Chefs, pasteleros y restauradores en contra de la discriminación por orientación sexual en los Estados Unidos
Un grupo de populares chefs y reconocidos pasteleros y propietarios de restaurantes reclaman al Tribunal Supremo que falle contra el el pastelero de Denver, Jack Phillips, que rechazó hacer una pastel de boda para la boda de una pareja del mismo sexo.
José Andrés, Elizabeth Falkner y Carla Hall, son algunos de los populares chefs que junto a los dueños de una popular tienda de cupcakes de Washington D.C. y un pastelero de Mississippi han suscrito un memorando escrito por Human Rights Campaign en apoyo a la pareja que fue discriminada por Jack Phillips, propietario de Masterpiece Cakeshop, que en 2012 rechazó hacer un pastel de bodas para Charlie Craig y David Mullis en función de la libertad religiosa.
Según estos profesionales de la hostelería, una vez que abres las puertas de tu establecimiento, no puedes escoger a tus clientes y cumplir con las leyes que prohiben la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género no te quita el control creativo sobre tu trabajo. En enero de 2014 un juez de Denver daba la razón a los demandantes al afirmar que no es legal negarse a hacer un pastel sólo porque sea para una pareja gay. No conforme con este resultado Phillips inicia un largo proceso que le ha llevado hasta el Tribunal Supremo, que tiene previsto resolver en diciembre. Visto que la libertad religiosa no le ha servido anteriormente, su estrategia ahora es la libertad creativa, sosteniendo que, como artista, no deberían obligarle ha hacer un pastel en contra de sus creencias.
«No se trata de tu arte. Cuando estás abierto al servicio de la gente, no puedes decidir a quién atender no atender», asegura Falkner, propietaria de varios restaurantes en Nueva York y San Francisco, que ha sido concursante y juez en diferentes competiciones culinarias. En la misma línea se manifiesta Mary Jennifer Russell, propietaria de Sugaree’s Bakery en New Albany (Misisipi), afirmando que «puedes decidir qué crear y qué servir, pero no decir que ni vas a servir a una persona gay, a una transexual o a un mujer o a una persona de color».
Asimismo, Sophie Kallnis LaMontagne, copropietario de Georgetown Cupkace, en Washigton D.C., asegura que tanto ella como su hermana, Katherine Kallinis Berman, piden al Tribunal Supremo que tengan en cuenta su declaración y escuchen «por qué creemos que es tan importante que no autoricen a las empresas a discriminar. Esto es sobre hacer lo correcto y dar la bienvenida a todos», asegurando que las leyes contra la discriminación en Colorado y otros 21 estados son regulaciones razonables que no reprimen su creatividad artística. Sorprendentemente, hosteleros y restauradores tienen en su contra al Departamento de Justicia de la Administración de Donald Trump, que habría elaborado un amplio informe de 41 páginas en apoyo a la actitud discriminatoria del pastelero de Dever.
Fuente Universogay
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