Pedro Zerolo, cerca de su despacho en la madrileña calle Mayor. SERGIO GONZÁLEZ
En diciembre le comunicaron que sufría un cáncer de páncreas
Tras el ‘shock’ incial decidió compartir su enfermedad. A su lado, su marido Jesús Santos
‘La poesía es lo que me hace transcender. Unos lo hacen con los profetas; yo con lo poetas’
‘Me hubiera encantado adoptar y tener hijos’
Entrevista en La Sexta: “Algunos nunca olvidaremos el calvario por el que nos hizo pasar el PP”
ENTREVISTA Concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid
EDUARDO VERBO
Actualizado: 14/06/2014 03:57 horas
Aveces le intentan pintar como alguien gris y sórdido, pero no pueden: Pedro Zerolo (54) es todo color. Mejor dicho: todo colores, porque este abogado tinerfeño nacido en Caracas declina la vida en plural. Nosotros, vosotros, ellos. Incluso ahora, cuando un cáncer de páncreas intenta oscurecerle, su vocación sigue siendo luminosa: ayudar a los demás. Activista ejemplar, la lucha vuelve a llamar a filas a Pedro. Y ahí está él, siempre presente.
¿Cómo se encuentra?
Estoy, que ya es. Con mucho ánimo, muchas ganas y con fuerza, que saco haciendo calle. Ahí es donde yo me nutro.
Va a luchar hasta la batalla final, ¿no es así?
Mi vida ha estado marcada por muchas salidas del armario. En su día salí del de la homosexualidad, porque no podía esconder mi realidad y presentarme ante la gente como un representante político sin que supieran de mí cosas importantes. Tiene que haber transparencia entre la ciudadanía y los representantes. Cuando me detectaron el cáncer tuve claro que tenía que manifestarlo y asumir esa lucha como algo personal aunque, en este caso, es compartida con mi marido y con mucha otra gente.
¿Ése fue su primer pensamiento? ¿Compartirlo?
Lo primero que sucedió fue quedarme noqueado. Nunca pensé que me pudiera tocar a mí… Llevo una vida sostenible, soy una persona que me cuido. Cuando me lo comunicaron fue un shock, pero pronto caí en la cuenta de que tenía que salir de este estadio y me tenía que poner a trabajar para afrontar el proceso, duro y difícil, pero que hay que encararlo con ánimo. Uno puede encontrarse con muchas sorpresas. Esto es un tobogán. Lo asumo como tal. La enfermedad me ha reafirmado mis valores laicos y me encuentro bien, sin miedo.
¿Sueña con el día en que le comuniquen que lo ha superado?
Lo que hay que superar son los miedos. Tenemos que asumir que la vida es una aventura, que también existe la muerte y, por tanto, tienes que estar preparado para ello. Es un tema que se ha ido alejando de la sociedad: el asumir también la enfermedad y la muerte como parte de los procesos vitales. Vivimos en un entorno muy hedonista donde las referencias son la belleza, el dinero…Yo creo que hay otras, como la ayuda a los demás, el saber que la enfermedad existe, el poder cuidarnos los unos a los otros… No podemos obviar ni negar ni ocultar la muerte.
¿Ha descubierto algo bueno en el cáncer?
Sí, cuando tú te manifiestas con claridad y la gente te conoce y sabe de dónde vienes, a dónde vas, cómo vives y saben cómo estás se produce siempre un sentimiento de solidaridad. He tenido muchos momentos emocionantes estos meses, con compañeros políticos, de todo tipo de asociaciones. Es el resultado de implicarse en los problemas de los demás. No hay que olvidar que la vida es afectividad. Yo lo aplico mucho en el PSOE, para mí el socialismo es una familia, internacionalista, pero familia, que inmediatamente se pone en funcionamiento ante cualquier circunstancia como puede ser una enfermedad o una despedida porque alguien se va.
En este proceso, ¿ya ha hecho balance? ¿Piensa que ha perdido el tiempo en algo?
Sí, se hace balance. Efectivamente, a veces uno piensa que podría haber hecho más pero como he hecho tantas cosas…. ¡me quedo tranquilo! Siempre he tenido claro que la vida había que vivirla viviendo: con intensidad, emoción, con la valentía que he podido… Cuando miro hacia atrás, me encuentro satisfecho por cosas que ya han pasado y que han sido importantes para mí y que han tenido repercusión social. Me gustaría hacer otras muchas cosas, pero ya los tiempos los mido día a día.
Pero tendrá muchos proyectos todavía por hacer…
Los proyectos siguen estando ahí. Estoy escribiendo y pensando más que nunca. Escribo ensayos sobre todo lo que ha sucedido en España sobre derechos civiles. Y también escribo poesía, que es lo que me hace transcender. Unos lo hacen con los profetas y otros con los poetas. Cuando me encuentro perdido, busco en la poesía paz, tranquilidad y salidas. Y respuestas. La poesía me nutre espiritualmente.
Borges dijo algo así como que Dios era el que había dado más muestras de su inexistencia…
Yo prefiero rezarle a la diosa Razón. Soy ateo pero tengo parroquia (San Carlos Borromeo, en Entrevías, Madrid), donde coincido con el cristianismo de base y reconozco su trabajo social.
