Comentarios desactivados en ¿Se está convirtiendo el Sínodo en un filibusterismo eclesial?
ROMA—En el Senado de los Estados Unidos, una práctica conocida como “filibusterismo” exige que dos tercios del cuerpo de 100 personas acuerden poner fin al debate antes de que se pueda votar una determinada pieza legislativa. Esta práctica me viene a la mente durante la Asamblea General del Sínodo de este mes.
Este camino sinodal no es legislativo, un punto que el Papa Francisco reitera enfáticamente, por lo que cualquier comparación será insuficiente. Pero me preocupa que haya paralelos preocupantes.
La primera mitad del Sínodo sobre la Sinodalidad (sus etapas local, nacional, regional y continental desde fines de 2021 hasta principios de 2023) estuvo llena de impulso. Aunque no fue universal, muchas áreas de la Iglesia respondieron con entusiasmo a la invitación del Papa Francisco a caminar juntos. Este entusiasmo se mantuvo a medida que se mantuvieron conversaciones espirituales, se escribieron informes, se mantuvieron más conversaciones, se escribieron más respuestas, etc.
Ese período se parecía a las primeras etapas de la elaboración de una legislación: se acumula energía en torno a un tema, las partes interesadas se reúnen con sus ideas, se desarrollan marcos y algunos redactores comienzan a redactar un texto. En ambas circunstancias, hay una participación sostenida y, a menudo, esperanza, incluso cuando a veces persiste un desacuerdo agudo. Pero las cosas avanzan.
Ahora, en la segunda mitad del Sínodo sobre la sinodalidad, el impulso eclesial parece haberse estancado o, en términos legislativos, haberse convertido en una maniobra obstruccionista. La Asamblea General del pasado octubre terminó en una decepción. Para los fieles que esperaban que sus voces se escucharan en los salones de Roma, lo que llevaría a acciones que ampliaran la participación, la inclusión y la justicia en la iglesia, hubo muy poco en el informe final. A mitad de la Asamblea General de este año, la trayectoria parece igualmente problemática.
El paralelo legislativo es cuando la elaboración de leyes llega a un callejón sin salida, las negociaciones se agotan y, en cambio, se ofrece un coro de “pensamientos y oraciones” cuando el problema que los legisladores intentaron abordar simplemente persiste. En ocasiones, este callejón sin salida se debe en realidad a que la brecha entre las distintas opiniones es demasiado grande. Pero la historia de Estados Unidos revela que, en otras ocasiones, una minoría utiliza el obstruccionismo para acabar con el progreso, como el obstruccionismo que los senadores del Sur emplearon durante días para detener la legislación sobre derechos civiles. Y hoy, es común que muchos senadores abandonen una legislación antes de que se redacte o debata porque “no hay votos”.
Los defensores del obstruccionismo afirman que esta práctica garantiza un debate vigoroso, incluso exhaustivo. Sus críticos creen que es una regla arcaica que impide casi cualquier acción significativa sobre asuntos urgentes de actualidad, y yo me cuento en este último grupo. Entonces, ¿por qué el Sínodo me hace pensar en el obstruccionismo?
En primer lugar, algunos defensores del obstruccionismo y algunas perspectivas sobre la sinodalidad en realidad están hablando de una toma de decisiones por consenso con otro nombre, en la que se habla de un tema hasta que todos se sienten cómodos, aunque no necesariamente estén de acuerdo, el tiempo que sea necesario. El problema es que ni el Senado de Estados Unidos ni la Iglesia Católica Romana se rigen por el igualitarismo vital para los procesos de consenso. No estoy diciendo que deban serlo: la primacía papal tiene sus méritos, al igual que la democracia representativa. Pero si una iglesia sinodal es aquella en la que todo se discute hasta que todos están de acuerdo, esa no es una iglesia católica y, en términos más prácticos, no sería una iglesia viable. En algún momento, es necesario tomar decisiones y emprender acciones.
En segundo lugar, una preocupación derivada tanto del obstruccionismo como del Sínodo es que las voces de las minorías se sobreenfatizan y pueden detener el progreso. En 2023, a pesar del poderoso deseo de los católicos de todo el mundo de incluir mejor a las personas LGBTQ+ en la iglesia, un pequeño bloque de delegados africanos y de Europa del Este suprimió el tema por completo en el informe final de la Asamblea General. En 2024, parece que esto podría volver a suceder y posiblemente romper la asamblea actual. Aunque algunos delegados hacen intervenciones sobre género y sexualidad, al menos formalmente, los funcionarios de la iglesia nos dicen una y otra vez que esas intervenciones no son el objetivo del Sínodo.
En tercer lugar, el verdadero peligro de la obstrucción (y mi preocupación por la iglesia) es que la gente se desvincule. La política estadounidense ha evolucionado tan bruscamente, en parte, porque la gente ha perdido la confianza en que los legisladores puedan realmente hacer cambios y mejorar la vida de las personas. ¿Podría surgir una dinámica similar en la iglesia?
La obstrucción tiene una ventaja para la asamblea del Sínodo: es pública. Si quiero ver al senador Ted Cruz leyendo Huevos verdes con jamón durante su obstrucción de 2013, puedo buscar el video y disfrutarlo. Pero la asamblea del Sínodo permanece cerrada, abierta a la prensa y al pueblo de Dios solo en los momentos programados. Las conferencias de prensa diarias revelan muy poco sobre la esencia de lo que realmente está sucediendo en la sala del Sínodo.
Una visión tan limitada hace difícil determinar si la asamblea sinodal está realmente avanzando o más bien se está convirtiendo en una maniobra obstruccionista eclesial. Varios periodistas aquí presentes se han quejado de que los oradores de las conferencias de prensa ofrecen muy pocos detalles de lo que está sucediendo en la sala sinodal. Si se proporcionara información más sustancial, tal vez mi visión sería más optimista. Cuando no se recibe información, sólo se alimenta la idea de que en realidad no está sucediendo nada. Una mayor transparencia sería de gran ayuda para evaluar si la asamblea sinodal está haciendo algún progreso.
Si de hecho la asamblea se está convirtiendo en una maniobra obstruccionista, eso pone en peligro todo el proyecto de una iglesia sinodal. Si bien los participantes en la asamblea sinodal pueden encontrar esta experiencia maravillosa, espiritualmente nutritiva y esperanzadora, como muchos indican en las conferencias de prensa y en las conversaciones privadas, fuera de ella muchos católicos están mirando el final de cuatro años de trabajo y preguntándose si valió la pena. Si se percibe que este octubre terminará en un fracaso, merecido o no, lamentablemente puede haber muchos menos católicos en el camino sinodal en noviembre.
¡En directo desde Roma! Una conversación a mitad del Sínodo: únete a New Ways Ministry el próximo lunes 14 de octubre de 2024 a las 16:00 horas, hora del este de EE. UU. Es hora de una conversación virtual en el punto medio de la asamblea del Sínodo para aprender y reflexionar sobre lo que está sucediendo en la asamblea del Sínodo de 2024 este mes, y para discernir hacia dónde vamos a partir de aquí. El director asociado Robert Shine, que estará en Roma todo el mes, estará acompañado por Brian Flanagan, miembro sénior de New Ways Ministry y experto en sinodalidad. Para obtener más información o registrarse, haga clic aquí.
—Robert Shine (él), New Ways Ministry, 10 de octubre de 2024
Comentarios desactivados en Fides publica la ‘foto’ del catolicismo mundial: 16 millones más de fieles, Europa con menos creyentes
En el mundo hay 1.3745 millones de católicos, el 17,67% de la población mundial
La agencia vaticana informó que, al 31 de diciembre de 2021, la cantidad de católicos creció en términos nominales. Los números continente por continente
En cuanto a los sacerdotes, el número total en el mundo ha disminuido deteniéndose a una cuota de 407.872 (-2.347). Para Fides, en ese caso, “se señala nuevamente una disminución considerable en Europa (-3.632) a la que se suma América (-963)”
América sigue siendo la región con más católicos, ya que de acuerdo a las estadísticas vaticanas hay un 64,08% de fieles. En el Viejo Continente, en donde los católicos disminuyeron en 244.00 personas, el porcentaje sigue por debajo del 40% (39,58%)
Una foto que tiene un año y medio pero que sirve para ver tendencias y analizar región por región el estado del catolicismo. La agencia Fides publicó hoy su informe anual sobre la religión y mostró con números algunas tendencias que muchos intuían: el número de católicos crece casi al compás de la población mundial en casi todo el planeta menos en Europa, donde la cantidad de fieles incluso baja en términos nominales.
Así, al 31 de diciembre de 2021, la cantidad de católicos en el mundo llegó a 1.375.852.000 personas, unos 16 millones más que en 2020, aunque el porcentaje de fieles disminuyó un 0,06% a nivel global, según el Vaticano.
“A 31 de diciembre de 2021, el número de católicos era de 1.375.852.000 personas, con un aumento total de 16.240.000 católicos respecto al año anterior”, planteó hoy un comunicado de la agencia Fides, encargada de la comunicación de las obras misioneras del Vaticano.
Sólo baja Europa
De acuerdo a la nota oficial, el único continente que no creció en cantidad de católicos es Europa, con una baja de 244.000 creyentes, mientras que África (8.312.000) y América en su conjunto (6.629.000) fueron las dos regiones con mayor crecimiento de católicos.
De todos modos, con una población mundial que alcanzó a fines de 2021 las 7.785.769.000 personas, con un aumento de 118.633.000 unidades respecto al año anterior, el porcentaje mundial de católicos disminuyó un 0,06% con respecto al año precedente.
De acuerdo al comunicado de Fides, al 31 de diciembre de 2021 el 17,67% de la población mundial era católica. En términos porcentuales, América sigue siendo la región con más católicos, ya que de acuerdo a las estadísticas vaticanas hay un 64,08% de fieles. En el Viejo Continente, en donde los católicos disminuyeron en 244.00 personas, el porcentaje sigue por debajo del 40% (39,58%).
¿Qué pasa en tanto con las vocaciones?
Además de los fieles, el informe de Fides muestra que El número de los Obispos en todo mundo ha disminuido de 23 unidades, deteniéndose en 5.340. Disminuyen los obispos diocesanos (-1) y los obispos religiosos (-22). Los obispos diocesanos en total son 4.155, mientras que los obispos religiosos son 1.185.
En cuanto a los sacerdotes, el número total en el mundo ha disminuido deteniéndose a una cuota de 407.872 (-2.347). Para Fides, en ese caso, “se señala nuevamente una disminución considerable en Europa (-3.632) a la que se suma América (-963)”.
Comentarios desactivados en “Ultraderechas católicas: ¿Son católicas o jansenistas?”, por José Ignacio González-Faus
De su blog Miradas Cristianas:
“Esas derechas hoy pretenden destruir el esfuerzo misionero de Francisco”
“Todas esas derechas extremas, tanto de Francia como de España y que tanto presumen de católicas, son en realidad un resto de jansenismo”
“En el s. XVIII esas derechas destruyeron la mayor oportunidad misionera de toda la historia, en China e India. Hoy pretenden destruir el esfuerzo misionero de Francisco”
“Me atrevo a pedir a muchos políticos sedicentes católicos (y a algunos obispos) de hoy en día, que miren si algo de lo dicho puede ayudarles a preguntarse si creen efectivamente en el Dios revelado por Jesucristo o en el Dios de la religiosidad humana”
En este mismo portal habló alguien hace poco del “anticristianismo” de Vox. De entrada pediría que nadie se escandalice por ese tipo de acusación: Yo mismo escribí una vez a otro respecto (en el librito Después de Dios) un capítulo titulado “Catolicismo no cristiano”. Y vale la pena recordar que, en la primitiva polémica católico-protestante, ambos acusaban al otro de deformar el cristianismo: los unos por reducirlo tanto que lo privaban de muchos elementos cristianos; los otros por ampliarlo tanto que le añadían mil cosas no cristianas. De modo que se dijo que lo que separaba a ambos era solo una “y”: donde los protestantes decían “solo esto”, los católicos replicaban “esto y lo otro” (y el ejemplo de fe o fe y obras no es el único).
Cornelio Jansenio
Quizá pueda contribuir a explicar un poco esa acusación tan dura a nuestras derechas, la siguiente tesis de la que me siento muy convencido: todas esas derechas extremas, tanto de Francia como de España y que tanto presumen de católicas, son en realidad un resto de jansenismo. Esto quisiera explicar aquí.
El jansenismo es una herejía del s. XVIII que tuvo un increíble poder en la Iglesia. Aunque el nombre viene del obispo belga Cornelio Jansenio (latinización de Janssens), este murió antes de que estallara el conflicto. De modo que el verdadero padre del jansenismo sería más bien el abad francés de Saint Cyran, discípulo del anterior.
La enseñanza de Jansenio era un agustinismo exagerado y deforme. Afirmaba haber leído más de cinco veces a san Agustín (yo solo puedo presumir de haber leído una vez la obra de Jansenio: Augustinus; y bastante me costó). Y sostenía que las últimas obras de Agustín son las que reflejan mejor su pensamiento, como fruto de su madurez. Pero el hecho es que, ya en el s. V, esas obras últimas de Agustín habían creado muchos problemas en las iglesias nacientes de entonces: se las consideraba como hijas de un hombre ya anciano y pesimista, derrotado por la catástrofe histórica de sus últimos años. En realidad, Agustín es un genio hablando de la gracia y a veces roza la herejía cuando habla del pecado: no logró liberarse plenamente de toda la experiencia negativa de su vida anterior.
Jean-Ambroise du Vergier de Hauranne, abbé de Saint-Cyran,
Si hubiese que resumir aquí el contenido del jansenismo diría que es un enorme fervor religioso ante un Dios que no es el Dios de Jesús. Por eso no es un Dios de todos sino una especie de “propiedad privada” de aquellos que dicen creer en Él y servirle. Agustín calificaba a la humanidad como “una multitud condenada” (“massa damnata”). Y Dios es, por supuesto, justo y misericordioso; pero su misericordia es para salvar solo a los que le sirven y su justicia para condenar a todos los demás. Ante ese Dios sin corazón fue como surgieron en aquellos días devociones al “corazón de Jesús”, o religiosas “del sagrado corazón” etc.
Este modo de ver daba a los jansenistas un gran sentimiento inconsciente de superioridad, que les permite despreciar a los que no son como ellos. Y es importante subrayar otra vez el papel que juega aquí la ausencia de Jesús: nos hemos acostumbrado a hablar de un “Cristo” sin Jesús, una especie de unción divina sin rostro, y que sirve para absolutizar a todos los que lo invocan, sin necesidad de seguirle a fondo. Los jansenistas nunca aceptarían aquel precepto de Jesús: “amad a vuestros enemigos para que seáis hijos de vuestro Padre”. A lo más, intentarían amar al enemigo personal del propio bando. La gracia divina es entonces una especie de privilegio antifraterno que no conduce al “olvido de sí” sino al olvido (o desprecio) de los demás.
