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Los obispos católicos de Sri Lanka han permanecido en silencio mientras la nación debate si se debe despenalizar la homosexualidad,

Miércoles, 11 de octubre de 2023
Comentarios desactivados en Los obispos católicos de Sri Lanka han permanecido en silencio mientras la nación debate si se debe despenalizar la homosexualidad,

IMG_1968Se ha propuesto legislación para derogar la ley de la era colonial que prohibía las relaciones entre personas del mismo género, algo que las Naciones Unidas y otros grupos de derechos humanos han alentado. Estos grupos también critican las leyes de Sri Lanka relativas a las identidades transgénero, un tema que un sacerdote anónimo de la Arquidiócesis de Colombo dijo que era difícil de discutir debido al estigma social más amplio, pero los católicos están luchando por el amor a los miembros de la familia trans. Los líderes de la iglesia también han guardado silencio sobre este tema.

Por Quinto Colombage

Publicado: 05 de septiembre de 2023 09:27 a. m. GMT

La presión de Sri Lanka para despenalizar la homosexualidad desestabilizará a la sociedad y a las familias, dicen los críticos, mientras que la jerarquía católica en la nación insular mantiene un silencio estoico sobre el tema.

El 1 de agosto se entregó al presidente Ranil Wickremesinghe, quien afirmó  que su gobierno no se opondrá a la despenalización de la homosexualidad, un proyecto de ley que busca reemplazar la ley de la era colonial. el 24, tres meses después de que el parlamentario Premnath C. Dolawatte lo presentara como un proyecto de ley privado.

La prisa de Sri Lanka por despenalizar la homosexualidad sigue instrucciones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y lo establecido en la Convención de la ONU sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, dice F. E. Dias de Cultura Vitae (Cultura de la Vida), un grupo de derechos humanos.

“De hecho, ¿qué nación en su sano juicio sancionaría una “indecencia grave”? ¿Qué Estado soberano toleraría un comportamiento carnal antinatural?”, dijo Dias en un comunicado de prensa oponiéndose a la enmienda.

La ley vigente establece que cualquier persona que tenga relaciones sexuales con cualquier hombre, mujer o animal “contrariamente al orden de la naturaleza” puede ser castigada con diez años de prisión y una multa. La enmienda propone eliminar “hombres y mujeres” de la cláusula, para permitir el sexo entre gays y lesbianas.

La enmienda fue propuesta en abril, dos meses antes de que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU discutiera el informe del Examen Periódico Universal de Sri Lanka el 10 de julio.

Sri Lanka, que comenzó a experimentar una crisis económica en 2019, se convirtió en una nación en quiebra en 2022. La crisis continúa y el país ahora depende de los préstamos internacionales para salir adelante.

“Existe una tremenda presión sobre el gobierno por parte de las agencias de la ONU, las organizaciones internacionales de crédito y los gobiernos occidentales para que cumpla“, dijo Dias.

Los gobiernos de todo el mundo están promoviendo las uniones entre personas del mismo sexo bajo la bandera de la igualdad. En 2022, una decisión del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer reconoció que las leyes existentes violaban los derechos de la comunidad transgénero en Sri Lanka.

“La igualdad permite la entrada de la homosexualidad en los programas escolares, las estaciones de radio y televisión. Bajo la igualdad de género, las personas LGBT obtendrán cuotas en el liderazgo institucional para impulsar la transfiguración de la cultura”, dijo Dias en un comunicado el 1 de agosto. 30.

“La familia natural, fundada en el verdadero matrimonio, está siendo comprometida. El bienestar y la cordura de los niños están amenazados”, advirtió. “No nos engañemos. El propósito de este proyecto de ley no es ayudar a las parejas del mismo sexo”, afirmó. “Estos temas no se discuten públicamente en la sociedad de Sri Lanka”

Sin embargo, la jerarquía católica del país aún no se ha pronunciado sobre la enmienda.

Un sacerdote de alto rango de la arquidiócesis de Colombo dijo que la Iglesia no discute seriamente la ley transgénero. “Es difícil discutir estos temas” con los católicos porque “estos temas no se discuten públicamente en la sociedad de Sri Lanka y estamos muy enamorados de las familias”.

El sacerdote, que no quiso ser identificado, dijo que las cuestiones transgénero nunca han sido discutidas dentro de la Iglesia de Sri Lanka.

