“Si te suicidas, nadie te echará de menos” El vídeo viral del bullying contra la joven transgénero Corey Maison
Hace un mes os contábamos la campaña iniciada en Estados Unidos para intentar frenar la promulgación de leyes antiLGBT como la referente a los baños. En ella, aparecía el rostro angelical de Corey Maison, una chica transgénero de 14 años a la que, de seguir adelante con la ley, tendría que ir a los baños de caballeros. Pues bien, Corey Maison ha ido más allá, atreviéndose a colaborar con The Bully project contando su terrible historia del bullying que sufrió en su infancia y adolescencia, hasta el punto de tener que dejar el colegio y estudiar en casa. El vídeo se ha hecho viral.
Mediante una serie de notas, Corey nos cuenta su sobrecogedora historia desde un baño de chicas. Ahora parece feliz, pero a pesar de su corta vida, ha pasado por un infierno y gracias a este vídeo, intenta evitar que otros lo hagan, ya sea como víctima o formando parte del grupo de acosadores.
Cuando era pequeña me encantaba jugar con muñecas y ponerme vestidos. Me encantaba pintarme las uñas y llevar los tacones de mamá. Pero sólo en casa, nunca fuera. Nunca tuve demasiados amigos, no encajaba con las chicas y los chicos se reían de mi. En 5º, me hacían tanto bullying que cada día llegaba a casa llorando. Mentían sobre mí para meterme en problemas. Uno de los chicos me dijo que debería suicidarme porque nunca le gustaría a nadie. Nadie me echaría de menos si estuviera muerta. Eran tan crueles que quería morir.
Así empieza su historia. Afortunadamente, contó con la inestimable ayuda de sus padres, que al ser conscientes de la situación la sacaron del colegio y la educaron en casa, para que pudiera ser ella misma, sin miedo a los insultos. Empezó a vestirse como una chica y se fue atreviendo a salir a la calle, a pesar de algunas miradas. Su madre le enseñó un vídeo de otro caso similar a ella -el de Jazz Jennings – y la llevó a un terapeuta que le orientó y le instó a iniciar su transición antes de empezar con la pubertad.
Por fin, Corey puede vivir su vida como la chica que siempre sintió que era, e incluso sus padres encontraron un colegio tolerante, que la aceptó y entendió, donde Corey pudo ser ella misma, jugar en el equipo femenino de fútbol e ir al baño de chicas. Una triste historia de la que aprender, tanto adultos como niños en los colegios, para reducir de forma drástica el acoso escolar.
Fuente| PinkNews, vía AmbienteG
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