La juez federal Candy Dale ha fallado a favor de las parejas del mismo sexo que demandaron al estado de Idaho por impedirles contraer matrimonio, dictaminando que la prohibición del matrimonio igualitario en ese estado es inconstitucional. La juez no ha dictado orden de suspensión de la sentencia, aunque sí ha fijado su entrada en vigor para el próximo viernes 16 de mayo. Por su parte, el gobernador de Idaho, Butch Otter, ya ha presentado una petición preliminar de suspensión.
La demanda fue interpuesta por cuatro parejas de Idaho, que denunciaban a ese estado por vulnerar sus derechos a la igual y protección y al debido proceso recogidos en la 14ª Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, ya que se les impedía contraer matrimonio basándose únicamente en el hecho de ser parejas del mismo sexo.
La Fiscalía del estado de Idaho, por su parte, defendía el respeto a la voluntad de los votantes del estado, que en 2006, por una mayoría del 63 %, aprobaron una enmienda a la Constitución de Idaho que definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y prohibía las uniones civiles de cualquier tipo. También arguía que permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo vulneraría el derecho a la libertad religiosa, pues las religiones mayoritarias lo rechazan, argumento calificado en la sentencia como “miope”.
La juez Dale, quizás para despejar cualquier duda desde el principio, encabeza su sentencia con una cita del voto discrepante del juez Harry Blackmun a la sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos en el caso Bowers versus Hardwick, que en 1986 respaldó las leyes que prohibían las prácticas sexuales entre homosexuales (decisión revocada por otra sentencia del Tribunal Supremo en 2003). La cita es la siguiente: “Es precisamente debido a que la cuestión planteada por este caso toca el corazón de lo que hace a las personas lo que son, que debemos ser especialmente sensibles a los derechos de aquellos cuyas elecciones trastornan a la mayoría”.
La juez prosigue planteándose si efectivamente se han vulnerado los derechos constitucionales de las parejas demandantes, resolviendo favorablemente a sus demandas y desestimando uno a uno los argumentos de la Fiscalía. La sentencia hace referencia a otras recientes del mismo signo dictadas tanto por tribunales federales como estatales, así como a los casos Estados Unidos versus Windsor, que forzó el reconocimiento por la autoridad federal de los matrimonios del mismo sexo, y a Loving versus Virginia que declaró la inconstitucionalidad de la prohibición del matrimonio interracial.
Finalmente, la sentencia concluye que “las parejas demandantes tienen derecho a un recurso extraordinario a causa de un perjuicio extraordinario. Las leyes de matrimonio de Idaho les impiden adoptar una opción profunda y personal, una de las que más deberían estar garantizadas. Al hacerlo, las leyes matrimoniales de Idaho niegan a las parejas del mismo sexo los beneficios económicos, prácticos, emocionales y espirituales del matrimonio, relegando a estas parejas a un estigmatizado estatus de segunda clase. Los demandantes sufren este perjuicio no porque no estén capacitados para casarse, formar una familia, o envejecer juntos, sino por ser lo que son y amar a quien aman“.
Por último, la juez Dale establece que la sentencia entrará en vigor a las nueve de la mañana del próximo viernes 16 de mayo, sin dictar, como en otros casos, una orden de suspensión temporal en espera de la resolución de la posible apelación. Aunque esto permitiría celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo en Idaho desde esa fecha y esa hora, también da plazo suficiente para que se resuelva la petición de suspensión ya presentada por el gobernador Butch Otter, en la que solicita que la sentencia sea suspendida hasta una posible apelación ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.
Reacciones
El gobernador Otter, del Partido Republicano, ya ha expresado su total disconformidad con la decisión de la juez Dale por medio del siguiente comunicado: “En 2006, el pueblo de Idaho ejerció su derecho fundamental, reafirmando que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer. La decisión de hoy, aunque decepcionante, es un pequeño contratiempo en una batalla a largo plazo que terminará en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Estoy firmemente comprometido con la defensa de la voluntad del pueblo y la defensa de nuestra Constitución”.
Por su parte, Evan Wolfson, fundador de la organización en defensa del matrimonio igualitario Freedom to Marry, declaraba con satisfacción que “la decisión de hoy del tribunal federal de Idaho es la última de más de una docena de resoluciones que unánimemente han declarado inconstitucional la discriminación en el matrimonio. Desde Idaho a Arkansas, de Utah a Michigan, los tribunales están confirmando que no hay ninguna buena razón para que el gobierno niegue el matrimonio a parejas comprometidas. A medida que las parejas homosexuales y sus familias comienzan a compartir la alegría y la seguridad de la libertad de casarse, los corazones y las mentes se abren, las barreras de la discriminación caen, y hacemos avanzar a nuestro país por el lado correcto de la historia”.
Continúa la avalancha
Desde la sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos que derogaba la parte de la DOMA que impedía el reconocimiento federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo en junio de 2013, se han presentado varias decenas de demandas en diversos estados, en las que de una u otra forma se desafía la prohibición del matrimonio igualitario. Idaho se une a los estados en los que las sentencias han dado resultados favorables, como en el caso de Utah, Oklahoma, Virginia, Texas, Michigan y Arkansas. En todos ellos, sin embargo, las sentencias están en suspenso mientras se resuelven las apelaciones, salvo en Arkansas, donde a fecha de hoy no se dictaminado ninguna suspensión y se siguen celebrando matrimonios entre personas del mismo sexo.
En Kentucky y Ohio se ha resuelto a favor del reconocimiento de los matrimonios del mismo sexo celebrados en otros estados donde están permitidos, con las sentencias también en suspenso. En Tennessee e Indiana ese reconocimiento se circunscribe únicamente a las parejas demandantes, aunque el precedente ya se ha establecido.
En dosmanzanas también hemos aludido a algunas otras de las que están en proceso (como las de Nevada o Pensilvania), pero en realidad el proceso alcanza ya a treinta estados que cubren todos los territorios judiciales del país. Todo apunta a que esta auténtica avalancha judicial tendrá que culminar más pronto que tarde en una nueva sentencia del Tribunal Supremo que aclare la situación.
Actualmente, y en espera de que se resuelvan las diversas apelaciones y procesos, en los Estados Unidos el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en Arkansas, California, Connecticut, Delaware, Hawaii, Illinois, Iowa, Maine, Maryland, Massachusetts, Minnesota, New Hampshire, Nueva Jersey, Nueva York, Nuevo México, Rhode Island, Vermont y Washington. A estos 17 estados se unen además Washington DC (la capital federal) y ocho jurisdicciones tribales.
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