Aruni Madhubashini, maestra de escuela dominical, dijo que la nueva ley afectaría a religiones establecidas como el budismo, el cristianismo, el hinduismo y el islam, ya que enseñan abiertamente contra la homosexualidad.

Grupos de derechos humanos, incluido Human Rights Watch, han estado haciendo campaña a favor de una enmienda que diga que la arcaica ley se está utilizando para criminalizar las relaciones entre personas del mismo sexo que se consienten entre adultos.

La vecina India, también excolonia británica, despenalizó las relaciones entre personas del mismo sexo en 2018. En noviembre pasado, Singapur repitió su ley de sodomía de la era colonial.

Según Pink News, 67 países todavía criminalizan la actividad sexual privada, consensual y entre personas del mismo sexo; casi dos tercios de ellos tuvieron alguna forma de control británico en algún momento, dijo.

Fuente UCA News

Cristianismo (Iglesias), General, Hinduísmo, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica, Islam , , , , , , , , , , , , ,

Michelle Bachelet: “En Nicaragua, hasta los sacerdotes católicos son víctimas de persecución”

Jueves, 23 de junio de 2022
Comentarios desactivados en Michelle Bachelet: “En Nicaragua, hasta los sacerdotes católicos son víctimas de persecución”

0FBE6184-1ABD-453D-8E42-0E99C853433ALa alta comisionada de la ONU denuncia el nivel de represión del Gobierno de Ortega

Michelle Bachelet, dijo hoy que el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua está acentuando todavía más la represión de la sociedad civil y que “desde mayo, la policía ha reanudado el acoso contra sacerdotes católicos, siguiéndolos e intimidándolos persistentemente”

Denunció que las detenciones arbitrarias continúan, así como el encarcelamiento de personas percibidas como opositoras y el cese forzado de la actividad de oenegés, según informes recogidos por su oficina

Todo esto está provocando un nivel sin precedentes de salidas del país: “En los últimos ocho meses, la cantidad de refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en Costa Rica se ha duplicado, alcanzando los 150.000“, precisó y pidió la libertad de los presos políticos

La fiscal general de Nicaragua, Wendy Morales, respondió Bachelet exponía hechos “alejados de nuestra realidad” y que el informe forma parte de una “campaña liderada por Estados Unidos”

La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, dijo hoy que el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua está acentuando todavía más la represión de la sociedad civil, que empezó con fuerza en 2018, y que últimamente hasta los sacerdotes católicos son víctimas de persecución.

 “Desde mayo, la policía ha reanudado el acoso contra sacerdotes católicos, siguiéndolos e intimidándolos persistentemente”, sostuvo la alta comisionada en la presentación ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU del informe de su oficina sobre la situación en Nicaragua.

La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas que dirige Bachelet ha recogido en los últimos meses nuevas informaciones que indica que las detenciones arbitrarias continúan, así como el encarcelamiento de personas percibidas como opositoras y el cese forzado de la actividad de oenegés.

Todo esto está provocando un nivel sin precedentes de salidas del país, incluso mayores a las que se registraban en la década de 1980 durante la Revolución Sandinista.

“En los últimos ocho meses, la cantidad de refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en Costa Rica se ha duplicado, alcanzando los 150.000, precisó, tras señalar que también se ha disparado el número de los que son interceptados en las fronteras de Estados Unidos.

Sobre los prisioneros políticos, indicó que hay 173 detenidos en relación con las protestas cívicas de 2018 y medio centenar en el contexto de las elecciones del año pasado, quienes “afrontan condiciones de detención contrarias a las reglas mínimas de Naciones Unidas”.

https://twitter.com/reporteni/status/1537450028280623104?s=21&t=RhLIpkCSf_Fx3becrWXBtw

Para todos ellos Bachelet pidió la libertad, tras denunciar que entre otros abusos que sufren está la restricción de visitas de familiares, a los que solo se permitió ir a verlos cuatro veces este año, aunque esto excluía a los hijos menores de edad.

Por otra parte, el informe indica que la Asamblea Nacional (controlada por el gobierno) ha cancelado la personalidad jurídica de 388 organizaciones este año, lo que arroja un total de 454 desde noviembre de 2018, a lo que se suman medidas similares contra doce universidades, que han quedado bajo control estatal.