Eran conservadores en lo político: partidarios de las regalías (o privilegios del monarca), contrarios a la independencia de las colonias sudamericanas… Pero, sobre todo, atacaron muy duramente los procedimientos misioneros inculturadores en China e India, que estaban teniendo un éxito enorme y que los jansenistas consiguieron abortar: si un misionero escribía que China era “un pueblo muy bendecido por Dios” le acusaban de negar al Dios verdadero. Y si en la India suprimían el rito de la sal en los bautizos, los acusaban de infieles a la Iglesia. Solo 200 años después, Pío XII reconoció que los misioneros tenían razón, y el cardenal Tisserant confesó que aquellos fueron “los días más tristes en la historia de las misiones”. Si hoy China e India no son mucho más cristianas, eso se debe en muy buena parte a los jansenistas.
Comunidad cisterciense de La Abadía de Port Royal des Champs
Por otro lado es innegable que, en los inicios hubo, tanto en Janssens como en Saint Cyran, un intenso deseo de renovación de la Iglesia que fue llevando a los jansenistas a un enorme poder en la curia romana y a unos procedimientos no precisamente transparentes. Es conocida la frase que corrió ya entonces sobre las monjas de Port-Royal: “puras como ángeles y soberbias como demonios”; y que parece un remedo de la actitud de Jesús ante los fariseos, que eran cumplidores de la ley como santos, y enemigos de los demás como demonios. Porque esas mismas monjas tan puras, cuando les pidieron que aceptaran el primer texto de Roma contra algunas afirmaciones jansenistas, se negaron a firmar alegando que ellas eran unas pobres ignorantes que no sabían nada de teología, y que no podían firmar una cosa que no entendían…
Tras esta rápida presentación, me atrevo a pedir a muchos políticos sedicentes católicos (y a algunos obispos) de hoy en día, que miren si algo de lo dicho puede ayudarles a preguntarse si creen efectivamente en el Dios revelado por Jesucristo o en el Dios de la religiosidad humana: si creen que Dios es un Dios de todos, que solo Él conoce la bondad o maldad de nuestros corazones, que el amor al prójimo (aunque no sea de mi partido) es el resumen de toda la moral cristiana, y que Jesús, que intentó hablar y actuar siempre para transparentar a Dios, fue acusado de blasfemo y amotinador. El hecho de que un obispo (¡norteamericano!) escriba una carta pastoral contra algunas reformas de Francisco y termine proclamando: “seamos descaradamente católicos”, significa en realidad: “seamos sectariamente católicos”. Y ya sabemos que secta significa parcialidad y lo católico significa universalidad.
También es fácil comprender que los jansenistas de hoy sean necesariamente enemigos acérrimos de Francisco. Y aquí vendrá bien recordar que una de las víctimas del primer jansenismo fue san Vicente de Paul, a quien acusaban porque auxiliaba a los remeros de las galeras en vez de bautizarlos (sin caer en la cuenta de que Jesús curaba muchas veces de esa misma manera). Por eso quizá sea bueno recordar a todos los que hoy se sienten víctimas de obispos “jansenistas”, que la paciencia de Vicente de Paul perdura hoy en día como ejemplar y canonizada. Mientras que de sus acusadores nadie se acuerda: porque es con esa paciencia difícil, y a veces mártir, como se ganan muchas batallas, en la historia y en la vida cristiana.
N.B. Una ampliación de lo aquí dicho, con citas directas de los jansenistas, puede verse en el capítulo 4, (pgs. 289-332) de Plenitud humana. Reflexiones sobre la bondad.
Comentarios desactivados en Carta apostólica ‘Sublimitas et misericordia hominis’ sobre Blaise Pascal, un pensador genial y atento a los pobres
Grandeza y miseria del hombre: la paradoja del pensamiento de Blaise Pascal
El Papa Francisco dedicó su Carta Apostólica ‘Sublimitas et miseria hominis‘ a la obra del filósofo y teólogo francés, en el cuarto centenario de su nacimiento
“Si Blaise Pascal es capaz de conmover a todo el mundo,es porque habló de la condición humana de una manera admirable. Sería engañoso, sin embargo, ver en él solamente a un especialista en moral humana, por muy brillante que fuera. El monumento formado por sus Pensamientos, algunas de cuyas fórmulas aisladas se han hecho célebres, no puede ser verdaderamente comprendido si se ignora que Jesucristo y la Sagrada Escritura son a la vez el centro y la clave”, señala el Papa en su carta apostólica
“Llegado a este punto, Pascal, que ha escudriñado con la increíble fuerza de su inteligencia la condición humana, la Sagrada Escritura e incluso la tradición de la Iglesia, pretende proponerse con la sencillez del espíritu de infancia como humilde testigo del Evangelio; es ese cristiano que quiere hablar de Jesucristo a los que se apresuran a declarar que no hay ninguna razón sólida para creer en las verdades del cristianismo. Pascal, al contrario, sabe por experiencia que lo que dice la Revelación no sólo no se opone a las exigencias de la razón, sino que aporta la respuesta inaudita a la que ninguna filosofía habría podido llegar por sí misma”
| Alessandro Di Bussolo
“Infatigable buscador de la verdad”, “pensador brillante”, “atento a las necesidades materiales de todos”, “enamorado de Cristo”, “cristiano racionalidad fuera de lo común” y de “inteligencia inmensa e inquieta”. Estas son algunas de las definiciones del filósofo y teólogo francés Blaise Pascal que el Papa Francisco ofrece en su Carta Apostólica Sublimitas et miseria hominis, escrita con motivo del cuarto centenario del nacimiento del hombre que también fue matemático y físico, y publicada hoy, día del aniversario.
“Grandeza y miseria del hombre”, explica el Papa, forman la paradoja que está en el centro de la reflexión y del mensaje de Pascal, que nació el 19 de junio de 1623 en Clermont, en el centro de Francia, y murió con sólo 39 años, el 19 de agosto de 1662, en París.
La antigua pregunta del alma: “¿Qué es el hombre?”
Desde niño y durante toda su vida, recuerda Francisco, “buscó la verdad” y con la razón “rastreó sus signos, especialmente en los campos de las matemáticas, la geometría, la física y la filosofía”. ” Realizó descubrimientos extraordinarios desde muy tierna edad”, pero no se detuva allí , y en un siglo de grandes progresos científicos, “acompañados de un creciente espíritu de escepticismo filosófico y religioso”, Blaise Pascal “se mostró como un infatigable buscador de la verdad”, siempre “inquieto”, atraído por “nuevos y más amplios horizontes”. Por eso no pudo acallar la antigua pregunta del alma humana, relatada por el salmista: “¿Qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?”. “Una nada respecto al infinito, un todo respecto a la nada”, escribió en una meditación recogida en sus Pensamientos, un “conjunto de fragmentos publicados póstumamente, que son las notas o borradores de un filósofo impulsado por un proyecto teológico”.
No se cierra a los demás ni siquiera en la última enfermedad
Su actitud básica, según el Pontífice, es de “asombrada apertura a la realidad”, lo que le lleva a abrirse a otras dimensiones del conocimiento, pero también a la sociedad. Pascal, por ejemplo, ideó en París, en 1661, “el primer sistema de transporte público de la historia, los ‘Carruajes de cinco centavos’”. Y “ni su conversión a Cristo”, “ni su extraordinario esfuerzo intelectual en defensa de la fe cristiana”, subraya el Papa Francisco, “lo convirtieron en una persona aislada de su época”. Tan atento a los problemas sociales que no se cerró “a los demás ni siquiera en la hora de su última enfermedad”.
Uno de sus biógrafos recoge estas palabras suyas, que, comenta el Papa, “expresan la etapa final de este camino evangélico”: “Si los médicos dicen verdad y Dios permite que salga de esta enfermedad, estoy resuelto a no tener más ocupaciones ni otro empleo del resto de mis días que el servicio de los pobres”. “Es conmovedor, escribe Francisco, constatar que, en los últimos días de su vida, un pensador tan brillante como Blaise Pascal no viera mayor urgencia que dedicar su energía a las obras de misericordia: «El único objeto de la Escritura es la caridad»”.
Acompaña nuestra búsqueda de la verdadera felicidad
El Pontífice, con su Carta, pretende “poner en evidencia lo que, en su pensamiento y en su vida, considero apropiado para estimular a los cristianos de nuestro tiempo y a todos nuestros contemporáneos de buena voluntad en la búsqueda de la verdadera felicidad”, porque Pascal, cuatro siglos después, “sigue siendo para nosotros el compañero de camino que acompaña nuestra búsqueda de la verdadera felicidad y, según el don de la fe, nuestro reconocimiento humilde y gozoso del Señor muerto y resucitado”.
Porque “habló de la condición humana de una manera admirable”, pero no sólo como especialista en costumbres humanas, sino como hombre que puso a Jesucristo y a la Sagrada Escritura en el centro de su pensamiento. En efecto, había llegado a la certeza de que, en palabras del filósofo, ‘no solamente no conocemos a Dios más que por Jesucristo, sino que no nos conocemos a nosotros mismos más que por Jesucristo’. Se trata de una afirmación “extrema”, pero no doctrinal, que el Papa Francisco aclara en el documento.
Fuera del amor, “no hay verdad que valga la pena”
Pascal, “hombre de inteligencia prodigiosa”, se preocupó de hacer saber a todos que “Dios y la verdad son inseparables”, pero también que “fuera de los objetivos del amor, no hay verdad que valga”. “No hacemos un ídolo con la verdad misma, porque la verdad sin la caridad no es Dios y es su imagen y un ídolo al que no hay que amar ni adorar”. El Papa está convencido de que “la inteligencia y la fe viva de Blaise Pascal, quien quería demostrar que la religión cristiana es ‘venerable porque ha conocido bien al hombre’ y ‘amable porque promete el verdadero bien’, pueden ayudarnos a atravesar las oscuridades y las desgracias de este mundo”.
Una mente científica excepcional
Francisco recuerda la infancia de Blaise, que perdió a su madre cuando sólo tenía 3 años, con su padre, jurista y matemático, quien, para ocuparse solo de la educación de sus tres hijos (también de sus hermanas Jacqueline y Gilberte), trasladó a la familia a París cuando Blaise tenía 9 años. Y ya entonces demostraba sólo teoremas geométricos, incluso antes de leerlos en los libros. “En 1642, a los diecinueve años”, escribe el Pontífice, “inventó una máquina de aritmética, antecesora de nuestras calculadoras”. Así, Pascal “nos recuerda la grandeza de la razón humana y nos invita a utilizarla para descifrar el mundo que nos rodea”. Su “espíritu de geometría”, práctica confiada de la razón natural, “lo hacía solidario con todos sus hermanos en busca de la verdad, le permitirá reconocer los límites de la inteligencia misma y, al mismo tiempo, abrirse a las razones sobrenaturales de la Revelación”. En sus Pensamientos relata una paradoja: “Le ha costado tanto a la Iglesia demostrar que Jesucristo era hombre contra aquellos que lo negaban, como demostrar que era Dios; y las posibilidades eran igualmente grandes”.
Tenía la certeza sobrenatural de la fe
El amor apasionado de Pascal a Cristo y el servicio a los pobres, “no eran el signo de una ruptura en el espíritu de este discípulo audaz”, continúa el Papa Francisco, “sino el de una profundización hacia la radicalidad evangélica, una progresión hacia la verdad viva del Señor, con la ayuda de la gracia”. Tenía la certeza sobrenatural de la fe y “la veía tan acorde con la razón, aunque infinitamente superior a ella”, y sobre esto discutía animadamente con quienes no la poseían. A ellos, escribía, “nosotros sólo podemos dársela por razonamiento, en espera de que Dios se la dé por sentimiento de corazón”. Pascal admiraba la sabiduría de los antiguos filósofos griegos, pero subrayaba que “la razón por sí sola no puede resolver los interrogantes más elevados y urgentes”.
El tema del sentido integral de nuestra vida
El Papa recuerda que el tema que más interesaba al hombre de su tiempo y también de hoy es “el del sentido pleno de nuestro destino, de nuestra vida y de nuestra esperanza, el de una felicidad que no está prohibido concebir como eterna, pero que sólo Dios está autorizado a conceder”. En los Pensamientos encontramos el principio fundamental de que “la realidad es superior a la idea”, y debemos recordarlo, escribe Francisco, hoy que ” las ideologías mortíferas que continuamos padeciendo en los ámbitos económico, social, antropológico y moral mantienen a quienes las siguen dentro de burbujas de creencia donde la idea ha reemplazado a la realidad”.
Ante su miseria, el hombre busca la distracción
Hablando, siempre por paradoja, de la condición humana, Pascal recuerda, con realismo, según el Pontífice, que “hay una desproporción insoportable, por una parte, entre nuestra voluntad infinita de ser felices y de conocer la verdad; y, por otra, nuestra razón limitada y nuestra debilidad física, que conduce a la muerte”. Que “nos amenaza a cada instante” y que es “el final que espera a la vida más bella del mundo”. Por eso el hombre no puede “permanecer solo en sí mismo”, porque “su miseria y la incertidumbre de su destino son insoportables“. Debe distraerse, y de aquí se deduce ” “que a los hombres les guste tanto el bullicio y el movimiento”. Lo hace con el trabajo, el ocio, las relaciones familiares o las amistades, pero también, por desgracia, con los vicios. Así experimenta su dependencia, su vacío y también el tedio, la tristeza y la desesperación.
El abismo de la condición humana sólo puede ser colmado por Dios
“Un abismo infinito” define el filósofo esta condición humana, que “sólo puede ser llenado por un objeto infinito e inmutable, es decir, por el mismo Dios”. El hombre es al mismo tiempo, para Pascal, ” Juez de todas las cosas, indefenso gusano, depositario de la verdad, cloaca de incertidumbre y de error, gloria y desecho del universo”. Opuestos irreconciliables para la razón humana. ‘Las grandezas y miserias del hombre son tan evidentes, leemos en Pensamientos, que es necesariamente preciso que la verdadera religión nos enseñe que hay algún gran principio de grandeza en el hombre y que hay un gran principio de miseria’. Es preciso además que nos explique esas asombrosas contradicciones”.
Así, Pascal, que ” ha escudriñado con la increíble fuerza de su inteligencia la condición humana, la Sagrada Escritura e incluso la tradición de la Iglesia”, para el Papa Francisco “pretende proponerse con la sencillez del espíritu de infancia como humilde testigo del Evangelio”. Es ese cristiano que “quiere hablar de Jesucristo a los que se apresuran a declarar que no hay ninguna razón sólida para creer en las verdades del cristianismo”, porque sabe “que lo que dice la Revelación no sólo no se opone a las exigencias de la razón, sino que aporta la respuesta inaudita a la que ninguna filosofía habría podido llegar por sí misma”.
La experiencia mística de la “Noche de Fuego”
En la carta apostólica, el Papa analiza a continuación la experiencia mística de la “Noche de fuego” del 23 de noviembre de 1654, tan intensa y decisiva que Pascal la anotó en un pedazo de papel, el “Memorial”, que había cosido en el forro de su abrigo, y que fue descubierto después de su muerte. Define su encuentro por analogía con el experimentado por Moisés ante la zarza ardiente. “Sí, nuestro Dios es alegría”, comenta Francisco, ” y Blaise Pascal lo testimonia a toda la Iglesia y a todo el que busca a Dios”. “No es el Dios abstracto o el Dios cósmico”, escribe el filósofo y teólogo francés, sino que es “el Dios de una persona, de una llamada, el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, el Dios que es certeza, que es sentimiento, que es alegría”.
