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“Jesús en los desiertos del mundo y la Historia”, por Guillermo Jesús Kowalski

Sábado, 24 de febrero de 2024
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IMG_3235 Jesus en el desierto con los refugiados

 De su blog Poliedro y periferia:

Jesús va al desierto para asimilarse con los desposeídos que lo habitan… y recién entonces empezar su ministerio público. Es el situs desde el que saldrá hacia su Misión. Francisco también comenzó su pontificado con aquella recomendación que ha hecho carne: “no te olvides de los pobres”. La pobreza y la humildad no son el centro de la vida cristiana, pero como dice San Bernardo, son la puerta hacia la totalidad de su experiencia.

Un desierto es un “no lugar” para las “no personas”, “indocumentados existenciales”, excluidos sociales presos de los demonios de la desesperación. Todas las sociedades e incluso religiones, tienen ese espacio no registrado, de descarte humano, de huida hacia donde se es empujado cuando todo fracasa.

Jesús también ha venido a nuestros desiertos para asociarnos a su Misión de buscar el Reino y su Justicia. Asumir para redimir: una vez más la teología de la Encarnación, novedad de novedades que inicia la Pascua de cielos nuevos y tierra nueva (Ap 20,1).

La tentación es buscar la solución a los problemas humanos en las mismas soluciones de siempre: las que se fundan en el poder, el prestigio y la violencia. Jesús nos propone convertirnos al suyo, la humildad y la Misericordia conflictiva del Reino de Dios.

Cierta literatura espiritualista ha hecho de las tentaciones de Jesús en el desierto, un lugar idílico de experiencias místicas y turismo ascético. Se copia año a año como una costumbre más en la constelación de las aburridas repeticiones religiosas. Predica un tipo de “cambio claustral” para que nada cambie en la vida real. Nada de “hacer lío” como dijo Francisco. Mejor evadirse con esas liturgias y espiritualidades narcisistas de la búsqueda infinita de uno mismo.

Pero,  “el desierto era, en aquel tiempo, ruptura con el sistema de vida y de sociedad en que se vivía. (vb J.M. Castillo, La religión de Jesús. Evangelio Ciclo B (2017-18). Era la “Anachóresis”, un “no” lugar de personas desarraigadas, deudores, fugados de la justicia, leprosos, los castigados con el “ostracismo” como pena por sus delitos civiles, etc.

Jesús ha sido decisivo en la historia de la humanidad, le dio un giro decisivo a la religión y a nuestra idea sobre Dios. Su vida pública comenzó a fraguarse en esa Anachóresis, un estado de ausencia de bienestar humano en el desierto. Su ayuno es asociarse con los que no tienen que comer, para vivir la compasión redentora con los hambrientos . Rezar es penetrar en el Silencio de Dios y darse cuenta de la realidad, que son los demás. Es la experiencia de la fe, de lo que hacemos con lo que nos pasa con los demás, y que son los puentes hacia Dios de este mundo.

Posteriormente, Jesús se puso a decir que estaba cerca el Reino de un Dios Padre. Una buena noticia de vida distinta, una felicidad para todos, una esperanza para los pobres, enfermos, que sufren, que ya han perdido toda esperanza. Él pone como centro de su mensaje no un dios abstracto y lejano, sino “el reino de Dios”, cómo es el amor de Dios y dónde podemos encontrarlo: en la solidaridad con los últimos de este mundo.(Mt 25)

Un desierto es un “no lugar” para las “no personas”, “indocumentados humanos”, excluidos sociales presos de los demonios de la desesperación. Todas las sociedades e incluso las religiones, tienen ese espacio no registrado, de descarte humano, de huida hacia donde se es empujado cuando no se colabora con el sistema…como Jesús.

El desierto era algo semejante a “la Pedriza” en el norte de Madrid. Hoy es un lugar domesticado por el consumismo turístico, pero fue una zona árida de difícil acceso, refugio de delincuentes en el s. XIX y de refugiados durante la Guerra Civil prolongada.

Jesús va al desierto para asimilarse con los desposeídos que lo habitan… y recién entonces empezar su ministerio público. Francisco también comenzó su pontificado con aquella recomendación basal: “no te olvides de los pobres”. La pobreza y la humildad reales no son el centro de la vida cristiana, pero como dice San Bernardo son la puerta hacia la totalidad de su experiencia. Dios no quiere el sufrimiento humano, pero al asumirlo y saber de qué se trata, podemos solucionarlo mejor con nuestros talentos creativos y multiplicados.

