Chile: Piden a Librería Antártica el retiro de un “homófóbico y peligroso” texto que llama a curar la homosexualidad
Se trata del libro “Comprender y sanar la homosexualidad”, el cual se vende en librerías y en el sitio web de Antártica. El texto contraviene las exigencias del la OPS y del Minsal, por lo que el Movilh expresó su preocupación a la librería.
Aportando antecedentes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), del Ministerio de Salud (Minsal) y del Colegio de Psicólogos, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) solicitó hoy a Librería Antártica que saque de circulación el texto “Comprender y sanar la homosexualidad, alguien que tú conoces necesita este libro”, de Richard Cohen.
El libro, que vende en distintas librerías y en el sitio web de Antártica, “se sustenta en la idea de que la homosexualidad es una enfermedad y puede curarse y en tal sentido brinda recomendaciones que son un peligro para la estabilidad física y emocional de las personas”, señaló el vocero del Movilh, Oscar Rementería.
En carta dirigida a la Librería Antártica, el Movilh añadió que el libro “es un evidente peligro para la personas, en particular para niños, niñas y adolescentes, en tanto no es un texto que relate un hecho o exprese una opinión, pues su abierto e implícito interés es motivar el ejercicio de conductas para revertir la homosexualidad”
El Movilh recordó que en 2012 la Organización Panamericana de la Salud (OPS), llamó a las sociedades a las instituciones académicas y a los Estados a prevenir y erradicar toda recomendación o terapia que busque sanar, revertir o curar la homosexualidad, en tanto tales medidas solo generan daños.
En efecto, en el documento “Curas para una enfermedad que no existe”, la OPS es enfática en indicar que “abundan los testimonios sobre los daños a la salud mental y física que produce la represión de la orientación sexual (…) No solamente no se han podido demostrar cambios en su orientación sexual, sino que se ha observado que el intento de cambiar se asocia con depresión, ansiedad, insomnio, sentimientos de culpa y vergüenza e inclusive se han reportado ideaciones e intentos de suicidio. En vista de esta evidencia, imbuir en un paciente la idea de que tiene un “defecto” y de que debe cambiar, constituye una violación al primer principio ético de la atención de la salud: “lo primero es no causar daño”. Esto afecta el derecho a la integridad personal y a la salud, sobre todo en su esfera psicológica y moral”
Añade que “las agrupaciones profesionales deben diseminar entre sus miembros documentos y resoluciones de instituciones y agencias nacionales e internacionales en las que se hace un llamamiento a despsicopatologizar la diversidad sexual y a prevenir el uso de intervenciones dirigidas a cambiar la orientación sexual” y que “la utilización de las llamadas “terapias de reconversión” o “reparativas” debe ser considerada fraudulenta y violadora de los principios éticos de la atención de la salud. Los individuos o instituciones que la realicen deben ser sometidos a las sanciones que correspondan”
En tanto, en 2016 el Ministerio de Salud de Chile fue enfático en advertir que “las prácticas conocidas como “terapias reparativas” o “de reconversión de la homosexualidad” representan una grave amenaza para la salud y el bienestar, inclusive la vida de las personas afectadas”. A esto se suma que ya en 2008 el Colegio de Psicólogos de Chile había rechazado este tipo de intervenciones.
Por lo expuesto, solicitamos “el retiro inmediato del texto de vuestras librerías e internet”, señaló el Movilh a Antártica.
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente MOVILH, Cristianos Gays
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