Rolando Jiménez, presidente del Movilh. Foto: Felipe Pinto / Terra
Desde 1991 el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) ha peleado para conseguir igualdad de derechos para las personas con diferente orientación sexual en Chile. Rolando Jiménez, uno de sus líderes históricos reconoce que han sido 23 años de mucho trabajo y asegura que aunque aún quedan muchos temas por sacar adelante, el cambio en la sociedad le hace pensar un próximo fin del Movilh.
“Lo hemos estado conversando, incluso entendemos que el Movilh es una herramienta y por lo tanto nosotros el otro día conversábamos de manera informal aún, si sacamos una institucionalidad anti discriminación, mejoramos la ley antidiscriminatoria, resolvemos el tema del matrimonio igualitario con la adopción de hijos, eventualmente estaríamos evaluando cerrar el Movilh y pensar en el recambio y que sean otros que asuman la tarea que queda”, apunta.
Jiménez analiza su paso por la agrupación y pese a que valora la forma en que las nuevas generaciones se han integrado y están aportando al avance en materia de igualdad, siente que la falta de conocimiento de la historia de las demandas homosexuales y cómo se han gestado debe cambiar.
“Por un lado es como de dulce y de agraz la situación que pasa con los jóvenes porque los chicos hoy día no se imaginan lo que era vivir a la edad de 20 años la represión que cada uno se asignaba así mismo”, explica.
“Hoy día los cabros no tienen idea de que las disco gay, las pocas que habían, eran allanadas permanentemente, que en las calles la policía te detenía porque si te pillaban del brazo con tu pareja o de la mano, que eran muy pocos los que se atrevían a hacerlo y la violencia policial era feroz en esos términos”.
“Hoy día eso no está en la conciencia, porque claro; uno, tememos tanta actividad cotidianamente que no nos da el cuero, no nos da la capacidad de además hacer un ejercicio de memoria, porque además las urgencias son otras, pero es interesante visualizar el cambio que se ha producido en las generaciones jóvenes cuando ellos no tienen incorporado en su memoria, en las historias de su vida, situaciones de represión o violencia como las que vivió mi generación o generaciones inmediatamente posteriores a la mía”, relata.
Jiménez reconoce que el tema de la falta de esa memoria histórica le molesta, pero tras una pausa advierte que el tema de que los jóvenes no se identifiquen con esa represión demuestra que el trabajo que han llevado adelante ha tenido valor.
“Me molesta a mí en lo personal que soy un viejo, como que me cuestiona que los cabros no tengan conciencia o respeto de esos temas, pero es normal y da cuenta del proceso, o sea, finalmente es la ganancia del trabajo que hemos hecho estos 23 años y eso termina reconfortando por lo que hemos hecho”.
Las banderas de lucha que quedan
Pese al análisis que hace Jiménez ante la posibilidad de que en un futuro próximo el Movilh ya no tenga necesidad de seguir existiendo, advierte que aún existen temas que se deben seguir trabajando.
“Estamos todavía a mitad de camino, o a un tercio de terminar de tramitar el Acuerdo de Vida en Pareja, esperamos que sea ley de la república a finales de este año o el primer trimestre del próximo a más tardar, va a ser un buen proyecto y paralelamente con eso estamos trabajando el matrimonio igualitario, estamos manteniendo también presencia en la tramitación de la ley de identidad de género que se está tramitando a un ritmo más lento”.
El presidente de la agrupación comenta además la propuesta legislativa entregada al Gobierno para modificar y mejorar la Ley antidiscriminación, la evaluación de políticas públicas en salud y educación y el grupo de trabajo instalado con las Fuerzas Armadas para aplicar la Ley Zamudio al interior de estas organizaciones.
“Estamos trabajando y tenemos convenios de cooperación con Gendarmería, con el Metro, con empresas privadas, hay una agenda muy amplia que se amplía cada vez más porque hay muchas demandas por ejemplo de parte de la empresa privada en temas de capacitación en materia de inclusión, de diversidad sexual, la ley antidiscriminatoria, entonces hay todavía mucho que hacer”, comenta.
“Las políticas públicas recién se empiezan a desplegar en Chile por lo tanto hay que monitorear eso, hay que proponer, hay que perseguir una vez que se establecieron los compromisos porque en los ministerios y servicios hay que hacerles seguimiento día a día”, concluye.
Fuente: Terra Chile , vía SentidoG
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