Una multitud los condujo a las afueras de la corte islámica lanzándoles piedras y acusándolos de actos homosexuales.

Los tribunales islámicos del norte de Nigeria continúan con su propia versión de la persecución de la homosexualidad. Si las leyes generales aprobadas por el Gobierno incluyen penas de hasta catorce años de cárcel, las cortes islámicas que rigen en las regiones del norte del país siguen impartiendo su propio código, que incluye hasta la pena de muerte, ya sea por lapidación o por otros medios. El hecho de que nunca se haya llegado a ese extremo no elimina el peligro y en el pasado grupos de extremistas se han llegado a manifestar frente al tribunal para pedir que se aplique, como ocurrió el pasado 23 de enero en el estado de Bauchi. Ahora se ha conocido la sentencia dictada contra cuatro de los hombres juzgados entonces por homosexualidad: han sido azotados ante la corte con quince latigazos cada uno y además se enfrentan a una pena de un año de prisión si no pagan cada uno una multa de 20.000 nairas (unos 87 euros), según ha denunciado la activista por los derechos humanos Dorothy Aken’Ova, que trabaja en la Coalición por la Defensa de los Derechos Sexuales.

Leemos en Cáscara Amarga , Ragap y en Univisión:

Los hombres fueron detenidos y condenados por un tribunal islámico después de que Nigeria reforzara las leyes contra la homosexualidad el pasado mes de enero.

Dorothy Aken’Ova, de la Coalición para la Defensa de los Derechos Sexuales, dijo que los hombres irán a la cárcel y se enfrentarán a nuevas palizas a menos que se realice el pago de 20.000 nairas (alrededor de 70 euros).

Aken’Ova también apuntó que los hombres, de edades comprendidas entre 20 y 22 años, no deberían haber sido condenados debido a que sus confesiones fueron forzadas en un interrogatorio bajo maltratos físicos. También manifestó que los arrestados fueron obligados a postrarse en el suelo para recibir los latigazos a los que fueron condenados.

El juicio tuvo que ser retrasado en un primer momento después de que una multitud intentara lapidar a los cuatro jóvenes y pidiera al juez imponer la pena capital para los acusados.

Aken’Ova denuncia que las confesiones fueron arrancadas a golpes por la policía por lo que no deberían haber servido para dictar la sentencia. Las redadas contra los gays, las palizas y los interrogatorios para que delaten a otros homosexuales se han hecho frecuentes en estas regiones. Según la activista, el estigma que se asocia a la homosexualidad es tan grande que las familias de los condenados han preferido rechazar la asistencia legal de un abogado para llegar a un acuerdo lo más discreto posible con el juez islámico, El-Yakub Aliyu, que convino dictar la sentencia sin anunciarla. El magistrado, según las crónicas, ha hecho gala de su ‘misericordia’ con un número más reducido de azotes después de que los acusados se mostraran arrepentidos de los actos homosexuales y prometieran no cometerlos en adelante. Los activistas se centran ahora en reunir el dinero de la fianza para evitar las vejaciones y la violencia añadida a la que se tendrían que enfrentar en la cárcel. El tribunal tiene todavía pendiente una nueva sentencia contra otros cuatro hombres homosexuales.

En enero, un hombre recibió 20 latigazos después de que un tribunal islámico lo declarara culpable de violar las leyes contra la homosexualidad.

Las penas de azotes son habituales para los gays en estas regiones de Nigeria. Bajo la ley de la sharia, en algunos estados del norte de Nigeria los homosexuales pueden ser condenados a muerte por lapidación o con la inyección letal, no obstante, no hay constancia de que estas sentencias hayan sido aún llevadas a cabo.

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