La Iglesia Católica se manifiesta a favor de la despenalización de la homosexualidad en Trinidad y Tobago
En consonancia con declaraciones previas, el arzobispo de Puerto España declara su pleno apoyo a la decisión del Tribunal Supremo que declara inconstitucional la Ley de Delitos Sexuales que penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, adelantando que no estaría a favor de la legalización del matrimonio igualitario.
A través de una declaración del arzobispo de Puerto España, Charles Gordon, emitida el 13 de abril en Puerto España, la Iglesia Católica declara su pleno apoyo a la sentencia del Tribunal Supremo de Trinidad y Tobago que declara inconstitucional la Ley de Delitos Sexuales que penaliza las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo sigan siendo un delito en el país caribeño. «Es una ofensa moral seria, pero que no debería poner a nadie en la cárcel durante 25 años», declara Gordon, quien es nombrado arzobispo en diciembre del año pasado.
«La Santa Sede continúa defendiendo que se eviten todos los indicios de discriminación injusta hacia las personas homosexuales e insta a los estados a que eliminen las sanciones penales contra ellos», declaraba el arzobispo Gordon en su intervención en la 63ª sesión de las Naciones Unidas en el Vaticano en diciembre de 2008. La mayor parte de la legislación del país caribeño es herencia de su pasado como colonia británica, incluyendo una serie de leyes entorno a la sodomía. Revisada en 1987, la Ley de Delitos Sexuales sigue conteniendo estatutos que datan del año 1533, penalizando tanto «un acto de indecencia grave cometido en privado entre un esposo y su esposa», como entre personas del mismo sexo, independientemente de su género y aunque sean mayores de 16 años de edad que hayan dado su consentimiento.
«Es realmente discriminatorio, cuando lo piensas», declara el padre Martin Sirju, vicario general de la Arquidiócesis de Puerto España, consciente de que parejas heterosexuales practican la sodomía, pero que no son perseguidas en la misma medida en que sí lo son las parejas del mismo sexo, denunciando que además supone una discriminación hacia las personas más desfavorecidas económica y culturalmente, porque «esos son los que quedan expuestos, no los privilegiados, ni las personas bien ubicadas».
Si bien el arzobispo Gordon es consciente de que la derogación de las leyes contra la homosexualidad «abriría la puerta al matrimonio entre personas del mismo sexo», adelanta que no mantendría su apoyo a la legalización del matrimonio igualitario. «Estas bien pueden ser estrategias que están unidas. Tenemos que tratar con ellas por separado. Nos opondremos al matrimonio entre personas del mismo sexo en todas las formas posibles», asegura mientras recuerda a sus fieles que «la misericordia es el epicentro del mensaje del Evangelio. Los homosexuales deben ser protegidos y debemos asegurarnos de que no estén sujetos a discriminación o violencia (…). Deben ser aceptados con respeto, compasión y sensibilidad».
El activista cuya demanda ha llevado a la resolución del Tribunal Supremo, Jason Jones, ya ha declarado su intención de continuar sus reivindicaciones, siendo el siguiente paso el de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción. Un itinerario que parece estar consolidándose en los países de la zona del Caribe, como Belice, que también legalizaba la homosexualidad recientemente. Otros grupos religiosos y seculares han declarando su intención de manifestarse en contra de la legalización de la homosexualidad hasta que el Tribunal Supremo publique su resolución definitiva indicando cómo proceder el próximo 4 de julio. El gobierno de Trinidad y Tobago también ha declarado su intención de apelar esta sentencia.
Fuente Universogay
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