Tras estas denuncias, Bachelet instó al Gobierno de Nicaragua cesar “las políticas que actualmente solo sirven para aislar al país y su gente de la comunidad regional e internacional“.

Consideró que otorgar acceso al país al personal de su organismo sería visto como un gesto muy positivo.

La fiscal general de Nicaragua, Wendy Morales, respondió a la presentación de Bachelet diciendo que ésta exponía hechos “alejados de nuestra realidad y que se trataba de “una agresión unilateral contra nuestro pueblo y su gobierno legítimamente constituido”, a pesar de las denuncias de la ONU y organismos internacionales sobre la falta de transparencia de las elecciones.

Agregó que el informe de Bachelet forma parte de una “campaña liderada por Estados Unidos” con el fin de “inmiscuirse en los asuntos internos de los países”.

https://twitter.com/un_hrc/status/1537454315266363392?s=21&t=i5POPgGTRGRcacIzeuHqPw

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Obispos centroamericanos se solidarizan con la Iglesia en Nicaragua  

El Sedac pide a las autoridades nicaragüenses diálogo y derecho a la seguridad y libertad 

Los obispos de la región centroamericana exhortan a las autoridades a buscar y encontrar caminos de diálogo que posibiliten la convivencia armónica entre los ciudadanos y las instituciones de Nicaragua

Solidaridad con todos los miembros de la Iglesia en el país, en particular con quienes están sufriendo la vulneración de su derecho a la seguridad y libertad plena

Referencia particular a Mon. Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí y al Pbro. Harving Padilla, párroco de la Parroquia San Juan Bautista de la Ciudad de Masay

(Vatican News).- Escuchamos el clamor del pueblo nicaragüense y nos apena la situación social, económica y política que atraviesa provocándole dolor y sufrimiento: así lo expresan los obispos de la región centroamericana unidos colegiadamente en el Secretariado Episcopal de América Central, en un comunicado publicado en la Solemnidad del Corpus Christi.

Derecho a la seguridad y libertad plena

Los prelados, que expresan su solidaridad con la Iglesia que peregrina en Nicaragua, hacen referencia en particular a Mons. Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí y al Pbro. Harving Padilla, párroco de la Parroquia San Juan Bautista de la Ciudad de Masaya, quienes sufren la vulneración de su derecho a la seguridad y libertad plena.

Buscar caminos de diálogo

A Dios piden la comprensión, la tolerancia, el diálogo, la unidad y la paz, y exhortan a las autoridades civiles y militares “a buscar y encontrar caminos de diálogo que posibiliten la convivencia armónica entre los ciudadanos y las instituciones que conforman el entramado de dicha sociedad, entre ellas la Iglesia que a lo largo de cinco siglos ha velado con amor por dicho pueblo”. 

En la solemnidad del Corpus Christi, conociendo la fe, amor y devoción de nuestros pueblos, y, siendo el nicaragüense uno de ellos, – concluyen – pedimos a Nuestro Señor Jesús, que por su Cuerpo y Sangre se logre la unidad nacional tan anhelada y necesaria en Nicaragua.

Fuente Religión Digital

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Malasia presiona para que la ley Sharia sea más dura con los musulmanes LGBT + mientras compite por un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Miércoles, 14 de abril de 2021
Comentarios desactivados en Malasia presiona para que la ley Sharia sea más dura con los musulmanes LGBT + mientras compite por un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

 malaysia-protest-trans-lgbt-governmentLos manifestantes se reúnen frente a una mezquita en Malasia en 2011 para instar al gobierno a reconocer a la comunidad LGBT + (Mohd Rasfan / AFP / Getty)

Malasia está presionando para que la ley Sharia sea más dura contra los musulmanes LGBT +, incluso cuando hace una oferta para un lugar en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

El martes (6 de abril), el gobierno de Malasia anunció planes para avanzar con una enmienda a la Ley de Tribunales de la Sharia que permitiría imponer castigos más severos a la comunidad LGBT +.

Las estrictas leyes islámicas del país ya penalizan cualquier forma de sexo anal u oral con hasta 20 años de prisión y azotes obligatorios, pero los ministros quieren impulsarlo aún más.

El ministro de asuntos religiosos, Datuk Zulkifli Mohamad, ha respaldado enérgicamente la enmienda, inicialmente presentada por su adjunto, que aumentaría drásticamente los límites máximos de sentencia que los tribunales de la sharia pueden imponer contra los delitos de la sharia.