Esa noche Pascal experimenta “el amor de este Dios personal, Jesucristo”, que lo lleva “por el camino de la conversión profunda y, por tanto, de la ‘renuncia total y dulce’”, vivida el amor, al que se va corrompiendo por la seducción de la concupiscencia”. Antes de esa noche, Pascal no duda de la existencia de Dios, lo que le falta, escribe Gouhier, “y lo que espera, no es un conocimiento sino un poder, no una verdad sino una fuerza”. Que le es dada, aclara el Pontífice, “por la gracia”.
Pascal y la razonabilidad de la fe en Dios
A continuación, el Papa Francisco cita a Benedicto XVI, quien recordó cómo ” la tradición católica, desde el inicio, ha rechazado el llamado fideísmo, que es la voluntad de creer contra la razón”, y Pascal está profundamente apegado a la “razonabilidad de la fe en Dios”. “Pero si la fe es razonable, también es un don de Dios y no puede imponerse: ‘No se demuestra que debamos ser amados sometiendo a método las causas del amor; sería ridículo’”, observa Pascal con la finura de su humor. Como recordaron los padres conciliares en la declaración Dignitatis humanae, Jesús dio testimonio de la verdad, pero “no quiso imponerla por la fuerza a los que le contradecían”.
Conocemos la realidad no sólo con la razón, sino también con el corazón
Aunque la fe sea de un orden superior a la razón, aclara a continuación el Papa, “esto no significa ciertamente que se oponga a ella, sino que la supera infinitamente”. Leer la obra de Pascal, por tanto, “es ponerse en la escuela de un cristiano con una racionalidad fuera de lo común, que tanto mejor supo dar cuenta de un orden establecido por el don de Dios superior a la razón”. El filósofo analiza también la “inteligencia intuitiva”, que está conectada con lo que llama “corazón”: “Conocemos la verdad -escribe- como el hecho de que el Dios que nos hizo es amor, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, que se encarnó en Jesucristo, que murió y resucitó para nuestra salvación, no se pueden demostrar por la razón, pero pueden ser conocidas por la certeza de la fe, y pasan entonces del corazón espiritual a la mente racional, que las reconoce como verdaderas y puede a su vez exponerlas”. Pascal, subraya a continuación el Pontífice, “nunca se resignó a que algunos de sus hermanos en humanidad no sólo no conocieran a Jesucristo, sino que desdeñaran tomarse en serio el Evangelio”, y establece, escribe, “una gran diferencia entre los que se afanan con todas sus fuerzas por conocerlo, y los que viven sin preocuparse ni pensar en ello“.
La disputa teológica entre Jansenistas y Jesuitas
Para concluir, el Papa Francisco analiza la relación de Pascal con el jansenismo. Recuerda que Jaqueline, una de las hermanas, había entrado en la vida religiosa en Port Royal, “en una congregación cuya teología estaba fuertemente influenciada por Cornelius Jansen”. Y que Pascal fue a hacer un retiro a la abadía de Port Royal. Cuando, en los meses siguientes, surgió en la Sorbona una importante controversia, que oponía a los jesuitas con los “jansenistas”, sobre la cuestión de la gracia de Dios y sobre la relación de la gracia con la naturaleza humana, en particular con el libre albedrío, el filósofo, que no era partidista, recibió el encargo de los jansenistas de defenderlos. Lo hizo, entre 1656-57, publicando dieciocho cartas, conocidas como Provinciales. El Papa comenta que algunas de sus afirmaciones, relativas, por ejemplo, a la predestinación, tomadas de la teología del último San Agustín, “no parecen correctas”.
La justa crítica al pelagianismo
Pero añade que “al igual que san Agustín había tratado de combatir a los pelagianos en el siglo V, que afirmaban que el hombre puede, por sus propias fuerzas y sin la gracia de Dios, hacer el bien y salvarse, Pascal pensaba sinceramente estar atacando entonces al pelagianismo o semipelagianismo, que creía identificar en las doctrinas seguidas por los jesuitas molinistas” (llamados así por el teólogo Luis de Molina). “Reconozcámosle la franqueza y la sinceridad de sus intenciones” es la invitación de Francisco. Que no quiere “volver a abrir la cuestión”, pero subraya que “la justa advertencia en las posiciones de Pascal sigue siendo válida para nuestro tiempo: el neo – pelagianismo, que haría depender todo ‘del esfuerzo humano encauzado por normas y estructuras eclesiales’” nos intoxica “con la presunción de una salvación ganada con nuestras fuerzas”. Y que la última posición de Pascal, antes de su muerte, respecto a la gracia, “y en particular al hecho de que Dios ‘quiere que todos los se salven y lleguen al conocimiento de la verdad'” es “perfectamente católica”.
El deseo de morir en compañía de los pobres
Finalmente, cuando compuso su magnífica Oración para pedir a Dios el buen uso de las enfermedades, en 1659, “Pascal era un hombre pacificado, que ya no se dedicaba a la polémica, ni tampoco a la apologética”. Estando a punto de morir, escribe su biógrafo, “ tenía un gran deseo de morir en la compañía de los pobres”. Después de recibir los Sacramentos, sus últimas palabras fueron: “«¡Que Dios no me abandone jamás!”. El deseo del Pontífice es que “su obra luminosa y los ejemplos de su vida, tan profundamente sumergida en Jesucristo”, nos puedan ayudar a seguir hasta el final el camino de la verdad, la conversión y la caridad”.
Comentarios desactivados en Jesús Lozano Pino: El último Vattimo. ¿Puede un filósofo ser homosexual, de izquierdas, posmoderno y, a la vez, católico?
Gianni Vattimo es conocido por ser el “padre” del llamado “Pensamiento débil” y uno de los filósofos de la Postmodernidad. Como sabemos, fue discípulo de Hans-Georg Gadamer y es un gran conocedor de la filosofía de F. Nietzsche y M. Heidegger. Ejerció varios años como eurodiputado sumergiéndose en los entresijos de las políticas europeas y sus reivindicaciones sociales como crítico comunista y anticapitalista han sido más que evidentes en las redes sociales.
Aunque se le den todos estos calificativos, es oportuno observar que no es Vattimo un autor que se deje atrapar fácilmente por clichés simplistas. Las cosas siempre son tan complejas que cuestan dejarse encerrar por definiciones excluyentes. Admirado por muchas personas con distintas sensibilidades e ideologías, se le ha querido encorsetar bajo el palio de un pensamiento arquetípico, por ejemplo, como un simple autor ateo, marxista, excluyendo otras posibilidades que, a priori, parecen contradictorias… No han faltado quienes han intentado mediante preguntas insidiosas dejar en evidencia y atrapar al filósofo cuando éste ha comunicado algo difícil de aceptar para una mente estereotipada y cerrada, especialmente cuando ofrecía interpretaciones occidentalizadas y cristianizadas. Pero hábilmente ha logrado escabullirse una y otra vez dando respuestas abiertas para que el que tenga oídos interprete, sin huir, pero tampoco dejándose reducir a meros esquemas preconcebidos.
Ahora bien, ¿cuál, dentro de su trayectoria como pensador, podríamos decir es el “último Vattimo”? Lo que muchos desconocen (y otros olvidan) es que Vattimo, que por supuesto incluye al comunista, al posmoderno, al debolista y hermeneuta y al activista por los derechos de los homosexuales fue un militante católico cristiano en su juventud. Llegó a ser presidente de Acción Católica, testigo que, curiosamente, recogió de un tal Umberto Eco. Curiosidades de la vida, por más que alguno se sorprenda…
Gianni, siempre crítico ante toda estructura de poder y especialmente atento para desenmascarar cualquier restricción a una posible nueva pregunta que necesita ser respondida (lo que podríamos definir como “dogma”) fue distanciándose poco a poco de una praxis eclesial que proclamaba un mensaje institucional rancio, a base de adoctrinamientos huecos que no lograban ser buena noticia para el pueblo ni motivo de esperanza para los caídos. No comprendía la actitud no acogedora de la Iglesia hacia el diferente, especialmente hacia los homosexuales.
Pero ocurre que, tras unos años de separación y desconexión “religiosa”, se produce un punto de inflexión en el pensamiento de nuestro autor: hacia el año dos mil, en concreto a finales de los años 90, la filosofía hermenéutica de Gianni Vattimo da un giro explícito hacia el cristianismo. Tal y como afirma Teresa Oñate en El retorno griego de lo divino en la Posmodernidad, a partir de Historia de salvación, historia de la interpretación Vattimo comienza a ir gestando «un paso que se opera sin titubeo- hacia un retorno de lo divino plural». A raíz de aquí, su posición será cada vez más sugerente y polémica, como se traduce en las mil y una discusiones filosófico-hermenéuticas que sostiene con teólogos y filósofos en gran parte de su obra. Podemos afirmar que estamos en una de las épocas más ricas de su pensamiento aunque la historia aún no se lo haya reconocido: Credere di credere (Creer que se cree), Después de la cristiandad y –El futuro de la religión, esta última escrita junto a Richard Rorty, son un legado inmejorable para la postmodernidad y una nueva interpretación religiosa para el siglo XXI que no cierra respuestas sino que más bien propone y suscita preguntas.
Desde entonces Vattimo supo escarbar en lo más hondo de la cristiandad: la kénosis. Esta, en cierto modo, le vale de punto de partida para una filosofía política debolista: expuesta pero activamente encarnada, hecha de pequeños gestos pero universalmente posible. Vattimo plantea que la kénosis de Dios en la encarnación es la única manera de hablar de Dios en la posmodernidad, en la edad de la comunidad del espíritu.
Jesús es la encarnación tan esperada del amor, porque como reza el título de mi artículo publicado en 2018 en Pensamiento al margen (Revista sobre las ideas políticas) y en la pág. 2 de mi obra de 2015 El amor es el límite, si Dios existe, es amor (1 Jn 4,8) y, si no, merece que lo matemos…
Para el turinés el secreto está en saber leer los signos de los tiempos y el proceso de secularización, no necesariamente como una negación y oposición al verdadero espíritu de Dios que se contrapone al mundo (como si el mundo siempre fuera el enemigo), sino más bien como parte del proceso de la pedagogía divina –a través de la tradición occidental cristiana.
Es, precisamente, la oportunidad de la kénosis, de un Dios humano y débil y de una religión libre de dogmas que expone su máxima en el amor y servicio al hombre, la que se expresa como bandera en los nuevos tiempos como única y posible alternativa racional a la violencia metafísica. Sólo desde ahí tendrá futuro la religión. Sólo si es capaz de hacer de ella una verdadera historia de salvación humana.
Nuestro hábil pensador de izquierdas retoma, pues, la experiencia cristiana que andaba en él siempre latente, pero incorporando una nueva perspectiva: la que proporciona interpretar y mirar desde el final de la metafísica y la caída de los grandes relatos. Esta pre comprensión, junto a su pasado en continua evolución como creyente, dan como resultado una interpretación del mundo y de la Palabra de Dios novedosa e impactante cuyos reflejos teológicos y políticos en el mundo actual mantienen una especial relación con el Concilio Vat. II, la teología de la liberación y, en los últimos años, con el nuevo e ilusionante Pontificado que ha abierto el Papa Francisco.
Pero aunque nuestro filósofo ha aportado muchos datos respecto a su posición cristiana y ha mostrado desde el principio cierta curiosidad y simpatía por el nuevo Papa argentino, no es hasta hace muy poco que Vattimo está mostrando claramente una postura en su pensamiento que podríamos aceptar, creo, reconocidamente cercana a Francisco en su dimensión teológico-política, que, bajo mi criterio, es definitoria del último proceso existencial del filósofo. Bergoglio ha rescatado al Vattimo cristiano y ha dado respuesta a la mayoría de las dudas que la Iglesia suscitaba en el maestro. Recuerdo que, aunque tuve el honor de contar con él en mi tribunal de tesis, era quizá algo precipitado allá por el año 2013-14 conectar a Gianni Vattimo con el recién llegado por aquellas fechas a la Cátedra de Pedro y, por supuesto, hilvanar conexiones interpretativas teológicas, filosóficas y políticas.
Fue un atrevimiento por mi parte tomar cartas en este asunto pero cada día veo más claramente que fue una sabia intuición. Mi único mérito fue dejar hablar a cada uno de ellos y unir los puntos. Sabía que un día haría oficial Gianni su cristianismo débil, que no su débil cristianismo. Sabía que algún día podría decir en un único y distinto sentido “gracias a Dios soy(puedo ser, si quisiera,)ateo” (¿qué otra “religión” que no sea la del amor, la de Jesús, es capaz de ofrecer tanta libertad como para poner a la persona por delante de la institución?). Sabía que haría explícito lo que andaba implícito en su manera de concebir el mundo, porque para Vattimo –no podemos decirnos no cristianos. Y así se atreve a proclamar que “Francisco es una gran ocasión para la renovación y transformación de la Iglesia (…) es una amenaza para la Iglesia tradicionalista”, como afirmó en 2019 en Religión Digital. Jorge Mª Bergoglio “es uno que recorta, que purifica un poco, que hace cosas no necesariamente placenteras”. No, señores, Gianni Vattimo no es ateo, es cato-comunista… Se sale de nuestros clichés, de nuestros esquemas, pero hoy por hoy vuelve a sentirse “católico“, a pesar de tantas cosas que no comprende o que haría de otro modo. Gianni Vattimo cree en una nueva Iglesia fuertemente débil que vuelva su mirada hacia la caridad y la misericordia. En gran medida, el mérito de Bergoglio está en dar respuesta a aquellos que andaban sin esperanza de encontrarla. Cuando ya parecía que los estamentos eclesiales se situaban en la estratosfera de Gianni Vattimo, de la teología de la liberación, y de tantos enfadados con la Institución, aparece el obispo argentino para tender una mano. Son muchos los que piensan que Francisco ha conseguido preservar a la Iglesia de su propio e imparable proceso de autoexclusión y desaparición.
Lo dije al comienzo, Vattimo no juega al despiste sino que no se deja fácilmente encasillar por estereotipos o clichés. Así pues, siendo consecuente con ello no puedo creer que mi conclusión sea definitiva y mucho menos que contente a tod@s. Pero, por ahora, hoy por hoy y hasta que alguien no muestre lo contrario, este es el “último Vattimo”. Este Vattimo no excluye a los anteriores pero propone un necesario andamiaje hermenéutico-cristiano que todo filósofo debe tener en cuenta, si quiere ser fiel en su acercamiento al maestro.
Así pues, si partimos de que cayeron los grandes relatos y decimos, con Nietzsche, que “no existen hechos, sólo interpretaciones”, ésta, la mía, será simple y débilmente eso: una interpretación. No esperes más. Como dice Vattimo, “nosotros somos únicamente intérpretes de un hilo conductor”.
Algunas fechas señaladas en la trayectoria de G. Vattimo:
Comentarios desactivados en El día en que Jesús “hizo las maletas” ¿Dónde estaban Mateo y Juan?
La Ascensión del Cristo es el complemento lógico de su Resurrección y el preludio necesario para su divinización.
En posts anteriores he señalado que se suponía que el mítico fundador de Roma, Rómulo, había corrido la misma suerte .