El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes, en fin, con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes. (Is.58)

También es donde comienza a tener claro que esta opción divina lo llevará a la Cruz, porque en un mundo donde gobierna el mal, no hay lugar para el Amor. Pero es en este mundo, el que hicimos nosotros -no hay otro-, en el que la Resurrección, el triunfo de la Misericordia que todo lo va transformando, ha comenzado. Jesús ha venido a nuestros desiertos para asociarnos a esta Misión. Asumir para redimir: una vez más la teología de la Encarnación, novedad de novedades que inicia la Pascua de cielos nuevos y tierra nueva (Ap 20,1).

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Jesús va al desierto de las angustiosas soledades de este “mundo supercomunicado”. Va a los campos de confinación de millones refugiados de las guerras, hambre y cambio climático. Va donde se desprecia a los inmigrantes como lacras invasoras por más que se deslomen trabajando en trabajos que nadie quiere. Va a a los países, que son mayoría en el mundo, que por más que cambien de gobiernos y políticas siempre están en el pozo de la deuda externa usurera que no los deja levantar cabeza…aunque quienes los oprimen esgriman que es por “vagos y corruptos“. Va donde los viejos son descartados o condenados a suicidarse “civilizadamente” y se mata “legalmente” a los que van a nacer, porque molestan para la felicidad personal, a la cual se tiene “derecho“.

La lista es interminable y la tarea lo es aún más, por algo dijo Jesús a los pobres los tendréis siempre con vosotros” (Mc 14,7). Lo dijo para que no nos aburguesemos con religiosidades tranquilizadoras y lo sigamos encontrando en ellos hasta el Juicio Final, que se anticipa cada día en nuestras decisiones de egoísmo o solidaridad con el pobre.

La domesticada cuaresma burguesa es la que pasa de largo ante los que sufren, como el sacerdote y el levita en la parábola del Samaritano…y encima se justifica. Es la que deja que esto suceda, no interese conocerlo y menos saber con qué acciones se es cómplice de estos pecados estructurales y cómo actuar para cambiarlo.

Vienen a mi memoria dos santos de diferentes desiertos. Charles de Foucauld al servicio de los tuaregs en el norte de África, de quienes nunca obtuvo una sola “conversión“, ni la pretendió como pago por su samaritanismo. Madeleine (Delbrêl) trabajó incansablemente por los pauperizados obreros de barrios de París, que eran totalmente comunistas pero llegaron a respetarla y amarla profundamente por su entrega sincera a los desposeídos.

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El ayuno de Jesús es que nadie pase hambre

La cuaresma de Jesús es que media humanidad deje de ayunar a la fuerza, como fruto de nuestra injusticia . Cuaresma no es perderse en discusiones eclesiásticas mientras el mundo se derrumba. Es el compromiso con la justicia alimentaria, para que nunca más haya hambre en un mundo que tiene tecnologías de sobra para dar de comer a tres veces más la población mundial, de darle salud, educación y vida digna -principalmente, aunque no solo- en la tierra en la que nacieron. También es cuidar “los pájaros y los lirios del campo” (Mt 6,25) de la destrucción sistémica de un “progreso” disfrazado de “greenwashing” para que cuele. La cuaresma es renovar el entusiasmo por la justicia social y la justicia ecológica, intrínsecamente unidas (Laudato Si).

La tentación es buscar el remedio a los problemas humanos en las mismas soluciones de siempre: las que se fundan en el poder, el prestigio y la violencia. Jesús nos propone convertirnos a la humildad y a la “Misericordia conflictiva del Reino de Dios” (J. Laguna). Así encontraremos con Él, la libertad de todas las esclavitudes y haremos un planeta de hermanos (Fratelli Tutti) anticipo del Reino definitivo de Dios.

poliedroyperiferia@gmail.com

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Charles de Foucauld: Santo del Sahara tenía conexiones homosexuales | Canonizado el 15 de mayo de 2022 por el Papa

Sábado, 17 de diciembre de 2022
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Papa-canonizara-Charles-Foucauld-desierto_2235386478_14644892_660x371Del blog Q Spirit:

Charles de Foucauld fue un sacerdote francés y ermitaño del desierto en la Argelia de principios del siglo XX que tenía conexiones homosexuales. Es uno de los 10 nuevos santos canonizados por el Papa Francisco el 15 de mayo de 2022. Su fiesta es el 1 de diciembre. A veces llamado el santo del Sahara, creó el primer diccionario francés/targui.

(Él no es el mismo hombre más conocido con un nombre e historia similares: Michel Foucault, el filósofo gay francés posmoderno, enseñó en Túnez, ayudó a inspirar el desarrollo de la teoría queer y murió de SIDA en 1984).

Charles de Foucauld (15 de septiembre de 1858 – 1 de diciembre de 1916) nació y creció en Francia en el seno de una familia aristocrática. Wikipedia dice que en la escuela secundaria “se vinculó con su compañero de estudios Gabriel Tourdes. Ambos estudiantes tenían pasión por la literatura clásica, y Gabriel siguió siendo, según Charles, uno de los ‘dos amigos incomparables’ de su vida’… Durante sus lecturas con Gabriel Tourdes, quería ‘disfrutar completamente de lo que es agradable para el mente y cuerpo.'”

