El Concejo de Oxford (Alabama) rectifica y deja sin efecto la ordenanza que penaba con cárcel el uso de baños públicos por personas transexuales
El Concejo de la ciudad de Oxford (Alabama) ha votado por mayoría dejar sin efecto la ordenanza que penaba, hasta con penas de cárcel, a las personas transexuales que usaran los baños públicos adecuados a su identidad de género. La amenaza de demandas por violación de derechos civiles y la posible pérdida de las subvenciones educativas ha hecho que tres de los cinco concejales cambien de opinión, que un primer momento fue unánime en su deleznable transfobia.
El pasado martes 26 de abril, el Concejo de la ciudad de Oxford, sita en el estado de Alabama, aprobaba por unanimidad una ordenanza que obligaba a los ciudadanos a que únicamente pudieran acceder a los baños públicos asignados al género que apareciese en su partida de nacimiento. Según alegaba entonces el presidente del Concejo, Steven Waits, “no nos importa el 0,3 % de la población que se identifica como transexual, sino proteger a nuestras mujeres y niños”. La normativa castigaba a los infractores con una multa de 500 dólares (435 euros) o una pena de seis meses de cárcel, siendo calificada por los defensores de los derechos LGTB como “la más aterradora de la nación”.
El detonante que impulsó la articulación de una ordenanza semejante fue un comunicado efectuado por la cadena de hipermercados Target, una de las más importantes de los Estados Unidos, en el que expresaban su oposición a las normas tránsfobas que se aprobaban en estados y municipios en los siguientes términos: “Animamos a los miembros de nuestro personal y a nuestros clientes a que utilicen los baños o probadores que correspondan a su identidad de género”. El Concejo de Oxford debió entender que el asunto era de tan gran relevancia, dado que en la ciudad existe un Target, como para aprobar la normativa tránsfoba con carácter de urgencia.
El que se penase con penas de prisión el uso de los baños públicos por parte de las personas transexuales, a las que se refirieron con tanto desprecio, ocasionó un gran revuelo mediático. Pero además hizo que la ciudad se pusiera en el punto de mira de ACLU (American Civil Liberties Union, la más importante asociación de defensa de los derechos civiles del país) y SPLC (Southern Poverty Law Center, un grupo jurídico del mismo tipo cuyo ámbito son los estados del sur). Ambas asociaciones informaron inmediatamente de su decisión de proceder a denunciar la ordenanza ante los tribunales en cuanto se aplicase.
Desde SPLC se incidió sobre todo en acudir a la autoridad federal para que cesase de inmediato en la provisión de subvenciones a los centros educativos, por violación del título IX de la Ley de Educación, que obliga a que los centros subvencionados no apliquen ninguna normativa discriminatoria a sus empleados y estudiantes.
Eso al parecer ha bastado para que se instara una nueva votación de la normativa, puesto que aún no había sido promulgada por el alcalde, que se encuentra enfermo. Los concejales Charlotte Hubbard, Phil Gardner y Mike Henderson votaron por dejar sin efectos la ordenanza, mientras que el presidente del Concejo, Stephen Waits, y el concejal Chris Spurlin votaron por mantenerla.
Chinyere Ezie, abogada de SPLC presente en la reunión del Concejo, expresaba su satisfacción en los siguientes términos: “El ayuntamiento de Oxford ha hecho lo correcto al derogar su ordenanza discriminatoria. Estamos muy satisfechos de que los miembros del Concejo hayan llegado a la conclusión de que nadie debe ser penalizado por ir simplemente al baño”.
La ordenanza aprobada por el Concejo de Oxford era heredera de la aprobada en Carolina del Norte en lo que respecta a este asunto, y sin duda también es fruto de la fuerte campaña tránsfoba que se inició en la ciudad de Houston (Texas), donde se difundió la imaginaria figura del depredador sexual disfrazado de mujer, que, en la mente de quienes perpetraron el dislate, utilizaba los baños femeninos para abusar de niñas. Todo ello como publicidad contraria a la normativa antidiscriminatoria aprobada en la ciudad, que, lamentablemente fue exitosa, pues logró derogar la ley favorable a los derechos LGTB. El mismo falaz y malintencionado argumento ha sido enarbolado posteriormente en otros ámbitos para defender lo que es pura y dura transfobia.
Fuente Dosmanzanas
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