Añadiré hoy un complemento sobre el valor histórico, desde el punto de vista de algunos, que convendría conceder a tal hecho, bajo el pretexto de que figuraría en documentos que son históricos y presentados como testimonios. Cuando digo “de”, entendamonos: el relato de la Ascensión figura bien en ciertos evangelios apócrifos; pero dejemos éstos de lado por hoy, ya que, según el punto de vista que acometo, es decir el de la historia infestada de teología, los llamados evangelios apócrifos no serían creíbles, de ningún modo; mientras que los cuatro canónicos lo serían. Veamoslos pues.
Primera observación: de los cuatro Evangelios decretados creíbles, sólo dos hablan de la Ascensión : Marcos y Lucas. El pasaje de Marcos es de una brevedad notable: “Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. “ (Marcos 16 , 19 ) . Cada uno sacará las conclusiones que quiera. Lucas es un poco más largo, pero tiene una vaga mirada de la narración, ya que el lugar es mencionado como un gesto (bendición) : “Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lucas 24, 50-51) Esto es realmente corto , sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los Evangelios de Marcos y Lucas son muy abundantes en los detalles de género “vivido” y esto para cantidad de episodios que están lejos de tener la importancia de este último.
Los teólogos no tuvieron ningún problema para edificar un razonamiento para establecer que esta brevedad es querida y significativa; posiblemente veremos allí el signo tangible de la salida simultánea del tiempo y del espacio que debía tener su equivalente en el estilo del relato… ¿Por qué no? Pero los historiadores no pueden, evidentemente, seguirlo y se preguntarán más bien si no se trata, muy simplemente, de una interpolación, es decir de un añadido ulterior debido a un copista que encontraba sin duda que la Ascensión, que conocía por otro lado, sea por la tradición oral, sea por otros evangelios, verdaderamente faltaba en éste y que esto podía ser sólo como consecuencia de un error de uno de sus predecesores, un error que había que reparar.
¿Pero entonces, en este caso, por qué la Ascensión no figuraba en el Evangelio de Mateo y en el de Juan, ya que, de cerca o de lejos, no se encuentra en estos dos textos ninguna mención de tal acontecimiento? Pues bien, primero: nada permite afirmar que no hubieran existido evangelios, según Mateo y según Juan, que no hubieran contenido, precisamente, una mención breve, a manera de Marcos y Lucas, del último episodio de la Ascensión. Haré, un poco más tarde, un post sobre los primeros manuscritos íntegros de los evangelios que poseemos. Los manuscritos muy antiguos de los cuatro evangelios no están exentos de divergencias entre ellos con gran numero de variaciones en relacion a los más antiguos que se encuentra en nuestra posesión. Pero no hay ninguno, claro está, que se sepa que incluya una mención de la Ascensión. No obstante, la hipótesis de que haya existido alguno no es descabellada.
Desconfiemos, sin embargo, de hipótesis en historia y quedémonos con el hecho de que Mateo y Juan no mencionan la Ascensión. Pero recordamos también el hecho, porque está ahí, que Orígenes y Jerónimo se quejan de las variantes que observan en los diversos manuscritos que tienen en su disposición.
Para concluir sobre la Ascensión, la ausencia de este episodio en Mateo y Juan parece estar más cerca del hecho de que, – por lo menos teóricamente ¿debiera suscribirlo? Es otra la cuestión – Mateo y Juan son testigos directos de los acontecimientos que cuentan, contrariamente a Marcos y Lucas.
Suponiendo que Mateo y Juan hayan estado ocupados con otras cosas el día de la Ascensión – lo que sería poco menos que un desastre – por lo menos debían habernos dicho que sus compañeros habían visto …
¿Será que la importancia de la Ascensión se les había escapado? Pero, en este caso, habría sido necesario que el Espíritu Santo que los inspiraba, se hubiera también, el mismo, distraído…
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, paro algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
–“Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
*
Mateo 28,16-20
***
Existe otro mundo. Su tiempo no es nuestro tiempo, su espacio no es nuestro espacio; pero existe. No es posible situarlo, ni asignarle una localización en ningún sitio de nuestro universo sensible: sus leyes no son nuestras leyes; pero existe.
Yo lo he visto lanzarse, con la mirada del espíritu, cual «fulguración silenciosa», como trascendencia que se entrega; en semejante circunstancia ve el espíritu, con deslumbrante claridad, lo que los ojos del cuerpo no ven, por muy dilatados que estén por la atención y a pesar de que subsista en ellos, después de todo, una especie de sensación residual.
Existe casi una contradicción permanente en hablar de este otro mundo, que está aquí y que está allí, como del «Reino de los Cielos» del evangelio, que puede hacerse inteligible sin palabras y visible sin figuras, que sorprende totalmente sin confundir; pero existe. Es más bello que lo que llamamos belleza, más luminoso que lo que llamamos luz; sería un grave error hacernos una representación fantasmal y descolorida del mismo, como si fuera menos concreto que nuestro mundo sensible.
Todos caminamos hacia este mundo donde se inserta la resurrección de los cuerpos; en él es donde se realizará, en un instante, esa parte esencial de nosotros mismos que se puso de manifiesto para unos por el bautismo, para otros por la intuición espiritual, para todos por la caridad; en él es donde volveremos a encontrar a los que creíamos haber perdido y están salvos. No entraremos en una forma etérea, sino en pleno corazón de la vida misma, y allí haremos la experiencia de aquella alegría inaudita que se multiplica por toda la felicidad que dispensa en torno a sí, y por el misterio central de la efusión divina.
*
André Frossard, ¿Hay otro mundo?
Rialp, Madrid 1981.
Comentarios desactivados en Rabinos israelíes piden al Papa que aclare sus comentarios sobre la Torá
El Vaticano está estudiando la carta y sopesando una respuesta
Las máximas autoridades religiosas judías de Israel han dicho al Vaticano que están preocupadas por los comentarios que hizo Bergoglio sobre sus libros sagrados y han pedido una aclaración
El rabino Rasson Arousi, presidente de la Comisión del Gran Rabinato de Israel para el Diálogo con la Santa Sede, afirma en una carta que los comentarios parecían sugerir que la ley judía está obsoleta
Las máximas autoridades religiosas judías de Israel han dicho al Vaticano que están preocupadas por los comentarios que hizo el papa Francisco sobre sus libros sagrados y han pedido una aclaración. En una carta vista por Reuters, el rabino Rasson Arousi, presidente de la Comisión del Gran Rabinato de Israel para el Diálogo con la Santa Sede, dijo que los comentarios parecían sugerir que la ley judía está obsoleta. Por su parte, las autoridades del Vaticano señalaron que están estudiando la carta y sopesando una respuesta.
El rabino Arousi escribió un día después de que el Papa hablara sobre la Torá, los primeros cinco libros de la Biblia hebrea, durante una audiencia general el 11 de agosto. La Torá contiene cientos de mandamientos, o mitzvot, que los judíos deben seguir en su vida diaria. La medida de cumplimiento de la amplia gama de directrices difiere entre los judíos ortodoxos y los reformistas.
En la audiencia, el Papa, que estaba reflexionando sobre lo que dijo San Pablo sobre la Torá en el Nuevo Testamento, sostuvo: “Sin embargo, la ley (Torá) no da vida”. “No ofrece el cumplimiento de la promesa porque no es capaz de poder cumplirla… Los que buscan la vida necesitan mirar la promesa y su cumplimiento en Cristo”, dijo el pontífice.
El rabino Arousi envió la carta en nombre del Gran Rabinato, la autoridad rabínica suprema del judaísmo en Israel, al cardenal Kurt Koch, cuyo departamento del Vaticano incluye una comisión para las relaciones religiosas con los judíos. “En su homilía, el Papa presenta la fe cristiana no sólo como una sustitución de la Torá, sino que afirma que esta última ya no da vida, lo que implica que la práctica religiosa judía en la era actual se habría quedado obsoleta”, dijo Arousi en la carta.
“Esto es, de hecho, parte integral de la ‘enseñanza del desprecio’ hacia los judíos y el judaísmo que creíamos que había sido totalmente repudiada por la Iglesia”, concluyó Arousi.
Comentarios desactivados en El día en que Jesús “hizo las maletas” ¿Dónde estaban Mateo y Juan?
La Ascensión del Cristo es el complemento lógico de su Resurrección y el preludio necesario para su divinización.
En posts anteriores he señalado que se suponía que el mítico fundador de Roma, Rómulo, había corrido la misma suerte .
Añadiré hoy un complemento sobre el valor histórico, desde el punto de vista de algunos, que convendría conceder a tal hecho, bajo el pretexto de que figuraría en documentos que son históricos y presentados como testimonios. Cuando digo “de”, entendamonos: el relato de la Ascensión figura bien en ciertos evangelios apócrifos; pero dejemos éstos de lado por hoy, ya que, según el punto de vista que acometo, es decir el de la historia infestada de teología, los llamados evangelios apócrifos no serían creíbles, de ningún modo; mientras que los cuatro canónicos lo serían. Veamoslos pues.
Primera observación: de los cuatro Evangelios decretados creíbles, sólo dos hablan de la Ascensión : Marcos y Lucas. El pasaje de Marcos es de una brevedad notable: “Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. “ (Marcos 16 , 19 ) . Cada uno sacará las conclusiones que quiera. Lucas es un poco más largo, pero tiene una vaga mirada de la narración, ya que el lugar es mencionado como un gesto (bendición) : “Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lucas 24, 50-51) Esto es realmente corto , sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los Evangelios de Marcos y Lucas son muy abundantes en los detalles de género “vivido” y esto para cantidad de episodios que están lejos de tener la importancia de este último.
Los teólogos no tuvieron ningún problema para edificar un razonamiento para establecer que esta brevedad es querida y significativa; posiblemente veremos allí el signo tangible de la salida simultánea del tiempo y del espacio que debía tener su equivalente en el estilo del relato… ¿Por qué no? Pero los historiadores no pueden, evidentemente, seguirlo y se preguntarán más bien si no se trata, muy simplemente, de una interpolación, es decir de un añadido ulterior debido a un copista que encontraba sin duda que la Ascensión, que conocía por otro lado, sea por la tradición oral, sea por otros evangelios, verdaderamente faltaba en éste y que esto podía ser sólo como consecuencia de un error de uno de sus predecesores, un error que había que reparar.
¿Pero entonces, en este caso, por qué la Ascensión no figuraba en el Evangelio de Mateo y en el de Juan, ya que, de cerca o de lejos, no se encuentra en estos dos textos ninguna mención de tal acontecimiento? Pues bien, primero: nada permite afirmar que no hubieran existido evangelios, según Mateo y según Juan, que no hubieran contenido, precisamente, una mención breve, a manera de Marcos y Lucas, del último episodio de la Ascensión. Haré, un poco más tarde, un post sobre los primeros manuscritos íntegros de los evangelios que poseemos. Los manuscritos muy antiguos de los cuatro evangelios no están exentos de divergencias entre ellos con gran numero de variaciones en relacion a los más antiguos que se encuentra en nuestra posesión. Pero no hay ninguno, claro está, que se sepa que incluya una mención de la Ascensión. No obstante, la hipótesis de que haya existido alguno no es descabellada.
Desconfiemos, sin embargo, de hipótesis en historia y quedémonos con el hecho de que Mateo y Juan no mencionan la Ascensión. Pero recordamos también el hecho, porque está ahí, que Orígenes y Jerónimo se quejan de las variantes que observan en los diversos manuscritos que tienen en su disposición.
Para concluir sobre la Ascensión, la ausencia de este episodio en Mateo y Juan parece estar más cerca del hecho de que, – por lo menos teóricamente ¿debiera suscribirlo? Es otra la cuestión – Mateo y Juan son testigos directos de los acontecimientos que cuentan, contrariamente a Marcos y Lucas.
Suponiendo que Mateo y Juan hayan estado ocupados con otras cosas el día de la Ascensión – lo que sería poco menos que un desastre – por lo menos debían habernos dicho que sus compañeros habían visto …
¿Será que la importancia de la Ascensión se les había escapado? Pero, en este caso, habría sido necesario que el Espíritu Santo que los inspiraba, se hubiera también, el mismo, distraído…
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, paro algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
–“Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
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Mateo 28,16-20
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Existe otro mundo. Su tiempo no es nuestro tiempo, su espacio no es nuestro espacio; pero existe. No es posible situarlo, ni asignarle una localización en ningún sitio de nuestro universo sensible: sus leyes no son nuestras leyes; pero existe.
Yo lo he visto lanzarse, con la mirada del espíritu, cual «fulguración silenciosa», como trascendencia que se entrega; en semejante circunstancia ve el espíritu, con deslumbrante claridad, lo que los ojos del cuerpo no ven, por muy dilatados que estén por la atención y a pesar de que subsista en ellos, después de todo, una especie de sensación residual.
Existe casi una contradicción permanente en hablar de este otro mundo, que está aquí y que está allí, como del «Reino de los Cielos» del evangelio, que puede hacerse inteligible sin palabras y visible sin figuras, que sorprende totalmente sin confundir; pero existe. Es más bello que lo que llamamos belleza, más luminoso que lo que llamamos luz; sería un grave error hacernos una representación fantasmal y descolorida del mismo, como si fuera menos concreto que nuestro mundo sensible.
Todos caminamos hacia este mundo donde se inserta la resurrección de los cuerpos; en él es donde se realizará, en un instante, esa parte esencial de nosotros mismos que se puso de manifiesto para unos por el bautismo, para otros por la intuición espiritual, para todos por la caridad; en él es donde volveremos a encontrar a los que creíamos haber perdido y están salvos. No entraremos en una forma etérea, sino en pleno corazón de la vida misma, y allí haremos la experiencia de aquella alegría inaudita que se multiplica por toda la felicidad que dispensa en torno a sí, y por el misterio central de la efusión divina.
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André Frossard, ¿Hay otro mundo?
Rialp, Madrid 1981.
Comentarios desactivados en “El capitalismo parásito del catolicismo”, por Antonio Moreno de la Fuente.
A mi maestro y amigo Reyes Mate
Tenemos hoy la convicción de que estamos en un profunda “crisis global”, que afecta a lo económico, a la cultura, a lo político, a lo ecológico y a lo religioso. En lo religioso se aprecia, ante todo, una crisis general por la pérdida de credibilidad de todas las religiones, en sus doctrinas y mitos, en sus prácticas rituales, en la vida de sus dirigentes. La crítica a la Religión como opio del pueblo, de Karl Marx, es la más conocida, al referirse a cualquier clase de religión, pero que incluye también al Cristianismo. Sin embargo, es poco conocida la crítica que realiza Walter Benjamin y que se dirige directamente al corazón mismo del Cristianismo, en un texto titulado: El capitalismo como religión (1) que, últimamente, está siendo dado muy comentado entre nosotros (2).
Dicho texto de Walter Benjamin nos permite confrontar hoy su intuición teológica- política con nuestro presente, al interrogarnos sobre el futuro del capitalismo y del cristianismo. El proyecto revolucionario de futuro que Benjamin presenta siempre en sus escritos, a pesar de que el triunfo del nazismo y fascismo parecía negárselo a él en sus últimos días (3), nos interroga también hoy a nosotros (Grabriella Giudici). ¿Hay futuro para el capitalismo y el cristianismo o ambos desaparecerán o se metamorfosearán en otros sistemas y religiones?