Foucauld ingresó en la orden trapense en 1890, recibiendo el nombre religioso de Hermano Marie-Albéric. Vivió en monasterios en Francia y en Siria antes de su ordenación sacerdotal en 1901. Queriendo vivir entre “los más alejados, los más abandonados”, se mudó a vivir en la pobreza al desierto del Sahara de Argelia entre el pueblo tuareg, un pueblo bereber. grupo étnico que adoptó el Islam. Foucault apuntó a la caridad, no a la conversión, y no hizo ni un solo converso entre la población local durante su vida. Adoptó el nombre de Carlos de Jesús y dijo que quería “gritar el Evangelio con su vida“.

Sin embargo, a Foucauld se le atribuye haber ayudado en la conversión del secularismo de su amigo cercano Louis Massignon, un erudito católico francés del Islam que tuvo al menos un romance con personas del mismo sexo. Massignon se convirtió en un pionero del entendimiento mutuo católico-musulmán y podría ser considerado un santo queer por derecho propio. El amor de su vida fue el aristócrata español Luis de Quadra, quien “lo inició en la escena homosexual en El Cairo”, según “El ‘musulmán católico’: la conversión de Louis Massignon” en Commonweal. Su vida homosexual está documentada en muchas fuentes, incluida la biografía Louis Massignon: The Crucible of Compassion de Mary Gude. Massignon tradujo la poesía mística homoerótica del místico sufí Rumi.

El legado de Foucauld: “Estar presente en el amor

El sitio web oficial del Vaticano dice que Foucauld fue asesinado a los 58 años el 1 de diciembre de 1916 por “una banda de merodeadores que rodearon su casa”. La iglesia lo considera un mártir que fue asesinado por su fe. Por lo general, hay más en la historia detrás de las hagiografías. El blog Gay Mystic informa de rumores sin fundamento de que “la muerte de Foucauld fue causada en parte como venganza por su práctica de entretener a hombres tuareg jóvenes y guapos en su ermita por las noches… Esta fuente no afirmó ninguna irregularidad”.

Tanto Foucauld como Massignon experimentaron a Dios en un contexto musulmán. Massignon declinó la invitación de Foucauld para unirse a él en su vida como ermitaño, pero se convirtió en el ejecutor del legado espiritual de Foucauld y supervisó la publicación de su “Directorio” o Reglas que condujeron a la fundación de los Hermanitos y Hermanitas de Jesús. Sus escritos están recopilados en “Charles de Foucauld (Maestros espirituales modernos)”, publicado por Orbis.

La oración más conocida de Foucault es su “Oración de Abandono” que comienza: “Padre, me abandono en tus manos…

Resumió la teología que vivió cuando escribió: “No es necesario enseñar a otros, curarlos o mejorarlos; sólo es necesario vivir entre ellos, compartiendo la condición humana y estando presentes en el amor”.
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Enlaces relacionados:

Beato Carlos de Foucauld, Louis Massignon y la conexión gay (blog Gay Mystic)

Beato Carlos de Foucauld (Queering the Church)

Rumi: poeta y mística sufí inspirada en el amor entre personas del mismo sexo (Q Spirit)
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Crédito de la imagen superior: Carlos de Foucauld, hacia 1907
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Esta publicación es parte de la serie LGBTQ Saints de Kittredge Cherry. Santos tradicionales y alternativos, personajes de la Biblia, mártires LGBT y queer, autores, teólogos, líderes religiosos, artistas, deidades y otras figuras de especial interés para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y queer (LGBTQ) y nuestros aliados. .

Este artículo se publicó originalmente en Q Spirit el 15 de mayo de 2022 y se actualizó más recientemente el 30 de noviembre de 2022

Derechos de autor © Kittredge Cherry. Reservados todos los derechos.

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¿Por qué me atrae la figura de Charles de Foucauld?

Viernes, 10 de junio de 2022
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imgchrcdfe0041“Fue un verdadero buscador, un buscador incansable y el patrono de los fracasados” 

“Se sumó a esto como providencial la invitación que me hacía don Pedro Casaldàliga, obispo de Sâo Félix de Araguia, de participar de la fraternidad Iesus Caritas en la que hoy camino en comunión”

“Charles de Foucauld ha sido catalogado como el hermano universal, predicó el Evangelio de Jesús sin palabras, sólo a través de su vida y fraternidad universal”

“Carlos de Foucauld es canonizado como sacerdote diocesano y podríamos decir que es el santo de los que en muchos momentos nos sentimos fracasados, los que en muchos momentos no vemos fruto a nuestra misión pastoral”