Las personas LGBT + están “violando las normas” del comportamiento humano, declaró el ministro mientras defendía la propuesta. “No podemos aceptar tales prácticas. Solo necesitamos manejar el problema con sabiduría, invitándolos y educándolos para que regresen al camino correcto ”, informó Free Malaysia Today.

La insistencia del gobierno en leyes draconianas anti-LGBT + fue criticada por el Joint Action Group for Gender Equality (JAG) -Grupo de Acción Conjunta para la Igualdad de Género (JAG)-, una coalición de 14 organizaciones de derechos de las mujeres en Malasia.

En declaraciones a Malay Mail,  el grupo recordó al gobierno de Malasia su intención de unirse al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un organismo que se opone a todo lo que representa la enmienda de la ley Sharia. “Es irónico que estas medidas discriminatorias propuestas, una clara violación de los derechos humanos, coincidan con la candidatura del ministro de Relaciones Exteriores, Datuk Seri Hishamuddin Hussein, de integrar Malasia en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”, dijeron. “La decisión del gobierno de seguir adelante con una sentencia más severa contra las personas musulmanas LGBT + estaría en contradicción con la Declaración de Derechos Humanos de la ONU. Como tal, JAG solicita al gabinete de ministros que evite que la propuesta se presente en la próxima sesión parlamentaria y que se abstenga de perseguir a la comunidad LGBT +“.

JAG dijo que también le preocupa que el ministro de asuntos religiosos, Zulkifli, haya respaldado abiertamente los programas de terapia de conversión administrados por el gobierno al enmascararlos como un enfoque más suave. “Aquellos que se dirigen principalmente a mujeres transgénero, lesbianas y gays hacen cumplir la violencia prolongada y sancionada por el estado contra las mujeres”, agregaron, y señalaron que esto contradice las protecciones contra la discriminación de la constitución de Malasia.

La poderosa declaración está firmada conjuntamente por 10 organizaciones, incluidas Women’s Aid Organisation, All Women’s Action Society (Awam), Sisters in Islam (SIS), and Justice for Sisters.

La Ley 355 limita las sentencias que pueden imponer los tribunales de la sharia. La sentencia actual bajo la ley incluye tres años de prisión, una multa de RM5,000 (£ 905) y seis golpes con un bastón.

Sin embargo, el viceministro de Asuntos Religiosos, Ahmad Marzuk Shaary, Marzuk dijo que este castigo “no estaba teniendo mucho efecto en el grupo de personas”. Dijo que “Todas las agencias religiosas estatales y los encargados de hacer cumplir la ley han recibido instrucciones de tomar medidas contra aquellas [personas LGBT +] que no se comporten en consecuencia”.

Neela Ghoshal, directora asociada de derechos LGBT + de HRW, dijo que los estatutos estatales y federales de Malasia que criminalizan a las personas LGBT + están “ya fuera de los límites” con respecto al derecho internacional. Agregó que el gobierno del país “parece hundirse aún más en su desprecio por los derechos humanos. En lugar de aumentar las sanciones por acciones que no perjudican a nadie, el gobierno debería derogar esas sanciones”, dijo Ghoshal.

Los 13 estados y el territorio federal de Malasia penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y la no conformidad de género. El código penal federal también castiga cualquier forma de sexo anal u oral con hasta 20 años de prisión y azotes obligatorios.

Marzuk también propuso que ser trans y producir o compartir contenido de redes sociales considerado “obsceno e indecente” podría ser un delito específico bajo la Ley 355. Esto incluiría producir o compartir imágenes de expresión de género no conforme.

La activista transgénero Nisha Ayub dijo: “En Malasia, las personas transgénero viven con el temor de ser atacadas y procesadas simplemente por ser quienes somos. ¿No somos parte de la sociedad? ¿No se supone que estamos protegidos por las leyes como los demás?

Activistas de derechos humanos de Malasia dijeron que los tribunales nunca habían impuesto penas con azotes, que son una forma de tortura según el derecho internacional, por conducta entre personas del mismo sexo antes de 2018. Pero en septiembre de 2018, el estado de Terengganu impuso una condena con azotes contra dos mujeres acusadas de intento relaciones entre personas del mismo sexo. En noviembre de ese año, el tribunal de la Sharia de Selangor condenó a cinco hombres a multas, encarcelamiento y azotes, mientras que otros que se declararon no culpables están a la espera de juicio.