Sobre el capitalismo, Benjamin escribirá posteriormente sus Tesis sobre la Historia. En este texto anterior anuncia que para el Cristianismo no hay futuro, pues ha sido engullido o parasitado por el capitalismo, por lo que, la historia del cristianismo es esencialmente la historia de su parásito. Así dice Benjamin: “El capitalismo se desarrolló en Occidente como un parásito en el cristianismo –como se evidenciará no sólo en el Calvinismo sino también de otras corrientes ortodoxas del cristianismo– de tal manera que, al final, la historia del cristianismo es esencialmente la historia de su parásito, el capitalismo”. (4)
Parásito, según el Diccionario de la RAE, es el organismo animal o vegetal que vive a costa de otro de distinta especie. Ateniéndose a ello, Benjamin denuncia la transformación y la sustitución del cristianismo por la praxis capitalista. Es decir, el capitalismo es el sistema que se ha introducido dentro del cristianismo, no solo viviendo a su costa, sino chupando y suplantando totalmente su esencia, de modo que del cristianismo solo queda la apariencia, la cáscara, pues su realidad y su historia es la del capitalismo, en quien se ha transformado. Y esto lo afirma Benjamin, no solo del cristianismo calvinista, sino también de otras manifestaciones cristianas como podría ser el Catolicismo, de ahí el título del artículo.
En su exposición, Benjamin parte de la obra de Max Weber: La ética protestante y el espíritu del capitalismo (5). Según Weber, para el calvinismo el éxito económico de las personas es una señal de elección y salvación. De aquí que la laboriosidad o el ejercicio constante en la profesión humana y la organización racional del trabajo, que busca la producción y acumulación de riquezas, es señal de predestinación y amor de Dios. En contraposición, los pobres están condenados por no responder a esos designios de Dios de trabajar, de producir riqueza, estando, por consiguiente, excluidos también de la sociedad. Según Weber este es “el espíritu del capitalismo”, que nace con el calvinismo. Capitalismo que tiene resonancias de lo que ya había dicho Marx en El Capital. El modo de producción capitalista, es decir, el racionalismo económico del trabajo productivo y del comercio capitalista produce ciertamente riqueza, pero solo para la burguesía capitalista a costa de explotar o extraer la plusvalía del proletario. Esta es la asimetría sustancial que se da en el capitalismo en cuanto a la distribución de los bienes. El burgués capitalista sigue siendo rico y el trabajador proletario es cada vez más pobre, porque la plusvalía no se reparte: se la queda y la roba el burgués. Que el sistema económico capitalista nace con el calvinismo, lo reconoce Walter Benjamin, pero él da un paso más y afirma: “El Cristianismo del tiempo de la Reforma, no (solo) propició el ascenso del capitalismo, sino que se transformó en capitalismo”. ¿Cómo pudo ocurrir esto?
Según Benjamin, porque el capitalismo se ha transformado en una religión. “Hay que entender al capitalismo como una religión (dice). Es decir, el capitalismo sirve esencialmente a la satisfacción de los mismos cuidados, tormentos y desasosiegos a los que antaño solían dar una respuesta las llamadas religiones”. Según los comentaristas, el capitalismo viene considerado como una forma religiosa puramente cultual, sin doctrina revelada por un ente trascendente. Y es un culto permanente, sin descanso, sin fiestas de guardar, que no tiene por objeto la expiación, reconciliación o el perdón (El capitalismo es, presumiblemente, el primer caso de un culto que no expía la culpa, sino que la engendra) sino, al contrario, sus fieles se encontrarán siempre en deuda y culpables (6). Y dado que “la trascendencia de Dios ha caído. Pero no está muerto, está incluido en el destino humano”, es decir, al quedar la trascendencia desplazada y circunscrita a solo el horizonte humano, sus adoradores no recibirán jamás la gracia del perdón, sino que, en una espiral infinita, se encontrarán siempre endeudados y culpables, desesperados en su absoluta soledad (Grabriella Giudici). Benjamin apostilla finalmente: “Allí reside lo históricamente inaudito del capitalismo: en que la religión ya no es la reforma del ser, sino su destrucción”. El capitalismo reemplaza el ser por el tener; las cualidades humanas por la suma de partidas mercantiles, las relaciones humanas por relaciones monetarias, los valores culturales o morales por el dinero, que es el único valor que cuenta (M. Löwy, 58). Pues bien, el cristianismo, según Walter Benjamin, ha asumido totalmente este tipo de religión capitalista, no solo el calvinismo, que fue su precursor, sino también las otras confesiones ortodoxas cristianas, como el catolicismo, de modo que en Occidente el capitalismo se ha hecho parásito del cristianismo. ¿Es esto así?
Es cierto que, según la doctrina social de la Iglesia católica, en el catolicismo hubo siempre una “afinidad negativa” respecto al capitalismo, como lo prueba “el ascetismo del cristianismo primitivo y todos los aspectos relativamente cristianos de la ideología económica del catolicismo medieval”, según le gustaba decir a Ernst Bloch, a quien Walter Benajmin conocía y seguía. Sin embargo, Walter Benjamin no opina lo mismo en este aspecto que su Las prácticas ascéticas de los monjes primitivos no constituyen una salida real, porque no cuestionan la dominación de la religión capitalista, lo mismo cabe decir de los aspectos económicos del catolicismo medieval, como la lucha contra la usura, pues el catolicismo terminó por admitir los préstamos con interés (Löwy, 56, 64). Igual ocurre con la sociedad moderna y liberal. La doctrina de la Iglesia condenó sus principios liberales en el Syllabus (1864), pero no se opone realmente al orden social y económico de la sociedad burguesa, como aparece en la Rerum Novarum (1891) y demás Encíclicas. Sí se condenó, en cambio, el Comunismo ateo en la Divini Redemptoris (19 marzo 1937), por Pio XI. Con lo que, se puede afirmar lo que el teólogo de Sri Lanka, Tissa Balasuriya, dice del cristianismo occidental: “El cristianismo occidental ha perdido el barniz protector de no poder ya más ocultar su verdadera estructura religiosa y, tal vez, la verdadera raíz de la divinidad que Occidente venera -el dios del dinero y de la guerra” (7).
Esto mismo ya lo había dicho Gustavo Gutiérrez (8) de la Iglesia de Latinoamérica. Pero mucho más lo podemos decir de nuestro país, en donde esta ha sido también una práctica constante de la institución de la Iglesia católica, el estar siempre al lado y sosteniendo a las clases conservadoras dominantes, muy especialmente durante la dictadura franquista, según lo documenta detalladamente William J. Callahan en su obra “La Iglesia católica en España” (9) y Francisco Espinosa y José M.ª Garcia (10). Recientemente, sin embargo, dos hechos pueden probarnos el parasitismo del capitalismo en la práctica del catolicismo. El primero, es el modo de proceder abusivo del obispo de Cádiz, monseñor Rafael Zornoza Boy, denunciado por más de un centenar de laicos y clérigos y puesto en conocimiento de la Santa Sede. Los despidos del obispado, el desahucio de un matrimonio de 70 años, el cierre de un centro para atención de emigrantes y otros actos del Sr. Obispo y su ecónomo, lo enjuicia certeramente un amigo, miembro de esa plataforma: “Con ello se demuestra que su gestión se basa en la rentabilidad económica, muy alejada de los principios evangélicos y en el apoyo fraterno a las personas y familias en situación de vulnerabilidad. Para el Sr. Obispo es muy fácil jugar a empresario utilizando dinero de la diócesis, recibido de distintas fuentes, y que debe ser administrado de acuerdo a las necesidades reales, prestando especial atención a los más débiles (personas sin hogar, desahuciados, desempleados, emigrantes, familias en extrema pobreza…). Oculta, con su práctica y dialéctica, lo que significa la Buena Noticia de liberación y salvación para el ser humano”. La subordinación de los valores evangélicos de fraternidad y apoyo a las personas más vulnerables a la rentabilidad económica, es un caso patente de parasitismo del capitalismo en la práctica de este obispo de Cádiz, aunque sea de un obispo particular y sintomático y no generalizado.
El segundo caso de parasitismo capitalista, ya general de toda la Conferencia episcopal, es el escándalo de las inmatriculaciones realizadas por la jerarquía de la Iglesia católica que, en base al artículo 206 de la Ley Hipotecaria franquista de 1946 y del art. 304 del Reglamento Hipotecario de 1947, registró a su nombre innumerables bienes inmuebles: viviendas, plazas, huertos, garajes y hasta frontones que, obviamente, no sirven a los fines religiosos, sino para uso puramente lucrativo. Posteriormente, por la reforma de la Ley Hipotecaria realizada por el Gobierno de José María Aznar en 1998 , permitió a la Iglesia católica inscribir lugares de culto que no estaban registradas hasta entonces, un total de 4.500 propiedades, entre ellas la mezquita de Córdoba, la Seo de Zaragoza, la Catedral de Sevilla, con sus “dependencias anexas”: la Giralda y el Patio de los Naranjos, etc. Según Europa laica, la jerarquía de la Iglesia católica poseería unos 60.000 edificios aproximadamente (11), Según esto, se puede considerar a la jerarquía de la Iglesia católica, como la mayor empresa inmobiliaria de España o como una Sociedad Anónima, según titula su libro Ángel Munárriz y que, además, goza del privilegio de no pagar impuestos. Esta acumulación de bienes o voraz codicia, alser una práctica generalizada de la jerarquía de la Iglesia española (12), es una prueba más del parasitismo del capitalismo en la Iglesia católica institucional, al haber elegido al dios Mammon, en vez de los valores evangélicos.
Finalmente, podríamos preguntarnos: En el proyecto revolucionario de futuro que Benjamin presenta siempre en sus escritos ¿señala alguna salida posible a la Religión de “la jaula de hierro” del capitalismo? Lo trataremos de ver en el próximo artículo
Según creo, fue Reyes Mate el primero que nos dio a conocer a Walter Benjamin, en MATE RUPÉREZ, Medianoche en la historia: Comentario a las tesis de Walter Benjamin “Sobre el concepto de historia”. Madrid: Trotta, 2006. Últimamente se han publicado dos libros sobre el texto de Benjamín. El primero en: Karl Marx. Sobre la religión. De la alienación al fetichismo de la mercancía. Edición y estudio introductorio de Reyes Mate y José Antonio Zamora. Madrid: Trotta, 2018, pp.65-85. El segundo por LÖWY, Michael. Cristianismo de liberación: Perspectivas marxistas y ecosocialistas. De Juan Vivanco y otros. Vilasar de Dalt (Barcelona): El Viejo Topo, 2019, cap. 3. Capitalismo como religión. Walter Benjamin y Max Weber. Existe también un interesante comentario en italiano de GIUDICI, Gabriella. Eleonora de Conciliis, Walter Benjamin. Capitalismo e religione. Disponible en: https://gabriellagiudici.it/eleonora-de-conciliis-walter-benjamin-capitalismo-e-religione/ (Consulta 10-06- 2019).
Walter Benjamin, en su intento de huir de los nazis que le perseguían, se suicidó en PortBou (Girona) el 26 de septiembre de 1940,
Seguimos la traducción hecha por Enrique Faffani y Juan Antonio Ennis, referenciada en la nota 1ª.
WEBER, Laética protestantey el espíritu del capitalismo. de Luis Legaz. Madrid: Reus, 2009. La dependencia de Max Weber la expone claramente LÖWY, Michael. Ob. Cit., p. 50.
Walter Benjamin utiliza la palabra alemana Schuld, que significa, al mismo tiempo, “deuda” y “culpa” y que, el mismo Benjamin comenta: “obsérvese la demoníaca ambigüedad de este concepto”
BALASURIYA, “Las religiones, en especial cristianismo, ante el futuro”. En Concilium, nº.319, febrero 2007, p. 25
GUTIÉRREZ, Teologiade la Liberación: Perspectivas. 16 ed. Salamanca: Sígueme, 1999, pp.304-305: “La protección que recibe de la clase social usufructuaria y defensora de la sociedad capitalista imperante en Latinoamérica ha hecho de la Iglesia institucional una pieza del sistema y del mensaje cristiano un componente de la ideología dominante”.
CALLAHAN, William LaIglesiacatólicaenEspaña(1875-2002). Tr. de Jordi Beltrán. Barcelona: Crítica, 2002.
ESPINOSA MAESTRE, Francisco, GARCÍA MARQUEZ, José ª. Porla religión y por la patria: La Iglesia y el golpe militar de julio de 1936. Edición digital Titivillus, 2014.
MUNÁRRIZ, Ángel. A.Dinero y poder de la multinacional vaticana en España. 2ª ed. Madrid: Akal, 2019, p.74, detalla, entre ellos, los siguientes datos: 23.019 parroquias, 812 monasterios, 2.591 colegios, 3168 bienes de interés cultural, 69 hospitales, 54 ambulatorios, 792 casas de ancianos, 247 guarderías…
Proceder muy distinto de la Conferencia episcopal italiana, que llegó a un acuerdo con el Vaticano en 2012.
Comentario de Gonzalo Haya Prats en Atrio (20 julio 2019)
Quizás hemos pensado que el capitalismo era una transgresión para la ética cristiana, pero la teología tiene que caer en la cuenta de que es un ataque frontal (un vaciamiento parasitario) al mensaje de Jesús: “no se puede servir a dos señores, Dios y el dinero”. No se trata del comportamiento antievangélico de algunos obispos, sino de la acomodaticia posición institucional, tanto jerárquica como de la mayoría de nosotros, “los creyentes”, salvo importantes minorías.
Estas reflexionan ahondan cada vez más la distinción entre el cristianismo y el mensaje del Reino de Dios. El capitalismo puede haber vaciado el cristianismo pero, lejos de vaciar el Mensaje de Jesús, lo ha destacado como blanco sobre negro.
Comentarios desactivados en “Catolicismo no cristiano”, por José Ignacio González Faus.
Desublog Miradas cristianas:
La frase puede parecer dura, pero no es mía. Hacia 1933, Fernando de los Ríos (uno de los pioneros de la Institución libre de Enseñanza) escribió: “¡pobre catolicismo español que no ha llegado nunca a ser cristiano!”. Quítese la dosis de exageración que pueda tener. Pero hoy prefiero fijarme en la dosis de verdad que tiene.
Pocos después, Romano Guardini publicó una de sus obras más famosas (La esencia del cristianismo). En ella venía a decir que la esencia del cristianismo es sencillamente Jesús como el Cristo. Y lo que ahora quisiera destacar es que hay algunas formas de catolicismo conservador donde Jesús está prácticamente ausente y parece sustituido por otros pseudocristos.
Confesar a Jesús como el Ungido, el empapado de Dios (eso significa Cristo) implica seguirle en su anuncio y en su trabajo por lo que él llamaba “reinado de Dios”. Ese reinado de Dios (consecuencia del anuncio jesuánico de que Dios es padre de todos) significa que el ser humano está por encima de todo lo sagrado (Mc 2,27-29), que los condenados de la tierra son los preferidos de Dios (Lc 6,20-26), que lo que se les hace a ellos se le hace a Dios (Mt 25, 31ss), que el seguidor de Jesús debe perdonar y amar a los enemigos (Mt 5, 43-38) y que hay una incompatibilidad radical entre Dios y el dinero (Mc 10, 17ss)…
El catolicismo no cristiano olvida (o desconoce) esos rasgos del anuncio jesuánico. Al olvidarlos no sigue en realidad a Jesús como Cristo de Dios y lo sustituye por otros “pseudocristos”, que apelarán quizás a la palabra Cristo, pero dándole un rostro distinto al de Jesús. Los ejemplos más frecuentes son.