“San Carlos de Foucauld patrono de los insatisfechos, fracasados y quienes quieren recomenzar: ruega por nosotros”

Desde el seminario me impresionó y apasionó la figura de este humilde sacerdote francés que ha sido canonizado por el Papa Francisco el día 15 de mayo, ceremonia en la que he podido participar y celebrar junto al obispo de Roma. Recuerdo que gracias a un compañero de seminario, hoy sacerdote, leí con mucha profundidad la biografía escrita por Jean-François Six. De inmediato me sentí identificado, interpelado y animado por el ejemplo testimonial de este verdadero testigo humilde de Jesús de Nazaret. Se sumó a esto como providencial la invitación que me hacía don Pedro Casaldàliga, obispo de Sâo Félix de Araguia, de participar de la fraternidad Iesus Caritas en la que hoy camino en comunión.

Tres cosas me tocaron el corazón y aún hoy siguen interpelándome: Charles de Foucauld, era un verdadero buscador, un hombre abierto a toda la humanidad, llamado el hermano universal y un hombre que buscó a ejemplo de Cristo ser uno de tantos, buscando en todo el último lugar.

Fue un verdadero buscador, un buscador incansable. Al inicio buscó su plenitud a través de lo humano: primero erróneamente, a través del desenfreno y las pasiones -como el hijo pródigo del Evangelio-, pero al descubrir que éstas no calmaban el ansia de su corazón, pasa a la búsqueda de su plenitud a través de lo intelectual y social de su época.

Logró hacer una gran y peligrosa exploración por Marruecos y Argelia en el gran Sáhara, por la que obtuvo un gran premio de la sociedad de geografía francesa, ya que era el primer francés que recorría todo el vasto desierto del Sáhara y lo documentaba de forma científica. Al darse cuenta de que ni aún estos logros humanos llenaban su alma, se deja interpelar por el ejemplo del Islam, que con rigurosa fidelidad sus fieles rezaban sus oraciones a diario. Esto le llevó a cuestionarse su agnosticismo religioso y comenzó a cuestionarse su actitud y comenzaba a balbucear la más poderosa oración:

Dios mío si existes, haz que te ame -rezaba a diario-. Dios escuchó su oración, y un día llegó el golpe de Gracia: invitado por el Padre Huvelin, confiesa y comulga, teniendo una conversión impresionante, como San Pablo.

B7B2D103-ABB5-405E-A6E7-6B1264169FDAAlpargatas de Carlos de Foucauld 

Pero esto no quedó allí, su deseo de búsqueda parecía infinito. Luego, buscando imitar a Jesús, se hace trapense, no encontrando en este lugar su pleno anhelo de imitación de Jesús (para él la Trapa no llenaba la vida del Jesús obrero de Nazaret) . El infinito buscador siguió buscando: se hizo criado de unas clarisas en Jerusalén y tampoco encontró en ello su plenitud, hasta que encontró su propio camino.

Fue ordenado como Sacerdote libre de la diócesis de Viviers, y desde allí regresa a donde había iniciado su conversión, vuelve al desierto, al lugar donde comenzó de forma incipiente su camino de salvación, iniciada a través de hombres religiosos del Islam. Sintiéndose enviado para llevar la plenitud De Dios a aquellos buenos islámicos, que adoraban al mismo Dios y que él quería mostrarle a Jesús, la plena Revelación y Salvación, que nos regala el Padre del cielo.


Charles de Foucauld ha sido catalogado como el hermano universal, predicó el Evangelio de Jesús sin palabras, sólo a través de su vida y fraternidad universal
. Para llegar a esto, renuncia a la evangelización directa y moralizante -propia de su época-, deja la sotana clerical y adopta el humilde hábito de los padres Blancos, que al final de su vida incultura más aun, adoptando la forma de vestir de sus hermanos tuareg, mostrando que la vida y nuestro testimonio, es el único Evangelio que muchos hombres y mujeres leerán, por encima de los hábitos o elementos distintivos, que pueden hacer en algunos casos, alejarnos de la gente y por tanto alejarnos de Jesús.

Foucauld se dejó impresionar por el texto del Evangelio en el que Jesús invita a sus discípulos a buscar el último lugar. Él dejó la rica Francia, dejó un futuro exitoso eclesial, un porvenir holgado como capellán de la legión francesa (cargo que podía haber obtenido al ser militar) para ir a donde nadie ni siquiera se planteaba ir, a vivir entre los más pobres, entre paganos e infieles -como se decía en su época- e irradiar a través de la presencia de Jesús Eucaristía, el Sol de la gracia y la salvación.

Carlos de Foucauld es canonizado como sacerdote diocesano y podríamos decir que es el santo de los que en muchos momentos nos sentimos fracasados, los que en muchos momentos no vemos fruto a nuestra misión pastoral. Es el santo de lo pequeño, de lo sencillo, de lo humilde, de lo que parece no tener éxito mediático ni prestigio eclesial.