En julio de 2020, el ministro de asuntos religiosos, Zulkifli Mohamad, publicó una publicación en Facebook que otorgaba “licencia completa” a los agentes federales para arrestar a personas transgénero y “asesorarlas” o “educarlas” para que “vuelvan al camino correcto”.

Escalada de LGTBfobia pese al cambio político en Malasia

whipping_bernama_020317_03En entradas anteriores hemos venido hablando de la escalada de LGTBfobia de Estado en Malasia. Dos mujeres malasias, de 22 y 32 años, respectivamente, recibían a principios de este mes de septiembre seis latigazos por orden de un tribunal, tras ser descubiertas por agentes islámicos en el estado conservador de Terengganu «intentando participar en actos sexuales en un automóvil». El Gobierno, por otra parte, no solo dejaba claro su apoyo a la redada que días antes tenía lugar en un bar de ambiente gay de Kuala Lumpur sino que, en boca del ministro del Territorio Federal, Khalid Samad, expresaba que «esperamos que esta iniciativa pueda mitigar que la cultura LGTB se extienda a nuestra sociedad».

Ya con anterioridad, el nuevo Ejecutivo de Malasia había defraudado las expectativas despertadas cuando insinuó que el colectivo LGTB no debe visibilizarse porque incomoda «a la mayoría» del país. Lo hacía a cuenta de la censura de los retratos de los activistas Pang Khee Teik y Nisha Ayub en una exposición de George Town (ciudad del Estado de Penang) por orden administrativa. Y en 209, el ministro de turismo Datuk Mohamaddin bin Ketapi  afirmaba en un evento en Alemania, que “No hay gays en Malasia”.

Un entorno difícil para las personas LGTB

Malasia, una de las economías emergentes del sudeste asiático, es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes. Las relaciones homosexuales, en cualquier caso, son ilegales y se castigan con penas de hasta 20 años de cárcel. De hecho, en 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el entonces primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.

La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. En febrero del año pasado, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia se sugería a los homosexuales que «aprender» a ser hetero es como iniciarse en la equitación. En febrero de este año nos hacíamos eco de un artículo que ejemplificaba la estigmatización de la comunidad LGTB también desde los medios de comunicación. En abril, nos enterábamos de que la Universidad de Ciencias de Malasia (USM) celebró un concurso de carteles para “convertir”alumnos gays en heterosexuales. Y en mayo que el gobierno de Malasia ha comenzado a bloquear páginas LGTB+, incluido el portal Utopia-Asia que es la principal fuente de información para viajeros gais en la región.

Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia, de la que ya hemos hablado, y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual.

240_f_91794336_7p8lv2bh0kbuky7jtsfknzjnmrl2bndyEspecialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario. En junio del año pasado conocíamos la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco días en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión había consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia. Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como este debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos temíamos que no iba a ser así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que habían reaccionado con horror ni siquiera precisaron que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica. Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de  T. Nhaveen. Está claro, sin embargo, que ni siquiera un hecho tan terrible como este ha servido de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia, como ya entonces pronosticábamos. Y para corroborarlo, en julio radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelaban contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT

Fuente Pink News/Cristianos Gays

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Refugiados por su orientación sexual: los gays marroquíes del CETI de Ceuta

Viernes, 22 de diciembre de 2017
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15078322808990Nueve de los 10 migrantes que han solicitado asilo en España alegando discriminación.

Un artículo de hace unos meses que refleja la cruda realidad de los doblemente perseguidos, por ser refugiados y por su orientación sexual… Una realidad durísima en Marruecos, entre los propios inmigrantes yen el país de acogida…

Huyeron de Marruecos porque allí ser gay es delito y denuncian que no se les permite entrar en la Península pese a tener concedido el asilo

Por Lucas de Cal en El Mundo

Después de cenar, mientras el fotógrafo prueba el flash en el aparcamiento de la playa del Trampolín en Ceuta, frente a una pequeña mezquita, un grupo de chavales marroquíes baja sonriendo y abrazados por la cuesta que sube hasta el CETI. Quedan 50 minutos para que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes cierre sus puertas a las 23:00 horas y que ya nadie pueda ni entrar ni salir. Llegan ocho chicos y una chica. Lo primero que hacen es dar las gracias por permitirles contar su historia en nuestra bocina de papel.