1.- Una cristificación del obispo de Roma. En el siglo XIX se llegó a escribir que el papa es como “el Verbo encarnado que se prolonga” y se le atribuyeron expresiones que la tradición cristiana aplicaba a Jesucristo (“más alto que los cielos, santo y separado de los pecadores…”). El título de “Santo Padre” que aún usamos tranquilamente es un vestigio de eso. Y hoy estos grupos acusan a Francisco de “desacralizar el papado”, ignorando que la herejía está en haber sacralizado ellos al papado.
2.- Una piedad mariana que no parece dirigida a la sencilla muchacha de Nazaret, sino a una figura semidivina, o a una diosa griega coronada como Reina y vestida con unas joyas que María nunca llevó. De manera vaga se la envuelve en un nimbo de pureza etérea que ha cuajado en la expresión “ave María purísima” que no molesta nada. Pero si les pidieran sustituirla por un “ave María pobrísima” se negarían a ello, ignorando que de esa pobreza brota la pureza de María.
3.- Una devoción a la eucaristía convertida en una especie de “Dios hecho cosa”, desligada de la Cena de despedida de Jesús y de sus gestos de partir el pan (símbolo de la necesidad) y pasar la copa (símbolo de la alegría). Así cosificado, Dios puede ser adorado tranquilamente y podemos ir a comulgar casi al margen de toda la celebración eucarística, sólo para “recibir gracia”, pero sin que esa gracia nos lleve a nosotros a compartir la necesidad y a comunicar la alegría.
4.- Un último rasgo de ese catolicismo no cristiano puede ser una forma de relación “contractual” con Dios que nos permite convertirlo en propiedad nuestra con sólo que cumplamos nuestra parte del contrato. Exactamente la relación con Dios que Jesús criticó como “fariseísmo”: teniendo a Dios como propiedad privada nuestra, somos los mejores y podemos sentirnos superiores a los demás. Es lo de aquel viejo chiste (puesto en labios de una pobre viejita, pero que está en bastantes corazones no tan viejos): “el papa puede cambiar lo que quiera, que al final nos salvaremos los de siempre”.
Y “nos salvaremos” porque este tipo de catolicismo ha sustituido la confianza, que es lo más característico de la fe, por la seguridad que nos libera de la entrega confiada. Por eso suelo decir que el mayor enemigo de la fe verdadera no es propiamente la incredulidad sino la tentación de la seguridad.
Realmente, poco cristiano es ese panorama, aunque se presente como “muy católico”: su rasgo más distintivo no es la confianza en Jesús, sino el miedo a Jesús y a su anuncio de ese “reinado de Dios” que, por así decir, horizontaliza todas las verticalidades pseudoreligiosas: y lo hace, no sustituyendo la vertical por la horizontal (cosa en la que nunca pensó Jesús), pero sí sustentando la horizontal en la vertical.
En este sentido, lo típico del cristianismo frente a otras cosmovisiones, religiosas o increyentes, es la síntesis, imposible quizá pero a la que hay que tender, entre la máxima afirmación de la Trascendencia y la más plena afirmación de la inmanencia: la entrega completa al más-allá y la plena dedicación al más-acá. Porque, por incomprensible que parezca, Dios es el infinitamente lejano, el increíblemente cercano y el profundamente íntimo.
Ojalá pues que, cuando Azaña dijo aquello de “España ha dejado de ser católica”, hubiera querido decir que España está empezando a poder ser cristiana…
Comentarios desactivados en Sólo una cuarta parte de los españoles cree que el catolicismo y el protestantismo son diferentes en el fondo
El 79% no tendría inconveniente en aceptar a un protestante en su familia
Pew sugiere que las divisiones de la Reforma ya han sido superadas al nivel sociológico
(Cameron Doody).- Una mayoría de los europeos, españoles incluidos, consideran que el catolicismo y el protestantismo son más similares que diferentes. Esa es la conclusión a la que ha llegado el Pew Research Center tras realizar un exhaustivo sondeo de 24.599 adultos residentes en quince países del oeste del continente, que revela que solo el 28% de los 1.499 españoles consultados para la encuesta cree que la fe de Roma es distinta a la que impulsó Lutero.
Así, el porcentaje de españoles que creen que las dos denominaciones siguen manteniendo identidades distintas cae incluso por debajo de la media entre los países europeos de mayoría católica -como Italia, Portugal o Irlanda- que se sitúa en el 32%. En cambio, un 44% de los españoles piensa que el catolicismo y el protestantismo guardan más parecidos que desemejanzas, de entre el 49% de los ciudadanos de países católicos europeos que razona de forma igual.
Más allá de los tópicos que, a juzgar por las conclusiones de Pew, sigue teniendo cierta base en la realidad -que hay, por ejemplo, más protestantes en los países del norte de Europa, y más católicos en el sur- el sondeo arroja otros datos de sumo interés. Como el del 60% de los españoles que sigue identificándose como católicos, frente al 3% que lo hace como protestantes o el 30% que afirma no seguir ninguna de estas dos religiones. O los de que el 28% de los españoles dice que la religión es muy importante en su vida, el de que el 30% asegura que rezan de forma cotidiana o el de un escaso 21% que afirma asistir a misa cada domingo.
No es motivo de sorpresa, quizás, que el 64% de los españoles siga creyendo en la doctrina católica que tanto la fe como las buenas obras son necesarias para ganarse el cielo, a diferencia del 17% de los ciudadanos del país que sigue la doctrina reformada, de que la fe por sí sola es suficiente.
Sí representa cierta desviación de las tradiciones, no obstante, que el 79% de los españoles no tendría ningún inconveniente en aceptar a un protestante como miembro de su familia, si bien solo el 35% de los ciudadanos de nuestro país afirma haber conocido a una persona de esta denominación.
Son cifras muy interesantes de cara a la celebración este año del 500 aniversario de la Reforma, que demuestran que la separación tan dolorosa entre el catolicismo y el protestantismo que costó tantas guerras y las vidas de tanta gente parece, en buena medida, haber sido superada, si solo al nivel sociológico.
Comentarios desactivados en El día en que Jesús “hizo las maletas” ¿Dónde estaban Mateo y Juan?
La Ascensión del Cristo es el complemento lógico de su Ressurrección y el preludio necesario para su divinización.
En posts anteriores he señalado que se suponía que el mítico fundador de Roma, Rómulo, había corrido la misma suerte .
Añadiré hoy un complemento sobre el valor histórico, desde el punto de vista de algunos, que convendría conceder a tal hecho, bajo el pretexto de que figuraría en documentos que son históricos y presentados como testimonios. Cuando digo “de”, entendamonos: el relato de la Ascensión figura bien en ciertos evangelios apócrifos; pero dejemos éstos de lado por hoy, ya que, según el punto de vista que acometo, es decir el de la historia infestada de teología, los llamados evangelios apócrifos no serían creíbles, de ningún modo; mientras que los cuatro canónicos lo serían. Veamoslos pues.
Primera observación: de los cuatro Evangelios decretados creíbles, sólo dos hablan de la Ascensión : Marcos y Lucas. El pasaje de Marcos es de una brevedad notable: “Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. “ (Marcos 16 , 19 ) . Cada uno sacará las conclusiones que quiera. Lucas es un poco más largo, pero tiene una vaga mirada de la narración, ya que el lugar es mencionado como un gesto ( bendición) : “Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lucas 24, 50-51) Esto es realmente corto , sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los Evangelios de Marcos y Lucas son muy abundantes en los detalles de género “vivido” y esto para cantidad de episodios que están lejos de tener la importancia de este último.
Los teólogos no tuvieron ningún problema para edificar un razonamiento para establecer que esta brevedad es querida y significativa; posiblemente veremos allí el signo tangible de la salida simultánea del tiempo y del espacio que debía tener su equivalente en el estilo del relato… ¿Por qué no? Pero los historiadores no pueden, evidentemente, seguirlo y se preguntarán más bien si no se trata, muy simplemente, de una interpolación, es decir de un añadido ulterior debido a un copista que encontraba sin duda que la Ascensión, que conocía por otro lado, sea por la tradición oral, sea por otros evangelios, verdaderamente faltaba en éste y que esto podía ser sólo como consecuencia de un error de uno de sus predecesores, un error que había que reparar.
¿Pero entonces, en este caso, por qué la Ascensión no figuraba en el Evangelio de Mateo y en el de Juan, ya que, de cerca o de lejos, no se encuentra en estos dos textos ninguna mención de tal acontecimiento? Pues bien, primero: nada permite afirmar que no hubieran existido evangelios, según Mateo y según Juan, que no hubieran contenido, precisamente, una mención breve, a manera de Marcos y Lucas, del último episodio de la Ascensión. Haré, un poco más tarde, un post sobre los primeros manuscritos íntegros de los evangelios que poseemos. Los manuscritos muy antiguos de los cuatro evangelios no están exentos de divergencias entre ellos con gran numero de variaciones en relacion a los más antiguos que se encuentra en nuestra posesión. Pero no hay ninguno, claro está, que se sepa que incluya una mención de la Ascensión. No obsante, la hipótesis de que haya existido alguno no es descabellada.
Desconfiemos, sin embargo, de hipótesis en historia y quedémonos con el hecho de que Mateo y Juan no mencionan la Ascensión. Pero recordamos también el hecho, porque está ahí, que Orígenes y Jerónimo se quejan de las variantes que observan en los diversos manuscritos que tienen en su disposición.
Para concluir sobre la Ascensión, la ausencia de este episodio en Mateo y Juan parece estar más cerca del hecho de que, – por lo menos teóricamente ¿debiera suscribirlo? Es otra la cuestión – Mateo y Juan son testigos directos de los acontecimientos que cuentan, contrariamente a Marcos y Lucas.
Suponiendo que Mateo y Juan hayan estado ocupados con otras cosas el día de la Ascensión – lo que sería poco menos que un desastre – por lo menos debían habernos dicho que sus compañeros habían visto …
¿Será que la importancia de la Ascensión se les había escapado? Pero, en este caso, habría sido necesario que el Espíritu Santo que los inspiraba, se hubiera también, el mismo, distraído…
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, paro algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
–“Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Comentarios desactivados en Para salir de la crisis España debe ser menos católica y más luterana
Ignacio Sánchez-León publica “La moral inmoral: cuestión de ética española“
Se trata de un libro que presenta un breve análisis de la falta de valores morales y éticos en la España actual inspirado en la aparición en el 2008 de la mayor crisis económica en Europa de todos los tiempos desde el final de la II Guerra Mundial que muestra cómo los orígenes católicos de la moral y la ética españolas siguen marcando la conducta social e individual de buena parte de la sociedad hispana en pleno siglo XXI, así como de la gran mayoría de los países de Latinoamérica sobre todos los órdenes de la vida, como en la cultura, en la religión, en la política, los negocios, etc. Según el autor, España debería ser menos católica y más luterana (protestante) para salir de la crisis actual (económica, política, institucional, social, de identidad etc), abordar los casos de corrupción y afrontar el futuro con valentía. Habría que apostar por una nueva moral, más ecuménica (“Weltethos”) en el sentido del famoso filósofo y teólogo alemán Hans Küng que fue expulsado en su día de la curia romana por sus críticas al Catolicismo.
“La nueva moral ha de ser o debería ser colectiva, universal, humanista, ecuménica, flexible y no rígida ni partidista, sino en todo caso holística, para superar los verdaderos retos del hombre, de la ciencia, de la cultura, del arte y la filosofía, de la política y la economía entre otros”, se asegura en el libro.
Sánchez-León considera que ‘los países de tradición católica en el mundo son los que han sufrido y siguen sufriendo más fuertemente la crisis económica y la corrupción generalizada de los más desfavorecidos, en comparación con los países de tradición protestante, calvinista o evangelista’, por lo que su libro es relevante en la sociedad actual y puede interesar a los lectores debido a ‘la novedad de exponer la vinculación de la permanente crisis (política, social, económica, etc.) en países como España y Latinoamérica con la influencia ejercida durante tanto siglos de historia por parte de la Religión, hasta el punto de haber marcado nuestros principios éticos y códigos de conducta muy distantes de otros países anglosajones de credo evangelista’.
El autor es un ex periodista económico y corresponsal de prensa en diversos países y ex-directivo en varias corporaciones, es actualmente consultor de empresa, así como profesor universitario. Consejero de varias starts-up y vicepresidente de AFINET (Asociación para el Fomento de Internet y el Networking) así como miembro del consejo asesor de ciertas entidades internacionales. Graduado en Derecho Ambiental, MBA, Marketing, CC. Económicas, Ph.D. y Ciencias de la Información. Premio Diario de México por “El Sistema Monetario Internacional” (1983). También autor de “El espejo mágico de M.C. Escher” (1989, traducción al español), “El IV Reich: 40 años de la ex RDA” (1990), “La Herencia de las porteras” (1999), “La química nuestra de cada día” (2000), “Cielo al revés” (2008), “Somos lo que pensamos” (2009), “El PIBE-el producto interior bruto ecológico” (2013), “Lazo Moebio” (2015) y “El idioma digital: de la digitalización de la economía al Made in Spain digital”(de próxima publicación).
Comentarios desactivados en El actor Mario López, un ejemplo de que se puede ser católico y apoyar a la comunidad GLTBI
Miami Beach celebra su Orgullo LGTB pidiendo la plena igualdad
Mario López, que ejerció de padrino y maestro de ceremonias del desfile, señaló su satisfacción por ser parte de la séptima edición de este desfile y animó a la sociedad en pleno a luchar por los derechos de la comunidad LGTB en el país.
El Miami Beach Gay Pride Parade, que se celebró este fin de semana, contó con un anfitrión excepcional: el actor Mario López, que se dio a conocer en ‘Salvados por la Campana’ y ahora trabaja como presentador de televisión.
López, un actor católico, ha asegurado que no tiene ningún problema para conciliar su fe con el apoyo a la comunidad LGBT y su lucha por la igualdad. “Si el Papa dice que, ¿quién soy yo para juzgar a nadie?, yo opino lo mismo. Yo siempre trato a todas las personas con respeto”, asegura en The Miami Herald.
López, de 41 años, publicó en Twitter el viernes que estaba camino a Miami con su esposa Courtney Mazzo, la madre de sus dos hijos, para apoyar el Miami Beach Gay Pride Parade.
“Apoyo eventos como éste y apoyo muchos de los problemas que el Orgullo Gay defiende”, asegura López, que además indicó que “un par de primos” suyos son gays y está muy unido a ellos.
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En 1997, López interpretó un papel gay en la película de televisión ‘Breaking the Surface: The Greg Louganis Story’.”Yo no tengo ningún reparo acerca de lo que la gente piense. Las únicas personas que eran importantes para mí eran en mi familia. Una vez que tuve su apoyo, realmente no me importaba lo demás”, explica.
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Centenares de personas participaron en el desfile del Gay Pride que se celebró en Miami Beach, en el sur de Florida, el primero que se desarrolla tras la aprobación del matrimonio igualitario en el estado de Florida y a cuyo reclamo por la igualdad se sumó el actor y presentador Mario López.
