Prohíben en Brasil la película “La primera tentación de Cristo”
A finales del pasado año informábamos de que habían atacado con cócteles Molotov a los creadores del ‘Jesús gay’ de Netflix durante la Nochebuena. Hoy conocemos que la polémica película de Netflix sobre un Jesucristo gay, La primera tentación de Cristo, ha sido retirada en Brasil. Así lo ha ordenado un juez de Brasil a la plataforma streaming. Las presiones del gobierno de Bolsonaro han conseguido que se censure una película.
Según el juez que ha dictado la orden de censura, ha argumentado: “Me parece más adecuado y beneficioso, no solo para la comunidad cristiana, sino para la sociedad brasileña, mayoritariamente cristiana, hasta que se juzgue el mérito”. Varios grupos religiosos pidieron la retirada de esta película cuando se anunció. Ahora la justicia brasileña ha aceptado la petición del Centro Católico Don Bosco Fé y Cultura, uno de los varios grupos de ultraderecha que han presionado, por desgracia han tenido éxito.
El grupo cómico Porta dos Fundos suele realizar especiales de Navidad todos los años, precisamente en 2018 ganaron un premio Emmy por el programa en el que Jesús y los apóstoles se emborrachaban en la Ultima Cena. Pero el programa de este año, desato la ira de las ramas más ultraconservadoras del país. En diciembre la sede de los creadores fue asaltada y atacada con cocteles molotov, provocando graves daños al edificio.
Este hecho hizo que los cómicos recibieran muchas muestras de apoyo y solidaridad por parte de otros artistas y asociaciones que han pedido al gobierno que considere este ataque como terrorista. El gobierno no se ha pronunciado sobre este hecho y tampoco se espera. Solo esperamos que la cordura y la libertad vuelvan lo antes posible a Brasil.
En España, Abogados Cristianos denunció a Netflix que se ha vuelto a encontrarse con una campaña publicitaria inesperada por uno de sus productos. Esta vez, gracias a que la Asociacion Española de Abogados Cristianos ha comunicado que les ha demandado y han solicitado al Juzgado de Guardia de Colmenar Viejo medidas cautelarísimas para que Netflix España retire de la plataforma la película La primera tentación de Cristo.
La organización de juristas señala que esta película comete un presunto delito contra los sentimientos religiosos, en la modalidad de escarnio, tipificado en el artículo 525 del Código Penal. Su presidenta, Polonia Castellanos, denuncia que “esta película burla la imagen de Jesucristo, presentándole como si fuera inepto y homosexual”.
También añade que “en Brasil, donde la película ya ha sido publicada, ha socavado la dignidad de los creyentes que se han mostrado en contra de esta producción. Por ello no podemos permitir que, lo que ha ofendido en Brasil, esté siendo emitido en nuestro país”.
Aunque a nivel judicial no sabemos cómo acabará el caso, lo cierto es que el comunicado de Abogados Cristianos lo que ha hecho es generar un “efecto Streisand” que ha dado a conocer una película que en realidad estaba pasando bastante desapercibida.
Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Fuente Agencias/Cromosomax/Cristianos gays/Dosmanzanas
Cine/TV/Videos, Cristianismo (Iglesias), General, Homofobia/ Transfobia.
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