El primero en alzar la voz es el joven que lleva pantalones cortos rosas. Se llama Reda, nació hace 22 años en Tetuán, estudiaba Económicas y es el que mejor habla español del grupo. Llegó hace dos meses a Ceuta huyendo de su familia y de la Policía. “Estaba en un pub de Ceuta con mi novio, que es de Extremadura. Unos primos que viven aquí me vieron y se chivaron a mi familia. Al volver a mi casa en Marruecos, mis padres me dijeron que me iban a denunciar por ser gay y que llamarían a la Policía. Yo lo llevaba en secreto y no me quedó otra que escaparme a España y pedir asilo”, cuenta.

A su lado está Yassin, repeinado y con bigote. Tiene 28 años, es de Tánger y cruzó la frontera esta semana. “Hace 10 años, cuando mi familia se enteró de que era gay, me echaron de casa. He estado todo este tiempo viviendo con amigos, pero no podía aguantar más”, cuenta. “Lo que más recuerdo son las veces que me agredían por la calle y, cuando lo denunciaba a la Policía, me detenían a mí por ser gay. He dormido varias veces en el calabozo. Los agentes me explicaban que era muy femenino para ser un hombre y que eso era delito”.

El código penal marroquí criminaliza los “actos contra natura con un individuo del mismo sexo” y las penas pueden ser de hasta de seis años de prisión. “Allí somos unos apestados, una humillación para nuestras familias”, grita en inglés la única chica del grupo. Es de la ciudad de Castillejos y llegó hace ocho meses. Sus padres la echaron de casa cuando se enteraron de que era lesbiana y que tenía novia. Y su hermana la denunció a la Policía. “Estaba estudiando en la universidad y dejé la carrera de Negocios y Comunicación para venir aquí. Ahora me gustaría seguir formándome”, dice.

Son tres testimonios de una situación que se repite. Se autodenominan “refugiados por su orientación sexual”. Son los marroquíes gays y lesbianas que huyen de su país por la represión y violencia que sufren. Tanto en la calle como en sus hogares. Su intención es ir a la Península, pero la primera parada que hacen tras pedir el asilo en España está en los CETI de Ceuta y de Melilla. Allí pasan meses, incluso años, hasta que les dan el permiso para cruzar. “Algunos tenemos la tarjeta roja (que permite residir en España), y podríamos movernos libremente pero en el puerto no nos dejan subir a los ferris que van a Algeciras” denuncian.

Quieren salir cuanto antes del CETI, donde comparten espacio con el resto de inmigrantes que han llegado a Ceuta, tanto por la frontera, como por pateras o saltando la valla. De los cerca de 600 internos del centro, la gran mayoría son subsaharianos y argelinos. “Los trabajadores se portan muy bien con nosotros y nos cuidan, el problema lo tenemos con el resto de inmigrantes. Muchos nos agreden, incluso sexualmente. Nos molestan en el comedor, en el patio, tienen una mente muy diferente”, aseguran varios de los chicos.

“Me pasó un día con un subsahariano. Se dio cuenta que soy gay y me intentó meter mano. Llamé a la seguridad del centro pero, al día siguiente, me pegó”, cuenta Reda. La chica asiente con la cabeza explicando que también se burlan de ella. “Aquí, en Ceuta, también sufrimos violencia e insultos“. Este año, la ONG Human Rights Watch emitió un informe denunciando que los migrantes LGTBI que llegan a Ceuta padecen “hostigamiento y abusos indiscriminados, tanto en el centro de inmigración como en las calles”.

Mohamed (24 años, de Casablanca) dice que lleva cinco meses sin ver a su novio, que vive en Marruecos y no se pudo escapar con él. “Nos gustaría ir a Madrid y ser felices sin que nadie nos pueda decir nada. No pedimos tanto”. Chain es el veterano del grupo y es de los pocos que no le importa dar la cara. Tiene 39 años y llegó hace un año y medio de Tetuán. La semana pasada pidieron asilo en Ceuta otros cuatro chicos. Ayoub (25) cuenta que le han intentado matar en Marruecos. Thami (33) busca libertad y Hamza y Omar, de 19 años, disfrutar de su sexualidad sin tener que ocultarse.