El desfile, punto final de una celebración que se inició el viernes, atrajo una variedad de personalidades y figuras, quienes resaltaron que a pesar de la reciente puesta en marcha en este estado de la ley que autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo, aún resta trabajo que hacer con miras a la plena igualdad.
Decenas de participantes montados en sus carrozas pasearon por las calles de South Beach, el extremo sur de la isla de Miami Beach, para pedir “igualdad de condiciones” para la comunidad LGTB y avanzar así como sociedad, tal como resaltó Acina Dione, coronada reina del desfile gay.
La reina afirmó que aún hoy en día “una persona puede perder el empleo por el hecho de ser homosexual” y era necesario que la comunidad en pleno apoyará la defensa de los derechos del colectivo LGBT.
Entre los asistentes al acto, cuyo epicentro fue la icónica arteria Ocean Drive, figuró el alcalde del condado Miami-Dade, Carlos Giménez, la congresista Demmie Wassermar y el joven jugador de baloncesto universitario Derrick Gordon, que el año pasado se convirtió en el primer jugador gay de esta liga al confesar su condición sexual.
“Esta es una causa para celebrar y para enseñar que Miami Beach siempre fue una de las ciudades líderes en este asunto y que todo el mundo aquí lo está aceptando”, manifestó por su parte Michael Góngora, el primer concejal de Miami Beach en declararse homosexual.
Jorge Lao, un guatemalteco de 34 años recién llegado a Miami Beach, dijo estar emocionado por residir en una ciudad cuya comunidad gay crece, y en ese sentido afirmó que “América Latina tiene que fijarse en el resto del mundo” para “aceptar la homosexualidad”. “No es un lugar donde yo me siento confortable al decir que soy gay”, manifestó el asistente, en alusión a los inconvenientes que enfrenta en su país a causa de su homosexualidad.
Tony Lima, director ejecutivo de SAVE, una organización que lucha por los derechos de la comunidad LGBT local, opinó que la cercanía de Miami con Latinoamérica y el Caribe a la larga “va a ayudar a cambiar todo lo negativo que hay en esos países”, y confió ver en un futuro cercano “olas de igualdad en los países de habla hispana”.
Lima recordó que la Corte Suprema de Estados Unidos aún tiene pendiente de resolver una apelación sobre la legalidad del matrimonio igualitario en el país, aunque espera que la decisión sea positiva.
“El cambio va a venir pronto, ahora en abril, cuando la Corte Suprema haga el anuncio que el matrimonio entre personas del mismo sexo es una realidad en todo el país. En ese momento todo va a cambiar”, dijo Lima, con esperanzas sobre el veredicto que tomará la máxima instancia judicial.
Comentarios desactivados en “Corrupción y religión”, por José María Castillo, teólogo
Leído en su blog Teología sin Censura:
El reciente informe de la Unión Europea sobre la percepción que se tiene, en ciudadanos y empresas, sobre la corrupción en los distintos países de Europa, sitúa a la cabeza de los países corruptos a Italia y España, mientras que, por el contrario, los países menos corruptos, en cuanto se refiere a la gestión de la economía, son los países del norte de Europa.
En cuanto, hace pocos días, leí los resultados de este Informe, me vino a la memoria el conocido estudio de Max Weber, La Ética Protestante y el espíritu del capitalismo. Como es sabido, Weber defiende en este libro que “el afán de lucro” y la “tendencia a enriquecerse” nada tienen que ver con el capitalismo. Weber estaba convencido, hace un siglo, de que la “mentalidad económica” y el “ethos” [talante] económico son convicciones y pautas de conducta que están determinadas sobre todo por “la ética racional del protestantismo ascético”. Y destacaba las conexiones que las religiones más importantes tienen con la economía y la estructura social del medio en el que viven.
Yo estoy persuadido de que Max Weber no escribiría hoy este libro tal como lo escribió en su tiempo. Entre otras razones, porque el capitalismo de ahora no es como el que Weber conoció. Ni la religión que se practica ahora es como la que se practicaba a finales del s. XIX.
Sin embargo, hay un hecho patente que está a la vista de todos. Exactamente lo mismo, a comienzos del siglo XXI que a finales del XIX, los países de tradición católica son los más corruptos y los más castigados por la crisis económica (países del Sur), al tiempo que los países de matriz protestante (países del Norte) son los más desarrollados y los que han superado la crisis más rápidamente y mejor. Como es lógico, estas cosas no ocurren por casualidad. Alguna relación tiene que haber entre “economía” y “religión”. Lo que, en este momento, equivale a preguntarse: ¿tendrá algo que ver la religión con la corrupción económica?
No voy a ponerme a indagar – una vez más – en qué consiste exactamente el espíritu de la “ética protestante”. Sobre eso se han escrito bibliotecas enteras. Y ya sabemos lo que da de sí este asunto. Por eso yo me he puesto a darle vueltas a esta cuestión, repensando este enorme problema desde otro punto de vista. Hay un hecho que, por otra parte, no deja de llamar la atención. Me refiero a una cosa que ve cualquiera. “Gente religiosa”, “gente de derechas” y “gente capitalista” son expresiones que, con relativa frecuencia, suelen coincidir en las mismas personas y hasta en las mismas instituciones o grupos humanos. Pero coinciden solamente cuando la religión apoya el capitalismo y se pone de parte de la gente de derechas. Si se trata de una religión que, por lo que sea, no es incondicionalmente aceptada por los ricos, ese tipo de religión no tarda en caer en desgracia. Lo que ha pasado con la teología de la liberación es el ejemplo más claro que tenemos, en la Iglesia, de que las relaciones entre “religión” y “economía” son buenas y fluidas cuando, en definitiva, la religión se pliega a las exigencias del capitalismo financiero, con las consiguientes condiciones que impone la banca, etc, etc.
¿Qué hay detrás de todo esto? Por lo que yo he podido averiguar, hasta este momento, el factor determinante en este oscuro asunto es la profunda y extraña conexión que existe entre los “rituales” y la “ética”. Una conexión que se comprende en cuanto uno se da cuenta de que el comportamiento de una persona religiosa está más determinado por el “rito” que por el “ethos” (W. Burkert, B. Lang, G. Theissen). Es decir, la gente religiosa se aferra más a la observancia de los rituales sagrados que a la honradez sin fisuras de la conducta de un buen ciudadano. ¿Cómo se explica que haya tantos ricos capitalistas que se quedan tranquilos con su misa y sus rezos, cuando ellos son los primeros que saben que no pagan los jornales que tendrían que pagar? ¿Qué explicación tiene que haya obispos con palacios y coches de lujo, que se quedan tan tranquilos sabiendo que en su diócesis hay miles de criaturas que se acuestan sin cenar? ¿Cómo es posible que la Jerarquía eclesiástica (con sus clérigos, frailes y monaguillos) siga aferrada a sus exenciones fiscales y privilegios económicos, en una sociedad en la que cada día echan de sus casas a tantas familias que no han hecho otro mal que quedarse sin trabajo?
La observancia ritual es un asunto peligroso. Porque el rito fielmente observado tiene el efecto diabólico de tranquilizar la conciencia. Por eso hay tanta gente a la que le va divinamente con los bautizos, las bodas (de iglesia), los funerales con misa, la cofradía, la romería, la promesa, el escapulario y la estampa. De manera que todo eso, sin saber cómo ni por qué, se condimenta admirablemente con la tacañería a la hora de pagar el sueldo o el jornal, hacer la declaración de la renta, tener a “la muchacha” de la limpieza apuntada en el “seguro” y, si se trata de gente de poder y gobierno, no tienen empacho en defender y aprobar leyes que hunden a tantas criaturas en la miseria y la desesperación.
¿Se puede asegurar que existe una misteriosa y tremenda conexión entre religión y corrupción? Ahí están los hechos. Y que cada cual responda, no asegurando “yo tengo la conciencia tranquila”, sino preguntando a quienes conviven a tu lado qué piensan de todo esto.
Comentarios desactivados en Uno de cada cinco latinoamericanos ya es protestante
Una encuesta de Pew revela el auge del evangelismo en las últimas cuatro décadas
La buena imagen del papa Francisco no logra frenar la fuga de fieles
Paraguay es el país más católico (el 89% de la población) y Uruguay el menos (42%). Honduras y Guatemala son los países con más protestantes (41%)
El papa Francisco goza de una imagen francamente positiva en América Latina pero ello no impide la continuada reducción en el número de adultos que se declaran católicos, de acuerdo con un estudio realizado en 18 países y divulgado hoy por el instituto Pew Research.
Según el estudio, el sostenido declinar en el número de católicos en toda la región hace que en la actualidad el 69% se identifiquen con esa denominación religiosa, mientras que en 2010, el 72% lo hacía. Pew estima además que hasta 1960, 94% de los habitantes de América Latina eran católicos.
América Latina posee más de 425 millones de católicos que representan casi el 40% de la población católica en todo el mundo, pero el número de fieles que busca otra denominación aumenta sostenidamente, en su mayoría en denominaciones protestantes.
La investigación de Pew reveló que en la actualidad 84% de los latinoamericanos adultos dijo haber sido criado dentro del catolicismo. Como el 69% de ellos se declaraban católicos en la edad adulta, se deduce que un 15% buscó practicar su fe en otras iglesias o decidió alejarse de la religión en general.
En sentido contrario, apunta el estudio, el 9% de los latinoamericanos dice haber sido criado como protestante, pero en la edad adulta el 19% de ellos se reconoce en una de sus denominaciones, dejando al descubierto la transición de una iglesia a otra.
“En cada país sondeado, la iglesia Católica ha experimentado pérdidas netas a causa del cambio religioso ya que muchos latinoamericanos se han unido a iglesias protestantes o evangélicas o simplemente rechazado una religión organizada”, apunta el estudio.
En ese cuadro, “aproximadamente uno de cada cuatro nicaragüenses, uno de cada cinco brasileños y uno de cada siete venezolanos se declaran como ex católicos“.
Esas personas dejan el catolicismo en dirección de un enmarañado de denominaciones e iglesias independientes que en general se consideran protestantes.
El estudio considera protestantes a baptistas, adventistas, metodistas, luteranos y presbiterianos, así como de iglesias pentecostales. Estas últimas nuclean aproximadamente la mitad del contingente de fieles, con la iglesia Asamblea de Dios como la más comúnmente citada.
En Colombia, por ejemplo, nada menos que el 74% de los declarados protestantes afirman haber sido criados como católicos (el 84% fue bautizado según el rito católico).
El cambio
Al investigar las razones del abandono de la iglesia Católica hacia una denominación protestante o evangélica, la mayoría citó la “búsqueda de una conexión personal con Dios” (81%), o la preferencia por un tipo de rito en su nueva iglesia (69%).
El estudio además traza un perfil del fiel que se convierte del catolicismo al protestantismo. En la mayoría de los países encuestados, quienes se convirtieron lo hicieron antes de los 25 años. Además, en países como Brasil, República Dominicana y Nicaragua, los que cambiaron de fe en general son quienes se mudaron varias veces de zona de residencia. Por otro lado, en la Argentina, Bolivia y Costa Rica, quienes se convierten al evangelismo en general no tiene estudios secundarios completos.
Francisco, con imagen favorable en la Argentina
El centro de investigaciones destacó que en general “América Latina ha abrazado” al papa Francisco, quien disfruta de una imagen claramente favorable que en su país natal llega al 91% de los encuestados. “Sin embargo, Francisco no ha impresionado a todos por igual”, apunta el estudio. Entre el contingente de los declarados ex católicos, aproximadamente la mitad expresa apoyo al pontífice o considera su papado un cambio para la iglesia católica.
En la Argentina, por ejemplo, el 91% de los adultos expresa opinión favorable de Francisco, contra 3% que tiene una visión negativa. Guatemala en la parte inferior de la lista. Allí, el Papa recoge un 54% de opiniones favorables y notables 17% en contra, con 29% que no tiene una opinión formada.
Paraguay es el más católico (el 89% de la población) y Uruguay el menos (42%). El catolicismo es predominante en naciones como México (81%), Colombia (79%), Ecuador (79%), Bolivia (77%) y Perú (76%). Es mayoritario en Chile (64%), Costa Rica (62%) y Brasil (61%), el país con más católicos del mundo (unos 120 millones). Y llega a la mitad o menos de la mitad de la población en El Salvador (50%), Guatemala (50%), Nicaragua (50%) y Honduras (46%).
Es en estos países centroamericanos con un menor apoyo al catolicismo, donde el protestantismo tiene más adeptos. Lideran el ránking Honduras y Guatemala: un 41% de la población se declara protestante. Les siguen Nicaragua (40%), El Salvador (36%) y, ya fuera de Centroamérica, Puerto Rico (33%).
Un caso aparte es Uruguay. Es el país con la menor proporción de católicos en América Latina, pero no se debe a que el protestantismo esté muy extendido (15%) sino al elevado peso de los no creyentes (37%). Tras Uruguay, República Dominicana (18%) y Chile (16%) son las naciones latinoamericanas con mayor proporción de personas sin afiliación religiosa.
El principal motivo para pasar del catolicismo al protestantismo es la búsqueda de una conexión más personal con Dios
Aunque no viven en un país latinoamericano es destacable la situación de los hispanos en Estados Unidos, pues las tendencias de este sondeo son un “espejo” a algunas de las reveladas en otro de Pew de 2013 sobre ese colectivo. Según dicha encuesta, un 55% de los hispanos es católico, un 22% protestante y un 18% ateo o agnóstico. Además, un 24% de los latinos adultos en EE UU fueron criados bajo el catolicismo pero han dejado esa religión, mientras solo un 2% fue criado en otra creencia y se ha pasado al catolicismo.
El informe está basado en más de 30.000 entrevistas personales realizadas entre octubre de 2013 y febrero de 2014, en 18 países de América Latina y Puerto Rico.
La Ascensión del Cristo es el complemento lógico de su Ressurrección y el preludio necesario para su divinización.
En posts anteriores he señalado que se suponía que el mítico fundador de Roma, Rómulo, había corrido la misma suerte .
Añadiré hoy un complemento sobre el valor histórico, desde el punto de vista de algunos, que convendría conceder a tal hecho, bajo el pretexto de que figuraría en documentos que son históricos y presentados como testimonios. Cuando digo “de”, entendamosnos: el relato de la Ascensión figura bien en ciertos evangelios apócrifos; pero dejemos éstos de lado por hoy, ya que, según el punto de vista que ataco, es decir el de la historia infestada de teología, los llamados evangelios apócrifos no serían creíbles, de todo modo; mientras que los cuatro canónicos lo serían. Veamoslos pues.
Primera observación: de los cuatro Evangelios decretados creíbles, sólo dos hablan de la Ascensión : Marcos y Lucas. El pasaje de Marcos es de una brevedad notable: “Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. “ (Marcos 16 , 19 ) . Cada uno sacará las conclusiones que quiera. Lucas es un poco más largo, pero tiene una vaga mirada de la narración, ya que el lugar es mencionado como un gesto ( bendición) : “Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lucas 24, 50-51) Esto es realmente corto , sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los Evangelios de
Marcos y Lucas son muy abundantes en los detalles de género “vivido ” y esto para cantidad de episodios que están lejos de tener la importancia de este último.
