forma de amar de muchas personas, sobre todo cuando habla de mujeres y hombres que viven su fe como algo que da sentido a sus vidas”, expresa el Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB.

“Nos duele y nos entristece este mensaje de Jesús Catalá, que nos parece duro y equivocado. Como creyentes LGTB animamos a vivir el amor entre dos personas, sean de diferente o del mismo sexo. No merece la pena hacer mucho caso a este tipo de manifestaciones de algunos obispos, que dicen más de su mentalidad y sus prejuicios que de la vida y el mensaje de Jesús de Nazaret”.

El comunicado anima a la gente joven “a vivir con libertad el amor de pareja, sea cual sea su fe y su orientación sexual, con las alegrías y las dificultades de la vida cotidiana, como misterio de entrega y de felicidad que nos une a ese Misterio tremendo y fascinante que muchas personas llamamos Dios”.

Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica , , , ,

Protestantes y católicos conservadores se revuelven contra un acto religioso inclusivo celebrado en Madrid.

Lunes, 17 de marzo de 2014
Comentarios desactivados en Protestantes y católicos conservadores se revuelven contra un acto religioso inclusivo celebrado en Madrid.

IMG-20140309-WA0000Fotografías del blog del Presbiterio de Madrid y Extremadura de la IEE.

Una celebración conjunta de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) y de la Iglesia Evangélica de España (IEE) ha provocado cierto revuelo en el mundo protestante y por extensión en el catolicismo conservador. El acto consistió en una mesa redonda sobre la mujer y la religión, seguido de un oficio religioso copresidido por pastores de la ICM e IEE.

El domingo 9 de marzo se celebró en los locales de la IEE en la calle Noviciado (Madrid) una mesa redonda sobre “Mujer y religión. Espacio de liberación o de exclusión”. La mesa contó con la participación de Mujeres Cristianas Homosexuales Nueva Magdala, Católicas por el Derecho a Decidir, Redes Cristianas y el Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB. Tras el debate tuvo lugar una celebración religiosa, la Santa Cena, que copresidieron Alejandro Medel y Margarita Sánchez de León, pastora de la ICM, y Alfredo Abad, de la IEE. Estuvieron también presentes las cámaras de La Sexta.

El hecho de que un acto así fuera organizado por la IEE ha conmocionado a una parte del mundo protestante español. Protestante Digital, un medio de comunicación evangélico de tendencia conservadora, se hizo eco con una noticia de tono meramente informativo, lo que por sí solo fue motivo para que les lanzaran críticas. El eco de esta publicación ha facilitado que medios católicos conservadores se recogieran también la noticia, en esta ocasión en un tono directamente descalificador.

Iglesias inclusivas en España

IMG-20140309-WA0001El revuelo organizado tiene sus razones. La IEE es una de las iglesias protestantes más importantes y con mayor solera de España. Su apoyo a las personas LGTB no es nueva. Ya en 2009 tomaron la resolución de abrirse a un modelo “inclusivo”. No obstante, la posición de la IEE es minoritaria dentro del conjunto de las iglesias evangélicas españolas, englobadas en la FEREDE (Federación Española de Entidades Religiosas Evangélicas). La divergencia entre la IEE y la mayor parte de iglesias evangélicas estriba en que la primera pertenece a las iglesias protestantes tradicionales, arraigadas directamente en la Reforma del siglo XVI, mientras que las iglesias evangélicas proceden en gran parte de la llamada “reforma radical” y de movimientos surgidos en los siglos XIX y XX que se caracterizan por una afirmación del literalismo bíblico.

En cuanto a la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), es una iglesia fundada en 1968 por el reverendo Troy Perry (antiguo pastor baptista, expulsado por homosexual). Desde el principio se ha definido como una iglesia inclusiva y abierta a todas las personas con independencia de raza, sexo u orientación sexual. Desde sus orígenes se ha ido extendiendo y desde hace dos años están presentes en España, bajo la dirección actual de Alejandro Medel. Actualmente se reúnen habitualmente en los locales de la IEE en la calle Noviciado, lo que da fe de que el apoyo de esta tradicional iglesia protestante está lejos de ser accidental.

Os dejamos con la grabación de la discusión que tuvo lugar el pasado domingo:

Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica, Iglesia de la Comunidad Metropolitana, Iglesia Inclusiva, Iglesia Metodista, Iglesias Evangélicas , , , , , , , , , , ,

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