Uganda planea iniciar un programa de terapias de conversión para homosexuales
Días después de una violenta redada a un evento del Orgullo de Uganda, que llevaría a la cancelación de las demás actividades previstas, incluido el desfile, el gobierno de Uganda estaría iniciando un programa de terapias de conversión que sería obligatorio para todos los homosexuales.
Un exsacerdote católico, Simon Lokodo, actual ministro de ética e integridad del gobierno de Uganda, confirma a los medios de comunicación que estarían preparando una terapia de conversión para homosexuales, «un programa para rehabilitar a los miembros de la comunidad LGTB con el propósito definitivo de proporcionarles la oportunidad de llevar una vida normal de nuevo».
Uganda es uno de los 36 países africanos en los que el sexo entre personas del mismo sexo es ilegal. El jueves pasado, 4 de agosto, la policía irrumpe con violencia en un evento en el que se celebra la elección de Mr. y Miss Orgullo de Uganda 2016, en el Venom Club de Kampala, arrestando entre 15 y 20 personas. Otras actividades se habían celebrado con anterioridad esa misma semana sin que hubiera ningún tipo de incidente o altercado, el celo de la policía se debió a que les habían informado erróneamente de que en el interior del recinto se estaba llevando a cabo una peligrosa «boda gay».
Ante la amenaza del gobierno de arrestar a cualquier persona que participara en los eventos previstos para el fin de semana con motivo del orgullo LGTB, la organización optaba por su cancelación. Según Lokodo, el gobierno va a continuar actuando contra las actividades públicas relacionadas con el colectivo LGTB, señalando que se trata de actividades organizadas «con la influencia de algunas fuerzas extranjeras». En 2009, un político ugandés presentó un proyecto de ley que recomienda la pena de muerte para algunos actos homosexuales, alegando que quiere proteger a los niños. La condena internacional no se hizo esperar, lo que no impidió que se aprobara una ley menos severa, aunque fue rechazada por un tribunal por ser anticonstitucional.
El propio Lokodo tiene un largo historial de incidentes por utilizar su posición para llevar a cabo redadas extrajudiciales con el pretexto de eliminar las ONGs extrajeras y otras fuerzas que actúan supuestamente contra Uganda. En realidad, la amenaza de las libertades civiles del país africano no sólo afecta a la comunidad LGTB, sino a cualquiera que se muestre crítico con las políticas del gobierno, pero las minorías desfavorecidas, como los homosexuales, los bisexuales y los transexuales, siguen siendo uno de los grupos más vulnerables. A pesar de las declaraciones de Lokodo, el activista gay Frank Mugisha, que estuvo entre los detenidos de la redada del jueves, anima a la comunidad LGTB a continuar organizando reuniones y «eventos públicos o privados como cualquier otro ugandés».
Uganda: una pesadilla continua
La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insiste en reintroducir la ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, aprobada por el Parlamento en diciembre de 2013 y a la cual ella misma llegó a llamar “un regalo de Navidad”. Esta ley, que provocó la indignación internacional, fue anulada por vicio de forma por el Tribunal Constitucional en agosto de 2014.La ley finalmente fue invalidada por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había aprobado sin el quórum necesario.
Por otra parte, se suceden los ataques a la libertad de reunión y asociación que citábamos antes. En noviembre de 2015, de hecho, se aprobó una ley que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al “interés público” o si son “contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda”. Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.
Queda la esperanza de que la presión exterior, como ha sucedido en ocasiones anteriores, rebaje la intensidad de los ataques que desde el Estado ugandés está recibiendo el colectivo LGTB. La administración Obama, por ejemplo, ha jugado un papel importante en este sentido (papel que corre peligro cierto si los republicanos recuperan en noviembre la Casa Blanca). Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico. La sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha. Son muy numerosos los frentes en los que hay que seguir trabajando.
En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es continuo.
Fuente Universogay/Dosmanzanas/Cristianos Gays
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