Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
ALGUNAS NOTAS PREVIAS.
o El Evangelio (la tradición de San Juan) data de finales del siglo I, pasado el año 90. Es, por tanto, una tradición tardía y tiene una teología, una cristología muy desarrollada y delicada.
o Si ningún evangelio es una biografía (vida) de Jesús, el de Juan lo es menos. Naturalmente que tiene elementos históricos, pero están elaborados como una sinfonía en la que se combinan diversos elementos para componer un “todo” espléndido.
o Quizás hemos perdido la sensibilidad literaria (simbólica y poética), por lo que nos cuesta mucho trabajo adentrarnos en relatos como el que hemos escuchado hoy: las bodas de Caná.
01. UNA BODA.
Posiblemente una boda es de los momentos más felices e importantes de la vida. Los que os habéis casado tenéis experiencia de ello: La boda es encuentro, amor, alegría, fiesta, ilusión, esperanzas…
Quizás por esto la boda es figura de los tiempos mesiánicos. El banquete de bodas es un signo muy utilizado por Jesús: el Reino de Dios es como un banquete de bodas al que estamos invitados todos. (Mt 22,1-14).
Las relaciones entre Dios y su pueblo (la humanidad), son unas relaciones de amor.
En una boda se supone que hay amor, familias, encuentro, ilusión, esperanzas. Es lo que
Dios tiene y siente por el ser humano.
El amor humano es el mejor símbolo que encontramos para expresar lo que Dios siente por nosotros, un Dios que nos quiere, un Dios Padre que nos mira siempre con ternura, por duro que se haya vuelto nuestro corazón.
02. VINO.
Quizás porque Israel y Jesús eran mediterráneos, vieron en el vino (y en el trigo-pan) signo de abundancia y alegría. Esto está muy presente en la Biblia y también en la cultura popular.
El vino es un tema muy empleado por Jesús -Yo soy la vid- para hablar de la nueva situación del Reino: a vino nuevo, odres nuevos, (Mt 9,17).
La vida de Jesús transcurrirá entre comidas y encuentros, banquetes y bodas, multiplicación de los panes, etc.
No es muy complicado entender que el cristianismo es alimento y vida en todos los sentidos de la palabra
03. UNA BODA SIN VINO.
El relato que hemos escuchado es una boda en la que se han quedado sin vino. Es decir, se ha terminado la alegría y el amor y se han quedado en el más puro legalismo del agua, de los ritos de purificación, pero sin vida y sin amor.
Dios se había hecho ilusiones con su pueblo, con la humanidad, pero perdimos el amor y nos quedamos con los “papeles” en la mano, como tantos matrimonios. La religión se ha convertido en papel mojado: en agua.
04. SOLAMENTE TIENEN SEIS TINAJAS DE PIEDRA Y AGUA.
o Seis: número que significa imperfección (frente al 7 que es la plenitud.)
o Tinajas de piedra: que son una alusión a la ley de piedra del Sinaí.
o Agua es el puro rito vacío, sin contenido.
Llama la atención la sobreabundancia de vino: 6 tinajas de unos cien litros cada una, que cuando pasen a ser vino serán la alegría desbordante del encuentro, que Jesús sellará en el Calvario.
Israel se quedó sin vino, sin amor, con tinajas de piedra y con ley.
¿No será el caso del momento eclesiástico en que vivimos?
No estamos en un momento especialmente amable, festivo, alegre, optimista.
¡Qué lejos nos queda ya la ilusión del Vaticano II! ¿No estamos en un momento legalista, donde el rito es más importante que la fiesta y el Derecho rige más que el Evangelio? ¿No habremos vuelto a la situación judaizante de la antigua alianza? ¿Por qué -si no- quienes tienen poder en la Iglesia se enfrentan y oponen a la bondad y modos de amor de Francisco?
Dios quiere, ama, y es siempre fiel al pueblo, al ser humano.
El Dios de Jesús no es legalista, ni hace pasar a todo el mundo por ventanilla.
Dios no nos manda, nos quiere.
¿No será el momento de volver al amor inicial?
05. NUEVO VINO. (NUEVA ALIANZA): EL MAESTRESALA Y LOS SIRVIENTES.
El segundo vino es mejor. La Alianza de JesuCristo es plenitud y Evangelio. El Sinaí y el Derecho Canónico dejan paso al Evangelio de JesuCristo.
