Los alumnos de una escuela católica alemana se manifiestan a favor de su profesor gay
600 alumnos de una escuela católica privada crearon un arcoíris con globos para mostrar su apoyo a un profesor gay al que no renovaron el contrato después de anunciar sus intenciones de casarse
Mariengarden, un colegio privado (perteneciente a los Oblatos, una orden misionera católica) en la ciudad alemana de Borken, se ha hecho famoso estos días en el país por la homofobia recalcitrante y sin complejos de sus dueños frente a la reacción de los alumnos y sus familias.
En la escuela trabajaba un profesor en prácticas que es gay y que impartía las materias de inglés y biología. Aparentemente todos, tanto sus estudiantes como el personal del centro, estaban encantados con él, tanto que Michael Brands, el director de Mariengarden, dejó claro que estaban dispuestos a ofrecerle un contrato para que siguiera trabajando con ellos. Hasta ese momento, mientras estuvo en su periodo de prácticas obligatorias, el docente tenía un contrato con el estado de Renania del Norte-Westfalia, al que pertenece la ciudad de Borken.
Desde la Orden propietaria de la escuela decidieron que el candidato no era aceptable porque su proyecto de vida no coincide con el concepto del matrimonio y de la familia que tienen en Mariengarden. Lo cual, traducido del homofobés, significa que no tienen intención de contratarlo porque el profesor había anunciado su intención de casarse con otro hombre.
Christoph Heinemann, un portavoz de los Oblatos, dejó claro que aunque sin duda su trabajo en el centro había sido excelente, textualmente dijo que fue rechazado no por ser homosexual, sino exclusivamente por sus planes de boda.
Ante esta decisión unos 600 alumnos de secundaria de la escuela decidieron formar un arcoíris con globos de colores en el patio, que acompañaron con el mensaje “Mariengarden es multicolor“.
Según Heinamann, tuvieron que tomar una difícil decisión que no fue comprendida ni por los alumnos ni por sus padres, que querían que el profesor se quedara, y aún así insiste en que no les quedó otro remedio.
También dijo que buscaron el diálogo y que no pusieron obstáculos a las protestas de los chicos y de sus familias ni a que los estudiantes se manifestaran a favor de su profesor. Añadió que con esto no quieren decir que no haya cabida para los estudiantes homosexuales en la escuela, e incluso publicaron un artículo en el blog de Mariengarden en el que dicen algo sobre la tolerancia y la inclusividad como valores fundamentales que quieren transmitir en su proyecto pedagógico.
Mientras tanto en la diocésis de Münster, a la que pertenece Borken, aprovecharon para lavarse las manos y desentenderse, ya que la escuela no pertenece al Obispado y por lo tanto está fuera de su control.
El estado de Renania del Norte también mira para otro lado, porque aunque en Alemania las iglesias tienen bastante capacidad para discriminar legalmente, una reforma legal de 2015 también establece que solo las personas que hacen trabajo pastoral pueden sufrir consecuencias laborales por lo que hagan en su vida privada. El problema, sin embargo, es que la ley es bastante laxa a la hora de definir qué personas están implicadas en el trabajo pastoral.
El profesor, finalmente obtuvo un contrato en una escuela pública que pertenece al Estado.
Fuente | Kirche und Leben, vía EstoyBailando
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