¿Y si algún día tiene a Dios cara a cara?
Sé que si Jesús de Nazaret viviera hoy estaría con los más desfavorecidos y los perseguidos, también con las personas LGTB, defendiendo la igualdad de trato, consideración y oportunidades. Al lado de los que sufren, de los desahuciados… Si me encontrara a Dios le hablaría de la diosa Razón.
Sabe para qué vivimos…
Vivo para vivir intensamente. Lo bueno y lo malo. La vida es ser consciente de que la vida es vida, pero también hay que afrontar las cuestiones que te plantea.
Quien no se separa de usted es su marido, Jesús Santos…
Estamos bien. La enfermedad la pasamos los dos. Los dos estamos enfermos… Asumimos el cáncer como algo de los dos, eso me ayuda muchísimo y a Jesús también. Nos casamos para lo bueno y para lo malo, en la salud y la enfermedad…
Y eso que no les dejaban… «Queremos casarnos». Y la respuesta de los magistrados siempre era un no rotundo, ¿no es así?
Sí, cierto. Yo llevo casado de hecho 18 años y de derecho desde que se pudo. Celebramos la boda por amor y militancia, al fin y al cabo el amor es siempre militante. Era importante construir un referente. Estoy muy feliz de haber hecho aquello. La diversidad es antídoto del fundamentalismo político, el integrismo religioso y el nacionalismo excluyente, y la mejor manera de luchar contra la violencia machista, racista, xenófoba, homófoba…
¿Cómo recuerda aquel día?
Con emociones compartidas y encontradas. Por un lado de felicidad, porque estaba haciendo realidad un sueño con la persona que amaba y amo. Y además mientras me casaba detrás ondeaba la bandera de España y por primera vez ahí veía el símbolo de la igualdad y de la diversidad. Me emocioné.
¿Nunca ha pensado adoptar?
Siempre me gustó la familia y siempre he echado de menos tener hijos. Fue pasando el tiempo, la lucha me llevó muchas horas y, cuando pudo ser el momento, la edad no me acompañaba.
No va a renunciar a trabajar…
No, nunca. Acabo de proponer en el Ayuntamiento 10 medidas urgentes para luchar contra la pobreza infantil. Quiero trabajar hasta la victoria final. Y si no hay victoria, es que no es el final.
Si naciera otra vez… ¿volvería a ser político?
Volvería a ser un servidor público con discurso político. De izquierdas, claro.
¿Y cuando escucha: ‘¡los políticos todos a extinguir!’?
Hay una enorme desafección y tiene su explicación. Hay algunos políticos que no han entendido su función como un servicio público. Los que así lo entendemos no hemos tenido mayor problema. Pero sí, hay mucho cabreo e indignación y eso hay que corregirlo. En mi caso, la gente conoce mi trabajo y la pulsión suele ser muy positiva. Creo que hay que recuperar la identidad.
‘Algo está pasando y nadie sabe lo que es’, decía Dylan…
Están pasando tantas cosas…
Sobre todo, en su partido… mójese, ¿quién debe liderarlo?
Prefiero no pronunciarme a este respecto. Lo que sé es que hay un buen documento de trabajo que salió de la última conferencia política que nos identifica como partido laico, federalista y republicano. Quienes dirijan deben identificar esas ideas. Es la hora de la oportunidad.
Entonces, ¿eran republicanos y ya no lo son?
El PSOE es republicanismo. Lucho y he luchado siempre por el republicanismo cívico. Creo como el 62 por ciento de los españoles que tiene que haber una reforma de la Constitución y debatir esta cuestión. Y así me manifestaré. Son temas pendientes que hay que abordar.
¿Pero es juancarlista?
Ni juancarlista, ni felipista. Soy republicano y pretendo, como la mayoría de la ciudadanía española, una reforma constitucional que someta a referéndum la alternativa entre monarquía y república.
¿Cómo cree que va a ser el reinado de Felipe VI?
Espero que se produzcan muchos cambios. De aquí y en adelante, por todo lo que ha pasado en la calle, por todo lo que ha manifestado la ciudadanía española, que es la verdadera protagonista de los cambios en España, ése es mi deseo. La gente está reclamando cambios en la Constitución, el Senado y en la organización territorial. Espero que Felipe VI lo tenga en cuenta, pero también debe tenerlo en cuenta el presidente del Gobierno y los demás partidos porque es necesario el consenso, son las reglas.
Siempre tuvo una relación muy buena con Zapatero, ¿la conserva?
Con Zapatero hubo entendimiento total desde el primer momento. Apostó por la valentía. Y así se lo recuerdo cuando lo veo. Cuando somos valientes, acertamos siempre
¿Podemos o no podemos?
Siempre se puede. Si se puede, se debe. Y siempre se pudo. Y de lo que se trata es de apostar por la valentía, que es donde está el secreto de la igualdad, la libertad y de la solidaridad.Eso yo lo he vivido cuando planteé en su momento apuestas como la del matrimonio igualitario y me dijeron que era imposible en España hasta el día antes. Hemos hecho de lo imposible lo posible. Se podía y se pudo. Y yo también podré.
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