Él, en su vida, no pudo ver ninguna conversión del Islam al cristianismo, pero fue a la misión sabiendo que no tendría éxito humano, sabiendo que unos siembran y a otros les tocará recoger. Se cuenta que sólo bautizó a un niño enfermo, que murió pocos días después. No tuvo discípulos en su ideal de formar una comunidad religiosa: llegó a sentir la soledad total, tanto es así que no pudo celebrar la Eucaristía durante meses (ya que era obligatorio que participará un fiel en la Misa) y él no tenía a nadie que acudiese a la misma.

Él, teniendo la posibilidad de quedarse en Tamarasset para poder celebrar la Eucaristía (gracias a la asistencia de soldados franceses) o de ir a el Hoggar y no poder celebrar la Misa por falta de asistente, decide hacer como Jesús, ser hundido en el corazón de los pueblos y de los hombres, de manera ordinaria y sencilla. Escoge la privación Eucarística y, en mayo de 1907, parte para vivir una vida Eucarística por encima de la celebración ritual del sacramento: celebra la Eucaristía vivencialmente en su vida, haciendo de su vida una Misa sobre el altar del universo.

61808ADF-BEA5-482C-B7FA-2ACFABD524D1El 1 de diciembre de 1910 fue violenta y dolorosamente asesinado por una banda de maleantes, que acabaron con la vida de quien sólo dio amor y brindó la amistad de Jesús a todos. Cuentan que tres semanas después, un militar francés llegó y encontró entre las arenas del desierto, una pobre custodia con El Santísimo Sacramento. El militar devotamente la tomo y recordó las palabras de Jesús “Si el grano de Trigo no cae en tierra y muere queda infecundo, pero si muere dará mucho fruto” (Jn 12,23-24).

Así ha sido, y después de su muerte han nacido más de 22 asociaciones religiosas con su espíritu y miles de personas han vuelto a la fe gracias a su ejemplo e intercesión. Su mayor milagro son los miles de conversiones de quienes leen su vida y se acercan a su testimonio de amor a todos.

Que el ejemplo del hermano universal nos ayude a encontrar nuestro propio camino de seguimiento e imitación de Jesús, tal como nos recordaba el Papa Francisco en la homilía de la canonización, no siendo santos de fotocopia sino, volviendo al verdadero Jesús del Evangelio, llevando su palabra a través del la amistad y testimonio de nuestra vida.

San Carlos de Foucauld patrono de los insatisfechos, fracasados y quienes quieren recomenzar: ruega por nosotros.

 

Fuente Religión Digital

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Santiago Agrelo: “Las sorprendentes afinidades entre Charles de Foucauld y Francisco de Asís”

Jueves, 19 de mayo de 2022
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FF61CA44-0113-4AE5-8D94-C0CA69F4C282“Sus vidas se parecen como la de dos hermanos pequeños de Jesús”

“No te sorprenderá si te digo que, entre Charles de Foucauld y Francisco de Asís encuentro afinidades sorprendentes”

“Los dos sienten pasión por lo pequeño y por la fraternidad. Uno soñó su mundo como un mundo de hermanos menores. El otro dejó tras de sí una estela “pequeños hermanos de Jesús”, “hermanitas de Jesús”

“Conocen a Jesús por el evangelio y lo representan desde paradigmas culturales propios del tiempo en que cada uno vivió el evangelio. Pero los dos se fijan en él, los dos lo aman, los dos lo imitan, los dos lo siguen, los dos se dejan transformar en él”

Querido José Manuel: no voy a escribir sobre Charles de Foucauld; no tendría nada personal que decir sobre él; tampoco conozco su vida como para decir sobre ella algo que valga la pena escuchar.

Desde mi juventud he conocido y admirado la Fraternidad de las Hermanitas de Jesús –Congregación de las Pequeñas Hermanas de Jesús-; pero ni siquiera sabría decir cuál es el vínculo que hay entre ellas y Charles de Foucauld; sólo sé que nacieron atraídas por su ideal de vida y que, para ellas, la canonización que se va a celebrar el próximo día 15 de mayo será un acontecimiento deseado, soñado, mil veces imaginado, e inolvidable.

No te sorprenderá si te digo que, entre Charles de Foucauld y Francisco de Asís encuentro afinidades sorprendentes.

Los dos conocieron una forma de vida que estaba muy lejos de ser piadosa. De Francisco de Asís, uno de sus biógrafos dice que, “aventajando en vanidades a todos sus coetáneos, mostrábase como quien más que nadie incitaba al mal y destacaba en todo devaneo”. Charles de Foucauld, por su parte, atravesó un largo período de increencia y de “fiesta” que, en días de lucidez espiritual él describirá “como un descenso hacia la muerte”.