Los teólogos no tuvieron ningún problema para edificar un razonamiento para establecer que esta brevedad es querida y significativa; posiblemente veremos allí el signo tangible de la salida simultánea del tiempo y del espacio que debía tener su equivalente en el estilo del relato… ¿ Por qué no? Pero los historiadores no pueden, evidentemente, seguirlo y se preguntarán más bien si no se trata, muy tontamente, de una interpolación, es decir de un añadido ulterior debido a un copista que encontraba sin duda que la Ascensión, que conocía por otro lado, sea por la tradición oral, sea por otros evangelios, verdaderamente faltaba en éste y que esto podía ser sólo como consecuencia de un error de uno de sus predecesores, un error que había que reparar.
¿Pero entonces, en este caso, por qué la Ascensión no figuraba en el Evangelio de Mateo y en el de Juan, ya que, de cerca o de lejos, no se encuentra en estos dos textos ninguna mención de tal acontecimiento? Pues bien, primero: nada permite afirmar que no hubieran existido evangelios, según Mateo y según Juan, que no hubieran contenido, precisamente, una mención breve, a manera de Marcos y Lucas, del último episodio de la Ascensión. Haré, un poco más tarde, un post sobre los primeros manuscritos íntegros de los evangelios que poseemos. Los manuscritos muy antiguos de los cuatro evangelios no están exentos de divergencias entre ellos con gran numero de variaciones en relacion a los más antiguos que se encuentra en nuestra posesión. Pero no hay ninguno, claro está, que se sepa que incluya una mención de la Ascensión. No obsante, la hipótesis de que haya existido alguno no es descabellada.
Desconfiemos, sin embargo, de hipótesis en historia y quedémonos con el hecho de que Mateo y Juan no mencionan la Ascensión. Pero recordamos también el hecho, porque es de allí, que Orígenes y Jerónimo se quejan de las variantes que observan en los diversos manuscritos que tienen en su disposición.
Para concluir sobre la Ascensión, la ausencia de este episodio en Mateo y Juan parece estar más cerca del hecho de que, – por lo menos teóricamente ¿debiera suscribir? Es otra la cuestión – Mateo y Juan son testigos directos de los acontecimientos que cuentan, contrariamente a Marcos y Lucas.
Suponiendo que Mateo y Juan hayan estado ocupados con otras cosas el día de la Ascensión – lo que sería poco menos que un desastre – por lo menos debían habernos dicho que sus compañeros habían visto …
¿Será que la importancia de la Ascensión se les había escapado? Pero, en este caso, habría sido necesario que el Espíritu Santo que los inspiraba, se hubiera el mismo distraído…
Comentarios desactivados en “Al papa Francisco, sobre la familia”, por José Arregi.
Tras haber perdido los posts, intentaremos ir recuperando algunos de ellos. Hoy traigo este artículo sobre la familia ante el Sínodo de la Familia que publicaba en su blog y que ilustramos con imágenes del blog À Corps… À Coeur:
Querido papa Francisco: Como hoy todo corre tan rápido, ya ha llegado a nuestras manos el cuestionario sobre la familia que Ud. acaba de dirigir a los obispos de todo el mundo: 38 preguntas bien concretas, organizadas en 8 bloques temáticos. Entendemos que no somos solamente el objeto, sino también el destinatario de esas preguntas que nos afectan –y duelen– incluso más que a los obispos. Por eso nos permitimos responderlas directamente, por el cariño que le tenemos y la confianza que nos inspira. ¡Gracias, papa Francisco, por preguntarnos sobre tantas cuestiones incómodas que han sido y siguen siendo tabú! ¡Y gracias por escucharnos, por acoger nuestras voces salidas del alma, con sus certezas y sus dudas.
1. Si la enseñanza de la Sagrada Escritura y del Magisterio jerárquico acerca de la sexualidad, el matrimonio y la familia es conocida y aceptada entre los creyentes.
Tal vez no sea bien conocida, pero ciertamente es mal aceptada o simplemente ignorada. Constatamos que en las últimas décadas ha ido creciendo hasta un grado crítico la brecha, más aun, la ruptura entre la doctrina oficial y el sentir ampliamente mayoritario de los/las creyentes. Es grave y nos duele. Pero creemos sinceramente que la razón de la quiebra creciente no es la ignorancia y menos aun la irresponsabilidad de los creyentes, sino más bien el encerramiento de la jerarquía en esquemas del pasado.
Los tiempos han cambiado mucho en poco tiempo en todo lo que tiene que ver con la familia, el matrimonio y la procreación, y con la sexualidad en general. Sabemos que son temas delicados, que lo más sagrado está en juego, que es necesario el máximo cuidado. Pero no se puede cuidar la vida repitiendo el pasado. Creemos profundamente que el Espíritu de la vida sigue hablándonos desde el corazón de la vida, con sus gozos y dolores. Creemos que la Ruah viviente no puede ser encerrada en ninguna doctrina ni texto ni letra del pasado, y que sigue inspirando el sentir de todos los creyentes y de todos los hombres y mujeres de hoy. Nunca nada debe quedar cerrado.
Papa Francisco, le felicitamos por su voluntad de volver a escuchar la voz del Espíritu en los hombres y las mujeres de hoy, y nos atrevemos a pedirle: siga pronunciando palabras de misericordia y de aliento, no vuelva a “verdades” y “normas” obsoletas que no tienen sentido. ¡En el nombre de la Vida!
2. Sobre el lugar que ocupa entre los creyentes el concepto de “ley natural” en relación al matrimonio.
Se lo diremos con toda sencillez y franqueza: para la inmensa mayoría de los pensadores, científicos y creyentes de nuestra sociedad, el concepto de “ley natural” ya no ocupa ningún lugar. Sí, la naturaleza que somos tiene un orden maravilloso, unas leyes maravillosas, y gracias a ellas la ciencia es posible. Pero la ley suprema de la naturaleza es su capacidad de transformación y novedad. La naturaleza es creadora, inventiva. De esa capacidad creadora e inventiva, de esa creatividad sagrada, son fruto todos los átomos y moléculas, todos los astros y galaxias. De ellas somos fruto todos los vivientes, todas las lenguas y culturas, todas las religiones. De ella serán fruto, durante miles de millones de años todavía, infinitas nuevas formas que aún desconocemos.
La naturaleza está habitada por el Espíritu, por la santa Ruah que aleteaba sobre las aguas del Génesis, que sigue vibrando en el corazón de todos los seres, en el corazón de cada átomo y de cada partícula. Todo vive, todo alienta, todo se mueve. Todo cambia. También la familia ha ido cambiando sin cesar, desde los clanes primeros hasta la familia nuclear, pasando por la familia patricarcal que hemos conocido hasta hace bien poco.
Ante nuestros propios ojos, el modelo familiar sigue cambiando: familias sin hijos, familias monoparentales, familias de hijos/as de diversos padres… Y seguirá cambiando, no sabemos cómo. Todo es muy delicado. Hay mucho dolor. Pedimos a la Iglesia que no hable mal de las nuevas formas de familia, pues bastante tienen con vivir cada día y salir adelante, en medio de las mayores amenazas que nos vienen de un sistema económico cruel, inhumano. A la Iglesia no le toca dictar, sino ante todo acompañar, aliviar, alentar, como Ud. mismo ha afirmado.
3. Sobre cómo se vive y cómo se transmite en las familias la fe, la espiritualidad, el Evangelio.
Decisiva cuestión. Sí, constatamos con dolor que las familias están dejando de ser “iglesias domésticas” donde se ora, se cultiva, se respira, se transmite la buena noticia de Jesús. Pero no creemos que sea justo culpar de ello a las familias. La crisis de la religión y de la transmisión de la fe en la familia tiene que ver en primer lugar con la profunda transformación cultural que estamos viviendo. Y constituye un gran desafío no solo ni tal vez en primer lugar para las propias familias, sino para la propia institución eclesial: asumir las nuevas claves espirituales y formas religiosas que el Espíritu está inspirando en los hombres y en las mujeres de hoy.
4. Sobre cómo ha de afrontar la Iglesia algunas “situaciones matrimoniales difíciles” (novios que conviven sin casarse, “uniones libres”, divorciados vueltos a casar …).
¡Gracias de nuevo, papa Francisco, solo por querer replantear estas cuestiones! ¡Gracias por querer escucharnos y por nombrar la misericordia en sus preguntas! Ud. conoce bien la compleja y cambiante historia del “sacramento del matrimonio” desde el comienzo de la Iglesia. La historia ha sido muy variable, y lo seguirá siendo. Mire, por ejemplo, lo que pasa entre nosotros, en esta Europa ultramoderna. Nuestros jóvenes no disponen ni de casa ni de medios económicos para casarse y vivir con su pareja hasta los 30 años en el mejor de los casos: ¿cómo puede la Iglesia pedirles que se abstengan de relaciones sexuales hasta esa edad?
Las formas cambian, pero creemos que el criterio es muy sencillo y que Jesús estaría de acuerdo: “Donde hay amor hay sacramento, se casen los novios o no, y donde no hay amor no hay sacramento, por canónicamente casados que estén”. Todo lo demás es añadidura. Y si la pareja está en dificultades, como sucede tantas veces, solo será de Dios aquello que les ayude a resolver sus dificultades y a volver a quererse, si pueden; y solo será de Dios aquello que les ayude a separarse en paz, si no pueden resolver sus dificultades ni volver a quererse.
Elimine, pues, se lo rogamos, las trabas canónicas para que quienes fracasaron en su matrimonio puedan rehacer su vida con otro amor. Que no siga la Iglesia añadiendo más dolor a su dolor. Y que de ningún modo les impida compartir el pan que reconforta en la mesa de Jesús, pues Jesús a nadie se lo impidió.
5. Sobre las uniones con personas del mismo sexo.
El daño causado por la Iglesia a los homosexuales es inmenso, y algún día deberá pedirles perdón. ¡Ojalá el papa Francisco, en nombre de la Iglesia, les pida perdón por tanta vergüenza, desprecio y sentimiento de culpa cargado sobre ellos durante siglos y siglos!
La inmensa mayoría de los hombres y mujeres de nuestra sociedad no pueden hoy comprender esa obsesión, esa hostilidad. ¿Cómo pueden seguir sosteniendo que el amor homosexual no es natural, siendo así que es tan común y natural, por motivos biológicos y psicológicos, entre tantos hombres y mujeres de todos los tiempos y de todos los continentes, y en tantas otras especies animales?
En esta causa, como en tantas otras, la Iglesia debiera preceder, pero la sociedad nos precede. Celebramos que sean cada vez más numerosos los países que reconocen los mismos derechos a la unión de personas del mismo sexo que a la de personas de distinto sexo. ¿Y qué impide que se llame “matrimonio”? ¿Acaso no se llaman así también aquellas uniones heterosexuales que, por lo que fuere, no van a tener hijos? Cambien, pues, los diccionarios y el Derecho Canónico, amoldándose a los tiempos, atendiendo a las personas.
¿Y qué impide que llamemos sacramento a un matrimonio homosexual? Es el amor lo que nos hace humanos y lo que nos hace divinos. Es el amor lo que hace el sacramento. Y todo lo demás son glosas y tradiciones humanas.
6. Sobre la educación de los hijos en el seno de situaciones matrimoniales irregulares.
Creemos que este lenguaje –regular, irregular– es desacertado, más aun dañino. Hace daño a un niño oír que ha nacido o que vive en el seno de un matrimonio o de una familia “irregular”. Y hace daño a sus padres, los que fueren. Lo que hace daño no es ser excepción, sino ser censurado por ser excepción. Por lo demás, todos sabemos que basta que se multipliquen los casos para que la excepción se convierta en norma. En cualquier caso, la Iglesia no está para definir lo que es regular y lo que es irregular, sino para acompañar, animar, sostener a cada persona tal como es allí donde está.
7. Sobre la apertura de los esposos a la vida.
Afortunadamente, son muy contados entre nosotros los creyentes por debajo de los 60 años que han oído hablar de la Humanae Vitae, aquella encíclica de Pablo VI (1968) que declaró pecado mortal el uso de todo método anticonceptivo “no natural”, todo método que no fuera la abstinencia o la adecuación al ciclo femenino de la fertilidad. Pero hizo sufrir demasiado a casi todos nuestros padres. Esa doctrina, adoptada contra el parecer de buena parte del episcopado, fue lamentable en su tiempo y no es menos lamentable que haya sido mantenida hasta hoy.
Hoy nadie la comprende y casi nadie la cumple entre los mismos católicos. Y pocos sacerdotes y obispos se atreven a exponerla todavía. Ya no tiene sentido afirmar que la relación sexual haya de estar necesariamente abierta a la reproducción. Ya no tiene sentido seguir distinguiendo entre métodos naturales y artificiales, y menos todavía condenar un método porque sea “artificial”, pues por la misma razón habría que condenar una vacuna o una inyección cualquiera.
En nuestros días asistimos a un cambio transcendental en todo lo que tiene que ver con la sexualidad y la reproducción: por primera vez después de muchos milenios, la relación sexual ha dejado de ser necesaria para la reproducción. Es un cambio tecnológico que trae consigo un cambio antropológico y requiere un nuevo paradigma moral. La sexualidad y la vida siguen siendo tan sagradas como siempre y es preciso cuidarlas con suma delicadeza. Pero el criterio y las normas de la Humanae Vitae no ayudan en ello, sino más bien dificultan. Que la palabra de la Iglesia sea luz y consuelo, como el Espíritu de Dios, como lo fue la palabra de Jesús en su tiempo y sería también en el nuestro.
8. Sobre la relación entre la familia, la persona y el encuentro con Jesús
Creemos que Jesús sale a nuestro encuentro en todos los caminos, en todas las situaciones. En cualquier modelo de familia, en cualquier situación familiar. Creemos que Jesús no distingue familias regulares e irregulares, sino atiende a cada situación, con su gracia y su herida. Creemos que encerrarnos en nosotros mismos (nuestras ideas y normas, nuestros miedos y sombras) es lo único que nos aleja del otro y de Dios. Y creemos que la humildad, la claridad, la confianza nos acercan cada día al otro, y cada día nos abren a la Presencia del Viviente, estando donde estamos y siendo como somos. Y creemos que una Iglesia que anunciara esto, como Jesús, sería una bendición para la humanidad en todas sus situaciones.
José Arregi
Para orar
Bendito seas mi Dios, mi aire,
que estás ahí, tan cierto como el aire que respiro.
Bendito seas, mi Dios, mi viento,
que me animas, me empujas, me diriges.
Bendito seas, mi Dios, mi agua,
esencia de mi cuerpo y de mi espíritu,
que haces mi vida más limpia, más fresca, más fecunda.
Bendito seas, mi Dios, mi médico,
siempre cerca de mí,
más cerca cuanto me siento más enfermo.
Bendito seas, mi Dios, mi pastor,
que me buscas buenos y frescos pastos,
que me guías por las cañadas oscuras,
que vienes a por mí
cuando estoy perdido en la oscuridad.
Bendito seas, mi Dios, mi madre,
que me quieres como soy
que por mí eres capaz de dar la vida,
mi refugio, mi seguridad, mi confianza.
Bendito seas, Dios, bendito seas
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