La mañana siguiente, en la puerta del CETI, también aparece Khanina, una chica lesbiana que lleva 28 días en Ceuta. Ella viene de Argelia y completa el grupo de las 10 personas del centro que han pedido asilo alegando discriminación por su orientación sexual. “En Argelia también somos perseguidos. Estaba en la universidad con mi novia, unos chicos me hicieron una foto y se la mandaron a mi hermano. Entonces mi familia se enteró y me fui”, cuenta.

Hace unas semanas, el ministro de Justicia y Libertades marroquí, Mustafa Ramid, estuvo en Ginebra Compareciendo ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Se negó a despenalizar la homosexualidad en Marruecos, pese la petición del Consejo.

Constante persecución de las personas LGTB en Marruecos

Actitudes como las del ministro Ramid son muy preocupantes, especialmente cuando de un tiempo a esta parte asistimos a un recrudecimiento de la persecución contra las personas LGTB por las autoridades de Marruecos, desmintiendo el tópico preexistente de que las leyes represoras no se aplican en la práctica (el artículo 489 del Código Penal marroquí castiga los “actos licenciosos o contra natura con un individuo del mismo sexo” con penas de hasta 3 años de prisión, además de una sanción económica. Y el artículo 483 establece penas de hasta dos años de prisión por “obscenidad pública”).

Lo cierto es que cada vez llegan más noticias de detenciones y condenas por violar la ley. En marzo de este mismo año, dos varones fueron condenados a seis meses de prisión por mantener relaciones homosexuales. La detención se produjo tras difundirse a través de las redes sociales un vídeo de ambos. Durante el juicio, uno de los acusados declaró que había sido maltratado verbal y físicamente por los agentes de Policía durante su estancia en comisaría. En noviembre de 2016, un varón homosexual español de 73 años y su pareja sexual, de 23, fueron detenidos, tras ser delatados por una camarera del hotel de Marrakech en el que se alojaban. El ciudadano español fue posteriormente puesto en libertad, pero no tuvimos noticias de qué acciones se tomaron con el detenido de nacionalidad marroquí. Un mes antes, dos adolescentes eran detenidas tras haber sido sorprendidas por un familiar mientras se besaban en su propio domicilio. Finalmente, el tribunal desestimó los cargos por falta de evidencias, aunque ambas permanecieron detenidas, y una de ellas incomunicada, durante varios días.

También en 2016, en el mes de junio, fueron juzgados dos jóvenes por mantener relaciones sexuales en el interior de un vehículo y fueron condenados a 6 meses de prisión, en un “juicio” exprés y sin una defensa digna (ningún abogado quiso representarles). En el mes de abril, dos jóvenes fueron sorprendidos en la cama por un grupo de hombres que habían irrumpido en su vivienda, fueron brutalmente agredidos, y, con el rostro ensangrentado y desnudos, llevados a la calle para su humillación pública. La Policía, en vez de perseguir a los agresores, detuvo a las víctimas, que fueron juzgadas y condenadas a penas de hasta 4 meses de prisión por practicar la homosexualidad.

En febrero de 2016 nos hacíamos eco de la condena a 18 meses de prisión a dos jóvenes por cometer “actos con un individuo del mismo sexo” por un tribunal de Tiznit, al sur de Marruecos. Y poco antes, en enero, dábamos cuenta de la detención de dos jóvenes marroquíes por haber difundido un vídeo en el que se besaban en un lugar público.

También en el pasado año 2015 tuvimos conocimiento de varias condenas en Marruecos, en aplicación de ese artículo. En el mes de junio se produjo la detención de Lahcen y Mohsine, otros dos hombres que se besaron, fotografiaron y dieron muestras de afecto ante la Torre Hasán, uno de los entornos históricos marroquíes más prominentes. A pesar de conseguir más de 71.000 firmas de personas todo el mundo pidiendo su liberación, ambos fueron condenados finalmente a cuatro meses de cárcel y una sanción económica. Ese mismo mes, se denunció la detención de 20 hombres homosexuales en Agadir, acusados de “difundir la corrupción”. Según el colectivo Aswat, no serían las únicas detenciones por ese motivo llevadas a cabo en ese año, que formarían parte de una campaña de arrestos dirigida por el Gobierno marroquí contra la población homosexual masculina para reafirmar su posición en el debate público sobre la despenalización de la homosexualidad. Un mes antes, tres hombres más fueron condenados a la pena máxima, tres años de cárcel. Tras recibir una denuncia, la Policía capturó a dos de los hombres mientras mantenían relaciones sexuales en el centro de trabajo de uno de ellos. Al ser interrogados, informaron de que se habían conocido a través de un tercero, que finalmente también fue detenido y condenado.