Uno y otro conocen el vacío que la vanidad deja siempre tras de sí. Vacío, y también tristeza: “Una tristeza… que volvía a mí cada tarde cuando me quedaba solo en mi apartamento… que me dejaba mudo y abrumado durante lo que llaman fiestas”.

Uno y otro participan en expediciones militares. No sé lo que podían suponer para ellos los “enemigos” a los que tendrían que enfrentarse. Imagino que sería más importante la gloria que se esperaba alcanzar que las vidas sobre las que se había de pasar.

Dios parece ser el rostro que siempre se insinúa en el fondo sin fondo del vacío personal. Y la vida cambia cuando ese rostro insinuado adquiere consistencia. A dársela contribuirá la gracia de un encuentro.  En Charles de Foucauld será encuentro con creyentes musulmanes: “La vista de esta fe, de estas almas en continua presencia de Dios, me hizo entrever algo más grande y más auténtico que las ocupaciones mundanas”.

En Francisco de Asís será encuentro con leprosos: “El Señor me dio a mí, el hermano Francisco, el comenzar de este modo a hacer penitencia: pues como estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo ver a los leprosos, pero el Señor mismo me llevó entre ellos, y practiqué con ellos la misericordia. Y, al separarme de ellos, lo que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo”.

Entonces empieza para Francisco y para Carlos algo nuevo, algo definitivo, algo último, algo que sabe a totalidad, a plenitud: “Tan pronto como creí que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir para él”. “Mi Dios, mi todo”.

Claro que el Dios en quien han creído tiene los rasgos de Jesús de Nazaret, y será en la forma en que Francisco y Carlos siguen a Jesús donde encontraremos que sus vidas se parecen como la de dos hermanos pequeños de Jesús. Conocen a Jesús por el evangelio y lo representan desde paradigmas culturales propios del tiempo en que cada uno vivió el evangelio. Pero los dos se fijan en él, los dos lo aman, los dos lo imitan, los dos lo siguen, los dos se dejan transformar en él.

Habrás observado, hermano mío, que los dos sienten pasión por lo pequeño y por la fraternidad. Uno soñó su mundo como un mundo de hermanos menores. El otro dejó tras de sí una estela “pequeños hermanos de Jesús”, “hermanitas de Jesús”, un mundo en el que nos resulta sencillo descubrir la presencia de Jesús, hermano de todos, siervo de todos.

Es todo lo que se me ocurre decirte. Pero no creo que valga la pena publicarlo.

Un abrazo de este hermano menor.

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Charles de Foucauld, el “Hermano universal” será canonizado por la Iglesia Católica Romana el 15 de mayo de 2022.

Miércoles, 24 de noviembre de 2021
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Un santo que consideramos nuestro, seamos de la confesión Cristiana que seamos… Charles de Foucauld entre los 7 nuevos santos que tendrá la Iglesia Católica Romana el 15 de mayo de 2022. El Papa Francisco estableció la fecha de canonización de siete beatos, tal como lo había decretado en el Consistorio público ordinario del pasado 3 de mayo. La fecha no se pudo establecer antes a causa de la pandemia.

En aquel Consistorio Francisco había destacado la “vida cristiana y ejemplar santidad” de los futuros siete nuevos santos, cuya fecha de canonización no se había podido establecer a causa de la emergencia sanitaria por el Covid-19.

Entre ellos destaca Charles de Foucauld, sacerdote diocesano, “pobre entre los pobres”. Lázaro, llamado Devasahayam, laico, mártir; César de Bus, sacerdote, fundador de la Congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana; Luigi Maria Palazzolo, sacerdote, fundador del Instituto de las Hermanas de los Pobres – Instituto Palazzolo; Giustino María Russolillo, sacerdote, fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones y de la Congregación de las Hermanas de las Divinas Vocaciones; Maria Francesca di Gesù (nacida Anna Maria Rubatto), fundadora de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano; María Domenica Mantovani, cofundadora y primera superiora general del Instituto de las Hermanitas de la Sagrada Familia.

Ahora Francisco ha decidido que el rito de canonización de estos siete beatos se celebre el 15 de mayo del próximo año 2022.

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No tenemos el derecho a ser perros mudos y centinelas silenciosos: debemos clamar cuando vemos el mal.

 Carta a monseñor Livinhac, 8 de febrero de 1902

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Toda nuestra existencia, todo nuestro ser debe gritar el Evangelio sobre los tejados. Toda nuestra persona debe respirar a Jesús, todos nuestros actos, toda nuestra vida deben gritar que pertenecemos a Jesús, deben presentar la imagen de la vida evangélica.

