Se desata el debate en Australia ante el cierre de una revista de bodas que se negó a incluir parejas del mismo sexo
White Magazine es una revista de bodas australiana cuyos fundadores han anunciado el cierre definitivo debido a que sus patrocinadores les han retirado su apoyo económico, lo que hace inviable su actividad y desata el debate entre sus seguidores y sus detractores.
En diciembre del año pasado, el Parlamento australiano legaliza el matrimonio igualitario tras la abrumadora respuesta de sus ciudadanos a través de un referéndum. Durante el tenso debate que se genera al respecto, Luke y Carla Burrell, fundadores de una revista sobre bodas, White Magazine, aluden a sus creencias religiosas para anunciar su intención de excluir la representación de parejas del mismo sexo en su publicación. Automáticamente, sus redes sociales son «inundadas de juicios» en su contra y, tras lo que denominan como una campaña de «acoso online», sus patrocinadores les retiran su apoyo, lo que les ha llevado a anunciar el cierre definitivo el pasado sábado, 17 de noviembre.
«White Magazine siempre ha sido una publicación secular, pero como sus editores, somos cristianos», declaran los Burrells para explicar su decisión, añadiendo que no tienen «ningún deseo de crear una guerra social, política o legal, que solo divide a las personas y hace más daño que bien (…). El resultado ha sido que varios anunciantes revirtieron su patrocinio por temor a ser juzgados, o como protesta. Tenemos que reconocer la realidad y White Magazine ya no es económicamente viable».
Toda la polémica surge ya durante el debate sobre el referéndum, es entonces cuando la gente comienza a preguntarles por la inclusión de representación de parejas del mismo sexo, al igual que otras publicaciones similares y les envían mensajes como «sois la única revista en Australia que no muestra su apoyo». Mientras que en un vídeo publicado en su página web, Carla explica que «siempre hubo algo que nos detuvo porque, simplemente, no queríamos entrar en esa conversación, que no era una conversación amable, y echar gasolina al fuego», su marido, Luke, admite la reacción a su decisión porque en ese momento, «podía ser hiriente. La gente siente que es injusto».
De la misma manera, mientras algunos de sus seguidores se sienten «desconsolados» por el cierre de la revista y elogian que los Burrell se hayan mantenido fieles a sus creencias mientras que critican que haya gente que no sea tolerante con ellos, sus detractores alegan que «cosechas lo que siembras». Lara Hotz, fotógrafo y colaboradora habitual para la revista, para la que ha llegado a realizar tres portadas, admite sobre los Burrell que «da la impresión de que están contentos de obtener dinero, contenido y fotografías de los anunciantes y colaboradores LGBTQI, pero fracasan a la hora de apoyarnos y representarnos de la misma manera que las parejas heterosexuales están representadas en la revista».
Fuente Universogay
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