Llega el tráiler de la película ‘Stonewall’, envuelto en cierta polémica
La película dirigida por Roland Emmerich y guionizada por Jon Robin Baitz (ambos abiertamente gais) ya tiene fecha de estreno en Estados Unidos: el próximo 25 de septiembre. En España todavía no está claro cuándo llegará a los cines. De hecho, aún no cuenta con la preceptiva calificación del Instituto de la Cinematografía y de las Artes audiovisuales (requisito imprescindible, previo a la exhibición pública). Sin embargo, todo apunta a que estará en las carteleras antes de la llegada del invierno. De momento, ya se ha hecho público el tráiler del largometraje. No ha faltado la polémica y algunos usuarios de las redes sociales definen la cinta como un “lavado blanco de la historia” y aseguran que también “las mujeres trans de color estuvieron al frente de las protestas”. Otras personas animan a los críticos a ver la película completa antes de verter públicamente juicios categóricos negativos.
El pasado 28 de junio se cumplían 46 años desde que un grupo de personas (consideradas por aquel entonces ‘marginales’) se resistiera a la enésima redada de la policía de Nueva York contra el Stonewall Inn, entonces un tugurio frecuentado por homosexuales travestidos, transexuales, drags, chaperos o lesbianas de aspecto masculino. Lo que empezó como un acto de desobediencia acabó desencadenado una serie de disturbios que se prologaron varios días y que marcan, simbólicamente, el inicio de la lucha a favor de los derechos civiles y la igualdad de las personas LGTB. Una lucha que sigue viva. Pero hoy es el día de celebrar lo conseguido y tomar fuerzas para lo que queda por delante. Se lo debemos a quienes nos precedieron y a quienes ni siquiera hoy día pueden luchar.
El Stonewall Inn era un club del Greenwich Village al que acudían personas “poco recomendables”. Para acceder, había que ser conocido del portero (que escudriñaba a través de una mirilla a los posibles clientes) o tener una apariencia inconfundiblemente LGTB (si no “se te notaba”, no entrabas…). La redada de aquella noche era una de tantas. Normalmente se hubiera saldado con varias detenciones y el cierre del local durante unas horas, pero los ánimos estaban ese día especialmente exaltados. Algunas de las trans presentes (esa noche unas 200 personas se encontraban en su interior) plantaron cara a la policía y se negaron a ser identificadas y cacheadas. Al parecer una de ellas golpeó a uno de los policías con su bolso. La noticia se extendió por el barrio y pronto cientos de personas se congregaron en el exterior, coreando “poder gay” y gritando“cerdos” a los policías mientras estos arrestaban a muchos de los clientes.
En un momento determinado, una de las lesbianas detenidas, que nunca fue identificada, se revolvió al ser introducida en el coche patrulla. Los policías la reprimieron con violencia. En ese momento la multitud estalló encolerizada y los policías tuvieron que refugiarse en el local y pedir refuerzos. La revuelta había comenzado. Un arrebato de rabia y orgullo que se prolongó durante días, y que cada 28 de junio las personas LGTB de todo el mundo conmemoran. No fue el inicio del movimiento de liberación LGTB, pero constituyó un momento de gran carga simbólica. El historiador David Carter, autor del libro Stonewall: The Riots That Sparked the Gay Revolution afirma que la revuelta “fue al movimiento gay lo que la toma de la Bastilla a la revolución francesa”.
Muchos años después, en 2004, el inspector Seymour Pine, uno de los policías que aquella noche irrumpieron el en Stonewall Inn, reflexionaba sobre lo sucedido durante un debate que tuvo lugar en la Sociedad Histórica de Nueva York. Pine explicó que la patrulla se limitaba a cumplir órdenes. El club era propiedad de la mafia, y supuestamente la redada era una operación más contra el crimen organizado. Pine reconoció, no obstante, que en aquella época los prejuicios eran la norma. “La policía no tenía ni idea sobre los gays”, afirmó. También reconoció que resultaba rentable detener homosexuales y transexuales: era la forma más sencilla de elevar el número de arrestos y mejorar sus expedientes. “Eran detenciones fáciles. Nunca daban problemas”. Según Carter, el inspector Pine (cuyo fallecimiento recogimos hace cinco años) no era especialmente homófobo.“Tenía las ideas preconcebidas de su tiempo. Pero yo sí creo que se limitó a cumplir las órdenes, y que no tenía un prejuicio personal (…) Una vez me llegó a decir: si lo que pasó sirvió de alguna manera para ayudar a los gays, me alegro”, contó.
Lo que empezó como un acto de desobediencia acabó desencadenado una serie de disturbios que se prologaron varios días y que marcan, simbólicamente, el inicio de la lucha en favor de los derechos civiles y la igualdad de las personas LGTB. Una lucha que, como decíamos, sigue viva. Y es que a pesar de los avances conseguidos en algunos países, las relaciones homosexuales siguen siendo perseguidas en 79 países y territorios de todo el mundo.
Stonewall, la película estadounidense dirigida por el alemán Roland Emmerich aborda este suceso histórico, pero lo hace creando personajes ficticios. El protagonista del film es el actor Jeremy Irvine, nominado en 2011 como ‘mejor actor’ del Círculo de Críticos de Cine de Londres, gracias a su interpretación de Albert Narracott en Caballo de Batalla. Un galardón que, sin embargo, recayó finalmente en Jean Dujardin, por su papel de George Valentin en The Artist. En Stonewall, Irvine encarna a Danny, un muchacho que, al ser expulsado de su casa, decide marcharse a Nueva York, careciendo de recursos económicos. Sin dinero y sin hogar, Danny conoce a unos chavales de la calle que acaban introduciéndole en el ambiente del ‘Stonewall Inn’.
Según explica Emmerich en su cuenta de Facebook, “cuando me enteré de los disturbios de Stonewall a través de mi trabajo con el Gay and Lesbian Center de Los Ángeles, me llamó la atención que las circunstancias de los jóvenes LGBT sin hogar de hoy son más o menos las mismas que hace 45 años”. El director de Stonewall (así como de otras películas como Independende Day, Godzilla o El día de mañana) continúa diciendo que “las acciones valientes de todos los que lucharon contra la injusticia en el año 1969 me inspiraron para hacer un drama convincente”.
Contestando a las críticas que circulan por las redes, el director asegura que “el público verá que [la película] honra profundamente a los activistas de la vida real que estaban allí –incluyendo a Marsha P. Johnson, Sylvia Rivera y Ray Castro– y todos los valientes que provocaron el movimiento de derechos civiles que continúa hasta nuestros días”. A continuación, podéis ver el tráiler, aunque (sin ignorar las críticas previas) tendremos que esperar a que la película llegue a los cines antes de extraer conclusiones definitivas.
Fuente Dosmanzanas
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