Connecticut se suma a los estados que prohiben las terapias de conversión a menores de edad
El gobernador Dannel P. Malloy firma la ley prohíbe las terapias de conversión gays en Conneticut, convirtiéndose en el séptimo estado en hacerlo, el octavo, si incluimos a Nueva York, donde no está prohibido aplicarlas, pero sí que los seguros las incluyan en sus pólizas.Tras del voto unánime del Senado del estado, Connecticut se convierte en el en el último estado en prohibir las denominadas terapias de conversión a menores de edad después de que el gobernador Dannel P. Malloy firmara este miércoles, 10 de mayo, la ley HB6695, mediante la que prohíbe que los servicios sanitarios proporcionen este tipo de servicios. «Para proteger a los niños. Estamos haciendo eso para proteger a la gente inocente», declara el gobernador Malloy.
La Organización Mundial de Psiquiatría condena las terapias de conversión gays desde marzo de 2016, además de que hay un amplio consenso por parte de la comunidad médica y psicológica sobre la nula efectividad de este tipo de terapias en los menores de edad, cuyo efecto puede llegar, en algunos casos, a «arruinar a la gente o contribuir al final de la vida de las personas», según explica Malloy. «Básicamente estamos diciendo que, en Connecticut, te aceptamos tal y como eres», declara el senador Beth Bye, impulsor de esta ley. De esta manera, Connecticut se convierte en el séptimo estado que prohíbe las terapias de conversión. El uso de “terapias” reparadoras o de conversión en menores de edad ha sido ya prohibido en cinco estados norteamericanos, además de en la capital de los Estados Unidos. California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y los estados de Oregón, Illinois y Vermont, el año pasado. Hay además varias ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. El octavo si tenemos en cuenta que en Nueva York, si bien no están prohibidas, el gobernador Andrew Cuomo sí prohibía el año pasado que las compañías de seguros cubrieran las terapias de conversión en sus pólizas.
En Europa la pionera ha sido Malta, que aprobó una ley en este sentido el pasado diciembre. En España, el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de todo el país emitía hace pocas semanas un comunicado en el que recuerda que las intervenciones que prometen “curar” la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. El Colegio de Médicos de Turín abría expediente disciplinario a la médico y terapeuta Silvana De Mari, quien defendía su uso después de afirmar que «la homofobia es un derecho humano»,
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras
A nivel internacional, en marzo del año pasado tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en a cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas (los riesgos incluyen depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo). Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
En Europa, Malta se convierte en diciembre del año pasado en el primer país europeo que prohíbe y penaliza estas terapias, no estándolo todavía en ningún otro país europeo, aunque también hay un amplio consenso contra su uso. El Colegio de Médicos de Turín abría expediente disciplinario a la médico y terapeuta Silvana De Mari, quien defendía su uso después de afirmar que «la homofobia es un derecho humano», mientras que la Comunidad de Madrid investigaba la página web de Elena Lorenzo, quien se define a sí misma como coach profesional y terapeuta especializada en orientación sexual», después de que fuera denunciada por ofrecer técnicas «para dejar al homosexualidad», aunque, a fecha de hoy, sigue estando activa y, aunque desactualizada, sigue ofreciendo terapias de conversión.
Fuente Universogay/Dosmanzanas
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