La magnitud de violencia usada en el crimen de Leider Alberto Salas Jiménez, de 33 años, asesinado con más de 20 puñaladas en El Barrio La Chinita y cuyo cuerpo fue encontrado en la mañana de este jueves, le da a Wilson Castañeda, director de la corporación Caribe Afirmativo, una lectura de que sus atacantes tenían la intención de causar el mayor daño posible, lo que se traduce en un “crimen de odio”.
“Esta es una mujer trans que tenía mucha visibilidad en el sector de La Chinita y por esa misma razón era muy hostigada por los actores ilegales que controlan ese territorio. Además nos estremece la sevicia de su crimen porque 20 puñaladas en su cuerpo da cuenta de una clara intención de parte del perpetrador, no solo de matarla, sino de general alto nivel de violencia como para mandar un mensaje de rechazo a lo que la víctima representa”, indicó Castañeda.
Para el director de conglomerado que representa la comunidad LGBTI en Barranquilla, las mujeres transexuales son las principales víctimas de los crímenes de prejuicio que se comenten contra esta población.
“De todo el universo de personas LGBTI, las más afectadas siempre son las personas transexuales porque son las más visibles, es decir, los gays y las lesbianas pasamos más desapercibidos porque no se nos nota nuestra orientación sexual, o la podemos disimular, pero en el caso particular de Paloma, siempre estaba de mujer. Ella evidencia y lo que quería los actores armados era precisamente que no evidenciara su identidad de género, pero ella no lo podía hacer porque era su esencia. La conclusión es que a mayor visibilidad, mayor riesgo”, comentó Wilson Castañeda.
Caribe Afirmativo reitera el llamado a las autoridades distritales para que le brinden protección a las personas trans porque la vía pública es justamente el escenario donde se cometen este tipo de crímenes contra ellas.
“Nosotros tenemos identificadas cinco zonas donde hay mayor riesgo de ataques contra la población LGBTI y son: el Paseo Bolívar, La Chinita, el sector que conduce hacia el puente Pumarejo, un sector entre las calles 70 y 72 y Soledad, que son donde estas personas suelen hacer uso del espacio público y el trabajo de las autoridades no debería ser retirarlas de ese espacio, sino protegerlo para que ellas puedan estar”, sostuvo el director de la corporación.
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*En medio de las medidas del aislamiento preventivo obligatorio y límites a la circulación a raíz del COVID-19, el día de hoy fue encontrado el cuerpo sin vida de Paloma, mujer trans residente del barrio la Chinita al suroriente de la ciudad.
*Tercer homicidio contra una persona LGBT en el marco del aislamiento social.
16 de abril de 2020. En horas del mediodía, en proximidades al Caño de la Auyama en el barrio La Chinita al suroriente de la ciudad de Barranquilla, fue encontrado el cuerpo sin vida de Paloma, mujer trans de 33 años residente del sector. Acorde a las impresiones iniciales de las autoridades, el delito habría sido cometido en horas de la noche del día de ayer. Frente al suceso, se evidencia sevicia en la realización de la conducta al haber sido herida en múltiples áreas de su cuerpo con objeto cortopunzante.
Esta forma de violencia se ha configurado como un patrón dentro de los delitos de homicidio o feminicidio hacia personas con orientaciones sexuales, identidades de género o expresiones de género diversas, siendo ejemplo de ello casos como el de Alid, hombre gay residente de la ciudad de Cartagena y, José y Yojarvis, también hombres gais de la ciudad de Valledupar, casos todos documentados, sumando en lo que va del año 2020 (incluyendo el de Paloma), 11 homicidios contra personas LGBTI en la región Caribe, en contraste con 23, registrados a nivel nacional.
En 2019, se presentaron en el Caribe colombiano, 19 homicidios de personas LGBT: 10 hombres gays, 7 mujeres trans y 2 mujeres lesbianas; de ellos 7 se cometieron en la ciudad de Barranquilla. En los meses transcurridos del año 2020, en el caribe han sido asesinadas 11 personas LGBT: 3 de ellas en la ciudad de Barranquilla y todos durante el periodo de aislamiento social (23 de marzo, 31 de marzo y 14 de abril) y dos, de los tres, ocurridos en el barrio la Chinita.
Frente a esta situación, es necesario recordar que las mujeres trans configuran una de las poblaciones más vulnerables dentro de la sigla LGBT; los prejuicios hacia su vivencia del género y la visibilidad que las caracteriza, las posiciona fácilmente frente a múltiples formas de discriminación y abuso a raíz de los prejuicios en contra de sus identidades, cargas éstas, negativas que se reproducen en ambientes familiares, sociales e institucionales y, por lo cual, en muchas ocasiones se ven obligadas a vivir en condiciones de violencia, precariedad, desigualdad, temor y sin poder acceder a la protección que el Estado debería brindarles; muy por el contrario, terminan siendo víctimas de discriminación ante las autoridades o uso excesivo de la fuerza policial, persecución y abuso.
La Fiscalía debe tener el feminicidio como hipótesis y buscar los hechos indicadores del prejuicio para verificar o descartar esa hipótesis, recordando que el feminicidio es aplicable cuando se da muerte a una mujer trans por su identidad de género. No es suficiente sacar medidas legislativas como la que creó el tipo penal de feminicidio como un delito autónomo, puesto que la Ley 1761 de 2015, al establecer este tipo penal para favorecer y garantizar la investigación y sanción de la violencia contra las mujeres con motivos de género, recordó también la obligación del Estado de trabajar para prevenir y erradicar toda forma de violencia o discriminación, obligación que nace en marco de la constitución e instrumentos internacionales como la Convención Belém Do Pará.
Además la Corte Constitucional en sentencia C-539 de 2016 y la C-297-2016, ha recordado que los asesinatos hacia mujeres por motivos de su identidad de género (que serían feminicidios agravados), deben ser analizados desde un contexto amplio de vulnerabilidad y opresión al que han sido sometidas históricamente las mujeres; las mujeres trans particularmente, se encuentran sometidas a procesos de marginalización y estigmatización, incluso luego de ser asesinadas, por parte de la sociedad, la institucionalidad y los medios de comunicación. Por tanto, reconocer este atroz acto como un feminicidio agravado resulta imprescindible para poder explicar el por qué ocurrieron los hechos tal como acontecieron.
Por todo lo anterior, desde Caribe Afirmativo, lamentamos y rechazamos el suceso ocurrido e instamos a las autoridades pertinentes a que adopten las medidas adecuadas con el propósito de esclarecer los presuntos móviles prejuiciosos, y evitar la repetición de casos similares, que se sumen a las filas de la impunidad judicial, ya tan colmada de casos de homicidios o feminicidios por prejuicio. Asimismo, recordamos a los medios de comunicación y periodistas en general, la obligación de reconocer y respetar la identidad de género de las personas trans, ya que, el no hacerlo constituye un agravio hacia la dignidad de la víctima.
OFICINA DE COMUNICACIONES
CORPORACIÓN CARIBE AFIRMATIVO
Fuente Agencias/ Caribe Informativo
General, Homofobia/ Transfobia.
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