Ex alumnos LGTBIQ+ de escuelas católicas en todo el área de Sacramento, California, describieron recientemente diversas experiencias sobre cómo los administradores y maestros manejaron la educación sexual, según Sacramento News & Review. El artículo describía tres escuelas secundarias, cada una de las cuales abordaba la educación sexual y la inclusión LGBTQ+ de una manera diferente.

St. Francis High School

Los estudiantes LGTBIQ+ de St. Francis High School describieron una variedad de luchas para los jóvenes que cuestionan su género o sexualidad. Ryan Baker, un hombre trans bisexual, describió cómo el plan de estudios de educación sexual de la escuela lo hizo sentir sin apoyo:

“‘Lo que más insisten, lo que intentan inculcar en nuestra educación es ‘no seas una zorra‘ [y] ‘no seas gay'”.

Recuerda que su clase de educación sexual se centró en lo que no está permitido según la enseñanza católica actual sobre la sexualidad, en lugar de la seguridad de los estudiantes. Como hombre trans que asistió a la escuela, que atiende a estudiantes asignadas como mujeres al nacer, Baker también describió las dificultades de revelar que asistió a St. Francis:

“‘Yo diciendo que fui a St. Francis como inmediatamente me saca de quicio. Es mi elección revelar que fui a una escuela solo para niñas, pero algunos muchachos que han hecho la transición tienen que trabajar muy duro para asegurarse de que las personas no lo sepan, no por su propia vergüenza, sino por las repercusiones del público. o su comunidad o su trabajo’”.

Baker describió una cultura de roles de género estrictamente aplicados, que incluye que a los estudiantes no se les permita aparecer en el anuario escolar por negarse a usar ropa que no los haga sentir cómodos. Subrayó que las personas queer son una parte importante de la comunidad de St. Francis, pero no se destacan ni se empoderan de la misma manera:

“‘Creo que, culturalmente, en la escuela secundaria cuando yo estaba allí, los estudiantes más queridos y admirados eran homosexuales o trans. La diferencia es que no podíamos quedar registrados en la historia de nuestra escuela, y mucho menos recibir premios, a menos que estuviéramos en el armario’”.

Christian Brothers High School

Christian Brothers High School es una escuela solo para hombres. El alumno Michael Mucheru describió sus experiencias como estudiante gay allí. Si bien no se proporcionó educación sexual relacionada con estudiantes queer, Mucheru era parte del club de estudiantes LGBTQ+ de la escuela. Inicialmente llamado “Dignity Club” o “Diversity Club“, el club finalmente fue rebautizado como “Pride Club“. Pero Seth Scott, un alumno de género fluido, dijo que cuando los padres y algunos administradores se opusieron al club:

“‘[La escuela dijo] ‘Está bien, vamos a permitir esto, pero aún debe estar en secreto’. Era más para que los padres no temieran esto, vieran esto, se asustaran y atacaran la escuela’”.

Además, la población estudiantil no siempre se mostró favorable a los estudiantes queer. Scott describió cómo fueron tratados cuando promocionaban el Pride Club en eventos estudiantiles:

“‘Los deportistas en el campus, los muchachos de los deportes, estarían acurrucados en el frente de mi mesa y observarían a cualquiera que esté mirando para disuadir a cualquiera de inscribirse’”.

 Jesuit High School

Jesuit High School también es una escuela solo para hombres. Dada la relativa apertura con la que los líderes jesuitas se han comprometido con las personas queer en los últimos años, no sorprende que la escuela sea el hogar de un club All Love Alliance que da la bienvenida a estudiantes LGTBIQ+ y aliados. Según el sitio web de la escuela, el club:

“[Sirve] para promover una comprensión y aceptación de cada estudiante individual en Jesuit High como una persona única creada a la imagen de Dios, una aceptación que incluye un diálogo abierto sobre ser gay, bisexual, trans o cuestionamiento en Jesuit”.

Si bien no se describió ningún ex alumno LGTBIQ+ de la escuela Jesuita en el artículo de Bee, el alumno Iain Murphy describió el programa de educación sexual como un proceso no integral que enfatizaba la abstinencia:

“[Murphy] dijo que su plan de estudios de educación sexual consistía principalmente en faltar a la clase de banda para ir a ver a la enfermera de la escuela un día, mirar un video y responder un cuestionario para demostrar que estaba prestando atención… Dijo que no podía recordar si había representación LGBTQIA+ en El curriculo.“

Estas viñetas revelan los pasos positivos que están tomando las escuelas católicas, como la formación de clubes LGBTQ+, al tiempo que dejan en claro que aún se necesita mejorar mucho, incluso para la educación sexual que abarque la orientación sexual y los problemas de identidad de género.

—Andru Zodrow (él/él), New Ways Ministry, 5 de septiembre de 2022

Fuente New Ways Ministry

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Lance Sanderson decide demandar al instituto cristiano que no le dejó llevar a otro chico a un baile porque, a pesar de ser un centro privado, recibe fondos federales.

Hace un tiempo te contábamos la historia de Lance Sanderson, un chico de 18 años (ahora 19) que fue noticia cuando su instituto le prohibió ir a un baile con otro chico. Esto es algo que ha pasado ya varias veces, pero el caso de Sanderson hizo algo más de ruido porque su instituto, el Christian Brothers High School, recibe fondos federales (a pesar de ser un centro privado) y además le expulsaron cuando el chico creó un Change.org para forzar al colegio a cambiar sus normas.

La cosa se salió aún más de madre cuando un concejal acusó al chaval de ser “vicioso y rencoroso“, como el resto de homosexuales del mundo, porque (y aquí he de confesar que algo de razón no le faltaba al concejal) acusaba al chaval de querer cambiar las normas de un centro privado cristiano sólo para su disfrute. Que evidentemente a mí no me parece bien que no le dejen ir al baile con otro chico, pero es que estás en un instituto que se llama “Hermanos Cristianos” ¿qué esperabas?

El centro era cristiano sí, pero no era tan privado puesto que recibía fondos del gobierno federal. Es decir: dinero público. Es decir: que según la ley de derechos civiles un centro educativo financiado federalmente no puede discriminar a nadie sexualmente, y aunque esa ley no menciona explícitamente la orientación sexual o la identidad de género la administración Obama sí ha dejado claro en varias ocasiones que el colectivo LGTBQWERTY está protegido por la misma.

Así que Sanderson, que ahora acaba de empezar curso en la Universidad de DePaul, ha decidido demandar a su antiguo instituto alegando incumplimiento de contrato, acusando a la dirección de provocarle estrés emocional de forma intencionada, educación negligente y por violar la ley de 1972.

Como explica Sanderson en la demanda, después del baile el instituto le envió a casa durante una semana para que “se relajara“, pero al volver el ambiente era tremendamente hostil por parte de los profesores y de muchos alumnos que pensaban que había sido expulsado para siempre. Así que llegó a un acuerdo con la dirección del centro para terminar el curso desde casa y poder graduarse sin atender a la ceremonia de graduación.

Lance ha demandado al Christian Brothers High School por un millón de dólares, y lo ha hecho con la esperanza de que “no le hagan esto a nadie más en el futuro. Y para que otras escuelas que quieran regirse por filosofías similares no le hagan esto a sus estudiantes. No quiero que nadie tenga que pasar por lo que yo he pasado este año.”

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