¿No tenemos siempre la tendencia judaizante, legalista -en el fondo miedosa- de volver una y otra vez al cumplimiento de la ley.
La vida es a veces dura y con muchos problemas, pero la vida en Cristo (ser cristiano) es una liberación y una paz interior, una felicidad.
06. ¿NO HABÍA INVITADOS EN AQUELLA BODA?
Una cosa llama la atención: ¿en esta boda no hay convidados?
Al menos no se hace mención a los invitados
Lo que sí hay soy sirvientes y un maestresala.
El maestresala es el celoso guardián de la institución y mantenedor del orden público de la fiesta ni se entera de que faltaba el vino y después de dónde venía el nuevo y mejor vino.
Tiene alguna semejanza con el relato de los magos (Mateo): ni Herodes ni los “ilustrados” del Templo saben dónde está el rey de los judía. Ahora, el guardián del orden público de la boda, tampoco.
Curiosamente los servidores (diáconos) sí saben de dónde viene el vino nuevo. Y es que la comunidad eclesial se construye con el servicio (Jn 13), “si alguno me sirve, que me siga, (Jn 12,26). Los apóstoles (servidores) son los que reparten el pan en la multiplicación de los panes, (Jn 6,10-13)
¿Y si mirásemos al mundo eclesiástico? ¿Nuestro cristianismo no se habrá quedado también exhausto, sin vida? Ya casi, como el maestresala, ni sabemos de dónde nos viene la alegría y la serenidad.
La alegría y viveza del cristianismo (y de la Iglesia) no vendrá por la mayor rigidez de la ley, sino que la evangelización vendrá por el amor y el servicio.
07 LA MADRE DEL SEÑOR, LA MUJER, LA IGLESIA Y LA HORA
Este evangelista nos ofrece un mosaico de luces que resultan de gran hondura e iluminación cristiana.
LA MADRE
Resulta llamativo cómo este evangelio de Juan solamente menciona en dos ocasiones a la madre del Señor (sin decir nunca que se llamaba María) . Las dos ocasiones son:
o En las bodas de Caná
o El Calvario: la cruz, (Jn 19,25)
MUJER
En los dos momentos Jesús llama a su madre ¿un tanto fríamente?: “mujer”:
o Mujer, no ha llegado mi hora.
o Mujer, ahí tienes a tu hijo, (Jn 19,26).
Es evidente la alusión al Génesis, a Eva: su nombre será mujer por ser la madre de los vivientes, (Gn 2,23). La madre de Jesús es la madre de la iglesia naciente.
LA IGLESIA
Igualmente resulta llamativo que la iglesia (la comunidad cristiana) está naciendo: inmediatamente antes de Caná Jesús había llamado a Juan, Andrés, Santiago, Simón Pedro, Natanael y Felipe. En la cruz está la iglesia naciente representada por la madre del Señor y el Discípulo Amado (todos somos discípulos amados)
AGUA Y SANGRE
Otro universo simbólico es que en los dos momentos hay agua y vino: sangre: vida y espíritu. En Caná surge una nueva alianza, un nuevo vino. Del costado de Cristo en la cruz mana agua y sangre.
Se podría decir que San Juan termina su evangelio del mismo modo que lo comienza. En Caná hay agua y vino (espíritu). Cuando Jesús muere, de su costado brota agua y sangre, (Jn 19,31-37). Es el nacimiento de la Iglesia.
LA HORA
Finalmente, en Caná: todavía no ha llegado mi hora. Poco antes de llegar a la cruz: Jesús, sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, (Jn 13,1).
Los símbolos tienen valor por lo que apuntan, no por lo que son. El estilo del evangelio de Juan es un universo simbólico.
Puede que en un primer momento nos preguntemos si estás cosas sucedieron al pie de la letra, menos nos preguntemos por la moralina o moraleja que contienen. Los símbolos no son históricos, son reflejo de la verdad.
Sintámonos discípulos amados y desde ese momento en que nos sintamos queridos como el Discípulo amado.
HAGAMOS LO QUE ÉL NOS DIGA Y
DESDE AQUELLA HORA EL DISCÍPULO LA ACOGIÓ EN SU CASA.
Biblia, Espiritualidad
Caña, Ciclo C, Dios, Evangelio, Gestos, Jesús, Lenguaje, Tiempo Ordinario
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