La Asamblea de California aprueba un proyecto de ley que considera que las «terapias» de conversión constituyen un fraude al consumidor
Como anunciábamos el pasado mes de marzo, el estado de California podría experimentar en breve un importante avance en la lucha contra las peligrosas «terapias» reparadoras de la homosexualidad. La Asamblea de ese estado ha dado su visto bueno a un proyecto de ley que incluye la promesa de modificar la orientación sexual de una persona en la lista de servicios fraudulentos a los consumidores. La base de la propuesta es simple: si de acuerdo a la evidencia científica esta modificación no es posible, prometerlo supone un fraude.
Haciendo un poco de historia, conviene precisar que California ya fue el primer estado de Estados Unidos en prohibir el uso de las «terapias» reparadoras o de conversión en menores de edad allá por por el año 2012, no sin controversia. Le siguieron después Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y los estados de Vermont, Oregon, Nuevo México, Illinois, Nueva York y Washington D.C., Connecticut, Nevada, Rhode Island y Washington, así como el Distrito de Columbia y la ciudad de Cincinnati . Y la legislatura de New Hampshire acaba de aprobar un proyecto similar, pendiente solo de que un comité conjunto entre Cámara de Representantes y Senado concilie las versiones aprobadas por cada una de las cámaras (ligeramente diferentes entre sí) antes de enviar la versión final al despacho del Gobernador, que ya ha anunciado que la refrendará con su firma. Hay además varias ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares.
La iniciativa que ahora se abre paso en California, sin embargo, supone una novedad respecto a todas estas leyes, cuyo objetivo es la protección de los menores, pero que dejan campo libre a la aplicación de este tipo de intervenciones en mayores de edad a los que se les reconoce la capacidad de consentir libremente sobre ellas. Ahora el foco se pone sobre el hecho de que este tipo de intervenciones supone un fraude, ya que se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, y por tanto no podrán anunciarse ni ofrecerse como parte de ninguna cartera de servicios con la promesa de conseguir «revertir» la orientación homosexual. Se trata, en este sentido, de proteger los derechos de los ciudadanos como consumidores.
El proyecto de ley, cuyo promotor es el representante demócrata Evan Low, fue aprobado el pasado 19 de abril por la Asamblea de California por 50 votos a favor (la mayoría demócratas) y 18 en contra (todos ellos republicanos). Se registraron además 10 abstenciones/ausencias. Ahora debe ser discutido en el Senado estatal, donde los demócratas cuentan también con una cómoda mayoría. Es previsible, por tanto, que se convierta en ley (nadie espera que el Gobernador, el demócrata Jerry Brown, la vete), y más teniendo en cuenta que goza del respaldo de organizaciones profesionales como la Academia Americana de Pediatría o la Asociación de Psicólogos de California.
En Europa, Malta fue pionera contra estas «terapias»
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