El Ministerio de Salud de Israel advierte sobre los peligros de las terapias para ‘curar la homosexualidad’
En países como Alemania o Argentina la terapia reparativas están prohibida, mientras que en otros, como Perú, Chile o Ecuador se sigue aplicando. En España, grupos religiosos protestantes y católicos intentan vender cursos para “curar la homosexualidad”. Sea por convicciones religiosas o por intereses económicos, lo cierto es que las terapias de reorientación sexual, en el mejor de los casos, no consigue más que una aparente efectividad basada en un deseo de aceptación social o de paz espiritual a través del cumplimiento de un precepto religioso, revelándose perjudicial en tanto contribuye a la conformación de sentimientos de culpa y ansiedad, afectando la autoestima, favoreciendo estados depresivos y ansiosos, cuando no contribuyendo a comportamientos suicidas. De hecho, en el mes de agosto, nueve ‘ex gays’ famosos se unían para vetar estos tratamientos de sanación reconociendo públicamente que son un fraude. A esta advertencia se une ahora el Ministerio de Salud de Israel alertando que los intentos de “curar” a la gente de sus atracciones hacia el mismo sexo no se basan en la ciencia real y pueden ser potencialmente dañinos.
Así el Ministerio de Salud de Israel ha adoptado formalmente las recomendaciones del Consejo de Psicólogos y de la Asociación Psicológica israelí (Council of Psychologists and the Israeli Psychological Association): ‘Los terapeutas que utilizan este método crean una falsa impresión de reconocimiento científico, aunque en la práctica no hay evidencia de la investigación del éxito de cualquier método para la posible conversión e incluso existen evidencias de posibles daños’ , se aseguran desde fuentes ministeriales en un declaración pública sobre este tema realizadas este pasado domingo.
Los profesionales de la psicología israelí han elaborado un documento oficial en el que recomiendan a los terapeutas evitar aconsejar a los pacientes que tengan prejuicios morales sobre la orientación sexual. “Las terapias de conversión son susceptibles de perder el punto de vista de tratamiento psicológico, según lo solicitado por las normas éticas de la profesión”, se posiciona el documento.
Además, desde el colegio profesional de psicólogos se invalida a aquellas personas que trabajan en estas prácticas: ‘La impresión es que la mayoría de los practicantes de la terapia de conversión no son miembros de las profesiones de salud mental reconocidos: psicólogos, trabajadores sociales o psiquiatras. No están certificados profesionalmente y pueden no tener una titulación oficial’, se asegura en el documento.
En ausencia de una ley común a todos los países sobre la psicoterapia, el tratamiento es un campo muy complejo y sensible pero los profesionales de la salud mental en Israel lo tienen claro: ‘Los terapeutas no certificados no son ni ética, ni profesionalmente aceptables y el público debe ser advertido“, concluye el documento.
Este informe fue elaborado por prestigiosos profesionales de la psicología en Israel en noviembre de 2011, pero no fue ratificado formalmente por la Ministra de Salud, Yael German, hasta esta semana quien lo deja claro: ‘Esto es una prueba más de que la orientación sexual natural no es algo que se puede o se deba cambiar. La orientación sexual es parte de la identidad de una persona, y no necesita tratamiento o conversión’.
Es lo que venimos defendiendo en RAGAP, en términos de salud mental, no debería tratarse de reorientar o de imponer determinado modelo de sexualidad, sino de promover la aceptación coherente y responsable de la propia sexualidad, libre de prejuicios y culpas, como forma de acceder a una vida más plena.
Fuente Ragap
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