También en años anteriores,nos hemos hecho eco de diversas detenciones a personas homosexuales. En mayo de 2013 se produjo la condena a cuatro meses de cárcel a dos jóvenes detenidos en “delito flagrante” cuando se encontraban en el interior del coche de uno de ellos. En mayo de 2014 seis hombres fueron condenados a penas que oscilaban entre uno y tres años por cometer “actos contra natura”. En octubre de ese mismo año informábamos de que un británico de 69 años era condenado a cuatro meses de prisión por homosexualidad (aunque, finalmente, fue puesto en libertad).

Un compendio de noticias que son solo una muestra de la realidad a la que se enfrentan las personas LGTB en Marruecos. Y es que, como dijera el joven marroquí Hamza (en el vídeo de la campaña que el colectivo Aswat lanzó para concienciar de la homofobia social marroquí) “ser homosexual en Marruecos es algo muy difícil, porque tienes que lidiar a diario con los estereotipos sociales preconcebidos, que no aceptan diferencias, especialmente el ser gay”.

Y hemos incluido solo las referidas a persecución por parte del estado porque, por poner un sólo ejemplo, el pasado agosto vimos espantados cómo un joven gay, muy conocido en redes sociales de Marruecos, era agredido después de que un director de cine incitase a “violarlo”

No podemos olvidar cómo el pasado 25 de marzo, un vídeo grabado con un teléfono móvil comenzó a circular como la pólvora por la red: en él se veía cómo un grupo de personas asaltan un domicilio particular, sacan a dos hombres de la cama, los golpean e insultan y finalmente los sacan a la calle desnudos y ensangrentados para mayor escarnio. La pareja era detenida en Beni Melal, después de haber sufrido la cruel agresión . Mientras que uno conseguía huir, el otro era condenado a 2 meses de cárcel y pagar una multa de 500 dirhams, aunque sería finalmente puesto en libertad, después de admitir su condición sexual y de que su abogado solicitara la anulación de la Ley 489.  Este episodio puso a Marruecos en el foco de organizaciones internacionales, desde Human Rights Watch (HRW) a la feminista Femen, que envió a Beni Melal a dos activistas que trataron de desnudarse ante la puerta del tribunal, aunque la policía intervino con presteza e impidió su acción.

HRW, que envió a un observador al proceso y ha publicado varios comunicados sobre el caso, se escandalizó por el hecho de que la Justicia marroquí procesara a las víctimas de una agresión antes que a los agresores. “Agredidos, ensangrentados, sacados desnudos a las calles y luego mandados a la cárcel por su vida privada (…) Este veredicto va a desanimar a las víctimas a la hora de buscar justicia y aumentará la probabilidad de delitos de homofobia” en el país, dijo la organización. Queda, no obstante, la preocupación expresada en numerosos medios por el carácter de la agresión: el allanamiento de un domicilio, la agresión colectiva y la vejación pública en plena calle contra dos seres indefensos. “El proceso de Beni Melal -decía Karim Bujari- interpela a todo el mundo porque también es el de la libertad individual opuesta a la resistencia violenta de la comunidad”.

Y aún tenemos grabadas en la retina otras terribles imágenes, las de un intento de linchamiento de una mujer transgénero en Fez, ocurrido en junio pasado. Ocurrió lo mismo: solo gracias a que el vídeo se viralizó y desencadenó un escándalo que trascendió las fronteras de Marruecos, acabaron con una dos de los agresores fueron condenados a cuatro meses de prisión, y ello pese a que el propio ministro de Justicia; Mustafá Ramid, llegó a insinuar entonces que las personas LGTB son culpables de las agresiones que reciben.

Sin pronunciamiento oficial de España

No podemos obviar la clamorosa falta de una denuncia contundente ante estas violaciones de los derechos humanos por parte del Gobierno español, ni siquiera cuando en 2015 una cooperante de nuestro país fue expulsada por apoyar “las causas de la desviación de la moral”. Y ello pese a que Marruecos sea un país vecino con el que España mantiene una intensa relación cultural, comercial y social.

Fuente El Mundo/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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