“Celebraciones en familia”, por Gerardo Villar.
Aunque uno sea ya mayor resulta que hay oportunidad para sorprenderme.
Lo que siempre he soñado, ahora me ocurre… Pues que voy celebrando las comuniones de los niños por primera vez, de uno en uno, o de dos en dos.
Una novedad, por aquello del coronavirus, para evitar todo peligro de contagio entre los niños y participantes. Y la comunión se la doy, previa retirada de la mascarilla por parte de los padres. No hay trajes elegantes ni nada extraordinario.
Es cierto que voy a celebrarlo unos cuantos días. Pero no me importa. El fotógrafo apenas ha actuado. Hemos estado en silenciosa participación y con atención.
Los padres y los catequistas van realizando las lecturas, preces, ofrendas… Y como no hay pugna de cómo van los demás, un vestido sencillo.
Todo lo que hemos luchado por conseguir ese ambiente de sencillez y participación, y resulta que ahora el Covid- 19 nos lo exige. Y como nos lo indica Sanidad, no hay grandes aglomeraciones: ni siquiera en la comida: justo los padres y abuelos.
Ya sé que es por obligación y que hay poco convencimiento, pero la necesidad nos hace brotar la virtud. Pienso que igual va a ser positivo el celebrar la eucaristía con grupos reducidos, porque el silencio, las respuestas, los cantos, todo va animando unas celebraciones a gusto, profundas.
Me va tocando celebrar varios funerales con el cupo exigido por aforo y voy experimentando otras experiencias parecidas. Igual podemos sacar lecciones de esta epidemia. Lo importante es que lo celebremos con intensidad, con ganas, con actitud de fe y atención. A ver si se animan las parejas, porque sería una oportunidad para vivir eso que siempre hemos soñado de unas bodas como celebraciones cálidas de un sacramento tal como el matrimonio. Celebrado como comunidad y con fe.
Quizás estamos ensayando unas formas nuevas de cristianismo con mucha menor multitud y con la oportunidad de una predicación más concreta, más apropiada a esas personas concretas.
Después de toda una vida pastoral, ahora tengo la suerte de celebrar de verdad estos sacramentos, así, en familia.
Gerardo Villar
Fuente Fe Adulta
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