Ocurrió el pasado sábado, a las tres de la madrugada. Cèlia Casanova (una chica trans) y Júlia González caminaban por la calle Alcolea del barrio de Sants, en Barcelona, cuando fueron agredidas por tres jóvenes que a bordo de un coche se detuvieron a su altura, haciéndose pasar por agentes de policía. Las jóvenes no cayeron en la trampa y continuaron su camino, pero los agresores descendieron del coche, las insultaron y las agredieron físicamente. La peor parte se la llevó Cèlia, que sufre fractura nasal y diversos hematomas como consecuencia de un puñetazo en el rostro.

Las jóvenes volvían tranquilamente a casa tras haber disfrutado de una noche de fiesta. La agresión, de hecho, se produjo por sorpresa, sin aparente desencadenante. Según la descripción que las chicas han hecho, todo indica que los agresores iban “a la caza”, buscando víctimas vulnerables a las que agredir. “Dos mujeres, una de ellas trans, en una calle vacía”, explica Cèlia, en declaraciones a betevé, televisión local de Barcelona (de cuyo reportaje hemos tomado la captura de imagen). No les hacía falta más.

Las dos jóvenes han denunciado la agresión ante los Mossos d’Esquadra y espera que los agresores puedan ser identificados, quizá con la ayuda de alguna cámara de seguridad. El presidente del Observatori Contra l’Homofòbia, Eugeni Rodríguez, tiene pocas dudas de que la agresión es un nuevo delito de odio. Rodríguez ha destacado además su similitud con el ataque que hace un par de meses se produjo, también en Barcelona, contra dos chicos gais. “Son hombres que circulan en coche y cuando detectan posibles personas LGTBI las atacan y agreden”, ha declarado.

Cataluña: la comunidad con más agresiones por LGTBfobia

Según la estadística de delitos de odio del Ministerio del Interior correspondiente a 2016, Cataluña fue la comunidad que más delitos de odio por LGTBfobia registró oficialmente (60). Respecto a 2017, no se han hecho públicas todavía cifras oficiales, pero los datos provisionales del Observatori contra l’Homofòbia recogen un total de 112 incidencias, de las cuales 18 son agresiones físicas. Siempre según este recuento provisional, en 2017 se habrían registrado 28 incidencias más que el año anterior (en 2016 se registraron 84 incidencias). Es cierto que dicho crecimiento puede responder tanto a un aumento real de la LGBTIfobia como a una mayor tendencia por parte de las víctimas a denunciar lo sucedido.

Si a ello añadimos el repunte de episodios de homofobia relacionados de una u otra forma con el conflicto político catalán, protagonizados mayoritariamente por grupos de extrema derecha (en noviembre dedicamos una entrada al tema), el panorama es ciertamente preocupante.

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