Escritos espirituales, p. 396. Nazaret, 1898

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Estoy aquí, no para convertir de un golpe a los tuaregs, sino para tratar de comprenderlos y ayudarlos. Estoy convencido de que Dios en su bondad acogerá en el Cielo a quienes fueron buenos y justos, sin necesidad de que sean católicos romanos. Ud. es protestante, Teissre es incrédulo, los tuaregs son musulmanes, estoy persuadido de que Dios nos recibirá a todos si nos lo merecemos.

Carlos de Foucauld al Dr. Dhauteville, de confesión protestante

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[…] Alejar de nosotros el espíritu militante. «Los envío como un cordero entre lobos», dice Jesús… Qué lejos está esta manera de hacer y hablar de Jesús del espíritu militante de aquéllos que no son cristianos o son malos cristianos, que ven enemigos en contra de los que luchar en lugar de ver a hermanos enfermos que hay que cuidar, heridos echados al borde del camino para los que hay que ser buenos samaritanos. […] Ser misericordioso, manso, humilde con todos los hombres; es lo que hemos aprendido de Jesús. No ser militante con nadie: Jesús nos ha enseñado a ir «como corderos en medio de lobos», no a hablar con acritud, con aspereza, a injuriar, a tomar las armas.

Carta a Joseph Hours, 3 de mayo de 1912

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Nuestro propio aniquilamiento es el medio más poderoso que tenemos para unirnos a Jesús y hacer bien a las almas. San Juan de la Cruz lo repite casi en cada línea.

Cuando uno puede sufrir y amar, puede mucho, puede lo que más en este mundo. Uno siente que sufre, pero no siempre siente que ama y es un gran sufrimiento. Pero uno sabe que quisiera amar, y querer amar es amar.

[…] Se nota que no amamos bastante —esto es verdad, nunca se amará bastante—; pero Dios, que sabe de qué barro nos ha hecho y que nos ama más de lo que una madre podría amar a su hijo, nos ha dicho —él, que no puede morir— que no rechazará a aquél que se acerque a él.

Carta a María de Bondy, 1 de diciembre de 1916

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Padre mío, me pongo en vuestras manos; Padre mío, me confío a vos; Padre mío, me abandono a vos; Padre mío, haced de mí lo que os plazca; sea lo que sea lo que hagáis de mí, os lo agradezco; gracias por todo; estoy dispuesto a todo; lo acepto todo; os doy gracias por todo, con tal que vuestra voluntad se haga en mí, Dios mío; con tal que vuestra voluntad se haga en todas vuestras criaturas, en todos vuestros hijos, en todos aquellos a los que ama vuestro corazón, no deseo nada más, Dios mío; pongo mi alma en vuestras manos; os la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque os amo, y para mí es una necesidad de amor el darme, ponerme en vuestras manos sin medida; yo me pongo en vuestras manos con infinita confianza, porque vos sois mi Padre.

Carlos de Foucauld, Méditations sur l’Évangile au sujet des principales vertus

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Gritar el Evangelio con la vida.

Martes, 10 de noviembre de 2020
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Carlos de Foucauld, este hombre, de vida agitada, de sueños imposibles… que sólo encontró la tranquilidad sumergiéndose en la vida oculta de Nazaret… Jesús, su Amado, lo acompañó en un itinerario de abandono absoluto, llegando a ser el “Hermano Universal“·

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Es preciso gritar el Evangelio con la vida: Toda nuestra vida, por más callada que sea, la vida de Nazaret, la vida del desierto, tanto como la vida pública, deben ser una predicación del evangelio mediante el ejemplo; toda nuestra existencia, todo nuestro ser debe gritar el Evangelio sobre los tejados; toda nuestra persona tiene que respirar Jesús, todos nuestros actos, toda nuestra vida, deben gritar que pertenecemos a Jesús, deben presentar la imagen de la vida evangélica, todo nuestro ser debe ser una predicación viva, un reflejo de Jesús, algo que grite “Jesús”, que haga ver a Jesús, que resplandezca como imagen de Jesús.”

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“…alabar a Dios es derretirse a sus pies

en palabras de admiración y de amor…

la alabanza forma parte esencial del amor.

Señor mío y Dios mío,

enséñame a encontrar toda mi alegría en alabarte,

es decir,

repetirte sin fin que te amo infinitamente .

