Las principales diócesis españolas están tomando la iniciativa en la crisis de refugiados en toda Europa, que huyen de la guerra y la miseria. Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia o Compostela, entre otras, han anunciado una batería de medidas que se suman a los comunicados de la Conferencia Episcopal, Cáritas, Confer, Justicia y Paz o Acción Católica.
Así, en Madrid, Carlos Osoro ha convocado una Mesa por la hospitalidad en la Iglesia en Madrid para abordar la situación de los refugiados y desplazados que llaman a las puertas de Europa y dar una respuesta conjunta y coordinada desde la Iglesia madrileña. La primera reunión de esta mesa, a la que han sido invitadas varias delegaciones y organismos que trabajan con migrantes y refugiados en Madrid, se celebrará el próximo lunes, 7 de septiembre, y estará presidida por el propio monseñor Osoro.
El arzobispo de Madrid ha mostrado su preocupación por esta crisis humanitaria en su última carta semanal, en la que pide que “no robemos la dignidad del hombre”: “Trabajemos incansablemente por quienes llegan de otros lugares. Hagamos que se reconozcan sus derechos, y todo lo que está en nuestra mano para que todos los que llegan encuentren hermanos que les reconocen en su dignidad de imagen y semejanza de Dios”.
Asimismo, en los próximos días, monseñor Osoro publicará una nueva carta dirigida a todos los católicos madrileños para recordar la enseñanza social de la Iglesia en este punto, la responsabilidad de los poderes públicos y la necesidad de realizar signos eficaces de acogida por parte de la comunidad cristiana.
Por su parte, el Arzobispado de Barcelona ha decidido destinar parte del edificio de La Conreria, el antiguo Seminario Menor Diocesano, para acoger familias de refugiados.
En los últimos meses, Cáritas Diocesana de Barcelona ha ido dando apoyo económico a muchas familias de refugiados en situaciones vulnerables que están gestionando sus peticiones de asilo y poniendo sus recursos para paliar las situaciones de sufrimiento de estas personas y familias.
El cardenal arzobispo de Barcelona, Dr. Lluís Martínez Sistach, pide a los diocesanos, familias e instituciones, que tengan una actitud de acogida y que ayuden a estos hermanos necesitados. Pide también a las parroquias y comunidades que recen para que desaparezcan las causas que provocan fundamentalmente las migraciones actuales: las guerras y la falta de trabajo en los lugares de origen.
El vicario de Acción Sociocaritativa de la Diócesis de Málaga, Gabriel Leal, ha animado este viernes a las comunidades cristianas, instituciones y administraciones públicas a que acojan a los refugiados que están llegando a Europa, la mayoría huyendo del conflicto de Siria.
Leal ha manifestado que desde el Obispado “estamos dispuestos a ayudar, a arrimar el hombro y a poner los pocos o muchos medios que tengamos, si son los adecuados“. También ha indicado a Europa Press que la Iglesia malagueña está colaborando con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), ya que el Obispado posee una infraestructura de sitios habitables “muy reducida”, por lo que es esta entidad la que se encarga de gestionar los lugares de acogida.
Además, ha precisado que desde Cáritas también se está planteando, a través de la red de Cáritas Española, acoger a algunas personas, aunque “por desgracia tenemos pocas superficies”. En relación con las administraciones públicas, ha señalado que la Conferencia Episcopal Española y el Papa Francisco han demandado a los jefes de Estado europeos que actúen.
“Nosotros se lo pedimos a todos los cristianos, a las administraciones públicas malagueñas y a todas las instituciones de la Iglesia que tengan la posibilidad”, ha apostillado.
Además, ha apuntado que “no hemos hablado de este tema” con el Ayuntamiento de Málaga, pero ha añadido que la actitud del equipo de gobierno actual, especialmente, del alcalde, Francisco de la Torre, es “de una gran sensibilidad en estos temas, y no me cabe la menor duda de que arrimarán el hombro”, y “la Administración andaluza también”.
El vicario ha lamentado que se trata de una crisis “horrorosa” que “nos toca porque muchos de ellos son creyentes y han sido perseguidos, cristianos fundamentalmente, pero también musulmanes”, ha dicho. “Nos toca” porque si no los acogemos “tendremos que guardar el evangelio en un congelador”, ha agregado.
“Gracias a Dios, parece que se han despertado las conciencias en Europa, a nivel de jefes de Estado“, ha aplaudido, añadiendo que “la Iglesia seguirá haciendo lo que ha venido haciendo, sólo que si hay que esforzarse más, intentaremos hacerlo hasta donde podamos”, ha señalado, preguntándose “cómo no lo vamos a hacer“.
Finalmente, ha destacado que existe colaboración: “animar a que no aparezcan brotes de rechazo y a que las comunidades cristianas acojan a los refugiados como son”, porque “la mayoría de los que vienen son cristianos, son hermanos nuestros, y tenemos que abrirles las puertas de par en par en todos los sitios. Vienen a su casa“.
“Si les hablo con sinceridad”, dijo el arzobispo compostelano, Julián Barrio, “claro que nos preocupa si se abre o no la Puerta Santa Jacobea, pero me preocupa mucho más en este momento cómo ver cómo nuestra Diócesis puede contribuir a la acogida de algunos refugiados“.
Monseñor Barrio se refería al drama que están viviendo en estos momentos tantos refugiados procedentes de países en conflicto bélico o con dificultades económicas, cuyas imágenes recientes han conmocionado a la opinión pública europea. “Es verdad que nosotros no los hemos echado fuera de su país, pero nada que afecte a los demás nos puede ser ajeno“, dijo monseñor Barrio.
El arzobispo compostelano aludió a la disponibilidad de la Iglesia española para afrontar este reto humanitario y recordó la acogida que “se está haciendo desde Cáritas” para atender las necesidades de tantas personas vulnerables que han tenido que abandonar sus países.
Finalmente, la archidiócesis de Valencia ha empezado a acoger en viviendas del propio Arzobispado a familias inmigrantes desplazadas por la crisis migratoria en el Mediterráneo.
De igual modo, en el Arzobispado ha sido creada la Comisión Diocesana de Ayuda a Refugiados y Cristianos Perseguidos, en la que participan responsables de Cáritas diocesana de Valencia así como de diferentes órdenes y congregaciones religiosas.
Ambas iniciativas han sido decididas por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, “que dispuso la creación el pasado mes de julio de la comisión diocesana de ayuda `ex profeso´ ante esta catástrofe humanitaria”, según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes del Arzobispado.
De esta manera, cinco familias llegadas a Valencia han sido alojadas en las últimas semanas en otros tantos pisos del Arzobispado, que han sido convenientemente acondicionados.
Además, a través de las vicarías episcopales, el Arzobispado está consultando también a todas las parroquias de la diócesis para conocer su disponibilidad de viviendas en las que puedan ser alojadas más familias de desplazados, según las mismas fuentes.
“Estamos impresionados y desbordados ante la que es la mayor crisis migratoria en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, según ha señalado a la agencia AVAN el sacerdote Olbier Hernández, director del Secretariado Diocesano de Inmigrantes y Refugiados.
“Necesitamos motivar a las familias y a las parroquias para que se impliquen en esta ayuda urgente a los refugiados, a la que nos convoca también nuestro Arzobispo desde que tomó posesión de la archidiócesis”, ha precisado.
(RD/Agencias)
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