En Brasil, una jueza suspende las terapias que buscan “curar la homosexualidad”
Una corte en Brasil suspendió de forma cautelar un fallo emitido en el que se permitía a los psicólogos tratar la homosexualidad como si fuera una enfermedad, con lo cual se podía someter a las personas homosexuales a las llamadas “terapias de reconversión sexual”.
La resolución fue dictada por la jueza Carmen Lucia Antunes, quien dejó sin efecto un dictamen que garantizaba a los psicológos llevar a cabo este tipo de terapias, las cuales están prohibidas por el Consejo Federal de Psicología de Brasil desde 1999 (CFP por sus siglas en portugués: Conselho Federal de Psicologia) a través de la resolución 01/99)
Dicho fallo se dio como respuesta a una demanda de un grupo de psicólogos que alegaron al “principio de libertad científica” para poder hacer este tipo de prácticas. El juez Waldemar Cláudio de Carvalho avaló la petición en contra de la resolución del Consejo Federal de Psicología de Brasil.
A su vez, el Consejo Federal de Psicología de Brasil recurrió a la Corte Suprema para apelar la decisión del juez Waldemar Claudio de Carvalho. La jueza Antunes argumentó que el caso es competencia del Supremo Tribunal de Justicia de Brasil, por lo que dejó sin efecto la orden hasta que el tribunal emita una sentencia al respecto. Esto provocó que miles de personas se manifestaban en Sao Paulo contra la sentencia del juez Waldemar Claudio de Carvalho, mediante la que autoriza la aplicación de terapias de conversión, siempre que se realicen de manera privada y reservada y sin hacer publicidad de ellas.
La resolución del Consejo Federal de Psicología de Brasil establece que los psicólogos no podrán realizar ninguna acción que pretenda tratar como una patología a la homosexualidad.
El Supremo Tribunal de Justicia de Brasil recordó en un comunicado que dicha norma señala que profesionales no pueden reforzar en sus sesiones los prejuicios sociales existentes en relación con la homosexualidad; además, prohíbe la participación su colaboración en “eventos y servicios que propongan tratamiento y cura de la homosexualidad”.
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente Desastre.mx/Cristianos Gays
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