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Carlos de Foucauld

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Obediencia

Viernes, 2 de octubre de 2020
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Debemos amar a Dios, éste es nuestro «primer deber»… Amarle significa obedecerle: «Quien me ama guardará mi Palabra». Si Dios nos manda, mediante la voz de sus representantes, seguirle en su vida pública y ser obreros evangélicos junto a él, sigámosle en este trabajo, obedezcamos, obedezcamos siempre, e imitémosle en esta vida de evangelización, seamos también en ella pobres, abyectos, recogidos como él, seamos su imagen en todos los aspectos, tan pequeños, tan rebajados como él, «no más grandes que nuestro Maestro». Pero si no se nos llama a la vida del apóstol, entonces abstengámonos bien de darnos a nosotros mismos una vocación que sólo a Dios corresponde conceder, no nos arroguemos sus derechos y estemos atentos a no escogernos, a no enviarnos a nosotros mismos. Permanezcamos entonces juntos allí donde él, con su ejemplo, nos enseña a estar hasta que no seamos llamados a la vida de la evangelización, permanezcamos ¡unto a él en la humilde casa de Nazaret como obreros, artesanos, viviendo con el trabajo de un humilde oficio, pobres, abyectos, despreciados, oscuros, escondidos, recogidos en este retiro, en esta soledad, en este silencio, en esta sepultura que la pobreza tanto ayuda a obtener.

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Charles de Foucauld,
Obras espirituales,
San Pablo, Madrid 1998.

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Desierto, tiempo de Gracia.

Sábado, 24 de agosto de 2019
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Es preciso pasar a través del desierto y morar en él para recibir la gracia de Dios; es allí donde nos vaciamos, donde expulsamos de nosotros todo lo que no es Dios y donde se vacía esta pequeña casa de nuestra alma para dejarle todo el sitio a Dios.

Los judíos atravesaron el desierto. Moisés vivió en él antes de recibir su misión. San Pablo, cuando salió de Damasco, fue a pasar tres años en Arabia. También san Jerónimo y san Juan Crisóstomo se prepararon en el desierto. Es indispensable […].

Es un tiempo de gracia. Es un período a través del que debe pasar necesariamente toda alma que quiera dar fruto […]. Le hacen falta este silencio, este recogimiento y este olvido de todo lo creado en medio de los cuales pone Dios en el alma su Reino y forma en ella el espíritu interior: la vida íntima con Dios, la conversación del alma con Dios a través de la fe, de la esperanza, de la caridad […]. Los frutos que pueda producir el alma más tarde serán exactamente proporcionales a la medida en que se haya formado en ella el hombre interior.

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Charles de Foucauld
Obras espirituales,
Ediciones San Pablo, Madrid 1998

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Unión

Miércoles, 12 de septiembre de 2018
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Del blog Nova Bella:

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Te voy a dar un consejo sobre tu matrimonio, lo único necesario, lo único perfecto para nosotros es hacer la voluntad de Dios, sea la que sea, es necesario buscar lo que Dios quiere hacer, y Dios quiere que muchas de sus almas vivan en el matrimonio. Quiere que ellas se santifiquen y se unan íntimamente a él como santa Mónica, san Luis, santa Isabel… el estado más santo, el mejor, el más perfecto y el más deseable para nosotros es aquel que Dios quiere, sea el que sea. Si Dios te quiere casado es en ese estado como podrás santificarte mejor para glorificar Su Nombre haciendo realidad el Reino en ti y en los otros.

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Charles de Foucauld

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Amar

Sábado, 28 de octubre de 2017
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Del blog Nova Bella:

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El amor no consiste en sentir que se ama,

sino en querer amar

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Carta de Charles de Foucauld a Louis Massignon, 15 de julio 1916

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Abrazo

Lunes, 3 de julio de 2017
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Del blog Nova Bella:

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“Te abrazo como te amo”

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Charles de Foucauld

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Caminemos seguros

Miércoles, 31 de mayo de 2017
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Una de las cosas que debemos a nuestro Señor es no tener nunca miedo. Tener miedo es hacerle una doble injuria: en primer lugar, es olvidar que él está con nosotros, que nos ama y que es omnipotente; en segundo lugar, porque no nos configuramos con su voluntad: configuramos nuestra voluntad con la suya, todo lo que nos ocurra, dado que es querido y permitido por él, nos dejará alegres y no tendremos ni inquietudes ni temores. Tengamos, pues, esa fe que expulsa todo miedo; tengamos a nuestro lado, frente a nosotros y en nosotros, a nuestro Señor Jesucristo, Dios nuestro, que nos ama infinitamente, que es omnipotente, que sabe lo que es bueno para nosotros, que nos dice que busquemos el Reino de los Cielos y que el resto nos será dado por añadidura.

Caminemos seguros con esta bendita y omnipotente compañía por el camino de lo más perfecto, y estemos seguros de que no nos ocurrirá nada de lo que no podamos extraer el mayor bien para su gloria, para nuestra santificación y para la de los otros. Y que todo lo que nos ocurra será querido y permitido por él y, en consecuencia, lejos de toda sombra de temor, sólo hemos de decir: “Bendito sea Dios por todo lo que nos ocurra”, y sólo hemos de rogarle que ordene todas las cosas, no según nuestras ideas, sino para su mayor gloria .

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Charles de Foucauld.

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