Un árbitro de rugby confiesa que pidió la castración química antes de aceptar su homosexualidad
Nigel Owens, el que fuera primer árbitro de rugby que saliera del armario, confiesa en una entrevista que además de tener pensamientos suicidas y otros problemas psicológicos, llegó a solicitar la castración química porque no aceptaba su homosexualidad.
En una entrevista para Desert Island Disc, un programa de BBC Radio 4, el que fuera el primer árbitro de la liga de rugby británica que saliera del armario, Nigel Owens, de 45 años de edad y natural de Llanlli, en Gales, confiesa haber padecido bulimia y pensamientos suicidas porque no aceptaba su homosexualidad, llegando a pedir a su médico que le hicieran la castración química. «Arbitrar esa Copa del Mundo entre Australia y Nueva Zelanda delante de 85.000 personas y un millón de personas viéndolo por televisión, escudriñando cada mínima decisión que haces bajo una enorme presión, no fue nada comparado con el reto de aceptar quien era», declaraba Owens a la periodista Kirsty Young.
Owens es uno de los tres árbitros profesionales de rugby de Gales, que se convierte en el primero abiertamente homosexual en oficiar partidos al más alto nivel cuando sale del armario en 2007, tras un largo periplo no exento de tormento y sufrimiento psicológico, tal y como revela en la entrevista, llegando a admitir que «habría hecho cualquier cosa para ser ‘normal’ a los ojos de la gente». Owens habla de su turbulenta juventud, época en la que, tras sufrir de bulimia, se convierte en adicto a los esteroides cuando comienza a acudir al gimnasio.
Sólo a la edad de 34 años es capaz de confesarle a su madre que es gay, explicando que su padre encuentra su confesión «difícil al principio», aunque finalmente «mi amor por él y su amor por mí no han cambiado ni un poco». Asimismo, confiesa haber recibido un gran apoyo de la Unión de Rugby de Gales. «A menos que estés contento con quien eres, no puedes sobresalir y ser el mejor en lo que sea que estés haciendo. No puedes disfrutar de la vida si no estás feliz contigo mismo». El mismo año que sale del armario, Owens es nombrado «Personalidad Deportiva Gay del Año» por la organización benéfica Stonewall, nombrándole en 2015 «Personalidad Deportiva Gay de la Década». Ser considerado como uno de los mejores árbitros de rugby a nivel mundial no evita que sea víctima de la homofobia en momentos puntuales, aunque ya no se achanta.
Los problemas de un individuo para aceptar su homosexualidad son una más de las consecuencias de la homofobia. En junio del año pasado conocíamos la triste y terrible historia de Sébastien, que tras 17 años de terapia, solicitaba oficialmente la eutanasia al no ser capaz de aceptar su orientación sexual. En los últimos meses hemos visto también cómo la homofobia está detrás de bullying y agresiones escolares como la de la niña de San Roca, o que ni siquiera hace falta ser gay para ser objetivo de burlas y rechazo, tal y como confesaba el mismísimo Arnold Schwarzenegger. La homofobia se revelaba como una más de las consecuencias del Brexit, que brotaba como la hierba soterrada en los jardines de los Estados Unidos con la elección como presidente de Donald Trump. Sin ir más lejos, ante un suceso tan terrible como la matanza del club Pulse de Orlando, las autoridades preferían señalar al terrorismo antes que la homofobia como el motivo que lleva a Omar Mateen a perpetrar el atentado, llegando las autoridades estadounidenses a negar que era homosexual, a pesar de las evidencias, no teniendo las autoridades francesas en admitir que el terrorista de Niza sí era bisexual, no teniendo en este caso su orientación sexual ninguna relación con su atroz atentado.
Fuente Universogay/Cáscara Amarga/Cristianos Gays
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