El cardenal Caffarra condena la “redefinición” del matrimonio y la familia a partir de las orientaciones sexuales” y Burke no se queda corto en su alegato homófobo…
El cardenal Caffarra condena la redefinición del “matrimonio y la familia a partir de las orientaciones sexuales“
El cardenal Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia (Italia), ha subrayado en la mañana del viernes 18 de septiembre, en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir (UCV) que “la misión de la familia es la generación y educación de la nueva persona humana” y “radica en la Providencia de Dios”, a pesar de que “la gran provocación lanzada hoy consiste en mostrar su inutilidad; “la nueva criatura venida a la existencia es persona desde el primer instante de su concepción, y al mismo tiempo está llamada a convertirse en persona humana». Así, la labor de la familia es «que aflore su inteligencia, su voluntad, su libertad, su capacidad de amar, su sociabilidad”, ha subrayado.
El cardenal Caffarra pronunció la última ponencia de las jornadas diocesanas «Vocación y misión del matrimonio y la familia en la iglesia y en el mundo», organizadas a iniciativa del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, a través de la Facultad de Teología de Valencia, la sección española del Pontificio Instituto Juan Pablo II, y la Facultad de Derecho Canónico de la UCV.
En su intervención, el arzobispo de Bolonia ha defendido que la familia «ha sido pensada y querida por Dios mismo con vistas a alcanzar un fin», que es «la construcción de una nueva persona; construcción que tiene dos actos: generación y educación». De este modo, «Dios celebra la liturgia de su amor creativo mediante el ministerio de los esposos» por lo que «en la paternidad y maternidad humana Dios mismo creador está presente».
En un segundo momento, el ponente ha asegurado que la familia es desafiada en esta vocación procreativa y educativa. De hecho, ha expresado que «la gran provocación lanzada hoy consiste en mostrar su inutilidad». «Es un proceso de destrucción lo que estamos observando: la institución familiar poco a poco está siendo desmontada hasta su desaparición», ha asegurado este experto en Derecho Canónico, quien ha lamentado la «tentación de redefinir el matrimonio y la familia a partir de las orientaciones sexuales y no desde las dos identidades sexuales varón-mujer».
Frente a ello, el cardenal Caffarra ha propuesto «mostrar la belleza y la verdad de vivir la familia evangélica en respuesta a las familias que la niegan». Según ha expresado, «se debe vivir con fidelidad el Evangelio del matrimonio, mostrando su íntima razón de ser, y preguntar simplemente: ¿Cuál de las dos posibilidades es la más humana?, ¿cuál es la que hace aflorar la propia humanidad?».
En este sentido, ha señalado a los obispos y los esposos cristianos como responsables de esta respuesta. «La propuesta cristiana es un evento histórico. Esto es lo que debe ser narrado y es la misión de los obispos. Esto es lo que debe ser representado y es la misión de los esposos. Una narración sin representación sería como si la música de Mozart no fuese interpretada, sino solo leída y estudiada. Una representación sin narración no tendría sentido».
Y el cardenal Burke, en entrevista a un medio ultraconservador adfirma, con un lenguaje medieval e insultante que “Les diría a las familias católicas que el Sínodo, por su naturaleza, es para ayudarlos a vivir en fidelidad a la vocación elevada de encarnar la vida de la Sagrada Familia en Nazaret y que los alentaría mucho, si están –como es natural en este mundo–sufriendo y pasando por desafíos, les alentaría mucho a que aprovechen la gracia del sacramento del matrimonio sagrado para permanecer fieles y para crear un hogar en el que se refleje el amor divino que le es dado al esposo y la esposa mediante el Matrimonio sagrado. Y este es el mensaje, debería ser el mensaje, del Sínodo. Creo que, tristemente, concentrarse en la pregunta de quienes estén en unión irregular y la posibilidad de ofrecerles la Sagrada Comunión tiene un alcance más amplio, que también se indicó durante la sesión del Sínodo en octubre de 2014. Y ese alcance es empezar a decir que otros individuos que viven en pecado público también podrían recibir los sacramentos porque durante esa sesión del Sínodo rápidamente se introdujo el tema de quienes vivían en unión, vivían como esposos, sin el sacramento del matrimonio y también la pregunta sobre quienes están atraídos a personas del mismo sexo, que intentan vivir algún tipo de unión, y lo que temo es que al decir que en algunos casos, de conformidad con la decisión del Obispo o de un sacerdote delegado por el Obispo, los individuos que viven en adulterio podrían recibir la Sagrada Comunión, naturalmente habrá una ampliación para decir que a quienes viven en estado de fornicación, que no estén unidos en matrimonio sino solo viven como tales, también se les debería permitir recibir los sacramentos, o a quienes viven públicamente en un relación homosexual deberían también poder recibir los sacramentos y esto redundaría, claramente, en los tres casos, a un gran escándalo en la Iglesia y eso destruiría la vida de la Iglesia. No sé si eso hace sentido o no.”
Fuente Agencias
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